jueves, 29 de diciembre de 2016

Isabel coleccionaba pintura flamenca (apasionada del arte y de la cultura) - La colección pictórica de los Reyes Católicos en Granada

El Breviario de Isabel la Católica es el tesoro más preciado de la British Library, pincha aqui
Isabel I la Católica - Juan de Flandes, pincha aqui

La Reina Católica era una apasionada del arte y de la cultura. Por eso, durante su vida se preocupó de reunir las obras de sus artistas favoritos. Su colección alcanzó cifras desconocidas en la península. Contaba con 225 pinturas, tan solo la superaban en Europa Los Médici.


Isabel coleccionaba pintura flamenca
Aunque ya en aquellos años había artistas que destacaban en Castilla y Aragón, como Pedro Berruguete y Bartolomé Bermejo, la reina sentía predilección por la escuela flamenca. Sus pintores favoritos eran Juan de Flandes y Michael Sittow.
Tanto le gustaban, que fueron sus artistas de cámara. De ellos son los retratos más famosos que conocemos de la familia real. A Juan de Flandes se le atribuyen este de Isabel y este otro de Catalina.



Él era el segundo pintor mejor pagado de la corte, recibía unos 20.000 maravedíes. Por delante de él, Michael Sittow, que ganaba unos 50.000 y que no solo trabajó para Isabel. También lo hizo para el Emperador Maximiliano de Austria, para Fernando 'El Católico', cuando enviudó, para Felipe I 'El Hermoso' y para su hijo, Carlos I. A él se le atribuye este retrato de Catalina:

Michel Sittow, también denominado Maestro Michiel, Mychel Flamenco, Melchior Alemán, y otras variantes con los nombres Michiel, Miguel, Michael, etc. (1468/9–1525/6), fue un pintor flamenco nacido y muerto en Reval, ciudad hoy denominada Tallin, en Estonia; y por entonces una de las ciudades bálticas de la Liga Hanseática, de cultura alemana (alemanes del Báltico). Durante la mayor parte de su vida artística fue pintor de cámara para los Reyes Católicos de España y los Habsburgo hispano-germano-flamencos.
El retablo, oratorio o políptico de Isabel la Católica (ca. 1496-1504), atribuido a dos de los principales pintores de corte de los Reyes Católicos: Juan de Flandes y Michael Sittow , fue un retablo devocional portátil, hoy desmontado, del que se conservan veintisiete o veintiocho tablas de las cuarenta y siete originales, donde se desarrollaba el ciclo de la vida de la Virgen y de Cristo. Ha sido calificado de "el más fino y delicioso Evangelio ilustrado conocido". Los propios reyes aparecen retratados en una de ellas, entre los personajes que asisten al milagro de los panes y los peces.


 "La tentación de Cristo en el desierto" (National Gallery de Washington)
El estilo, hispanoflamenco, se caracteriza por su minuciosidad y detallismo, acentuado por las pequeñas dimensiones y la habilidad de los pintores, que aprovechan las posibilidades miniaturistas de la técnica del óleo. El color, la línea y el volumen están muy equilibrados. Todas las superficies se tratan con esmero (ropajes, arquitecturas, y paisajes -particularmente los celajes-). Para Carl Justi estas pinturas representan "la luz pura y aérea de las mesetas españolas".



Utilizado por Isabel la Católica como retablo u oratorio privado, a la muerte de la reina se guardaban en el castillo de Toro ya desmontadas "en un armario todas estas tablicas, yguales todas" (inventario del 25 de febrero de 1505), y se dispersaron al venderse en almoneda, valoradas entre tres y cinco ducados cada una (un precio notable en comparación con otros). El mayor lote de ellas fue adquirido por el tesorero Diego Flores para Margarita de Austria (viuda del príncipe Juan y hermana de Felipe el Hermoso), quien las mantuvo en su palacio de Malinas, donde en 1520-1521 fueron vistas por Durero, que describe muy encomiosamente las tablas. En los sucesivos inventarios (1516 y 1524) va reduciéndose su número (de 32 a 22). A la muerte de Margarita (1530), pasaron a su sobrino Carlos V o bien a la siguiente gobernadora de los Países Bajos, María de Hungría; y en cualquier caso volvieron a España en 1556 o 1558, figurando en el inventario de las colecciones reales realizado en 1600, con posterioridad a la muerte de Felipe II.

La colección pictórica de los Reyes Católicos en Granada
Para los que siguen con atención la historia de Isabel y Fernando hay un lugar que no se les puede escapar. La Capilla Real de Granada no solo alberga sus tumbas, allí hay una parte muy importante de su colección pictórica.
La Reina Católica tenía claro que las obras que había ido adquiriendo a lo largo de su vida tenían que decorar la Capilla cuando estuviera lista. Carlos I, su nieto, cumplió su deseo.
Gracias a ellos, hoy podemos ver en su sacristía-museo obras de la escuela flamenca tan importantes como Rogier Van der Wyden:


Tríptico de la Virgen. «Tríptico de Miraflores» Gemäldegalerie, Berlín
Donado por Juan II de Castilla a la Cartuja de Miraflores en 1445. Una copia desmembrada, de la que se conservan dos tablas en la Capilla Real de Granada y la tercera en el Metropolitan Museum of Art, ahora atribuida a Juan de Flandes, estuvo considerada como la composición original por Max J. Friedländer y Erwin Panofsky, entre otros, que advertían en el ejemplar de Berlín cierta dureza de dibujo y estridencia de color. Sin embargo, los estudios reflectográficos del dibujo subyacente y la dendrocronología —que retrasa la pintura de las tablas de Granada y Nueva York a una fecha en torno a 1500- han devuelto la primacía al ejemplar de Berlín
Roger Van der Weyden, La Adoración del Niño (Capilla Real de Granada).
De las pinturas que se conservan en Granada, cabe establecer una diferencia en cuanto a la procedencia de los autores, por una parte, están los pintores neerlandeses, entre los cuales cabe destacar a personalidades de primera fila como Roger Van der Weyden, Dirc Bouts o Hans Memling. Por otra parte, encontramos a dos autores italianos, también de primer nivel, como son Botticelli y Perugino -maestro de Rafael-, lo cual constituye una novedad porque como se ha comprobado hasta el momento, el gusto italiano había sido totalmente rechazado en España, lo que ha hecho sospechar a algunos autores que estas pinturas podrían haber sido regalos para la reina. Por último, se encuentran los artistas españoles Pedro Berruguete y Bartolomé Bermejo, ambos grandes representantes del gusto hispano-flamenco.
Destaca entre tanto pintor de los Países Bajos un italiano, de sobra conocido, Sandro Botticelli y su "Oración en el huerto".

Oración en el huerto
En realidad no son muchos los datos que conocemos acerca de esta obra; parece ser, que la tabla fue encargada por la mismísima Isabel la Católica para decorar la capilla funeraria que los reyes habían dispuesto para su enterramiento en la Catedral de Granada. De ser cierto, este hecho nos habla tanto de la trascendencia que la fama de Boticelli hubo de tener en vida para que la monarca española le encargase dicha tabla, como de las continuas influencias que a través de las transacciones comerciales llegaban desde Italia.Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, más conocido sencillamente como Sandro Boticelli (1445 – 1510), es una de las figuras artísticas más importantes en la época del Renacimiento Italiano desarrollado entre a lo largo del siglo XV y XVI.
La Virgen de los Reyes Católicos, procedente del Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila y actualmente en el Museo del Prado, es un cuadro al temple sobre tabla de 123 x 112 cm, y su fecha se establece entre 1491 y 1493.
María y Jesús reciben el homenaje de los Reyes Católicos -algo idealizados y más juveniles de lo que les correspondería- y de dos de sus hijos, el príncipe Juan y una infanta, probablemente Isabel, la primogénita. A la izquierda, santo Tomás de Aquino protege a don Fernando y tras él, arrodillado, aparece un dominico, identificado con el inquisidor Torquemada. A la derecha, santo Domingo protege a doña Isabel, y junto a él, arrodillado, figura otro dominico, posiblemente Pedro de Arbúes, asesinado en la seo de Zaragoza en 1485.
En relación a la autoría, no puede llegarse a ninguna conclusión, ya que no se conoce ninguna obra de la misma mano, por lo que, dada la fama de esta tabla, realizada por un pintor hispanoflamenco castellano, está justificado utilizar para su autor el nombre convencional de Maestro de la Virgen de los Reyes Católicos.
Tríptico de la vida de Juan el Bautista - Gemäldegalerie, Berlín
Obra del taller para Lorne Campbell. En 1774 se encontraba en la cartuja de Santa María de las Cuevas de Sevilla, indicándose en su descripción que había sido donado por el emperador Carlos V, pero es posible que se encontrase en España anteriormente. Isabel la Católica poseía una copia de menor tamaño y Juan de Flandes, su pintor de cámara, se inspiró en su tabla central para su propia versión del Bautismo de Cristo, tabla central del retablo que pintó para la cartuja de Miraflores (Colección Abelló)

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Zoroastro - Los antiguos magos persas - El relicario de los Tres Magos (Catedral de Colonia - Alemania)

Zoroastro, castellanizado Zaratustra, es el nombre del profeta fundador del mazdeísmo (o zoroastrismo). Se sabe poco o nada de él de manera directa, y las pocas referencias que se conocen están rodeadas de misterio y leyenda.

Hay discrepancias sobre el lugar de nacimiento de Zoroastro. Según algunas corrientes nació en Rhages (cerca de Teherán, en Irán), según otras en Afganistán o Kazajistán.Otras fuentes argumentan que Zaratustra es más bien un título dado a una serie de maestros (hasta cuatro), más que el nombre de uno concreto de ellos, y que el hombre al que solemos referirnos como Zoroastro habría sido el último de la serie. Mediante cálculos indirectos sobre vagas referencias a otros personajes coetáneos o posteriores, se estima que nació entre el principio del primer milenio y el siglo VI a. C

Retrato anónimo de Zoroastro
Como base escrita del mazdeísmo, Zoroastro dejó una obra, el Avesta, redactado en avéstico. Fue transmitido durante mucho tiempo de manera oral.
Durante su vida, Zoroastro se mostró fuertemente en contra de las religiones politeístas presentes en la zona del valle del Indo, la meseta oriental del Gran Irán y las márgenes y oasis del río Oxus.

Las bases sentadas por el mazdeísmo y la polarización total del Bien y del Mal ejercieron una influencia importante en el judaísmo y a través de él en las religiones monoteístas surgidas en el Oriente Próximo a finales de la Edad Antigua (el cristianismo y el islamismo). La expansión del islam erradicó por completo el mazdeísmo, que pervivió de manera meramente testimonial en algunas comunidades ocultas de Persia, en la isla de Ormuz (en el Golfo Pérsico), y en la región de Bombay (en India). La religión todavía es practicada por unos 60.000 seguidores de Zarathustra en India y otros países, llamados «parsis».

Hacia 550. Mosaicos de San Apolinar el Nuevo (Rávena, Italia)
La iglesia de San Apolinar el Nuevo conserva una serie de frisos realizados en mosaico de tradición bizantina en la que en uno de ellos se representa la adoración de los Reyes Magos. En esta ocasión, es la primera vez en el arte en que los nombres de los Reyes Magos aparecen inscritos en la misma obra. El atuendo de los reyes es llamativo ya que se han empleado vestimentas exóticas, los reyes no llevan coronas sino unos gorros frigios y los presentes los entregan ocultando sus manos en unas capas, una tradición que proviene del mundo romano en señal de respeto.
El término mago proviene del persa antiguo maguš por mediación del griego μάγος y finalmente del latín magus. El sentido original de la palabra Mago se refería a los integrantes de una tribu de Media y luego a los sacerdotes persas. En términos modernos se refiere, a una especie de astrólogo o adivino, que practica magia, hechicería o brujería. Comúnmente, "mago" se refiere a hechicero masculino, y "bruja" a una hechicera.

En una zona del bajo Piamonte donde, años después, surgirá Alejandría, Baudolino, un pequeño campesino, fantasioso y embustero, conquista a Federico Barbarroja y se convierte en su hijo adoptivo. Baudolino fabula e inventa, pero, casi milagrosamente, todo aquello que imagina genera Historia. Así, entre otras cosas, crea la mítica carta del Preste Juan, que prometía a Occidente un reino fabuloso, en el lejano Oriente, gobernado por un rey cristiano, una carta que ha nutrido la imaginación de muchos viajeros posteriores, entre los que se cuenta Marco Polo. Empujado por la invención de Baudolino, Federico emprende un viaje, con el pretexto de hacer una cruzada para restituir al Preste Juan la más preciosa reliquia de la cristiandad, el Santo Grial. Federico morirá durante el viaje, en circunstancias misteriosas, pero su ahijado continuará hacia aquel reino lejano, entre los monstruos que han habitado los bestiarios del medioevo y vicisi-tudes llenas de magia y hechizo durante las que vivirá un delicado episodio amoroso con la más singular de las hijas de Eva. Aventura picaresca, novela histórica, relato de un delito imposible, narración fantástica, teatro de invenciones lingüísticas hilarantes, este libro es una celebración del mito y de la utopía.
Del mosaico de Rávena quien sabe mucho es Baudolino.

Originalmente, un magi era el miembro de una tribu de la antigua Media que se ocupaba de las prácticas religiosas y funerarias. Después de la conversión de esta tribu al zoroastrismo fueron considerados por los tres imperios persas guardianes del legado de Zaratustra (a pesar de que introdujeron algunas modificaciones al mensaje original). Los magos de Persia fueron incluyendo en su religión algunos temas o elementos de Babilonia, como la astrología, la demonología y la magia. En su rito religioso vertían libaciones de leche, aceite y miel sobre una llama y al mismo tiempo entonaban rezos y canciones. Llevaban vestiduras blancas, tiara, y en la mano un haz de ramas de tamarisco.

Ya en el siglo I fueron reconocidos como hombres sabios y científicos . Los personajes llegados de Oriente y mencionados en la Biblia (Mateo 2,1-12 ) eran magos en el sentido original del término, esto es, sacerdotes persas; pero más tarde fueron llamados reyes magos en algunas tradiciones cristianas aunque sin ninguna evidencia histórica sobre su realeza.

"La adoración de los Reyes Magos". Obsérvese el cometa. - Giotto
Giotto vio el cometa Halley en su aparición de 1301 en el cielo italiano, y es muy probable que este objeto astronómico haya sido el modelo para la sobrenatural estrella de su "Adoración". Lo que Giotto no tenía forma de saber es que el cometa Halley, con su período de entre 76,5 y 79,3 años, apareció en 11 o 10 a. C., es decir, entre 4 y 7 años antes del nacimiento de Cristo. No puede asegurarse que el Halley haya inspirado el episodio de la Estrella de Belén, pero sí resulta interesante que casi con certeza, tanto la estrella del relato bíblico como la pintada por el maestro florentino sean el mismo cometa en dos apariciones separadas por trece siglos.
Por esta circunstancia, la Agencia Espacial Europea bautizó como "Misión Giotto" a la sonda que en 1986 se aproximó al cometa para estudiarlo.
El magi era un miembro de una tribu antigua de la Edad Media que se encargaba de las prácticas religiosas y los ritos funerarios. Cuando la tribu se convirtió al zoroastrismo los tres imperios persas reconocieron en los magi a los Guardianes del legado de Zaratustra.

A medida que se expandían sus conocimientos sobre el mundo, los magos de Persia incluyeron elementos de Babilonia como la astrología, la magia y la demonología. Sus ritos religiosos involucraban diferentes sustancias, desde miel y leche hasta aceite y ramas de tamarisco. Los cánticos y rezos también han sido una parte fundamental en sus hechizos y posteriormente los magos occidentales se inspirarían en estos procedimientos para llevar a cabo sus prácticas sobrenaturales.

La Adoración de los Reyes Magos por El Greco, 1568.
Los Evangelios solo hablan de «magos», en ninguna parte se indican sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres (número que posiblemente se deba a la cantidad de obsequios ofrecidos). Estas creencias fueron agregadas varios siglos después y se han mantenido en la tradición popular.
Según la creencia católica, estos magos eran representantes de religiones «paganas» de pueblos vecinos, que los Evangelios ven como las primicias de las naciones que aceptarán la religión católica.
Hacia el siglo I la imagen de los magos paso a relacionarse directamente con los hombres sabios. Los Reyes Magos mencionados en la Biblia respondían a la definición original del término mago, ya que se trataba de sacerdotes persas.


La Adoración de los Reyes Magos, en un cuadro de Durero.
El cambio de significado del término mago, de sacerdote a persona que ejerce magia o hechicería, se debe a la forma de asimilación que utilizó la iglesia cristiana. El objetivo fue convertir los rituales no cristianos en formas de hechicería y brujería que traerían consecuencias negativas para los practicantes y los adoradores de estas fuerzas oscuras.


Representación del cometa Halley en la escena XXXII del Tapiz de Bayeux. La inscripción en latín dice Isti mirant stella.
El tapiz de Bayeux, también conocido como Tapiz de la reina Matilde, es un gran lienzo bordado del siglo XI de casi 70 metros de largo que relata, mediante una sucesión de imágenes con inscripciones en latín, los hechos previos a la conquista normanda de Inglaterra, que culminó con la batalla de Hastings.
Creación - Entre 1066 y 1082
Bayeux - El tapiz de Bayeux, pincha aqui

El relicario de los Tres Reyes  es un relicario del que se dice contiene los huesos de los Reyes Magos, también conocidos como los Tres Sabios o los Magos. El relicario es un gran sarcófago triple, dorado y ricamente decorado colocado encima y detrás del altar mayor de Catedral de Colonia. Se considera el punto culminante del arte mosano y el relicario más grande en el mundo occidental.
El arte mosano es la denominación historiográfica con que se conoce el arte medieval que se desarrolló en el valle del río Mosa durante los siglos XI, XII y XIII. 
Las reliquias de los Magos fueron traídas de Milán por el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico Barbarroja, que se las entregó al arzobispo de Colonia, Reinaldo de Dassel en 1164. Desde entonces las reliquias de los Tres Reyes atrajeron una corriente constante de peregrinos a Colonia.Partes del relicario fueron diseñadas por el famoso orfebre medieval, Nicolás de Verdún, que empezó el trabajo en lo en 1180 o 1181. Tiene esculturas de oro elaboradas de los profetas y apóstoles, y de las escenas de la vida de Cristo. El relicario se completó cerca de 1225.La construcción de la actual catedral de Colonia se empezó en 1248 para albergar estas importantes reliquias. La construcción de la catedral tomó 632 años, para llegar a ser actualmente la iglesia gótica más grande de Europa septentrional.
El 20 de julio de 1864, el relicario se abrió, y fueron descubiertos restos de los Tres Reyes y monedas de Felipe de Heinsberg.
Los huesos se envolvieron en seda blanca y fueron devueltos al relicario.El Relicario de los Reyes Magos tiene unas dimensiones aproximadas de 110 cm de ancho, 153 cm de alto, y 220 cm de largo.
La tumba del arzobispo Felipe I von Heinsberg (1167-1191) es de alrededor del año 1300. Llama la atención por haber sido realizada en forma de un castillo fortificado con torres y puertas. Este diseño arquitectónico representa las murallas de la ciudad de Colonia. Durante su período de mandato se realizó la ampliación de las murallas de la ciudad, que caracterizó la imagen de Colonia hasta entrado el siglo XIX. La ampliación fue iniciada por los ciudadanos de Colonia sin la autorización del arzobispo, infringiendo sus derechos como máxima autoridad de la ciudad. En 1180 se llegó a un acuerdo: el arzobispo continuó la construcción de las murallas, y los ciudadanos corrieron con su financiación. 


martes, 27 de diciembre de 2016

La representación de la Natividad en el románico - Publio Sulpicio Quirinio - Herodes I el Grande - Santa Brígida de Suecia - Iconografia bizantina, occidental de la Natividad

RODA DE ISÁBENA. CATEDRAL DE SAN VICENTE
"Una de las pocas piezas de escultura románica cuya cronología se conoce con exactitud. Su frente principal muestra escenas del ciclo del Nacimiento de Jesús, en consonancia con la fecha de la celebración para la que fue realizado, el 27 de diciembre de 1170: Anunciación, Visitación, Nacimiento y Adoración de los Reyes Magos"

Claustro de la Catedral
Roda de Isábena es una localidad que pertenece al municipio de Isábena, en la comarca de Ribagorza, provincia de Huesca, Aragón, España.
En el mundo cristiano medieval, el Nacimiento de Cristo es, posiblemente, una de las imágenes más representadas. Son tantas las veces que hemos visto la imagen de la Natividad, que no apreciamos las importantes divergencias que existen entre ellas, debido a las interpretaciones y costumbres de las diferentes culturas, el lugar y el tiempo.

Y en cuanto a forma de anunciarse o de manifestarse lo divino, la estrella es también el lugar de donde, precisamente, baja para reencarnarse la divinidad. De ahí lo frecuente en nuestra cultura de personificar la estrella de Belén sobre el pesebre transfiriendo sus rayos al Niño recién nacido.
La representación de la Natividad es junto con la de la Crucifixión una de los episodios más representados en la iconografía cristiana y por tanto en el románico. Aparece con frecuencia en el arte paleocristiano (s. IV). En la iconografía románica aparecen como protagonistas de estas escenas los siguientes personajes:
  • Jesús, un niño recién nacido, que se suele ver envuelto en pañales y reclinado sobre el pesebre. En ocasiones es colocado en el suelo o sobre una especie de altar. Cuando de él emana luz que ilumina toda la escena se le conoce como "Niño luciérnaga".
  • María, que aparece recostada tanto en el arte bizantino como en el románico. A partir de las revelaciones de Santa Brígida se arrodilla ante el niño con devoción.
  • José, dormido o con una vela encendida. Aparece algo apartado de la escena hasta la Contrarreforma, momento a partir de la cual toma un papel destacado.
  • Ángeles, que cuando aparecen suelen ser ángeles músicos.
  • La mula y el buey. Calientan con su aliento al niño, acostado en el pesebre. Son citados en el Evangelio del Pseudo-Mateo, inspirándose en la cita del profeta Isaías y en la de Habacuc. Para algunos prefiguran a los dos ladrones que crucificaron junto a Cristo. Según otros, el buey representa a los judíos encadenados a la ley y el asno a los gentiles.
  • Estrella, que también proviene del Evangelio del Pseudo-Mateo.
En esta escena se daba a conocer a los fieles lo narrado en el evangelio de Lucas:
  • 2:1 En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. 
  • 2:2 Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba la Siria. 
  • 2:3 Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. 
  • 2:4 José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, 
  • 2:5 para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. 
  • 2:6 Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; 
  • 2:7 y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.´
La Virgen y San José registrándose en el censo ante el gobernador Quirinio. Mosaico bizantino. 1315 - 1320. Estambul.
Publio Sulpicio Quirinio, a veces llamado también Publio Sulpicio Quirino o Cirenio (en griego Κυρήνιος, c. 51 a. C. - 21) fue un aristócrata del Imperio romano, miembro del Senado y cónsul.
Su periodo como gobernador de Siria es uno de los anclajes cronológicos del nacimiento de Jesús de Nazaret.
Herodes  también conocido como Herodes el Grande  o Herodes I (probablemente en la región de Idumea, 73/74 a. C. - Jericó, región de Judea, 4 a. C.) fue rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea entre el 37 a. C. y el 4 a. C. en calidad de vasallo de Roma.
Fue conocido por sus proyectos constructivos colosales, entre los que están la expansión del Segundo Templo de Jerusalén (el Templo de Herodes), la construcción del puerto de Cesarea Marítima y las fortalezas de Masada y Herodión. Hay detalles de su biografía en la obra del historiador romano-judío del siglo I Flavio Josefo. Herodes también aparece en el Nuevo Testamento cristiano como el gobernante de Judea que ordenó la Matanza de los Inocentes (hecho de historicidad no probada) en la época del nacimiento de Jesús. Creó una nueva aristocracia prácticamente de la nada.
Maqueta del Segundo Templo de Jerusalén en el siglo I E.C.
En el Segundo Templo no estaban el Arca de la Alianza, ni su contenido que comprendía las Tablas de la Ley y la medida de maná, los Urim y el Thumim, la serpiente de bronce (destruida por Ezequías ya en el Primer Templo) y la vara de Aarón. Estos objetos sagrados desaparecieron después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor.
El candelabro de los siete brazos figura entre los expolios del Templo de Jerusalén. Relieve del Arco de Tito, Roma.
El Kotel es uno de los pocos vestigios arquitectónicos del Templo de Jerusalén. Los grandes bloques visibles en esta fotografía se remontan a la Antigüedad.
En el año 3 a. C. el emperador Augusto dividió la región de Palestina entre los sucesores de Herodes I.
Augusto de Prima Porta, estatua de César Augusto en el Museo Chiaramonti de la Ciudad del Vaticano.
Augusto (23 de septiembre de 63 a. C.-Nola, 19 de agosto de 14 d. C.) fue el primer emperador romano. Gobernó entre 27 a. C. y 14 d. C.,año de su muerte, convirtiéndose así en el emperador romano con el reinado más prolongado de la historia
El Nacimiento de Jesús de Giotto di Bondone en la Capilla de los Scrovegni de Padua.
Giotto di Bondone nace en Colle de Vespignano (Vicchio) en 1267 aunque para algunos críticos como Carlo Ludovico Ragghianti esta fecha se podría adelantar hasta una década, muere en Florencia el 8 de enero de 1337.
La iconografía bizantina muestra la escena de la Natividad en una gruta o cueva y dentro de un paisaje montañoso. La Virgen suele estar acostada en un lecho junto al recién nacido, acomodado en una cuna o en un pesebre, mientras San José ocupa en las imágenes orientales un segundo plano, adormilado o pensativo, situación que refleja las “dudas” de éste respecto a María. 
Retablo de la Capilla del marquesado de Esteva de las Delicias, en La Bañeza (León), obra realizadas por Nicolás Francés en el s. XV, actualmente en el Museo del Prado
Las imágenes occidentales del Nacimiento, que son posteriores a las bizantinas, se realizan en un pobre y ruinoso establo con María, José y el Niño como protagonistas de la escena, pero sin obviar la existencia de algún que otro personaje como pastores o ángeles, incluso animales. La Virgen aparece de rodillas adorando al Niño que se encuentra desnudo sobre un montón de paja o sobre su manto. San José, en este caso, imita a María o adquiere un papel activo y, a veces, preocupado por crear un ambiente agradable para madre e hijo.
La iconografía occidental de la Natividad se generaliza a partir del s. XV, motivada, principalmente, por la popularidad que adquirieren las Revelaciones de Santa Brígida de Suecia, obra de finales del XIV.

Una de las primeras manifestaciones que sigue las propuestas de las Revelaciones, es la tabla que se exhibe actualmente en la Pinacoteca Vaticana, realizada a finales del XIV por florentino Niccolò di Tommaso. En ella se muestra a Santa Brígida arrodillada a la derecha del cuadro, la Virgen en aptitud también de adoración se ha despojado del manto, mientras salen de su boca las palabras que, según la Santa, escuchó decir a María en su visión mística: Bene veneris, deus meus, dominus meus et filius meus. Son los primeros pasos de las representaciones de la Natividad inspirados en la obra de la Santa.
Otra obra trascendental que sigue el texto de Santa Brígida, se encuentra en el Museo de Hamburgo. Se trata de la tabla del Nacimiento de Cristo del artista alemán conocido como Maestro Francke, que forma parte del retablo de Santo Tomás Becket. Jesús está desnudo e iluminado, mientras la Virgen, de rodillas y con las manos juntas, se ha despojado del manto para dar a luz. De su boca surge una cartela que muestra el texto: Dominus meus, filius meus …, frase que, como hemos mencionado anteriormente, se recoge directamente en las Revelaciones.

Las imágenes occidentales, en cambio, reflejan la creencia de que María había tenido la prerrogativa de parir sin ningún sufrimiento. Esta última opción es la que se acabó imponiendo, influida poderosamente por las visiones de Santa Brígida: la Virgen, que no ha sufrido por el parto, se haya de rodillas con las manos unidas y adorando al Niño, que se encuentra desnudo e iluminado.
Santa Brígida de Suecia, nacida Brígida Birgsdotter, y patrona de Europa desde 1991, tuvo desde pequeña visiones místicas. A pesar de contraer matrimonio, dedicó toda su vida a peregrinar y difundir la fe. A principios del siglo XIV, junto a su marido, peregrinó a Santiago de Compostela acompañada de un gran séquito de eclesiásticos y seglares de ambos sexos y, según cuentan las crónicas, durante dos años largos realizó el Camino a pie. La comitiva hubo, sin duda, de pasar por la ciudad de León y visitar la catedral, que aunque todavía no tenía construidas en su totalidad las dos torres occidentales, debió despertar en la Santa y séquito una gran admiración.
Ya anciana, en 1372 viajó a Tierra Santa y a su llegada a Belén tuvo la visión del Nacimiento de Jesús, que se incluye posteriormente en las Revelaciones. Santa Brígida narra así los sucesos que rodearon el Nacimiento de Cristo:  Estaba yo en Belén, dice la Santa, junto al pesebre del Señor, y vi una Virgen encinta muy hermosa, vestida con un manto blanco y túnica delgada, que estaba ya próxima a dar a luz. Había allí con ella un anciano, y los dos tenían un buey y un asno, los que después de entrar en la cueva, los ató al pesebre aquel anciano, y salió fuera y trajo a la Virgen una candela encendida, la fijó en la pared y se salió fuera para no estar presente al parto...
Tras la publicación de las Revelaciones de Santa Brígida, fue importante para el desarrollo posterior de las imágenes de la Natividad, la celebración del Concilio de Trento en 1545 y las teorías y purgas iconográficas del jesuita flamenco Molanus. La Iglesia procedió a eliminar algunos elementos que formaban parte de los Apócrifos y aceptó la propuesta de la narración de Santa Brígida. De esta manera, desaparecen por ejemplo las comadronas-lavanderas, aunque la ortodoxa supresión de algunas de estas figuras no va a ser total. 

Spinello Aretino (La Natividad) - Evangelios apócrifos - Zelomi y Salomé (Las dos parteras) - Jaques Daret - Robert Campin - La catedral de Pisa

A Naval Battle by Spinello Aretino, Palazzo Pubblico in Siena, 1406-7

Spinello Aretino (Arezzo, c. 1350 - c. 1410) fue un pintor italiano, hijo de un florentino llamado Luca, que se refugió en Arezzo en 1310 cuando se exilió con el resto del partido de los Gibelinos.
Entre 1391 y 1392 Spinello pintaba seis frescos, que todavía permanecen en la pared sur del Campo Santo de Pisa, representando milagros de San Potitus y de San Ephesus. Para estos recibió 270 formas de oro.

Federico I de Hohenstaufen (Friedrich I, en alemán), llamado Barbarroja por el color de su barba; Barbarossa, en italiano, Rotbart, en alemán; (cerca de Ravensburg, 1122-Río Saleph, 10 de junio de 1190) fue desde 1147 duque de Suabia con el nombre de Federico III, desde 1152 Rey de los Romanos y a partir de 1155 emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
El reinado de Barbarroja representó el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico, el primero que le dio ese nombre. Fue responsable de afianzar el poder imperial tanto dentro de Alemania como en el norte de Italia, cuyas ciudades-estado se habían hecho independientes de facto. También fue quien introdujo un cuerpo legislativo unificado, acudiendo de nuevo al derecho romano.
Entre sus obras maestras se encuentran una serie de frescos pintados entre 1407 y 1408 en las paredes y las bóvedas de una capilla, en los edificios municipales de Siena; éstos también han sufrido mucho al ser repintados, pero siguen siendo los frescos más finos de los existentes de Spinello. Dieciséis de éstos representan la guerra de Federico Barbarroja contra la república de Venecia.
Evangelios apócrifos o extracanónicos es el nombre dado a escritos surgidos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret que no fueron incluidos posteriormente en el canon de la Iglesia católica, ni fueron aceptados tampoco por otras Iglesias cristianas históricas (Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana e Iglesias protestantes). Entre esos escritos se encuentran los Manuscritos de Nag Hammadi.
Imagen del códice II de Nag Hammadi, que muestra el final del evangelio apócrifo de Juan y el comienzo del evangelio de Tomás.
Los Manuscritos de Nag Hammadi o Biblioteca de Nag Hammadi, también conocidos como los Evangelios Gnósticos, son una colección de textos, en su mayor parte adscritos al Cristianismo Gnóstico Primitivo, descubiertos cerca de la localidad de Nag Hammadi, a unos 100 km de Luxor, en el Alto Egipto, en diciembre de 1945. Doce códices de papiro encuadernados en piel, y los restos de un décimo tercero, cuidadosamente guardados en una jarra de cerámica sellada y escondidos en unas grutas próximas (en el macizo montañoso de Jabal al-Tarif), fueron encontrados casualmente por un campesino llamado Muhammad Alí al-Samman.
Aunque escritos en copto entre los siglos III y IV e.c., se estima que los originales griegos perdidos de los que provendrían lo fueron entre los siglos I y II.
El hallazgo de la Biblioteca de Nag Hammadi en 1945 constituye, junto con los Manuscritos de Qumrán, el más grande descubrimiento de textos antiguos de la Edad Contemporánea. 

Los códices de Nag Hammadi se encuentran en la actualidad en el Museo Copto de El Cairo, Egipto.
En general, el término «apócrifo» deriva del verbo griego «apokrypto» (= esconder, poner aparte), en griego: από 'lejos', κρυφος 'oculto'; en latín: apócryphus, que originalmente significaba "ocultar lejos", y luego fue derivando en "oculto obscuro". Con él se califican una cantidad de libros que las Iglesias cristianas de los primeros siglos no reconocieron como parte de la Sagrada Escritura, pero que se presentan con nombres o características que los hacen aparecer como si fueran libros canónicos.
Spinello aretino, natività, 1400
Hacía un rato que José se había marchado en busca de comadronas. Mas, cuando llegó a la cueva, [María] ya había alumbrado [a Jesús]. Le dijo a ésta: "Aquí te traigo dos parteras: Zelomi y Salomé", pero ambas se habían quedado a la puerta de la cueva por el excesivo resplandor que la inunda (...)Mandó María que una de ellas entrar. Zelomi se atrevió a hacerlo y le dijo a María: "Permíteme que te palpe". Y cuando se lo hubo permitido María, exclamó: "¡Señor, Señor, misericordia! Jamás se ha oído ni ha podido caber en cabeza humana que estén henchidos los pechos de leche y que haya nacido un infante dejando virgen a su madre. Ninguna polución de sangre hay en el nacido. Ningún dolor en la parturienta. Virgen concibió, virgen dio a luz y virgen quedó después". La otra comadrona, llamada Salomé, al oír esto dijo: "No creeré jamás lo que oigo si yo misma en persona no lo compruebo". Y se acercó a María diciéndole: "Deja que te palpe para saber si es verdad lo que acaba de decir Zelomi". Asintió María, y Salomé extendió su mano, pero al tocarla ésta se le quedó seca y muerta. Entonces la comadrona empezó a llorar vehementemente (...)
Evangelio del Ps. Mateo. Evangelios Apócrifos. Biblioteca de autores cristianos. 5ª Edición. Madrid. 1985. Versión de Aurelio de Santos Otero

La Adoración del Niño, hacia 1434/1435, óleo sobre tabla, 60 x 53 cm, Madrid, Museo Thyssen-Bornemisza. La presencia de la parteras Zelomí y Salomé junto al recién nacido tiene como fuente el apócrifo evangelio del Pseudo Mateo, en el que las dos mujeres cumplían la función de testificar la virginidad de María después del parto. De forma semejante, Robert Campin había incluido ya a las dos mujeres en su Adoración de los pastores del Museo de Bellas Artes de Dijon, en la que Daret se inspiró también en cuanto a los aspectos compositivos y formales
 El Niño se concibe como fuente luminosa, figurada por el pintor mediante los rayos de oro que rodean su cuerpo desnudo, colocado directamente sobre la tierra. Este efecto luminoso, tomado de los Apócrifos, fue difundido por santa Brígida, quien cuenta en su relato que esa luz que emanaba del Niño anulaba la del candil que portaba san José (interpretado en nuestra pintura como una vela).
Jaques Daret (Tournai c. 1400/1405– después de 1468) fue un pintor primitivo flamenco. Hijo de un escultor, aparece documentado como aprendiz de Robert Campin en 1428, aunque es posible que residiese con él y su familia desde 1418. En el taller de Campin coincidió con 'Rogelet de la Pasture', que se presume sea Rogier van der Weyden, siendo este uno de los argumentos principales a favor de la identificación de Campin con el Maestro de Flemalle. 
La Natividad, Museo de Bellas Artes de Dijon.
Robert Campin (Valenciennes ?, ca. 1375/1379 – Tournai, 26 de abril de 1444 o 1445) fue un pintor primitivo flamenco. Documentado entre 1404 y 1444 como maestro pintor en Tournai (actual Bélgica), se le considera iniciador de la escuela flamenca junto a Hubert y Jan van Eyck y al frente de un importante taller en el que se formaron artistas como Rogier van der Weyden y Jacques Daret

La catedral de Santa María Asunta, en el centro de la Piazza dei Miracoli es la sede episcopal de la ciudad italiana de Pisa. Obra representativa del arte Románico, en particular del románico pisano, muestra el testimonio tangible del prestigio y de la riqueza alcanzados por la república marinera de Pisa en el momento de su apogeo.
El cuerpo de la basílica, con la célebre Torre de Pisa, que representa el campanil.
La torre comenzó a inclinarse tan pronto como se inició su construcción en agosto de 1173. Su altura es de 55,7 a 55,8 metros desde la base, su peso se estima en 14 700 toneladas y la inclinación de unos 4°, extendiéndose 3,9 m de la vertical. Tiene ocho niveles: una base de arcos ciegos con 15 columnas, seis niveles adornados con arcadas abiertas de medio punto, y un campanario en la cima. La escalera interna en espiral tiene 294 escalones. Está considerada, junto a la catedral de la que forma parte, una de las joyas del arte románico.


Fue iniciada en 1063-1064 por el arquitecto Buscheto, con la décima del botín de la empresa pisana contras las Islas Baleares. Se fundieron en ella elementos estilísticos diversos, clásicos, lombardo-emilianos, bizantinos y en particular islámicos para probar la presencia internacional de los mercaderes pisanos de aquellos tiempos. En el mismo año se iniciaba también la reconstrucción de la Basílica de San Marcos en Venecia, por lo que puede colegirse que también hubo cierta rivalidad entre las dos repúblicas marineras para crear el lugar de culto más bello y suntuoso. 


El interior de la catedral consta de cinco naves longitudinales y tres naves transversales, con una cúpula de forma oval cuya altura es de 51 metros. El altar mayor, ricamente ornamentado, tiene un hermoso crucifijo de bronce. Entre sus tesoros más valiosos figura un fresco de Chirlandaío (el maestro de Miguel Ángel) y otras obras de arte de pintores famosos como Giovanni Cimabue (fundador de la Escuela florentina) y Andrea del Sarto quien, con Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel, componen la élite del Alto Renacimiento italiano (siglos XV y XVI).
Al inicio, el edificio tenía planta de cruz griega y la cúpula sobre el cruce de ambos brazos. Hoy tiene planta de cruz latina con cinco naves con ábside y transepto de tres naves. El interior sugiere un efecto espacial similar al de las grandes mezquitas.

Púlpito del Baptisterio de Pisa de Nicola Pisano


Esta obra de Nicola Pisano realizada entre los años 1259 y 1260 va a ser la primera de una esplendorosa serie de grandes púlpitos repartidos por la región italiana de la Toscana. Y curiosamente también Nicola Pisano (1205 – 1280 aprox.) es el primero de una larga saga familiar de escultores, los Pisano, que se inician en el siglo XIII y continúan trabajando con éxito durante gran parte del siglo siguiente.
Y todo ello para soportar y elevar el propio púlpito, protegido por cajas con relieves. Una de las escenas de estas cajas es el “Nacimiento de Jesús”, donde une tres episodios en el mismo relieve: la Anunciación, el Nacimiento y el Anunciamiento a los pastores. Se trata de una composición todavía muy medieval, con el característico horror vacui, algo que conlleva unas formas poco realistas. Y también en la composición se aprecia las formas de la Antigüedad, como en la figura yacente de María que recuerda a la de las matronas romanas. Un homenaje a la escultura clásica que también se aprecia en muchas otras partes del púlpito, como por ejemplo en otro panel con relieve que muestra la Adoración de los Reyes Magos, donde el cortejo recuerda escenas romanas en la que los reyes vencidos rendían pleitesía al emperador.

“La Anunciación, el nacimiento de Jesús y la adoración de los pastores” Unifica en un solo panel las tres escenas, lo que será común en él y en su hijo a partir de ahora. La imagen de la Virgen está claramente inspirada en la de Phaedra del Sarcófago encontrado en el Camposanto de Pisa, pero Nicola da su toque personal y la hace propia. La realización de ésta figura a la manera de las matronas romanas es plenamente clásica, ya sea en su peinado como en el tratamiento de los ropajes y el rostro.
“Adoración de los Magos”, aprovecha la realización de las figuras de los Magos para hacer un estudio de las tres edades del hombre. 

lunes, 26 de diciembre de 2016

Tríptico de la Adoración de los Magos (El Bosco)

La Adoración de los Magos o Tríptico de la Epifanía es un tríptico del pintor neerlandés El Bosco. Es un óleo sobre tabla, cuyas medidas son de 138 x 72 cm para la tabla central, y de 138 x 33 para las tablas laterales. Está firmado en el compartimento central, en el ángulo inferior izquierdo: JHERONIMUS BOSCH.

Tríptico de la Adoración de los Reyes (cerrado).
Aparece una grisalla con la Misa de san Gregorio, tema muy representado durante el todo el arte medieval, y alcanza el Renacimiento, como puede verse en un grabado sobre el mismo tema de Durero (1511). Relata el momento en el que al papa Gregorio, mientras celebra una misa en el Vaticano, se le aparece Jesucristo, con los atributos de la Pasión.
 En los reversos, con el tema de la misa de san Gregorio en semigrisalla, se incluyen otros dos donantes. El joven es el hijo de los comitentes, Jan Scheyfve, y el anciano debe ser Claus Scheyfve, el padre de Peeter, fallecido antes de 1495, pertenecientes a la alta burguesía de Amberes.
Tradicionalmente se creía que fue pintado para una capilla de la catedral de Bolduque. No obstante, más recientemente se ha desestimado esa posibilidad, entendiendo que era propiedad de Jehan Kassembrood, de Bruselas, cuyas propiedades fueron confiscadas en 1567 por el Duque de Alba; estaba casado con Wilhelmina Bronchorst, cuyo escudo aparece en el tríptico. El duque lo envió al rey Felipe II; en 1574 el rey lo envió al Monasterio de El Escorial, ubicándose en el oratorio. Está identificado con una Epifanía que el padre José de Sigüenza describió en El Escorial. En 1839 pasó a formar parte de la colección del Museo del Prado de Madrid, donde se encuentra en la actualidad.

El cuadro se encuentra en buen estado de conservación, conservando incluso su marco original.

En el panel izquierdo figura Peeter Scheyfve, protegido por san Pedro y con su divisa, Een voert al (Uno para todos), y en el derecho su segunda esposa, Agneese de Gramme, protegida por santa Inés.

En el ala izquierda está el donante, Peter Bronckhorst, identificado gracias al escudo familiar con la inscripción «Een voer al» (Uno para todos). En segundo plano aparece un hombre sentado sobre una cesta y protegido bajo un precario tejadillo, seca sus ropas al fuego. La opinión generalizada es que se trata de san José intentando secar los pañales del Niño. Mediante la desaparición de José de la tabla central, desplazándose a la izquierda, hace de esta compleja epifanía, además, una escena de género.
Es considerada como una de las obras más bellas y refinadas del pintor junto con El Jardín de Las Delicias. En este cuadro, el Bosco asocia lo divino a lo fantástico de una manera más serena que en obras anteriores

Aunque el título no lo sugiere, se trata de un tríptico con un gran contenido simbólico, donde las intrusiones extrañas, frecuentes en las obras del pintor, se deslizan en esta apacible escena.
Detalle de la tabla central: Ciudades del fondo.

El pintor representa a personajes extraños, que realizan movimientos inexplicables dentro del contexto sagrado que se presupone. Toda la escena principal se encuentra rodeada de símbolos del mal, como los dos pastores sobre la cabaña o los ejércitos que atraviesan la escena; incluso las construcciones sobre el fondo tienen un aspecto antropomorfo e inquietante.

En las ofrendas de los reyes y en sus trajes se incluyen las escenas del Antiguo Testamento que prefiguran la Adoración de los Magos en la Biblia pauperum (Biblia de los pobres). El Bosco hace gala de su maestría como pintor, patente en la opulencia de los trajes de los magos y de sus ofrendas, en la riqueza de los materiales y en el modo magistral con que traduce con pinceles finísimos los toques de luz, como si los dibujase, según se constata en el grupo del sacrificio de Isaac representado en uno de los presentes. La ofrenda del primer mago, situada junto a su rico casco, a los pies de la Virgen, es un adorno de mesa hecho en oro y perlas en el que se representa como se ha dicho el tema del sacrificio de Isaac, que prefigura el del propio Cristo en la cruz, idea que contribuye a reforzar el que se apoye sobre unos sapos, alusivos al pecado


En la esclavina metálica del segundo mago, que ofrece al Niño mirra en una bandeja de plata, se incluye, arriba, uno de los temas que la Biblia pauperum asocia con la Adoración de los Magos, la reina de Saba ofreciendo sus presentes a Salomón . Abajo se incorpora la ofrenda que hacen Manoa y su mujer después de que Dios les comunique el nacimiento de su hijo Sansón, que asimismo prefigura el nacimiento de Cristo. 


El tercer mago tiene en la mano su ofrenda, un recipiente de forma esférica para contener incienso. En él se representa a Abner arrodillado ante el rey David, ofreciéndole que las tribus del norte de Israel se sumen a las del reino de Judá, la otra escena que, junto a la de la reina de Saba, prefigura la Adoración de los Magos en la Biblia pauperum. Sobre la esfera está posada el Ave Fénix, que evoca la Resurrección de Cristo, cogiendo un grano con su pico. Cabe reseñar en este tercer mago, además de la cenefa de su manto blanco, las hojas de cardo que adornan sus hombros y su cuello y que aluden a la Pasión de Cristo y, por tanto, a la Redención. También se debe resaltar la cenefa del bajo de la túnica del paje negro con el motivo del pez grande comiéndose al chico -realizado directamente con el color-, que debe interpretarse en el contexto de salvación que da sentido a toda la representación del tríptico. 

LA BIBLIA PAUPERUM - la Biblia ilustrada de los pobres
Salomón y la reina de Saba - Los magos ante el niño Jesús - Ester y el rey Asuero.

El Anticristo, a la puerta del pesebre -bajo la forma de una cabaña de Brabante-, apenas cubre su cuerpo con una capa y un velo transparente. Prueba del carácter maléfico que otorga el pintor a este personaje es el búho que se oculta por encima de él, en la parte superior del henil, mirando al ratón muerto que se convierte en su presa. También le dan un cariz maligno los personajes que están a su lado en el interior de la cabaña, entre ellos una mujer de rasgos feos, deformados por su expresión, que lleva un tocado antiguo al igual que algunos demonios representados por el Bosco. 


Completan esta escena de la Adoración al Niño los seis pastores situados en el extremo derecho, que encarnan tradicionalmente al pueblo judío. En el paisaje del fondo, tras la cabaña, el Bosco representó a la izquierda una casa cuya enseña, un cisne, así como el palomar en lo alto, identifican como un burdel. A él se dirige un hombre que tira del ronzal de una cabalgadura sobre la que va montado un mono, alusivo a la lujuria. En un plano más bajo dos ejércitos desplegados a izquierda y derecha cabalgan uno en dirección al otro. Por sus tocados orientales se han asociado con las huestes de Herodes buscando a Jesús para matarlo. La ciudad que se recorta al fondo contra el celaje debe ser Belén. Aunque el pintor se deje llevar aquí por su fantasía, y sus edificios adopten formas orientales, no falta el molino fuera de sus muros, junto al que el Bosco despliega un tercer grupo de jinetes.