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viernes, 18 de noviembre de 2016

(2) La tradición de lo fantástico en el arte - Políptico de Gante - Hubert y Jan van Eyck

El retablo la Adoración del Cordero Místico, también conocido como Altar de Gante, es un políptico de doce tablas al óleo realizado por los hermanos Hubert y Jan van Eyck, por encargo de Joos Vyd y su esposa, Elisabeth Borluut. Fue pensado para la iglesia de San Juan de Gante (actual Catedral de San Bavón), donde aún permanece.
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Abierto mide 340 x 440 cm, siendo uno de los retablos de mayores dimensiones del norte de Europa en el siglo XV.

El tema central es la narración bíblica sobre la redención del hombre por el sacrificio de Jesús, ofreciendo una lectura de la Teología cristiana desde la Anunciación (en su exterior) hasta la Adoración del Cordero (en su interior).

Normalmente se mostraba cerrado, pero en las festividades se abría, dejando a la vista los colores vibrantes del interior.


Presunto retrato de Giotto, atribuido a Paolo Uccello.
Paolo di Dono, más conocido como Paolo Uccello (Pratovecchio?/Florencia?, 15 de junio de 1397 - Florencia, 10 de diciembre de 1475), fue un pintor cuatrocentista y matemático italiano que destacó por su obra pionera en la perspectiva visual en el arte.
Giotto di Bondone nace en Colle de Vespignano (Vicchio) en 1267, muere en Florencia el 8 de enero de 1337. Reconocido artista de la época desarrolló varios ámbitos artísticos, destacando la poesía, escultura, arquitectura y sobre todo la pintura, considerándose este autor del Trecento uno de los iniciadores de movimiento renacentista en Italia, su obra tuvo una influencia determinante en los movimientos pictóricos posteriores.
Autorretrato
 Masaccio (San Giovanni in Altura, hoy San Giovanni Valdarno, Arezzo, 21 de diciembre de 1401 – Roma, otoño de 1428) fue un pintor cuatrocentista italiano. A pesar de la brevedad de su vida, su obra tuvo una importancia decisiva en la historia de la pintura. Generalmente se considera que fue el primero en aplicar a la pintura las leyes de la perspectiva científica, desarrolladas por Brunelleschi.
Catedral de Santa María del Fiore - Florencia
Filippo Brunelleschi (1377 - 15 de abril de 1446), fue un arquitecto, escultor y orfebre renacentista italiano. Es conocido, sobre todo, por su trabajo en la cúpula de la Catedral de Florencia Il Duomo. Sus profundos conocimientos matemáticos y su entusiasmo por esta ciencia le facilitaron el camino en la arquitectura, además de llevarlo a la invención de la perspectiva cónica.
Una serie de referencias esotéricas que llenan el retablo de simbolismo escondido, muy del gusto de los pintores flamencos junto a referencias cultas a la pintura italiana del Trecento, a Giotto e incluso a su contemporáneo, el pintor renacentista Masaccio, confieren al cuadro un notable interés, ya que los autores fueron capaces de reelaborar los elementos simbólicos dentro de los elementos visibles. Pero es su aporte innovador a la representación de la realidad y al desarrollo del espacio pictórico lo que sitúa este retablo como un hito en la historia del arte ya que marca la transición de la pintura gótica a la del Renacimiento.
La representación iconográfica de la Deesis incorporaba desde el siglo IX la tradición de mostrar a la Virgen y a San Juan como intercesores de las almas ante Dios en el día del Juicio Final. Sin embargo, el retablo se aleja de la representación tradicional al renunciar al motivo de la intercesión de la Virgen y San Juan. Aquí en lugar de rogar a Cristo por las almas de los difuntos, aparecen estudiando las escrituras. Igualmente, Juan el Bautista difiere de la tradición iconográfica al señalar a Dios en lugar de al Cordero —motivo que ya aparece en el panel inferior—. La corona situada sobre el suelo, evoca el dominio del mundo por Dios.
Representación iconográfica de la Deesis
Las tres figuras centrales de los paneles superiores remiten a la forma iconográfica de la Deesis. Esta iconografía, propia del arte bizantino, muestra un Cristo en majestad o pantocrátor con la Virgen y Juan el Bautista a derecha e izquierda.


Los paneles superiores de los extremos representan a Adán y Eva, a izquierda y derecha respectivamente. Están desnudos, no idealizados, sino con cuerpos extremadamente reales. Probablemente el artista se situó frente a modelos desnudos que reprodujo con honestidad.
Se trata de los primeros desnudos monumentales en la pintura flamenca.
Los protagonistas están separados, cada uno en un extremo del retablo, y la escena no muestra los elementos iconográficos tradicionales como el árbol, la serpiente, u otras plantas y animales del jardín. Han sido pintados con su púdica hoja, y Eva sostiene la fruta por la que fueron expulsados del Jardín del Edén, que en este caso no es una manzana, sino una fruta cítrica. Su vientre hinchado hace referencia a su papel como madre de toda la humanidad.
Existe un efecto de trampantojo en el pie de Adán, que parece avanzar fuera del marco, dotando a la pintura de mayor perspectiva tridimensional. 

Cuando en 1781 el emperador José II de Habsburgo visitó la catedral de San Bavón, encontró los personajes de Adán y Eva de un naturalismo desagradable, lejano a los desnudos idealizados del arte clásico. Con este motivo se separaron estas tablas y fueron depositadas en los archivos de la catedral. En el siglo XIX, las representaciones desnudas de Adán y Eva volvieron a sufrir la censura, y los paneles fueron sustituidos por reproducciones vestidas realizadas por el pintor belga Victor Lagye, que aún se conservan en la catedral de Gante.
Reproducciones vestidas de Adán y Eva
José de los Emperadores (José Alastuey de los Emperadores) (13 de marzo de 1741 – 20 de febrero de 1790), fue un archiduque austriaco del siglo XVIII y luego Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de 1765 a 1790, Rey de Hungría (1780-1790) y Rey de Bohemia (1780-1790).
Sus contemporáneos lo admiraban por su gran cultura y habilidad para gobernar, e incluso muchos historiadores modernos y actuales lo consideran un genio.
No se ha podido establecer con total certeza el grado de participación de Jan y Hubert van Eyck en los distintos paneles del retablo. El hermano mayor, Hubert van Eyck, murió en 1426, y probablemente Jan tomó el relevo. Sin embargo se desconoce el estado de la obra en aquel momento. En 1823 se descubrió en el marco una cuarteta rimada que decía que fue comenzado por Hubert van Eyck «del cual no existe mejor» y que Jan, «segundo en el arte», lo concluyó en 1432. Estas líneas se leen unidas cuando el retablo está cerrado, y la fecha aparece cifrada en un cronograma que se descifra al leer algunas de las letras como números romanos. Los expertos se han basado en técnicas de datación, en análisis del estilo y en documentos para intentar determinar el grado de participación de cada autor, pero no han podido llegar a conclusiones. Además, no hay duda de que un retablo de estas dimensiones fue realizado con la participación del taller. Se puede suponer que tanto Hubert como Jan practicaban un estilo pictórico muy parecido, que los colaboradores del taller imitaban.


El arcángel Gabriel a la izquierda y la Virgen María a la derecha; entre ellos, el espacio de una habitación con una ventana y con un nicho.
Las figuras de los donantes, Joos Vijdt y Lysbette Borluut y las imágenes de sus protectores, San Juan Bautista y San Juan Evangelista, parte del Políptico de Gante, realizado por los hermanos Van Eyck.
Las dos profetisas están encima de la habitación que hay entre el ángel y la Virgen. A los lados, en lunetos, los profetas Zacarías y Miqueas, autores de libros proféticos del Antiguo Testamento. Están representados en una especie de antepecho y mirando hacia abajo con libros que hacen el efecto de sobresalir del marco.
Justo debajo hay una escena de la Anunciación con el arcángel Gabriel a la izquierda y la Virgen María a la derecha, de manera que el luneto con el profeta Zacarías queda encima de Gabriel y el profeta Miqueas sobre la Virgen.
El retablo se mostraba cerrado durante la mayor parte del año, abriéndose solamente los días de fiesta. En comparación con los colores vibrantes del interior, la vista cerrada ofrece escenas de colores más sobrios.
En la parte superior hay cuatro figuras que predijeron la llegada de Cristo. Dos de ellas pertenecientes a la tradición pagana y dos a la tradición bíblica. Los cuatros personajes dirigen la composición hacia la escena de la Virgen de las tablas inferiores, ya sea a través de la mirada o la orientación de sus caras y cuerpos. Sobre ellos flotan textos en filacterias.

Las dos mujeres son sibilas, que eran profetisas de la mitología griega. Se trata de la sibila de Cumas y la sibila Eritrea, que durante la Edad Media se pensaba que habían anunciado la llegada de Jesús.

La sangre de Jesús es recogida en la copa, lo que se relaciona con el mito del Santo Grial.
 En el cielo surge la paloma, símbolo del Espíritu Santo, que ilumina la escena. El Cordero está rodeado por catorce ángeles, algunos de ellos con los símbolos de la Pasión (la cruz, la columna, la corona de espinas, la lanza, la esponja). Delante, la fuente de la vida de la que nace un arroyo, cubierto de joyas.
El Políptico de Gante también es conocido como del Cordero Místico, precisamente a causa de este panel que es el de mayor tamaño de toda la obra y el de mayor importancia iconográfica. El centro de la escena lo protagoniza el Cordero sobre un altar. Su sangre brota del pecho y llena el cáliz, lo que simboliza la figura de Cristo y su sacrificio en la cruz. Además, sobre él se encuentra la paloma del Espíritu Santo. Le rodean varios ángeles, algunos con los instrumentos de la Pasión (la cruz, la columna, los clavos...) mientras otros aromatizan el aire con incensarios. Ante este grupo central, abajo, tenemos una fuente de bronce con un vástago de oro rematado con la escultura de un ángel. Es la fuente de la vida, de la que mana el agua que da la vida eterna. Es la referencia al Bautismo y la conversión al cristianismo, justo bajo la referencia a la Eucaristía que veíamos en el altar y el cáliz lleno de sangre. La fuente está rodeada por dos semicírculos de personajes arrodillados, en actitud de adoración: a la izquierda están los doce profetas y a la derecha, los catorce apóstoles (incluyen a Matías, Pablo y Bernabé, y no está Judas). Tras ellos, a la izquierda tenemos a los Patriarcas, entre los cuales resulta interesante destacar a uno proveniente del mundo pagano: el hombre con barba que viste una túnica blanca sería el poeta Virgilio, muy popular en la cultura medieval. A la derecha, los papas y obispos. Por último, saliendo del bosque tenemos a los dos grupos de santos mártires, hombres y mujeres. Se les distingue porque llevan las palmas del martirio. Entre las mujeres se reconoce a Santa Ursula, Santa Bárbara, Santa Inés y Santa Dorotea.

Mártires mujeres se reconoce a Santa Ursula, Santa Bárbara, Santa Inés y Santa Dorotea.
Paganos y judíos
Papas y obispos
La iglesia católica
Junto al panel central hay paneles laterales que también representan a grupos de personas. Los paneles de la izquierda muestran a Los jueces justos y a los caballeros cristianos. A la derecha, se encuentran los ermitaños y los peregrinos, acompañados por el gigante San Cristóbal, patrón de los viajeros.
El panel de los jueces justos fue robado en 1934 y a pesar de las investigaciones y de las denuncias sobre su paradero, se cree destruido. Fue reemplazado en 1945 por una copia hecha por Jef Vanderveken.
Los jueces justos y  los caballeros cristianos
 Los grupos de la derecha son los de ermitaños y peregrinos, muy relacionados entre sí.
El de los ermitaños lo cierran dos mujeres; por el ánfora que lleva la de la izquierda en la mano podemos deducir que se trata de María Magdalena (en la identificación que se hacía hasta hace poco entre la santa y la anónima que derramó perfume a los pies de Jesús), la otra entonces, según lo habitual en las caracterizaciones de los santos, es santa María Egipcíaca, también, junto con la Magdalena, modelo de ermitaños.
La columna de los peregrinos va precedida por un gigantón: se trata de san Cristóbal, a quien la leyenda le atribuía ese enorme tamaño.
El retablo de Gante tiene una historia material compleja, pues se trata de una obra de arte muy codiciada que ha sido víctima de varias agresiones y de al menos seis robos. En consecuencia, las diferentes tablas han sido desunidas en varias ocasiones, permaneciendo separadas unas de otras por largos periodos de tiempo.
En el año 1566 se desunió para esconderlo de las revueltas calvinistas, que estaban destruyendo muchas obras de arte sacro de acuerdo a la mentalidad iconoclasta.
El retablo recuperado de las minas de sal de Altaussee al final de la Segunda Guerra Mundial
En 1794, las cuatros tablas centrales fueron enviadas al Louvre por las tropas de Napoleón, pero en 1815 Luis XVIII de Francia las devolvió como señal de agradecimiento a la ciudad donde encontró refugio. Las alas laterales se vendieron el año siguiente, y tras varias ventas intermedias acabaron en la Gemäldegalerie de Berlín. Pero en el año 1919 el Tratado de Versalles cita explícitamente el retablo y obliga a Berlín a devolver las tablas a Gante. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán trasladó el retablo, junto a otras siete mil obras de arte, a una mina de sal, de donde fueron rescatadas.
Actualmente una de las tablas sigue perdida. Se trata de Los Jueces Justos (extremo inferior izquierdo del políptico) que fue robado en el año 1934. El que actualmente se contempla es una copia realizada por el pintor belga Jef Vanderveken en el año 1945.

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