AMÉRICA LATINA ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO - (II)los pintores novohispanos más representativos del siglo XVII - Juan Diego Cuauhtlatoatzin - La historia de la Virgen de Guadalupe española que inspiró a la mexicana - Monasterio de Guadalupe (Cáceres) - Luis Juárez - Los Echave - Pedro Ramirez - Cristobal de Villalpando, pincha aqui
Cristóbal de Villalpando (Ciudad de México, c. 1649 - 1714) fue uno de los pintores más afamados de la Nueva España, cuya obra se realizó a fines del siglo XVII y a principios del XVIII.
La lactación de Santo Domingo (finales del siglo XVII). Sacristía de la iglesia de Santo Domingo (Ciudad de México). |
Aunque no se tiene la certeza, se puede inferir que el pintor nació en México hacia 1649, gracias a un documento hallado en un libro de amonestaciones de españoles perteneciente al sagrario de la catedral de México, fechado en 1669.
Apoteosis de San Miguel de Cristóbal de Villalpando en la Sacristía de la Catedral de la Ciudad de México |
En este documento, Cristóbal de Villalpando asegura ser "hijo y legítimo vecino de la ciudad" y, a continuación, se asienta el nombre de su esposa, María de Mendoza. Los autores calculan que el pintor no podía contar con menos de 20 años al contraer matrimonio, por lo que se estima la fecha de su nacimiento cerca de 1649.No obstante, su autorretrato en La apoteosis de San Miguel (1685) lo refleja como un hombre de apariencia de 35 años, por lo que se cree también que su fecha de nacimiento oscila entre 1650 y 1655.
Cristóbal de Villalpando fue veedor del gremio de pintores entre 1686 y 1699. En 1698 fue alférez de la Guardia de Alabarderos y ascendido a capitán en el año 1702. Su muerte se da en 1714, siendo enterrado en la iglesia de San Agustín.
Los primeros trabajos localizados de Villalpando se remontan al año 1675, en el retablo mayor del convento franciscano de San Martín de Tours de Huaquechula, donde se encuentran 17 lienzos dedicados a santos franciscanos, ocho a la vida de la Virgen y un Cristo crucificado. Otras de sus dos primeras obras fueron los retablos de Azcapotzalco (1681) y el Retablo de Ánimas en Xochimilco (1680).
En 1685, Villalpando realizó un ciclo de cuatro pinturas para la catedral de México, considerados como sus obras de mayor empeño: La apoteosis de San Miguel, La mujer del Apocalipsis, La Iglesia Militante y La Iglesia Triunfante; esta última, relacionada con El Triunfo de la Eucaristía de Rubens. Lamentablemente y a causa quizá de fallas tectónicas en las bóvedas del edificio, Villalpando no pudo concluir el ciclo de seis lienzos que completó Juan Correa, a quien se deben Entrada en Jerusalén y La Asunción de la Virgen.
La sacristía de la Catedral de México se forma paralela a la sala capitular, tanto en sus dimensiones como en su estructura e incluso en su portada. Es esta, la que comunica la nave procesional de la Epístola con el interior del recinto, una de las muestras más puras que ha dejado en México el arte conocido como herreriano o desornamentado. El gran arco de medio punto descansa sobre pilastras sobrias. En su archivuelta se puede leer la inscripción que data de la obra: “SER COMISARIO EL SEÑOR OIDOR ALONSO VAZQUEZ DE CISNEROS HIZO ESTA CUBIERTA Y CERRÓ ESTA SACRISTIA. AÑO DE 1623”.
Las grandes pinturas son obra de Juan Correa y Cristóbal de Villalpando, como enseñan sus firmas.
Nada mejor que esta sacristía, completamente decorada con pinturas barrocas de tonos otoñales, enmarcadas por gruesas molduras doradas brillantes, bajo bóvedas de anhelo ojival, para trasladarnos a aquellos tiempos de la Colonia en los que el arte prevaleció sobre todas las costumbres.
Para el arte de Nueva España, esta sacristía es el relicario donde se encuentra su expresión más refinada. No del gobierno virreinal, no de la Corona de España, sino de las propias personas que se expresaron con el pincel de sus artistas ya emancipados lo más posible del arte europeo, para crear su propio arte, español de origen, pero mexicano. realidad. Por lo tanto, la sacristía de la Catedral Metropolitana de México es entrañable.
Mujer del Apocalipsis |
Tres años después de sus encargos en la catedral de México, Villalpando realiza en 1688 la pintura de la cúpula principal de la catedral de Puebla bajo el tema la Apoteosis de la Eucaristía. Su fama crece tanto que, para 1691, los franciscanos de Antigua en Guatemala le solicitan la elaboración de 49 lienzos sobre la vida de San Francisco para su convento principal.
Otra de sus obras reconocidas es La Plaza Mayor de México, pintado en 1695 y actualmente ubicado en el museo Corsham Court en Wiltshire, Inglaterra.
Vida de San Ignacio es la última serie de la vida de Villalpando, hecha para el noviciado jesuita de Tepotzotlán, Estado de México, en 1710; de los 28 originales, únicamente se preservan 22.
Se considera que el pintor alcanzó su plenitud artística en el periodo entre 1690 y 1710.
Los Siete Arcángeles en la obra de Villalpando
Villalpando es reconocido por la representación de los Siete Arcángeles en sus obras. En los encargos de la catedral de México, el pintor retrato a los Siete en el muro norte, intercalándose con las Virtudes. En 1688, en la catedral de Puebla, los retrató en la cúpula que cubre el altar mayor; y en 1694, los pintó en la catedral de Guadalajara, en Jalisco. También están presentes en La Dolorosa, lienzo preservado en Museo Soumaya de la Ciudad de México.
Arcángel Baraquiel |
San Miguel Arcángel |
Estas obras marcan "la eclosión que la iconografía del Septenario experimenta a lo largo del s. XVIII en el virreinato novohispano."
La vida de este pintor novohispano ha sido relacionado con la de otro artista de la época, Juan Correa, a quien examinó en la obtención de su título como pintor en 1687. Se considera que el arte de Correa está influenciado por los trabajos de Cristóbal de Villalpando.
Colegio de las Vizcaínas
El Colegio de San Ignacio de Loyola Vizcaínas es una institución educativa fundada por vascos residentes en la Nueva España, encabezados por el general del ejército español Francisco de Echeveste, Manuel de Aldaco y Ambrosio de Meave, quienes pertenecieron al Consulado de Comerciantes de México. Se les considera símbolos de la fundación de el colegio ya que se encuentran grabados sus nombres en el descanso de la escalera monumental y por los retratos que se resguardan en la sala de la dirección. Fue el primer colegio laico para mujeres del continente americano y uno de los primeros del mundo.
Abrió sus puertas el 9 de septiembre de 1767, y fue el primer colegio laico para mujeres del continente americano. Se convirtió en colegio mixto hasta la década de 1970.
La escuela se estableció a mediados del siglo XVIII en un edificio barroco construido por el arquitecto José Miguel de Rivera Saravia y que ocupa una manzana entera en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
El edificio ocupa una manzana entera, rodeada por las calles Las Vizcaínas al norte, Manuel Aldaco al este y San Ignacio al oeste, con la Plaza de Vizcaínas al sur.
Las fachadas del edificio son de estilo barroco. Las diferentes secciones del edificio están divididas por pilastras que están coronadas por pináculos. Las cuatro fachadas del edificio están cubiertas de piedra de tezontle.
El patio principal puede albergar a 1,200 personas, con otras 350 en la capilla.
Francisco de Echeveste (Usurbil, España, 20 de noviembre de 1683 –Ciudad de México, México, 20 de octubre de 1753) fue un militar, filántropo, comerciante, administrador colonial en Filipinas y la Nueva España. General de los galeones de Filipinas y embajador del rey de España en Tonkín. Se le debe la fundación del llamado Colegio de las Vizcaínas, empresa a la que coadyuvaron Ambrosio de Meave y Manuel de Aldaco, vascos como Echeveste. El colegio, comenzó a construirse en 1732, y las obras fueron ejecutadas con derroche de medios; existe todavía y se le llama Colegio de la Paz.
El santuario de Nuestra Señora de Aránzazu es un santuario católico mariano situado en el municipio guipuzcoano de Oñate en el País Vasco en España, donde se venera a la Virgen de Aránzazu, patrona de esta provincia, conmemorando la leyenda de su aparición en 1469.
Esta leyenda vuelve a aparecer en la primera historia del santuario escrita por el franciscano Gaspar de Gamarra ochenta años después (en 1648):
Llámasse Aránzazu en buen lenguaje cántabro-bascongado y como la ethimología de haverse hallado esta santa imagen en un espino, que en esta lengua se llama Aranza y se le añade la dicción zu, y es a mi ver lo que sucedió en el misterioso hallazgo de esta soberana margarita que, lleno de admiraciones el pastor, viendo una imagen tan hermosa y resplandeciente de María Santíssima que hacía trono de un espino, la dijo con afectos del corazón: Arantzan zu?, que es como si dixera en lengua castellana: Vos, Señora, siendo Reyna de los Angeles, Madre de Dios, abogada de pecadores, refugio de afligidos, y a quien se deven tantas veneraciones y adoraciones, cuando merecíais estar como estáis en los cielos en throno de Seraphines, mucho más costoso y vistoso que el que hizo Salomón para su descanso. Vos, Señora, en un espino?
Bajo la actual construcción se halla la antigua basílica, que actualmente está convertida en cripta, que recoge una vanguardista obra pictórica en sus paredes.
En abril de 1950 Pablo de Lete, Ministro Provincial de los franciscanos, lanza la idea de la necesidad de construir una nueva basílica. Ya en el llamamiento aboga por una edificación singular centrada en dos ideas, amplitud y relevancia artística.Se seleccionó la idea de los arquitectos Sáenz de Oiza y Luis Laorga del colegio de arquitectos de Madrid.
Santuario de Aránzazu, fachada principal. |
La articulación única de las figuras permitía lingüísticamente expresión distinta de conocimientos o lecturas. Así, por ejemplo, si en uno de los ángulos de visión o de las perspectivas posibles, asociamos las 14 figuras con los 12 m para su colocación que tienen a lo ancho del muro, estos datos que coinciden con los de nuestra trainera tradicional, ya nos están favoreciendo imagen: el primer apóstol, a la izquierda que es Matías, el último de los discípulos admitidos por Jesús y que aquí pregunta, ahora lo veremos como patrón que guía a nuestros remeros, y los primeros al lado del que reza y hasta los dos del centro, los vemos de frente como remando, y cuando llegó al último, a la derecha ya es el mismo que guía y que regresa. Y, si en otra lectura, los dos del centro parece que se increpan es porque también se abrazan.
Junto a los arquitectos intervienen el escultor Jorge Oteiza para la fachada principal, el pintor Lucio Muñoz para la decoración del ábside, el escultor Eduardo Chillida para las puertas principales de acceso, Fray Javier María Álvarez de Eulate encargado de las vidrieras, el pintor Néstor Basterretxea para la decoración de las paredes de la cripta y Xabier Egaña que firma las pinturas murales del camarín de la Virgen.
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La construcción corrió a cargo de la empresa constructora Hermanos Uriarte (de Araoz) y se pudo celebrar la primera misa el 20 de agosto de 1955.
Francisco de Echeveste nació en Usurbil, un municipio de Guipúzcoa, País Vasco, el 20 de noviembre de 1683, hijo del afamado capitán Jerónimo de Echeveste y María Ana de Abalia. Al día siguiente de su nacimiento Francisco de Echeveste fue bautizado en la parroquia de San Salvador por Francisco de Aizpuru, vicario de la parroquia.Francisco de Echeveste, junto con sus amigos Ambrosio de Meave y Manuel de Aldaco, pertenecieron a la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu. Él formaba parte de la mesa directiva y en 1740 fue rector. Una de las grandes obras de la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu es el Colegio de las Vizcaínas, en el cual se encuentran esfinges y pinturas de santos vascos.
Francisco Echeveste junto con Manuel Aldaco y Ambrosio de Meave son considerados los mayores impulsores de la fundación del Colegio de las Vizcaínas. En el Colegio se encuentran sus retratos, del retrato de Francisco Echeveste se hizo una copia la cual se envió al País Vasco.Francisco Echeveste redactó su testamento “haviendo dexado por sus alvazeas (...) a los señores Don Manuel de Aldaco, Don Ambrosio de Meabe, y Don Juan Joseph de Echevezte”, Manuel Aldaco y Ambrosio de Meave emplearon el dinero para financiar distintas obras. Tales como la torre de la iglesia de San Salvador de Usurbil, Colegio de las Vizcaínas y la ermita de San Francisco de Asís en Aginaga. Parte del dinero se usó para el Colegio de las Vizcaínas, donó 80,000 pesos para la educación de las mujeres del colegio.
El 20 de octubre de 1753 falleció soltero en la ciudad de México, poco antes de cumplir 80 años.
El retrato de Ambrosio de Meave, junto con el de Francisco de Echeveste y Manuel Aldaco, está considerados como muy importantes dentro de la colección del Colegio de las Vizcaínas en México. Los tres óleos fueron pintados con posterioridad a sus fallecimientos.
Juan Correa (México, 1646 - id., 1716) fue un pintor novohispano, activo entre 1676 y 1716.
Su madre era afrodescendiente o morena libre y su padre un español mulato de piel oscura y probable ascendencia morisca, nacido en la ciudad andaluza de Cádiz.
Su pintura abarca temas religiosos tanto como profanos. Se considera que una de sus mejores obras es la Asunción de la Virgen de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México; varias de sus obras de tema guadalupano llegaron a España, en Antequera (Málaga) existe una colección interesante en el Museo de la Ciudad sobre este pintor con pinturas relacionadas con la Virgen María; también pintó temas guadalupanos en Roma (1669).
Juan Correa, Cristóbal de Villalpando y Miguel Cabrera son los tres grandes de la pintura barroca mexicana del siglo XVIII.
Las Artes Liberales. Biombo de 6 hojas, óleo sobre lienzo, 242 x 324, Museo Franz Mayer. |
Franz Mayer tuvo los más variados intereses y aficiones. Como fotógrafo aficionado, capturó con su cámara Leica diversas caras del interior de México, país que recorrió de norte a sur a partir de 1928.Entre 1926 y 1928 viajó a Egipto, Malasia, Ceilán, India, Java, China, Japón, Corea, Cuba, Perú, Bolivia, Panamá, Chile y Argentina, registrando los itinerarios de sus viajes y tomando decenas de fotografías.Dentro de los muchos intereses que cultivó Franz Mayer durante su vida, destaca su afición por las antigüedades y el arte.
Las Cuatro Partes del Mundo; Fines del siglo XVII; pintura al óleo sobre panel. |
Los Cuatro Elementos). Biombo de 6 hojas, óleo sobre lienzo, 242 x 324, Museo Franz Mayer. |
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