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martes, 1 de noviembre de 2022

LV - Las doce labores de Heracles o de Hércules -

LIV - Las Grayas - El mito de Perseo - La caza de Medusa - Las  Gorgonas - Perseo y Andrómeda - Las metamorfosis - Las Hespérides - Ladón - Las ninfas, pincha aqui

Hércules o Heracles, siendo una metátesis del nombre griego, era hijo de Júpiter, el equivalente romano del dios griego Zeus, y la mortal Alcmena. 

Las doce labores de Heracles o de Hércules son una serie de episodios que tratan la penitencia llevada por Heracles, el mayor de los héroes griegos, cuyo nombre fue luego romanizado como Hércules. Fueron cumplidos en 12 años de servicio al rey Euristeo. Los episodios fueron posteriormente conectados por una narración continua. El establecimiento de un ciclo fijo de doce labores fue atribuido por los griegos al poema épico, ahora perdido, escrito por Pisandro, datado sobre el 600 a.C. Después de que Hércules matara a su esposa e hijos, fue al oráculo de Delfos. Rezó al dios Apolo para que lo orientara. Se le dijo que sirviera al rey de Micenas, Euristeo, durante 12 años. Durante estos 12 años, Hércules es enviado a realizar doce difíciles hazañas, llamadas labores.

Relieve de un sarcófago con varios trabajos: el león de Nemea, la hidra de Lerna, el jabalí del Erimanto, la cierva de Cerinia, las aves del Estínfalo, El gran Cinturón de Hipólita, los Establos de Augías, el toro de Creta y las yeguas de Diomedes.

Enloquecido por Hera, reina de los dioses, Hércules mató a su hijo, hija y a su esposa Megara. Tras recuperar su cordura, Hércules lamentó profundamente sus acciones; fue purificado por el rey Tespio y luego viajó a Delfos para saber cómo podía compensar por sus acciones. Pitia, la oráculo de Delfos, le aconsejó ir a Tirinto a servir a su primo, el rey Euristeo, durante doce años, realizando cualquier labor que le impusiera; a cambio, él sería recompensado con la . Hércules, vuelta de su familia .Desesperado por esto, aborrecía servir a un hombre que sabía que era mas tonto que él, pero temía pegarse con su padre Zeus. Finalmente, se pone a disposición de Euristeo.

El órden tradicional de las labores encontrada en Biblioteca es:

  1. Matar al león de Nemea
  2. Matar a la hidra de Lerna
  3. Capturar la cierva de Cerinea
  4. Capturar el jabalí de Erimanto
  5. Limpiar los establos de Augías en un día
  6. Matar a las aves de Estínfalo
  7. Capturar el toro de Creta
  8. Robar las yeguas de Diomedes
  9. Robar la faja de Hipólita.
  10. Robar el ganado de Gerión.
  11. Robar las manzanas del Jardín de las Hespérides.
  12. Capturar al Cancerbero y sacarlo del Infierno
León de Nemea
En la mitología griega, el león de Nemea era un despiadado monstruo que vivía en Nemea. Finalmente fue vencido por Heracles. Se le suele considerar hijo de Tifón y Equidna​ o de Ortos y Quimera.

Hércules y el león de Nemea. Detalle del mosaico de los trabajos de Hércules de Liria (Valencia), en el M.A.N..

El león había estado aterrorizando los alrededores de Nemea, y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a las armas. 
La morada del animal tenía dos entradas: Heracles lo azuzó hasta que el animal penetró en ella, taponó una de las entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y lo estranguló.
El pintor español Francisco de Zurbarán realizó 10 cuadros sobre los trabajos de Hércules, siendo uno de ellos el de la muerte del león de Nemea a manos de Hércules, que se encuentra en el Museo del Prado. Esta serie de Zurbarán se realizó para el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro de Madrid

Matar a la hidra de Lerna.
La hidra de Lerna era un monstruo reptiliano de varias cabezas que exhalaba un aliento fétido y mortal. Cada vez que Hércules le cortaba una cabeza con su espada, brotaban nuevas cabezas.
Ante las circunstancias Hércules pidió a su sobrino Yolao que incendiase el bosque adyacente. Así podría usar los tizones para cauterizar las heridas antes de que brotasen más cabezas. Hecho esto, cortó la cabeza principal de la hidra, la enterró y la selló con una roca. Finalmente envenenó sus flechas y dio el golpe final.
Con la excusa de que Hércules había aceptado la ayuda de Yolao, Euristeo no quiso reconocer la victoria del héroe y, por ello, le asignó un trabajo adicional a la lista de pendientes.


Capturar al jabalí de Erimanto

Antonio Tempesta: Hércules captura al jabalí de Erimanto. Grabado.

Hércules debía capturar para Euristeo un jabalí que vivía en Erimato. Para hacerlo, se valió más de la astucia que de la fuerza. Hizo salir al jabalí con sus gritos y lo hizo correr sobre la nieve hasta fatigarlo. Al caer rendido de cansancio, capturó al jabalí y lo llevó a Euristeo, quien se escondió por temor a Hércules.


Capturar a la cierva del monte Cerinea
Cerinea era un monte en el que, por orden de Hera, se refugió una de las cinco ciervas de Artemis, las cuales tenían cuernos dorados, era mayores que los toros y eran muy veloces. Como la cierva del monte Cinerea y sus pares estaban consagradas a la diosa Artemis, tocarlas constituía un acto de impureza.
Sin embargo, la cierva del Cirenea era tan veloz que Hércules pasó un año persiguiéndola. Un día decidió herirla con una flecha para debilitarla y capturarla. Artemis y Apolo se presentaron ante él, lo acusaron de intentar matarla y quisieron quitarle la cierva en desagravio, pero el héroe le explicó su intención y le endilgó la responsabilidad a Euristeo, y los dioses le dejaron ir.


Echar a los pájaros del lago Estínfalo
Las aves del lago Estínfalo llegaron allí huyendo de los lobos. Escondidas en la espesura del bosque, se multiplicaron hasta convertirse en una plaga y Euristeo encomendó a Hércules expulsarlas. Hércules se hizo de unas castañuelas de bronce y, con su ruido, las hizo salir asustadas del bosque, y acabó por derribarlas con sus flechas.


Asear los establos de Augías
Euristeo quiso humillar a Hércules asignándole el trabajo de limpiar los establos del rey Augías, hijo del dios Sol, quien era conocido por no limpiarlos y privar al pueblo del abono resultante.

Hércules convino con Augías recibir una retribución por ello. Las versiones varían entre una parte de su rebaño o una parte de su reino. Para limpiar los establos, Hércules acumuló el estiércol en un sector y luego desvió el curso de los ríos Peneo y Alfeo.

Al terminar su trabajo, el rey Augías no cumplió con su parte. Junto a ello, Euristeo no le quiso reconocer este trabajo por haber pretendido sacar provecho personal.


Capturar al toro de Creta
Euristeo ordenó a Hércules atrapar al toro de Creta, cuya furia se había desatado como castigo de Poseidón contra Minos. Hércules pidió ayuda a Minos, pero tuvo que hacerlo solo, tareas que logró exitosamente. Euristeo se lo ofreció a Hera, pero ella no aceptó el ofrecimiento y lo liberó.


Robar las yeguas de Diómedes
Las yeguas del rey de Tracia se alimentaban de carne humana. Sus nombres eran Podargo, Lampón, Janto y Deino. Para acabar con el azote, Hércules se enfrentó a Diómedes y lo echó como banquete de las yeguas. Con el hambre saciada, las bestias fueron guiadas dócilmente por Hércules.


Obtener el cinturón de Hipólita
Hércules fue destinado a robar el cinturón de Hipólita, reina de las Amazonas, para la hija de Euristeo, Admete. Al llegar a la tierra de las amazonas, llamada Temiscira, Hipólita aceptó entregarle el cinturón de buena gana, pero Hera se hizo pasar por una amazona y provocó un enfrentamiento entre estas y Hércules y sus acompañantes. Creyéndose traicionado, Hércules mató a Hipólita.


Robar los bueyes de Gerión
Los bueyes de Gerión se encontraban bajo la custodia de Euritrión y su perro Ortro, en la isla de Eritia, ubicada en el Occidente extremo. Para llegar allí, Hércules pidió la llamada “copa del Sol”, embarcación de Helio con la que viajaba cada noche. A cambio, Hércules no apuntaría contra él sus flechas por el calor que le hacía pasar.

Al llegar, Hércules venció al perro Ortros y a Euritrión. El pastor de Hades, llamado Menestes, fue testigo de la escena y avisó a Gerión lo que sucedía. Este fue a alcanzar a Hércules a orillas del río Ántemo, pero el héroe lo venció con sus flechas. En su camino de regreso, Hércules pasó otras aventuras hasta entregar el ganado a Euristeo, quien lo ofreció a Hera.

Obtener al can Cerbero
Euristeo encomendó a Hércules hurtar al perro de Hades, llamado Cerbero, que custodiaba el inframundo. La única manera de salir del infierno con vida era disponer del auxilio de Hermes y Atenea, quienes así lo hicieron por orden de Zeus. Según Pierre Grimal, Hércules también debió prepararse en los misterios de Eleusis para iniciar la travesía.
Una vez en el infierno, el héroe liberó a varias almas, entre ellas, la de Teseo. Al llegar a la presencia de Hades, le pidió que le entregase al can Cerbero. Hades aceptó, a condición de que lograra dominarlo sin armas. Luego de una intensa lucha con el animal, Hércules pudo dominarlo con sus propias manos.
Al regresar a las tierras de Euristeo, el rey salió huyendo despavorido. Ya que Hércules no sabía qué hacer con el animal, lo devolvió a Hades, su legítimo dueño.


Robar las manzanas doradas del jardín de las Hespérides
Gea había obsequiado a Hera unas suculentas manzanas doradas por su boda con Zeus, y Hera las mandó a plantar en un jardín custodiado por un dragón y tres Hespérides (ninfas del atardecer): Egle (la Resplandeciente), Eritia (la Roja) y Hesperaretusa (la Aretusa de Poniente). Hércules debía llevar dichas manzanas a Euristeo. Su primer paso fue investigar la ubicación del jardín.

Una versión sostiene que, durante el trayecto hacia el jardín de las Hespérides, Hércules liberó al titán Prometeo, que había sido encadenado por Zeus. El titán le aconsejó no tomar las manzanas con sus manos sino pedir la ayuda del gigante Atlas. Hércules hizo la propuesta al gigante, a cambio de cargar momentáneamente el cielo que Atlas llevaba sobre su espalda.

Cumplido el encargo, Atlas le propuso ser él quien entregase las manzanas a Euristeo. El héroe se dio cuenta de que las intenciones de Atlas eran escapar de su tarea habitual. Por ende, astutamente pretendió aceptar la propuesta, pero le pidió sostener el cielo un instante mientras se ajustaba una almohada en los hombros. Inmediatamente, Hércules le quitó las manzanas y huyó.

Otra versión sostiene que Hércules venció por sí mismo al dragón y tomó las manzanas del jardín de las Hespérides. En cualquier de los casos, las manzanas doradas fueron entregadas a Euristeo, quien finalmente las devolvió por no tener ningún propósito con ellas. Hércules las ofreció a Atenea y esta las restituyó en el jardín.

Significado de los 12 trabajos de Hércules
Los doce trabajos de Hércules (Heracles) pueden interpretarse como expresión simbólica de la lucha humana contra lo monstruoso y lo caótico (interior o exterior al sujeto), toda vez que el héroe se ubica en el inicio del orden olímpico, triunfante sobre el dominio de los titanes.

En efecto, en la mitología griega se distinguen dos momentos. El primero, el origen caótico del cosmos (ligado con los titanes y las fuerzas primordiales de la naturaleza). Este momento es la respuesta del desamparo de la humanidad frente a la naturaleza, que intenta explicar su carácter inhóspito.

El segundo momento es el ascenso de los dioses olímpicos. Coincide con un tiempo en que el ser humano reflexiona sobre el bien y el mal, sobre el peso de sus decisiones y acciones, lo que prefigura un nuevo orden centrado en lo humano. De ahí que los dioses olímpicos, creados a imagen y semejanza de los hombres, puedan ser buenos o malos indistintamente.

Hércules y Tarazona
La comarca de Tarazona y el Moncayo son zonas que cuentan con varias leyendas, una de las más conocidas es la “Leyenda de los Tres Gigantes”.
Esta leyenda cuenta que en las cercanías del pueblo de Los Fayos se refugió el gigante Caco, el cual vivía en una cueva donde guardaba todos los objetos que robaba. Junto con Caco, vivía su hermana gemela, de la misma altura.

En un pueblo cercano, en Agreda (provincia de Soria) vivía otro gigante, Pierres y quería conocer a Caco. Pierres se dirigió a Los Fayos a verlo y al llegar se encontró a su hermana labrando un campo. Una vez que se conocieron y se presentaron, los gigantes decidieron ir a cazar al Moncayo. El gigante Pierres desgarró fácilmente a un león y Caco a una vaca.

Después, ambos se encaminaron hacia Tarazona y de camino se encontraron con un tercer gigante, Sansón. De esta manera aparecieron en Tarazona los tres gigantes, y aquí se encontraron con Hércules, con quien posteriormente vivirían otras aventuras.

Por ejemplo, otra leyenda cuenta que Tarazona fue edificada por Túbalcaín y reedificada por Hércules. Esta leyenda afirma que Tarazona quiso ser refundada por Hércules, y que el gigante Caco (que por aquel entonces ya era su contrincante) le robó el ganado para esconderlo en una cueva. El resultado de esta lucha entre los dos gigantes fue la creación del Moncayo.

Según la leyenda, Tarazona fue edificada por Túbalcaín y reedificada por Hércules, y así figura en el escudo de la ciudad ya desde el siglo XVI, "Tubalcain me aedificavit. Hércules me reaedificavit".

La Casa Consistorial de Tarazona (Provincia de Zaragoza, España) es un monumental edificio renacentista.

El edificio fue construido entre los años 1557 y 1563 en la plaza Mayor o del Mercado, para cumplir la función de Lonja, mirador de bueyes y graneros puesto que la ciudad ya tenía unas Casas del Concejo en la actual plaza de la Cárcel Vieja. 

Interiormente ha sufrido muchas reformas, por lo que toda la atención se centra en su magnífica fachada principal.


La fachada se organiza en tres pisos, siendo el superior obra de Fernando Chueca, realizada en 1969 a imitación de la galería alta del claustro del Monasterio de Veruela. Bajo dicha galería un interesante friso en relieve nos relata la entrada triunfal del papa Clemente VII y Carlos V en Bolonia en 1530 para ser este coronado como Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.

Friso Renacentista Coronación Carlos V

El segundo piso cuenta con balcones corridos y óculos para la iluminación de la planta noble, flanqueados por los escudos imperial, aragonés y turiasonense y la representación de los personajes mitológicos Hércules y Caco junto a otro protagonista de la leyenda fundacional de la ciudad, que ha sido objeto de diversas identificaciones.

Finalmente el piso bajo alberga la entrada principal en arco de medio punto, y seis grandes ventanales cerrados con rejas. Sobre la entrada principal se sitúan las alegorías del buen gobierno, la Justicia y la Prudencia.


Columnas de Hércules
Las Columnas de Hércules fueron un elemento legendario de origen mitológico, referido en la Antigüedad a los promontorios que flanquean el estrecho de Gibraltar. Era el límite del mundo conocido por los griegos hasta que, según el historiador griego Heródoto, Coleo de Samos lo atravesó​ en torno al siglo VII antes de Cristo.


La columna norte (antiguo Kalpe o Calpe) es identificada con el peñón de Gibraltar (426 m). La identidad de la columna sur (antiguamente Ábila o Abila​) ha sido disputada a través de la historia, siendo los dos candidatos más probables el monte Hacho (204 m) en Ceuta y el monte Musa (851 m) en Marruecos.

Columnas y lema «Plus ultra» en el Ayuntamiento de Sevilla.

Muchos textos cuentan que Hércules, en la realización de su décimo trabajo, al llegar a este punto colocó las dos columnas ahí a modo de monumento.

El nombre «columnas de Hércules» fue muy usado en la antigüedad, como ponen de manifiesto las descripciones geográficas de Plinio el Viejo.


El monarca Carlos I de España incorporó como elemento exterior el símbolo de las columnas en su escudo de armas. El rey, gran humanista interesado en la cultura y las artes, accedió a la sugerencia de un médico y consejero suyo, Luigi Marliano, a incorporar las columnas con la divisa Plus ultra. Probablemente esta sugerencia le fue realizada en el XVIII Capítulo (reunión) de la Orden del Toisón de Oro celebrada en Bruselas en 1516.

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