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martes, 8 de octubre de 2013

(II) William Blake - John Milton - Samuel Palmer - El mito de la “Arcadia Feliz”

John Milton (Londres, 9 de diciembre de 1608-ibídem, 8 de noviembre de 1674) fue un poeta y ensayista inglés, conocido especialmente por su poema épico El paraíso perdido (Paradise Lost). Políticamente fue una figura importante entre los que apoyaron la Mancomunidad de Inglaterra. Ocupó el puesto de ministro de lenguas extranjeras bajo el mandato de Oliver Cromwell y sus tratados políticos fueron consultados para la redacción de la Constitución de los Estados Unidos de América.

John Milton
No es casual que Milton fuera uno de los pilares de ese mito, hasta el punto de protagonizar una obra homónima que se cuenta entre los grandes poemas épicos de Blake. Más que Shakespeare, John Milton era el gran poeta nacional, el autor de una obra (Paradise Lost) que rivalizaba con la mismísima Biblia como relato de la Creación y Caída del hombre. 
El poeta que «mató» en dos ocasiones al Rey Carlos IA pesar de su veta mística, pocos escritores han vivido una época tan convulsa con tanta intensidad como Milton. Partidario del regidicio del «tirano» Carlos I, Milton fue un autor que, al menos simbólica o literariamente, ejecutó al Rey dos veces. Primero con un tratado publicado a la muerte del Monarca, que justificaba la rebelión contra sus abusos y el castigo. Inmediatamente después, durante la república de Cromwell, el Lord Protector, Milton fue nombrado secretario de Lenguas Extranjeras por el consejo de Estado. Y la primera misión que le encomendaron al autor de la «Areopagítica», como el mayor y más temprano activista de la libertad de expresión, fue responder al libro «Eikon Basilike» (Retrato Real), un panfleto que narraba la visión de las islas británicas y el continente supuestamente escrito por el Rey en vísperas de su ejecución.El texto salió poco después de la decapitación, que había acontecido el 30 de enero de 1649. Tenía un tono emotivo y humano, lo que suponía un arma propagandística. Milton respondió en octubre con «Eikonocastes» (Destructor de imágenes), que es una segunda ejecución simbólica que pinta al tirano en toda su crudeza amputando la visión emotiva del librito anterior.
Carlos I de Inglaterra y de Escocia (en inglés, Charles I of England and Scotland; Dunfermline, Escocia, 19 de noviembre de 1600 - Palacio de Whitehall, Londres, 30 de enero de 1649), fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, desde el 27 de marzo de 1625 hasta su ejecución en 1649.
Poco después, en 1652, Milton perdía la vista y se retiraba de la vida pública. Con la restauración se dedica al «Paraíso perdido», una visión del mundo erosionado, bajo la espada de fuego, del futuro de la dignidad humana, oscurecido apenas por el mordisco de la manzana bajo el signo de la libertad individual.
El paraíso perdido (Paradise Lost en idioma inglés) es un poema narrativo de John Milton (1608-1674), publicado en 1667. Se lo considera un clásico de la literatura inglesa y ha dado origen a un tópico literario muy difundido en la literatura universal.
Sobrepasa los 10 000 versos escritos sin rima. El poema es una epopeya acerca del tema bíblico de la caída de Adán y Eva. La obra trata, fundamentalmente, sobre el problema del mal y el sufrimiento en el sentido de responder a la pregunta de por qué un Dios bueno y todopoderoso decide permitirlos cuando le sería fácil evitarlos.
Samuel Palmer

Londres 1805 - Redhill 1881 - Pintor y grabador -Romanticismo Inglés 
Hijo de un librero, recibió una interesante educación en su propia casa debido a su delicada salud. Desde los trece años estudió dibujo, conociendo en 1822 a Linnell, quien en un primer momento fue su guía artística, haciéndole conocer a los maestros del Renacimiento y el Barroco así como a trabajar directamente del natural. En estos primeros momentos también encontramos en la obra de Palmer influencias de Turner. 
El encuentro con William Blake en 1824 será fundamental al estimular sus facultades imaginativas. Al año siguiente se trasladó a Shorendan donde desarrollará una mística religiosidad, trabajando en paisajes cargados de simbolismo cristiano. Se convertirá en líder de un grupo de jóvenes artistas llamados los Antiguos muy influenciados por la poesía de Blake.


Hacia 1832 regresaba a Londres olvidándose de su misticismo y contrayendo matrimonio. Estuvo dos años en Italia -pintando paisajes cercanos al naturalismo romántico- y a su regreso se ganó la vida dando clases, acercándose en sus obras a los gustos académicos del momento.







El mito de la “Arcadia Feliz” no es otra cosa que la evocación onírica de una realidad que nunca existió. Una especie de paraíso perdido en la antigüedad griega, en la que el hombre sencillo era capaz de vivir en perfecta sintonía con la naturaleza. Abundancia, paz, dicha y felicidad enmarcadas en una primavera eterna, protagonizada por pastores, hombres y mujeres desbordantes de alegría por vivir, componían el sueño histórico  de la armonía social perfecta.

Quizá la Arcadia Feliz y Perfecta nunca existió más allá de los poetas griegos y renacentistas, pero la esencia de su ser, en un reto por alcanzar la perfección más allá de lo posible, motivó la idea de que un mundo más justo y más feliz era posible. Una idea que sin duda ha sido el motor de progreso socioeconómico de las últimas décadas. Una idea en la que muchos nos instalamos y a la que no estamos dispuestos a renunciar.


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