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miércoles, 10 de junio de 2015

(2ª parte) La II Guerra Mundial - Invasión de China por Japón - El Anschluss - La anexión de los Sudetes - Italia se apunta a las conquistas - Polonia

Invasión de China por Japón


La guerra en el Pacífico, que constituirá el otro escenario de II Guerra Mundial, fue iniciada por Japón. El gobierno japonés, ya en 1931, había ordenado la intervención de su ejército en el territorio chino de Manchuria, un año después crea allí un estado-satélite denominado Manchu-Kuo. A este territorio le siguió, en 1937, el inicio de la guerra contra China.  Con ello se producía el inicio de la II guerra Mundial en esa zona.

El frente de los dictadores se reforzaba constantemente. En noviembre de 1936, Alemania y Japón firmaron el Pacto Antikomintern, dirigido contra la Internacional Comunista. En noviembre de 1937 Italia se une también al Pacto.

El avance japonés ha sido grande, dejando prácticamente sin acceso al mar y sin Marina a China, y arrinconándolos en el interior del país, forzándolos a abandonar la capital, Beijing, y la ciudad de Shangai.
Consecuencias:
  • 500.000 soldados chinos han muerto
  • 12.000 civiles chinos murieron como daños colaterales a los enfrentamientos urbanos
  • La Armada China, exceptuando 20 barcos, ha sido destruida
  • China pierde 5 puntos de su PIB al perder amplias zonas industriales
  • Japón obtiene para el siguiente periodo 3 puntos para su PIB
  • 100.000 soldados japoneses han muerto
  • Japón pierde 2 escuadras de cazas
  • Japón pierde 20 tanques
  • Japón obtiene la capital, Beijing, amplias zonas industriales, y un cordón de entre 10 y 70 km de grosor alrededor de toda la costa China
  • La población del interior de China se rearma como milicia para defender su patria
Los golpes de fuerza de Hitler: la marcha hacia la II Guerra Mundial

Cartel que conmemoraba el anschluss o anexión de Austria por parte de Alemania.
Mientras tanto, Hitler, seguro de su preponderancia militar, pasó de la destrucción de las cláusulas del Tratado de Versalles a la etapa ulterior: la creación de la Gran Alemania, Hitler era consciente de que el peligro era mayor y de que la guerra podía estallar. Hitler expuso sus planes expansionistas a sus principales colaboradores en la conferencia secreta conocida como Protocolo Hossbach (finales de 1937), Hitler aplicaría sus planes, son los llamados golpes de fuerza. Sin embargo, Francia e Inglaterra no se decidieron a intervenir hasta el cuarto golpe de fuerza.


El primer golpe: El Anschluss o anexión de Austria por Alemania

El expansionismo alemán había comenzado pocos años después de la llegada de Hitler al poder. Primero se centró en la remilitarización de la orilla izquierda del Rhin para posteriormente forzar la anexión de Austria y más tarde presionar a las potencias occidentales de Francia y Gran Bretaña para obtener el control de la zona conocida como los Sudetes, en el norte de Checoslovaquia, dónde residían unos 3 millones de personas consideradas como alemanes. Una vez obtenido el control sobre los Sudetes en la Conferencia de Munich de 1938 ya nada le impedía al régimen nazi apoderarse de Bohemia y Moravia (República Checa) e instalar un protectorado sobre Eslovaquia. 
Este golpe de fuerza fue aceptado sin reacción, se contentaron con protestar, tanto por Gran Bretaña como por Francia
Sin embargo, la sorpresa mayor llegó el 23 de agosto de 1939 cuando el mundo conoció la alianza entre la Alemania Nazi y la URSS comunista. Una unión nacida con un objetivo: despedazar Polonia entre ambos. Hitler por otra parte se aseguraba la neutralidad soviética ante la inminente guerra contra Francia y Gran Bretaña. 

El segundo golpe: la anexión de los Sudetes

De izquierda a derecha: Chamberlain, Daladier, Hitler y Mussolini
Los Sudetes es una zona del noroeste de Checoslovaquia donde vivían tres millones de alemanes que eran bien tratados por los checos. Estos alemanes pedirán la autodeterminación. Para apoyar a este minoría alemana Hitler desplazó 750.000 soldados a la frontera con Checoslovaquia y reforzó la frontera con Francia por si había alguna reacción de ésta ya que era aliada de Checoslovaquia. El riesgo de guerra era inminente, ante esta circunstancia y a instancias de primer ministro británico Chamberlain se reunieron el 29 de setiembre de 1938 en la Conferencia de Munich el inglés Chamberlain, el francés Daladier, Hitler y Mussolini. En esta conferencia se aceptó la anexión de los Sudetes por Hitler a cambio de que diera garantías a Francia y Gran Bretaña de que con eso acababan sus ambiciones. Chamberlain pensaba que se había evitado la guerra, Hitler firmó unos compromisos que sabía que incumpliría: tras los Sudetes vendrían otros territorios. En definitiva, en esta Conferencia se manifestó la impotencia y debilidad de las democracias que cedieron ante Hitler y sacrificaron a Checoslovaquia, que por entonces era el único país de la Europa Oriental que mantenía la democracia como sistema de gobierno.



El tercer golpe: el resto de Checoslovaquia y Memel. Italia se apunta a las conquistas

Con la incorporación de los sudetes y de Austria la situación de Checoslovaquia era desesperada, formaba una cuña que se adentraba en Alemania. Tras la Conferencia de Munich y la anexión de los sudetes Checoslovaquia había quedado debilitada y Hitler decide ocupar (16 de marzo de 1939) la parte Checa y Eslovaquia se convierte en un país independiente bajo tutela alemana.

Seis días después de la ocupación de Checoslovaquia Hitler se anexiona Memen (en Lituania- 23 de marzo), una ciudad declarada libre en el tratado de Versalles.

En abril de 1939 Mussolini invadía Albania. Ese mismo mes, Francia y Gran Bretaña estaban dispuestas a intervenir ante una próxima anexión. Mientras, Hitler y Mussolini firmaban una coalición militar: el Pacto de Acero (mayo de 1939), por el que Alemania e Italia se aliaban militarmente.


El cuarto golpe: Polonia

¿Hasta cuándo durará la luna de miel?
Caricatura de la aproximación entre Hitler y Stalin
Todos sabían que el siguiente paso sería Polonia. Así, tras la desintegración de Checoslovaquia, Hitler planeó invadir Polonia. Comenzó por exigir la anexión de Danzig, ciudad internacionalizada pero poblada por alemanes, y una vía extraterritorial a través del "corredor" para unir Alemania con Prusia Oriental. 

Los ministros de Exteriores ruso y alemán (Molotov y Ribbentrop)
La postura de la URSS en esta situación era muy importante. Gran Bretaña y Francia, ante la nueva amenaza, garantizaban las fronteras a Polonia e iniciaron negociaciones con la URSS en marzo de 1939, pues una alianza con los soviéticos podía detener a Hitler. Pero había una desconfianza mutua y los polacos se resistían a que tropas rusas pudieran entrar en territorio polaco en caso de agresión alemana. Stalin, mientras tanto, venía entablando negociaciones secretas con los alemanes. El 23 de agosto se firmaba un Pacto germano-soviético de no agresión y los ministros de Exteriores ruso y alemán (Molotov y Ribbentrop) incluyeron una cláusula secreta para repartirse Polonia y los Países  Bálticos.

Mapa de las fronteras acordadas en el pacto Ribbentrop-Mólotov, y mapa de las fronteras a las que se llegó realmente en 1939.
En la madrugada del 1 de setiembre de 1939 las tropas alemanas invaden Polonia: hoy sabemos que desde el 3 de abril había dado la orden de invadir Polonia el 1 de setiembre de 1939; respaldado por el acuerdo germano-soviético, Hitler mantuvo la fecha y comenzó el ataque. Dos días más tarde, el día 3, Francia y Gran Bretaña le declaran la guerra: Ha estallado la II Guerra Mundial



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