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domingo, 20 de diciembre de 2015

(II) Museo Thyssen-Bornemisza - Edvard Munch. Arquetipos (Recorrido por la exposición)

Recorrido de la exposición

Melancolia
En obras como Atardecer inauguró un tipo de composición que utilizaría posteriormente en diferentes versiones de Melancolía, en las que, con un lenguaje sintético de pinceladas ondulantes, comunica conceptos subjetivos. Lo mismo ocurre en Madre e hija o en las distintas versiones de Dos seres humanos, en las que logra transmitir el sentimiento de soledad o ensimismamiento a través de una acusada bidimensionalidad y de las actitudes corporales de unos personajes que quedan paralizados en una especie de tensión estática. En los grabados, Munch prueba todo tipo de recetas para explotar plásticamente la materialidad de la superficie de la plancha o del bloque de madera, que incorpora a la composición.

“Atardecer”, 1888. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
“Madre e hija”, 1897. Nasjonalmuseet or Kunst, Oslo 
Muerte
Tanto en La niña enferma, una imagen de la que realizó seis versiones pictóricas entre 1886 y 1927 y varios grabados, como en todas las escenas dedicadas al tema de la muerte, la textura juega un papel fundamental para plasmar una reflexión sobre el miedo aterrador del ser humano a la muerte. Los gruesos empastes atraen nuestra atención hacia la superficie pictórica, como si a través de la materialidad de la pintura Munch quisiera simbolizar la materialidad de la carne deteriorada de los muertos. 

'Agonía', 1915, Edvard Munch, Munch-Museet, Oslo '
Pánico
Durante la segunda mitad del siglo XIX, el nuevo ambiente de las ciudades, abarrotadas por las masas, transformó el modo en que el hombre moderno percibía su relación con el mundo. Las patologías emocionales de la gran ciudad -la angustia, la ansiedad y la incertidumbre- que sustituyeron súbitamente a los viejos ideales y convicciones, se vieron reflejadas en imágenes como AnsiedadEl grito, o Pánico, en las que el entorno urbano aparece representado como un lugar de estrés y agitación, donde el hombre se ve sometido a una experiencia traumática.

“Ansiedad”, 1896. Sterling and Francine Clark Art Institute, Massachusetts

Mujer
La imagen cambiante de la mujer, esencial en la retórica del simbolismo, se convirtió en el centro del universo pictórico de Munch. La mujer aparece en su pintura idealizada o demonizada según dos arquetipos contrapuestos: la femme fragile, esto es, la mujer ideal, casta y delicada, y la femme fatale, la mujer amenazadora y seductora. 


“Cenizas”, 1925. Munch-museet, Oslo.
El lienzo de gran formato titulado Mujer representa la trinidad de la naturaleza cambiante del sexo femenino: a la izquierda, la femme fragile, una joven virgen vestida de blanco; en el centro, la femme fatale desnuda, invitando al acto sexual; y a la derecha, la mujer madura, abstraída y marchita. Pubertad, arquetipo por excelencia de la femme fragile a punto de convertirse en mujer, dialoga con Cenizas, Madonna o Pelirroja con ojos verdes, en las cuales la mujer adopta un papel de dominación y seducción.

Mujer en tres etapas

Melodrama
Las pinturas de la serie de La habitación verde reproducen algunos de los viejos temas sobre el amor y los celos pero con un toque más amargo, cercano al melodrama. Los personajes se transforman en actores que se mueven en un pequeño escenario frente a nuestros ojos, con expresiones distorsionadas de ansiedad y dolor. La factura sintética propia del periodo simbolista se hace aquí más violenta y expresionista. Por otra parte, en Mujer llorando y Consolación, Munch se aleja del arquetipo de mujer dominante que nos mira de frente y nos presenta un símbolo de lamentación y ruptura trágica.

Celos
Mujer llorando 
Amor
De todos los misterios del universo pictórico de Munch, ninguno es tan inescrutable como el del amor. La mayoría de las veces su mirada se deleita en el lado oscuro de la relación amorosa y Eros está presente como una amenaza que deriva en dolor. 


Donde mejor se aprecia esta tensión entre amor y dolor es en las series dedicadas a El beso y a la Mujer vampiro, en las que el beso de una pareja abrazada se contrapone al mordisco mortal de la mujer vampiro.

Mientras que en El beso la secuencia de las diferentes versiones nos permite seguir la progresión hacia una mayor plenitud y abstracción de la imagen, en Mujer vampiro vemos a una mujer que en los diferentes escenarios atrapa al hombre, no sólo psicológicamente sino también con su larga cabellera, que crea una forma piramidal que envuelve a la pareja.

Mujer vampiro
Nocturnos
En las escenas ambientadas en las luminosas noches del norte, Munch desarrolló todo un repertorio de signos para acentuar el contenido psíquico. La noche se vuelve amenazante en La tormenta, misteriosa en Bajo las estrellas o poética en Noche estrellada o en La casa roja en la nieve. La simplificación de las formas y el intenso juego de contraluces hacen que seamos atraídos por la magia de esas experiencias anímicas.


Bajo las estrellas 1900-1905







“La tormenta”, 1893. MoMA, Nueva York.
Vitalismo


Desde su regreso definitivo a Noruega en 1909, después de dos décadas de exilio voluntario entre Francia y Alemania, Munch se centró en nuevos motivos plásticos más vitalistas y terrenales con un estilo colorista y monumental. En sus pinturas aparecen temas inéditos como el del trabajo agrícola, las escenas rurales o las estaciones del año. El símbolo del Árbol de la Vida como metáfora de la cadena evolutiva, que en ocasiones combina con el tema de Adán y Eva, refleja su idea del mundo en permanente metamorfosis.

Fertilidad, de Edvard Münch.1899-1900
Frente al árbol de la vida, y ataviados con ropas campesinas, aceptan con gestos sobrios y medidos, un lejano eco de la visión moderna de Adán y Eva, frente al árbol del Paraiso...la curva de su vientre brinda una vida nueva
También la serie dedicada a Las niñas en el puente jugó un papel primordial en la transformación del arte de Munch a comienzos del siglo XX por su estilo colorista y alegre.






Desnudos
La figura humana desnuda fue un tema central en la obra de Munch, pero en la mayoría de los casos el cuerpo le servía para formular sentimientos de pasión, ansiedad o dolor. Sin embargo, en los desnudos aislados realizados con modelos en su estudio, la belleza sensual y física del cuerpo es prioritaria sobre la expresión del sentimiento.

Por otra parte, el tema clásico del artista y la modelo interesó especialmente a Munch en las décadas finales de su carrera, cuando, después de su largo deambular por diferentes ciudades, el estudio de Ekely se convirtió para él en un espacio de experimentación y de reflexión sobre las aspiraciones de su arte.

Desnudo femenino de rodillas 1919 


Mis preferidos:


Retrato de mi hermana Inger, 1884


Separación 1896



Madre muerta con niña 1897-1899
Autorretrato


La voz, 1893
Cuatro niñas en Aagaardstrand 1902
Mujer en el mirador 1924
Las cuatro edades 1902
Los cuatro hijos del Dr. Max Linde 1903
Primavera, 1889
Los solitarios (Noche de verano) perteneciente al "Friso Reinhardt" 1906-1907
Desnudo parisino, 1896
1900: La danza de la vida
 Golgata (Golgotha), 1900
Hombre y mujer 1898



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