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jueves, 20 de febrero de 2014

Matthias Grünewald - El Retablo de Isemheim (Su obra maestra)

Originalmente Mathis Gothardt (hacia 1470, Wurzburgo, actual Alemania - † 31 de agosto de 1528, Halle) fue un pintor e ingeniero hidráulico alemán renacentista. Pintó principalmente obras religiosas, especialmente escenas de crucifixión sombrías y llenas de dolor. El carácter visionario de su obra, con sus expresivos color y línea, contrasta con la obra de su contemporáneo Alberto Durero. Sus pinturas son conocidas por sus formas dramáticas, colores vívidos y el tratamiento de la luz.

Juan Evangelista (largo tiempo considerado un autorretrato) de Grünewald
Se lo nombró pintor oficial e ingeniero hidráulico de la corte en 1509, desempeñando el cargo para dos arzobispos de Maguncia sucesivos, Uriel von Gemmingen y Alberto de Brandeburgo, en la Renania alemana hasta 1525. Parece que tuvo que abandonar el puesto en 1525 por su adhesión a la revuelta campesina, así como al protestantismo.
Se instaló en Estrasburgo y allí se convirtió en maestro de Durero, el cual, con el paso del tiempo, requirió su colaboración en Nuremberg. En los primeros años del siglo XVI fundó un taller de pintura en Seligenstadt, en el que, al parecer, realizó una serie de plafones conocidos como "Altar de Lindenhart". 
Grünewald, mediante una intensidad con sus colores y la agitación de la línea, dio a sus escenas religiosas una fuerte expresividad dramática. Su obra fue rescatada del abandono a fines del siglo XIX por las vanguardias, que se vieron reflejadas en ella, y la consideraron como un antecedente de su propia oposición ante la representación naturalista tradicional. 
Grünewald, aunque conoció las innovaciones del Renacimiento italiano y las supo transmitir a su discípulo de Nuremberg, se apartó decididamente de este espíritu renovador para concentrarse en el gótico tardío, en los estertores de una Edad Media que agonizaba, abrazándose apasionadamente con la otra reforma, la luterana, y con los entusiasmos revolucionarios e iluministas que provocaron el estallido de la guerra de los campesinos con Thomas Müntzer a la cabeza. Quizás fue éste el motivo que le obligó a refugiarse en Frankfurt y después en Halle, donde falleció en 1528.
El compositor del siglo XX Paul Hindemith basó su ópera de 1938 Mathis der Maler en la vida de Grünewald.
Es conmemorado como artista por la iglesia luterana el 6 de abril.


El Retablo de Isenheim 
(En alemán, Isenheimer Altar, y en francés, Retable d'Issenheim) es la obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald. Fue elaborado entre los años 1512 y 1516. Está formado por 9 paneles, siendo el más conocido su tabla central, con una Crucifixión, que mide 269 cm de alto, y 307 cm. de ancho. Está pintado al temple y óleo sobre panel de madera de tilo. El políptico abierto alcanza alrededor de 7,70 metros de por 5,90 metros.
Se exhibe actualmente en el Museo de Unterlinden de Colmar, Alsacia, Francia, donde es indudablemente su pieza principal y que le otorga su renombre internacional. Se expone en la capilla, donde todo está colocado para realzar su valor.
Está considerada una de las mejores obras de dos grandes maestros de la época: el pintor alemán Grünewald por los paneles pintados (1512-1516) y Nicolas de Haguenau para la parte esculpida (1500).
Está consagrado a san Antonio y proviene del convento de la orden de los antoninos en Isenheim al sur de Colmar.

Análisis
El retablo de Isenheim es un retablo políptico cuyas distintas configuraciones podían ilustrar los distintos períodos litúrgicos durante el culto de acuerdo a las fiestas correspondientes. Tiene dos conjuntos de alas, mostrando tres configuraciones distintas, y que se articulan en torno a un altar tallado compuesto de esculturas. El conjunto estaría debajo de un montante gótico esculpido y dorado.
Las escenas que contiene son de una intensidad dramática poco común, excepcional para su época. No está excluida de esta obra la fantasía, lo que la acerca al Bosco, ni cierto manierismo que hace de este artista un genio aislado e inclasificable.



Es una obra apasionante. Hay elementos en ella de una extraña violencia, casi desagradable. Expresa un misticismo violento. Ilustra las tendencias artísticas de Grünewald: el expresionismo y el realismo de la carne lastimada, uniendo en la misma obra la sobriedad de la composición y del fondo negro con la complejidad y la sobrecarga de la puesta en escena, sumergida en un paisaje colorido, una luz tan pronto solar como pálida, un color denso o traslúcido (Carrassat).
El Retablo de Isemheim  (Su obra maestra)
La Crucifixión es la escena representada en los dos paneles centrales del Retablo de Isemheim cuando está cerrado, obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald. El retablo elaborado entre los años 1512 y 1516. Esta tabla central es la imagen más conocida de dicho retablo, y mide 269 cm de alto, y 307 cm. de ancho. Está pintado al temple y óleo sobre panel de madera de tilo. Se encuentra en el Museo de Unterlinden en Colmar (Francia).



El eje central es la Cruz en la que está Jesucristo, ligeramente descentrado. Jesucristo está crispado, y casi putrefacto, con heridas purulentas. La cruz de madera ha sido realizada a partir de un árbol groseramente tallado. Su brazo horizontal se comba al sostener el cuerpo imponente de un hombre martirizado, retratado en el último espasmo que precede a la muerte. Las manos clavadas a la cruz parecen contorsionarse convulsamente, los brazos se extienden desarticulados por encima de la cabeza reclinada sobre el pecho, cubierta de una impresionante corona de espinas; la boca deshecha por el dolor parece haber exhalado ya el último suspiro.

Esta imagen de la Crucifixión se ve con el retablo cerrado. Es una imagen dotada de una dramática expresividad.


Sección interior, con escultura y a los lados las Tentaciones de san Antonio y La visita de san Antonio a san Pablo.
Ernst Gombrich comenta en estos términos la escena:
Como un predicador de la Pasión, Grünewald no ahorró nada para expresar los horrores de la cruel agonía: el cuerpo moribundo de Cristo está deformado por la tortura de la cruz; las espinas de los látigos penetraron en las heridas supurantes que recubren toda la figura. La sangre de color rojo oscuro contrasta claramente con el verde pálido de la carne. Cristo crucificado expresa el significado de su sufrimiento a través de las facciones y del conmovedor gesto de las manos.
Junto a la cruz se encuentra María, con velo y blanco hábito monacal, con un rostro que parece bellísimo en la palidez del agotamiento. No es una figura resignada, sino angustiada al descubrir el cuerpo de su hijo crucificado. Se retuerce las manos hasta hacerse daño.



A la Virgen la sostiene piadosamente san Juan vestido de rojo, cuyo corte de pelo y rasgos faciales tienen el aire de un joven estudiante alemán.






A los pies de ellos, la Magdalena implora a Cristo. Viste un amplio manto color rosa, se retuerce en el lamento y tiende las manos juntas hacia la cruz. Envejecida, la Magdalena se tiende como un arco, con el cuerpo y con los brazos, y mira angustiada, a través del velo que le cae sobre los ojos, el cuerpo martirizado de Cristo.
San Juan Bautista señalando a Cristo
A la derecha se ve a Juan el Bautista, que señala con el dedo el cuerpo lívido e inanimado de Jesús. Viste una grosera pelliza de pelo de camello; tiene estatura elevada, los cabellos revueltos y una barba descuidada; lleva en la mano las escrituras, y con un índice desmesurado, señala didácticamente la figura de Cristo. A sus pies, el Cordero de Dios (símbolo de aquel Jesús que él ha bautizado) tiene el pecho herido y una copa recoge el fluir de la sangre que de allí sale. A sus espaldas, en el agujero de penumbra que envuelve el angustioso silencio de la escena, se lee Illum oportet crescere, me autem minui ("Es preciso que él crezca y que yo disminuya), extraído del Evangelio según san Juan (3,30), donde el Bautista declara haber sido enviado para anunciar a Cristo.



El paisaje que se despliega a partir del patíbulo en un crepúsculo de muerte, permite vislumbrar las aguas estancadas de un río.
Podría decirse que es en la representación del martirio que tiene esta obra de Grünewald la razón de su existencia, como si a través del pintor alemán se abriese el camino que llevará al Grito de Munch; pero no hay parte alguna de la tabla, comenzando por la imponente presencia del Bautista, que no tenga también un significado teológico, estudiado previamente con el comitente, el abad Guido Guersi, con un intento didáctico que se dirige a los enfermos que el monasterio de Isemheim hospedaba.

Observa el escritor francés Joris-Karl Huysmans que:
Este Cristo espantoso, moribundo sobre el altar del hospicio de Isemheim parece hecho a imagen de los afectados por el fuego sagrado que le rezaban, y se consolaban con el pensamiento que el Dios al que imploraban había probado sus mismos tormentos, y que se hubiese encarnado en una forma repugnante como la de ellos, y se sentían menos desventurados y menos despreciables.



 










Trias Romana es el título de un dibujo a tiza sobre papel realizado por el pintor alemán Matthias Grünewald. Mide 19,9 cm de alto, y 27,2 cm. de ancho. Es una de las últimas obras de su autor, creada en torno al año 1525. Se encuentra en el Gabinete de grabados de los Staatliche Museen de Berlín (Alemania).


Este dibujo es el último que se sabe que proviene con seguridad de la mano de Grünewald. Es además el único dibujo o cuadro que contiene una referencia a los acontecimientos de la época. Dado que ilustra un escrito de la iglesia reformada, se toma como una indicación de que él apoyaba abiertamente una renovación radical de la iglesia.

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