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sábado, 7 de septiembre de 2013

Historia de la caricatura en el Reino Unido (2) - Los viajes de Gulliver

James Gillray 

(Chelsea, 13 de agosto de 1757 – 1 de junio de 1815), algunas veces conocido como Gilray, fue un caricaturista británico y grabador, famoso por sus aguafuertes basados en sátiras políticas y sociales, publicados principalmente entre 1792 y 1810. Entre sus caricaturas más recordadas están las que fueron dedicadas a Jorge III y a Napoleón I.



Pequeña-muñeca, el gran creador francés de pan de jengibre, sacando una tanda de reyes, y su hombre, el furioso Talley mezclando la masa (en inglés Tiddy-Doll, the Great French Gingerbread Maker Drawing out a New Batch of Kings. His Man, Hopping Talley, Mixing Up the Dough), 1806.


El pudín de ciruela en peligro (en inglés, The Plumb-Pudding in Danger). (1805)

William Pitt, lleva un uniforme militar y sombrero, sentado en una mesa con Napoleón. La rebanada de Pitt es considerablemente más grande que la de Napoleón
  
William Pitt (apodado el Joven) (28 de mayo de 1759- 23 de enero de 1806), fue un político y estadista británico, Primer Ministro del Reino Unido en dos períodos por un total de dos décadas, además de la persona más joven en ocupar dicho cargo y premier británico. Además fue Ministro de Hacienda del Reino Unido en tres ocasiones y permaneció desde 1781 hasta 1800 como Miembro de la Cámara de los Comunes del Reino Unido.








L'Assemblée Nationale (1804), fue considerada una de las caricaturas "más talentosas que jamás ha existido", en parte debido al gran parecido de los personajes con sus equivalentes reales. El príncipe de Gales pagó una gran suma de dinero para que se eliminara la impresión y se destruyera la placa.
Robert Seymour 

(1798-1836) era un británico ilustrador. Seymour es conocido por sus ilustraciones de las obras de Charles Dickens y por sus caricaturas.

Lápida de Seymour en el Museo de Charles Dickens

El 20 de abril 1836: Robert Seymour se suicidó en su casa de Londres.


Seymour se quitó la vida dentro de las 24 horas de su última reunión con Dickens, después de completar la ilustración final - llamada Muerte de un payaso - de la primera novela del escritor, los Pickwick Papers.



Portada original de la edición de 1837
con la firma autógrafa de Dickens.

Los papeles póstumos del Club Pickwick, también conocida como Los papeles del Club Pickwick, (en inglés: The Posthumous Papers of the Pickwick Club) fue la primera novela publicada por el escritor británico Charles Dickens. Está considerado como una de las obras maestras de la literatura inglesa.

Inicialmente fue publicada por entregas entre abril de 1836 y noviembre de 1837, y cada una de sus entregas se convertía en un acontecimiento literario. En un principio, la obra debía ser una narración inspirada en los grabados que había realizado Robert Seymour acerca de un "club Nimrod" de cazadores cómicamente inexpertos, pero el texto no tardó en imponerse a su ilustración.
En torno al protagonista se agrupa un club de extravagantes personajes, cuyas peripecias, narradas con gran sentido del humor, pueden interpretarse como una sátira de la filantropía. La figura más notable de la novela, después de la de Pickwick, es la de su criado Sam Weller.











George Cruikshank



(Bloomsbury, Londres, 27 de septiembre de 1792 - 1 de febrero de 1878) fue un caricaturista e ilustrador inglés. En su juventud fue conocido por sus sátiras contra la monarquía y los políticos, por los que fue apodado en su época «el Hogarth moderno», y en su madurez se volcó en la ilustración de diversos libros ingleses concernientes a la política y la sociedad; el más famoso, Oliver Twist de Charles Dickens.

Nació en una familia vinculada al mundo de la caricatura: su padre era el caricaturista escocés Isaac Cruikshank, y su hermano menor Isaac Robert también se dedicaría al mismo género.

George comenzó su larga carrera con ilustraciones satíricas que atacaban a la familia real y a otros importantes personajes políticos, tal como hacían James Gillray y Thomas Rowlandson. Se cuenta que en 1820 recibió de la casa real un soborno de cien libras, cifra entonces cuantiosa, a cambio de no ridiculizar al nuevo monarca Jorge IV.

Continuó creando caricaturas sociales acerca de la vida británica para populares publicaciones como The Comic Almanack (1835-1853) y Omnibus (1842). Sus críticas eran imparciales ya que se dirigían a todas las facciones del Parlamento de Londres, si bien en ocasiones fue muy radical y cayó en el racismo al aludir a irlandeses y chinos con viñetas groseras.
En 1831 empezó a centrar sus esfuerzos en las ilustraciones de libros. Trabó especial relación con Charles Dickens: ilustró tres de sus obras e incluso participó como actor en su compañía de teatro amateur. Su labor más recordada para Dickens fue la ilustración de Oliver Twist: este relato se publicó por entregas mensuales, entre febrero de 1837 y abril de 1839, cada una acompañada de una ilustración suya.

Luego, la relación entre Cruikshank y Dickens se rompió; el artista se volvió radicalmente abstemio y combatió con sus viñetas el consumo de alcohol y tabaco, cuestión muy polémica en el Londres de la época. Dickens defendía un consumo moderado y Cruikshank no transigía en esto. Fallecido Dickens, el grabador publicó una carta en el periódico The Times acusando a Dickens de apropiación o plagio: según él, Oliver Twist se basaba en un argumento suyo. La cuestión suscitó mucho debate, pero Cruikshank no obtuvo beneficio de ello.








Isaac Cruikshank (Padre de George Cruikshank)






La noche de bodas por Isaac Cruikshank 

Los viajes de Gulliver



Es una novela de Jonathan Swift, publicada en 1726. Aunque se la ha considerado con frecuencia una obra infantil, en realidad es una sátira feroz de la sociedad y la condición humana, camuflada como un libro de viajes por países pintorescos (un género bastante común en la época). 


El viajero Gulliver se ve arrastrado por el mar hasta unos extraños países. Uno, Liliput, habitado por enanos. Otros, por gigantes o por caballos pensantes. En ellos reflexionará sobre la condición humana.


(JOSE MANUEL FAJARDO)

Los viajes de Gulliver es uno de los mejores exponentes de la llamada literatura de aventuras y un clarísimo ejemplo de que ésta no es ni mucho menos una simple diversión. Al contrario, la amenidad y el entretenimiento, que son sus grandes virtudes formales, están al servicio de la reflexión y de la profundización en el alma humana y en los conflictos del individuo con la sociedad.

La obra goza de la mirada irónica, crítica, incluso feroz que caracteriza al autor. La fórmula empleada por Swift es la misma que utilizara ya Thomas More en Utopía, dos siglos antes: el cuento de los viajes de un aventurero hasta unas islas desconocidas en las que hay sociedades extrañas que le sirven para, confrontándolas con Inglaterra, poner de relieve las carencias y contradicciones de la sociedad de su tiempo.

La aventura de Gulliver en el país de Liliput, donde los habitantes son poco más grandes de tamaño que un dedal, y por tanto él se convierte en temible gigante, ha alcanzado popularidad universal. El poder, la arbitrariedad, la guerra y la capacidad de coexistencia de los pueblos se convierten en el objetivo de sus ácidos comentarios.

Algo parecido a lo que sucede en el país de los gigantes, donde Gulliver es un enano. Y en la mejor tradición utópica, Swift termina el libro con el viaje al país de los houyhnhnms, caballos inteligentes que son capaces de construir una sociedad en armonía y justicia.



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