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jueves, 31 de octubre de 2019

(VIII) El placer de coleccionar arte - La cartuja de Miraflores(II) - Pedro Berruguete - Gil de Siloé - Diego de la Cruz.

(VII) El placer de coleccionar arte - Cartuja de Miraflores - Juan II de Castilla - Enrique IV de Castilla - Blanca de Trastámara y de Evreux, pincha aqui

La cartuja de Miraflores fue fundada en 1442. Tras algunas reticencias de los frailes, por ser muy frío y carecer de agua, la comunidad se establece y el edificio es puesto bajo la advocación de San Francisco (Cartuja de San Francisco de Miraflores). Los monjes, que procedían de otras cartujas hispanas, se instalaron en el palacio-alcázar. Pero no duró mucho este primer monasterio, porque en 1454 un incendio lo destruye.


Las agujas que coronan las torres de la catedral de Burgos son obra de Juan de Colonia
Juan o Hans de Colonia (Colonia, ca. 1410 - Burgos, 1481) fue un arquitecto alemán, que introdujo en Castilla el estilo gótico flamígero. Se le considera, junto a Enrique Egas, el representante más destacado del mismo en España. Fue padre y abuelo, respectivamente, de los también arquitectos Simón y Francisco de Colonia.
Catedral de Burgos: interior del cimborrio de la Capilla del Condestable, obra de Simón de Colonia
Simón de Colonia (Burgos, hacia 1450 - Burgos, 1511) fue un arquitecto y escultor español, hijo del arquitecto gótico Juan de Colonia y padre del también arquitecto y escultor Francisco de Colonia.
Retablo mayor de la iglesia de San Nicolás en Burgos, obra de Francisco de Colonia
Francisco de Colonia (Burgos, c. 1470 - ibídem, 1542)
Nació en una familia de importantes artistas de ascendencia alemana: era nieto de Juan de Colonia e hijo de Simón de Colonia, con quien colaboró en importantes obras. Intervino en la catedral Nueva de Salamanca y en las obras de la catedral de Plasencia. Su primera obra debió ser el retablo de la iglesia de San Nicolás en Burgos. 
En la catedral de Burgos dejó importantes obras. En 1516 recibió el encargo del obispo Juan Rodríguez de Fonseca para realizar un nuevo acceso al templo y así construyó la Portada de la Pellejería, con decoración plateresca. 
En 1453 se decidió construir el actual edificio. Entre los años 1454 y 1488 se desarrollan las obras del nuevo monasterio, que ahora es puesto bajo la advocación de Santa María de la Anunciación (de Miraflores). Las obras se encargaron a Juan de Colonia, que trabajaba por entonces en la catedral de Burgos, y comienzan en 1454. Ese año Enrique IV sucede a su padre, Juan II, y las obras quedan casi paradas.

Es en 1477 cuando son impulsadas por la reina Isabel la Católica. En su reinado se termina el Retablo Mayor y el sepulcro de Juan II de Castilla e Isabel de Portugal, situado en el presbiterio. La iglesia de la cartuja es sobre todo un panteón real, ocupado por la familia de Isabel. Cuando muere Juan de Colonia, continua la tracería arquitectónica Garci Fernández de Matienzo. Este muere de peste en 1478 y es sucedido por Simón de Colonia , hijo de Juan de Colonia. Las obras para cubrir el templo se terminan hacia 1484.

Portada de la Cartuja de Miraflores
La portada de la iglesia se alzó en 1486 y fue ubicada originalmente en el lateral izquierdo del templo, proporcionando el acceso de los fieles directamente desde el exterior del monasterio. Está formada por arquivoltas apuntadas decoradas con vegetales, animales y algunos motivos figurativos humanos. La arquería está situada bajo un gran arco conopial con macollas. En el tímpano se representa el motivo de la Compasión de la Virgen, que conforme a los cánones iconográficos bajomedievales, presenta a la Virgen sentada sujetando con sus brazos a su Hijo muerto, y los símbolos de la luna y el sol sobre los brazos de la cruz.
Estilísticamente se vincula a la obra de los Colonia (padre e hijo), que intervinieron en el levantamiento del templo.


Para acceder a la Iglesia y contemplar la portada hay que pasar por un patio ajardinado, cuya tracería data de la primera mitad del siglo xvi. Este patio sirve de conexión de las estancias del monasterio con las dependencias de servicio y la portería. Hay una estatua de San Bruno de Colonia, fundador de la Orden.
En 2010 se intervino el claustro para asegurar el mantenimiento de los muros y consolidar la salida de aguas del patio, que sufría las inclemencias del tiempo.
El retablo mayor de la Cartuja fue tallado en madera por el artista Gil de Siloé y policromado y dorado por Diego de la Cruz (ese oro procedía de los primeros envíos del continente americano tras el descubrimiento). Realizado entre 1496 y 1499, se trata sin duda de una de las obras más importantes de la escultura gótica hispana, por su originalidad compositiva e iconográfica y la excelente calidad de la talla, valorada por la policromía.


Retablo mayor y sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal.
Uno de los elementos más destacados del retablo es la rueda angélica en la que se enmarca la imagen de Cristo crucificado, de belleza y expresividad acentuadas significativamente por el trabajo de policromía de Diego de la Cruz. En la parte más externa de la rueda se sitúan las figuras de Dios Padre, a la izquierda, y del Espíritu Santo, a la derecha, sosteniendo el travesaño de la cruz.

En la parte inferior del madero, completan la escena las figuras de la Virgen María y San Juan Evangelista. El pelícano situado en la parte superior de la cruz confiere al conjunto central un gran valor simbólico, alegoría del sacrificio eucarístico, porque el ave alimenta a sus crías con su propia sangre.
Gil de Siloé ( c.1445, Amberes? - c. 1505, Burgos)  Contaba con un prestigioso y activo taller en la ciudad de Burgos, representa la cumbre alcanzada por la escultura hispánica a finales del siglo XV, un maestro que se coloca a la cabeza de la escultura europea del último gótico, en el ámbito relacionado con el estilo flamenco. Se conocen pocos datos biográficos de este maestro anteriores a su establecimiento en Burgos, ciudad a la que llegó, como otros muchos artistas procedentes del norte de Europa, durante el reinado de Isabel I (1474-1504), todos ellos atraídos por el mecenazgo de reyes y nobles que tanto favorecieron la actividad y la creación, siendo numerosos los arquitectos, escultores y pintores que llegaron a buscar trabajo en España, especialmente flamencos, por los que la reina Isabel sentía una especial predilección. 
Es posible que Gil de Siloé procediera de Amberes, pues en alguna ocasión se le cita como Gil de Amberes. Lo cierto es que en torno a 1480 llega a Burgos plenamente formado y allí, en su taller situado en la calle de la Calera despliega una obra equiparable a la que hacen los mejores escultores germanos de su tiempo, con la peculiaridad de asumir plenamente el gusto español, tanto en la proliferación ornamental de sus obras, siempre exuberantes, como en el dramatismo de las figuras sacras, a las que dota de voluptuosidad supeditando la pureza de los volúmenes a la fastuosidad y la elegancia, de modo que todas sus obras siempre aparecen exuberantes en todos sus detalles, ya se trate de sepulcros o retablos o estén trabajados en madera o alabastro. De su enorme talento se conservan importantes testimonios en forma de retablos y sepulcros  en la Cartuja de Miraflores
Virgen de la Misericordia con los Reyes Católicos y su familia, tabla atribuida a Diego de la Cruz y conservada en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas (Burgos).
Diego de la Cruz (f. 1482-1500)1​ fue un pintor hispanoflamenco activo en el último cuarto del siglo XV en Burgos y su comarca.
Fue redescubierto para el mundo artístico a partir de 1966, gracias al estudio que le dedicó José Gudiol Ricart, que lo suponía nacido en torno al año 1460, en Flandes, enmarcándolo dentro de la generación de pintores hispanoflamencos anteriores a la llegada de Juan de Flandes a la península.
Josep Gudiol Ricart fue un arquitecto e historiador de arte español, nacido en Vich en 1904 y muerto en Barcelona en 1985.
A partir de 1483, cuando la ya reina Isabel reside una larga temporada en Burgos y visita Miraflores, el estado de cosas cambia y se pone de manifiesto que su interés por el proyecto es grande y va más allá del deseo de cumplir con la piedad filial, siendo su intención la de dotar a su padre del conjunto funerario que le corresponde. Cuando la ya reina Isabel la Católica decidió intervenir en Miraflores, no sólo atendió al sepulcro de sus padres, sino que incluyó el de su hermano Alfonso.

Sepulcro de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal.
Consta que en 1486 se debió de producir el encuentro entre Isabel y el por entonces considerado como escultor más importante residente en Burgos, Gil de Siloé, o Siloé maestro Gil, como suele aparecer en la documentación. Nada se sabe de su origen, aunque suele suponerse flamenco. Su formación, como la de otros que trabajaban en Burgos, era nórdica. Es indudable que poseía un oficio extraordinario, pues trabajaba indistintamente materiales como la madera y el alabastro, alcanzando mayor virtuosismo con el segundo. Pese a las fechas tardías en las que actúa, que seguramente sobrepasaran el 1500, se mantuvo impermeable a cualquier contacto o recepción de lo italiano, por lo que representaba como nadie el arte de fines de la Edad Media que algunos califican de renacimiento nórdico. 
La figura del rey aparece revestida con sus atributos, que incluyen la corona real, el manto riquísimo y un cetro o una espada hoy desaparecidos. Pero el carácter sagrado que se ha querido conferir a su persona se pone de manifiesto al comprobar que su cabeza se apoya sobre una almohada en la que se dibuja en relieve una especie de círculo que recuerda a un nimbo. Del conjunto destacan dos cosas: por un lado el sobresaliente virtuosismo con que está trabajado el brocado del vestido real. Por otro, un hecho sorprendente: cuando los restauradores comenzaron a intervenir la figura, comprobaron que la cabeza del rey estaba prácticamente separada del tronco y encajada de manera poco hábil.
Aunque presente varias pérdidas en la corona y en alguna otra parte, la imagen de la reina es obra maestra realizada directamente por Gil de Siloé. Está ligeramente incorporada y sostiene un libro, casi con toda seguridad unas Horas de la Virgen. En ella desplegó el autor toda su maestría en el tratamiento del alabastro
Las cuentas del monasterio hablan de que se emplearon 158.252 maravedises en el alabastro, materia única con la que se llevó a cabo la obra. Se trajo de Cogolludo, en Guadalajara, y lugares limítrofes. Sabemos que los sepulcros se comenzaron en 1489 y se concluyeron en 1493. Para transportar el material se emplearon aproximadamente un centenar de carretas de bueyes.
La Virgen de la Leche con el Niño es una de las grandes obras del conjunto
El sepulcro de Alfonso de Castilla es el mausoleo o monumento funerario en el que reposan los restos mortales del infante Alfonso de Castilla, hijo del rey Juan II de Castilla y de su segunda esposa, la reina Isabel de Portugal, y hermano de la reina Isabel la Católica. 

Bajo el arco está ubicada la estatua orante que representa al infante Alfonso de Castilla, ataviado con un gorro de pieles colgado a la espalda, adornado con perlas y pedrería. El rostro sugiere que el infante tenía una edad superior a la que correspondía en el momento de su muerte, mostrando cierta inexpresividad. Está representado en postura piadosa, con las manos unidas en actitud orante. El infante está arrodillado sobre un cojín abundantemente adornado, ante un reclinatorio cubierto con una tela de rica textura, similar a la del traje que viste la figura. 
Alfonso de Castilla, conocido también en su tiempo como Alfonso el Inocente (Madrigal de las Altas Torres,15 de noviembre de 1453 - Cardeñosa, 5 de julio de 1468). Infante de Castilla, fue hijo del rey Juan II de Castilla y de la reina Isabel de Portugal, y hermano de la futura reina Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica.
Alfonso fue uno de los protagonistas del conflicto por la sucesión de su medio hermano Enrique IV. El rey Enrique, presionado por un sector de la nobleza, se vio obligado a proclamar a Alfonso Príncipe de Asturias en 1464 en detrimento de su hija Juana. Más tarde, esos mismos nobles proclamarían a Alfonso rey en 1465, iniciándose una guerra entre los partidarios de este y los de Enrique IV. De esta forma, Alfonso, con el título de Alfonso XII de Castilla, disputó la Corona a su hermano mayor hasta su prematura muerte (1468).
  
La parte inferior del sepulcro, correspondiente al arca, descansa sobre un zócalo adornado con motivos vegetales y cuatro leones. En el panel central aparecen dos ángeles tenantes sosteniendo el escudo del reino de Castilla y León, mientras que en los paneles laterales aparecen representados varios pajes del infante. La superficie entre el arco escarzano y el conopial está ocupada por una rica decoración y en la clave cuenta con un espléndido San Miguel luchando contra el dragón, sobre el que aparece una figura tricéfala.
El sepulcro del infante Alfonso de Castilla, hermano de Isabel la Católica, está situado en el lado izquierdo del presbiterio de la iglesia de la Cartuja de Miraflores. Está realizado completamente en alabastro tallado y tiene forma de arquisolio, rematado por un arco conopial con arcada angrelada. Se encuentra enmarcado por dos pilastras adornadas con imágenes de apóstoles y santos, y están rematadas por un relieve que representa la Anunciación.
El encargo del Sepulcro del Infante Alfonso a Gil de Siloé se realizó en conjunto con el Sepulcro de los Reyes, siendo el autor uno de los escultores más relevantes del siglo XV hispano.

Tríptico de Miraflores. Óleo sobre tabla, 71 x 43 cm cada panel
En 1445, el rey Juan II de Castilla donó el llamado Tríptico de Miraflores, obra del pintor flamenco Rogier van der Weyden, a la Cartuja de Miraflores. La tabla muestra tres momentos de la vida de Cristo y la Virgen: la Natividad, el Descendimiento, y la aparición de Cristo resucitado a la Virgen María.
Durante la invasión napoleónica la tabla fue rapiñada de la Cartuja por el general Darmagnac. Actualmente se exhibe en la Gemäldegalerie de Berlín.
En la estancia de los fieles está ubicado un tríptico de factura flamenca que data de finales del siglo xv que representa la Pasión del Señor. Atribuido a la escuela de Rogier van der Weyden, desarrolla en el panel izquierdo el motivo del camino del Calvario, donde Cristo lleva la cruz a cuestas hasta el monte Gólgota.
Toda la obra destaca por la calidad pictórica del tratamiento anatómico de las figuras y por el detallismo y la minuciosidad en las pinceladas.
Rogier van der Weyden, también conocido como Rogier de la Pasture,​ (Tournai, hacia 1399/1400-Bruselas, 18 de junio de 1464) fue un pintor primitivo flamenco. Formado en el taller de Robert Campin, en 1435 fue nombrado pintor de la ciudad de Bruselas. Aunque gozó de considerable prestigio en vida y fue uno de los más influyentes artistas de su tiempo, no se conocen pinturas firmadas ni existe documentación precisa sobre contratos o recibos de pago que permitan asignarle con entera certeza ninguna obra.
La Anunciación
Obra del pintor Pedro Berruguete a finales del siglo XV es una de las piezas más destacadas de la colección. La Anunciación destaca por el detallismo en los objetos y el interesante juego de perspectivas, que crea una perfecta ilusión espacial. En todas estas obras las figuras aparecen muy individualizadas, y el dominio del espacio, la perspectiva y la composición se enriquece con un certero sentido del dibujo y una sabia utilización del color.
Pedro Berruguete (Paredes de Nava, Palencia ~1450 - 1503) fue un pintor español, situado en la transición del estilo gótico a la pintura renacentista.
Tras su formación, probablemente con Fernando Gallego en Salamanca, habría viajado muy joven a Italia, donde se documenta a «Pietro Spagnuolo» trabajando bajo el mecenazgo del duque de Urbino, Federico de Montefeltro. Esa estancia italiana le habría permitido conocer a los principales artistas del Quattrocento, como Melozzo da Forlì, y aprender las técnicas y maneras renacentistas, como el dominio del espacio, la anatomía o la variedad y naturalidad en los gestos, además de los elementos arquitectónicos y decorativos propios del Renacimiento, aunque de regreso a Castilla, hacia 1483, estas características no se muestren tan evidentes en su pintura.
Fue padre de uno de los artistas más destacados del Renacimiento hispano, Alonso Berruguete.
Federico de Montefeltro y su hijo Guidobaldo (Galería de las Marcas, Urbino)
El retrato forma parte de una serie de 28 retratos de 'uomini famosi' (hombres célebres) hecha para el studiolo y la biblioteca del duque de Urbino, Federico da Montefeltro. Pedro Berruguete
El retrato está totalmente dedicado a los dirigentes del ducado de Urbino, cuya soberanía estaba reconocida por el resto de poderes europeos (Federico lleva la orden de l'Hermine instituida por el rey de Nápoles, y la orden de la Jarretera, conferida por el rey de Inglaterra): Federico por sus talentos militares, intelectuales y diplomáticos, y por su apellido, encarnado en su hilo Guidobaldo, sucesión acreditada por la distinción papal (Pontifex).
Federico da Montefeltro, también conocido como Federico III da Montefeltro (7 de junio de 1422 – † 10 de septiembre de 1482), fue uno de los más exitosos condottieri del Renacimiento italiano, y Duque de Urbino desde 1444 hasta su muerte. En Urbino encargó la construcción de una gran biblioteca, quizá la mayor de Italia después de la Biblioteca Apostólica Vaticana, con su propio equipo de escribientes, y organizó alrededor de él una corte humanística en una de las grandes joyas arquitectónicas del renacimiento temprano, el Palacio ducal de Urbino, diseñado por el teórico y arquitecto Francesco di Giorgio Martini.
El Palacio Ducal es un edificio renacentista en la ciudad italiana de Urbino en las Marcas. Es uno de los monumentos más importantes de Italia, catalogado dentro del centro histórico de Urbino en la lista de la Unesco de Patrimonio de la Humanidad.
Urbino  es un municipio italiano de 14.468 habitantes, capital (junto con Pesaro) de la provincia de Pesaro y Urbino en Italia. Està localizada en 35 ha sobre una colina en la región de Marcas, en una zona que se extiende entre dos regiones (Las Marcas y Emilia-Romagna) y que se denomina Montefeltro. Está situada aproximadamente 180 km al este de Florencia, 170 km al sur de Bolonia y 280 al norte de Roma.

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