Basílica de San Isidoro de León, pincha aqui
Restauración y ampliación de la infanta Urraca
La iglesia de Urraca la Zamorana es el edificio del siglo XII que se puede ver todavía en el siglo XXI. Las tres puertas del románico pleno, puerta del Cordero, Puerta del Perdón y Puerta Norte, fueron hechas en este espacio de tiempo. También hizo cambios en el Panteón real, una estancia que ya existía cerrada y como cementerio en tiempos de sus padres.
La infanta Urraca Fernández de Zamora, soltera, era también dómina del Infantado de San Pelayo y ostentaba el señorío de los monasterios del reino cuya cabeza era el de San Isidoro de León. A la muerte de su madre Sancha en 1067 heredó el patrocinio y mantenimiento del templo. Mandó hacer muchas obras de ampliación y así consta en su epitafio de 1101.
A partir de estas reformas empezó a conocerse el templo como iglesia nueva. La infanta Urraca mandó hacer la decoración pictórica del Panteón y donó muchos más tesoros entre los que se conserva el célebre Cáliz.
Posible Santo Grial Según algunos historiadores, fueron localizados en la Biblioteca Nacional de El Cairo unos documentos medievales que apoyan esta teoría. Estos procedían de la Universidad de Al Azhar. Supuestamente, un texto traducido decía que la copa adorada por los cristianos por haber pertenecido al Mesías había sido enviada al sultán de Denia, Ali ibn Muyahid ad-Danii. El sultán de Denia había enviado un barco con alimentos al sultán fatimí Al-Mustansir para que Egipto superara una hambruna. En agradecimiento, el imán Al-Mustansir envió un barco cargado de tesoros, entre ellos la copa, al sultán de Denia. En el texto se dice que la intención del sultán de Denia era enviar la copa al rey de León, Fernando I el Magno, para fortalecer su amistad con él. En el año 2010 la copa fue desmontada para la realización de una réplica y pudo apreciarse que le faltaba una esquirla, lo cual encaja con la teoría de que esta fue enviada a Saladino.
Alfonso VII y su hermana Sancha Raimúndez, dómina del Infantado de San Pelayo, ambos hijos de Urraca y Raimundo de Borgoña, concluyeron las obras iniciadas por su tía abuela Urraca y consagraron la iglesia solemnemente el seis de marzo de 1149.
La biblioteca guarda 800 pergaminos, 150 códices y más de 300 incunables, entre los que destaca la Biblia visigótico-mozárabe del s. X.
Panteón de reyes de San Isidoro
Se encuentra situado a los pies de la basílica de San Isidoro de León, es el lugar en el que durante la Edad Media recibieron sepultura la mayoría de los reyes y reinas del reino de León.
Las escenas, que según algunos autores siguen el desarrollo de la misa mozárabe, se estructuran en relación con los tres ciclos litúrgicos:
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Es un espacio rectangular con pórtico, de aproximadamente ocho metros de lado, con dos robustas columnas sobre las que se apoyan siete arcos que dividen el espacio en tres naves. El ciclo pictórico que adorna sus muros está considerado una de las cumbres del Románico español.
La reina Sancha de León, esposa de Fernando I de León, persuadió a su esposo para que ambos fuesen sepultados a su muerte en el monasterio de San Juan Bautista de León —que cambió su nombre por el de San Isidoro cuando los restos del santo sevillano fueron trasladados al monasterio en el año 1063 a petición de Fernando I, quien deseaba que las reliquias del ilustre y sabio arzobispo sevillano reposasen en la ciudad de León.
Sobre las tumbas de 23 reyes y reinas, infantes y condes leoneses. |
Años antes, el padre de la reina Sancha de León, Alfonso V de León, ordenó trasladar los cuerpos de varios reyes y reinas que se encontraban dispersos por todo el territorio leonés, a fin de que todos juntos yaciesen en San Isidoro de León.
A comienzos del siglo XIX, durante la guerra de la Independencia, la basílica de San Isidoro de León fue ocupada por las tropas napoleónicas, que convirtieron el templo en pajar y utilizaron los sepulcros de piedra de los reyes como abrevaderos para sus monturas. Extrajeron para ello los restos reales de los sepulcros en los que se hallaban, por lo que resulta imposible en la actualidad el reconocimiento y la individualización de los restos de los distintos reyes.
En 1997 se llevó a cabo un estudio de los restos mortales de los reyes que aún descansan allí.
El claustro de la Basílica de San Isidoro
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