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sábado, 6 de junio de 2015

Emil Nolde, degenerado y genial (pintor expresionista) - Die Brücke (El Puente)

Goebbels, con gabardina, visita una muestra dedicada por el nazismo al arte degenerado, donde se expusieron 48 pinturas de Nolde. Entre ellas, El Cristo y la pecadora y Las vírgenes locas y las vírgenes prudentes (izquierda).
  • Le acusaron de racista y de nazi, pero también de bolchevique
  • Admirador de Cristo, sus obras fueron rechazadas por el arte religioso
  • Goebbels quería que el nazismo adoptase el expresionismo como estética

Emil Nolde era un tipo imposible. De entrada no se llamaba Nolde sino Hensen, pero nació -en 1867- en un pueblecito cuyo nombre adoptó como apellido. Era alemán pero se creía danés. Durante muchísimos años se consideró "el más perseguido y menospreciado" de los pintores de su generación pero, cosas de la vida, a partir de 1920 fueron muchos los museos alemanes que compraron su obra. Le acusaron de ser racista, de nazi. También de bolchevique, de meapilas y de anticlerical. Hasta de degenerado y de ingenuo. En 1934 se afilió al partido nazi, pero en 1938, cuando se organizó en Múnich la célebre exposición dedicada al Entartete kunst (Arte degenerado), 48 pinturas de Nolde figuraban entre las acusadas. Luego quemaron unas cuantas y otras las vendieron a coleccionistas estadounidenses. 

Goebbels le consideraba el mejor artista alemán vivo hasta que en 1941 le prohibió pintar. Él pasó los años de la guerra consagrado a fabricar pequeñas acuarelas clandestinas, que bautizó como "imágenes no pintadas". Precisamente, el ministro Goebbels tenía en su despacho varias pinturas de Nolde pero, cuando Hitler las descubrió y las calificó de unmöglich (imposibles), las obras dejaron de decorar el lugar. Por una vez, Hitler tenía razón: Nolde era un pintor imposible.
Die Brücke (El Puente) es la tendencia artística de un grupo de pintores alemanes expresionistas reunidos en Dresde entre 1905 y 1913.
La pintura del grupo Die Brücke es una de las primeras expresiones de las vanguardias del siglo XX. Busca experimentar e innovar, pero también efectuar una protesta contra academicismos y ciertos «ablandamientos» y rebuscamientos típicos de la Belle Époque. En rigor Die Brücke, como Der Blaue Reiter, señala el fin de tal época y trasunta el inicio de un periodo de crisis.

Ernst Ludwig Kirchner, Potsdamer Platz, 1914
Fundadores
El grupo lo fundan estudiantes de arquitectura con influencias del Jugendstil y Hermann Olbrich.
  • Ernst Ludwig Kirchner (1880-1938)
  • Erich Heckel (1883-1970)
  • Fritz Bleyl (1880-1966)
  • Karl Schmidt-Rottluff (1884-1976)
En 1906 se suman al grupo Max Hermann Pechstein (1881 - 1955) y Emil Nolde (1867 - 1956). En 1910 también se añade Otto Müller (1874 - 1930).
Painting of the group members by Ernst Ludwig Kirchner 1926/7
Un personaje sin parangón, que creyó haber dado forma "al alma alemana" y cuyo enraizamiento le hizo creer en el orgullo patriótico de los nazis. Un expresionista que los miembros de Die Brücke (el grupo de pintores "el puente") quisieron instrumentalizar; un admirador de Cristo cuyas obras fueron rechazadas en 1912 por las exposiciones de arte religioso de Bruselas o Colonia. 


La crucifixión
El paraiso perdido
La conversión de Santa María Egipciaca
Jesús entre los niños
Retablo La vida de Cristo, tríptico de 1911 y la obra más destacada de la faceta espiritual de Emil Nolde.
Hoy, su "retablo" -en realidad, nueve telas sobre La vida de Cristo, concebidas con la forma de un tríptico- aguanta la comparación con un auténtico retablo, el de Issenheim, pintado por Matthias Grünewald en 1513, para Nolde "la obra más potente del arte alemán".


El Retablo de Isenheim (en alemán, Isenheimer Altar, y en francés, Retable d'Issenheim) es la obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald. Fue elaborado entre los años 1512 y 1516. Está formado por 9 paneles, siendo el más conocido su tabla central, con una Crucifixión, que mide 269 cm de alto, y 307 cm. de ancho. Está pintado al temple y óleo sobre panel de madera de tilo. El políptico abierto alcanza alrededor de 7,70 metros de por 5,90 metros.Se exhibe actualmente en el Museo de Unterlinden de Colmar, Alsacia, Francia
Matthias Grünewald, originalmente Mathis Gothardt (hacia 1470, Wurzburgo, actual Alemania - † 31 de agosto de 1528, Halle) fue un pintor e ingeniero hidráulico alemán renacentista. Pintó principalmente obras religiosas, especialmente escenas de crucifixión sombrías y llenas de dolor. El carácter visionario de su obra, con sus expresivos color y línea, contrasta con la obra de su contemporáneo Alberto Durero. Sus pinturas son conocidas por sus formas dramáticas, colores vívidos y el tratamiento de la luz.

 Es una ciudad y comuna en el departamento de Alsacia del Alto Rin, Francia.
En 2007 Colmar tenía una población 66 560 habitantes.

Juguete en manos de los políticos o de las academias de la época, Nolde sobrevive por su tozudez de artista. Nada le aparta de su camino. Esperaba, deseaba ser amado por todos, recibir reconocimiento y condecoraciones, pero su éxito es siempre fruto de equívocos, de su cooptación por gente que espera servirse de él. Goebbels quería que el nazismo adoptase la estética expresionista como conexión con la modernidad. Su rival en materia de política cultural, Alfred Rosenberg, defendía la corriente völkisch, un entronque con las tradiciones populares. Hitler zanjó el debate y optó por un neoclasicismo de titanes, un helenismo de autopista. Ahí no había lugar para la cosmogonía de Nolde.


Emil Nolde, Das Meer III, 1913
Entre 1913 y 1914, el pintor es invitado a una expedición oficial a Nueva Guinea. Se trataba de "estudiar las condiciones sanitarias en las colonias alemanas". La potente serie de dibujos y pinturas que Nolde realiza allí nos lo descubre como alguien admirado ante la humanidad de unos hombres que viven en comunión con la naturaleza. Y también como un ciudadano capaz de indignarse ante los horrores del colonialismo, tal y como prueba el informe que redacta "denunciando el saqueo por parte de los países extranjeros de todas las riquezas artísticas y culturales de los insulares". En ningún momento Nolde razona como un nazi o un racista, ni muestra menosprecio por una supuesta civilización "inferior" o "negroide".




Su obra nos muestra un Nolde potente, ensimismado en una búsqueda personal, que asimila las lecciones de maestros como Van Gogh, Munch o Gauguin. Un tipo sensible a la comedia humana y a su teatro social pero también a los temas eternos. Un artista que atraviesa el siglo -y sus dos devastadoras guerras- sin comprender sus intríngulis políticos, un colorista arriesgado que rechaza el humor.



Murió en 1956. Tres años antes había recibido la muy honrosa "medalla del mérito". Ahí acababa el particular viaje de un artista denostado primero, ensalzado luego y renacido tan sólo cuando ya hubo fallecido. Un tipo que, en cualquier caso, nunca dejó de ser un campesino de ojos muy azules y la cabeza dividida entre dos vientos y dos mares, el que soplaba desde el Báltico y el que lo hacía desde el mar del Norte.

Fuente: Cuatro rincones de París en EL VIAJERO




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