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Cecilia de Madrazo Garreta (Madrid, 20 de diciembre de 1846-Venecia, agosto de 1932) fue esposa del pintor Mariano Fortuny y se dedicó al coleccionismo de tejidos.
Cecilia de Madrazo, retratada por su padre Federico de Madrazo en 1869. |
Nace en Madrid en una familia de artistas: es hija del pintor Federico Madrazo, nieta del pintor José Madrazo y de Isabel Kuntz Valentini (hija a su vez del pintor polaco Tadeusz Kuntz, bisabuelo por tanto de Cecilia), sobrina de los pintores Pedro Madrazo y Luis Madrazo, y hermana del también pintor Raimundo Madrazo y Ricardo Madrazo.
Retrato de Cecilia de Madrazo, pintado por Luis de Madrazo en 1880. |
Durante su juventud se convierte en una virtuosa pianista y asiste a las tertulias artísticas y acontecimientos musicales de Madrid. En 1867 contrae matrimonio con Mariano Fortuny y Marsal, pintor que alcanzaría enorme fama en Europa y que, gracias a su éxito económico, coleccionaría obras de arte, armas, cerámica y tejidos. Tras su boda con Fortuny, Cecilia colabora con su marido en la búsqueda y compra de antigüedades, y se integra en el amplio círculo de artistas que les rodea. El matrimonio tiene dos hijos: María Luisa y Mariano Fortuny y Madrazo. Mariano, pintor, fotógrafo, escenógrafo y diseñador, heredaría de su madre la pasión por los tejidos antiguos.
Palacio Martinengo de Venecia |
La vida de Cecilia transcurre en Madrid, Granada, Roma, París y Venecia. En 1875, tras la muerte de su esposo acaecida en Roma en noviembre del año anterior, Cecilia y sus hijos se trasladan a París. En 1889, la familia se muda a la que será la última residencia de Cecilia, el palacio Martinengo de Venecia.
Durante el siglo XIX el perfil de los coleccionistas de tejidos continuó siendo un fenómeno que atrajo a un exclusivo grupo caracterizado por la sensibilidad intelectual y artística. El coleccionismo textil se daba en ámbitos muy elitistas o especializados, por tanto, el hecho de pertenecer a la familia Madrazo y ser esposa de Mariano Fortuny fueron determinantes para avivar en Cecilia el gusto por el coleccionismo de piezas textiles antiguas. Además de abundar los artistas, en la familia existía la inquietud de atesorar obras de arte, por lo que se convirtieron en grandes entendidos que «fueron considerados y consultados como asesores artísticos». La afición por el coleccionismo textil de Cecilia comenzó en España, recorriendo junto a su marido «tiendas y casas particulares en busca de tejidos raros».
Mariano Fortuny y Marsala (Reus, 11 de junio de 1838-Roma, 21 de noviembre de 1874) fue un pintor, acuarelista y grabador español, considerado junto a Eduardo Rosales uno de los pintores españoles más importantes del siglo xix, después de Goya.
Retrato de Mariano Fortuny (1867), por Federico Madrazo. Museo Nacional de Arte de Cataluña. |
Los hijos del pintor en el salón japonés 1874. Óleo sobre lienzo, 44 x 93 cm. Sala 063 Museo del Prado |
Quedó huérfano a los seis años de edad, y fue criado por su abuelo; él fue su tutor y su mejor valedor en sus primeros años y en su edad temprana, favoreciendo su formación artística con el pintor reusense Domènec Soberano. Contaba con la pequeña ayuda económica de dos eclesiásticos de Reus. Siendo aún niño, Fortuny también trabajó con el platero y orfebre miniaturista Antoni Bassa, quien influirá en la minuciosidad que caracterizará en el futuro su pintura.
Playa de Portici, 1874 |
En 1852 se trasladó a Barcelona en compañía de su abuelo. Allí entró a trabajar en el taller del escultor Domènec Talarn.
Sus maestros en la Escuela serán Pablo Milà y Fontanals, Luis Rigalt y Claudio Lorenzale, algunos muy influidos por el llamado «purismo nazareno».
Mujer desnuda dormida - Eduardo Rosales Eduardo Rosales Gallinas (Madrid, 4 de noviembre de 1836 - Madrid, 13 de septiembre de 1873) fue un pintor purista español. |
En 1858 se trasladó por primera vez a Roma con una pensión de la Diputación de Barcelona, donde entablará amistad con otros artistas españoles en la ciudad como Eduardo Rosales o Dióscoro Puebla. Esta pensión tuvo una estricta restricción, pues Fortuny tenía que enviar constantemente algunas de sus obras a la Diputación para demostrar sus progresos y justificar su estadía.
En Roma conoció también a varios artistas italianos; entre todos ellos Attilio Simonetti (1843-1925) se volvió su discípulo y amigo fraterno. Paralelamente, asistía a la escuela privada de Lorenzale, en donde se desarrolló en una vista más amplia su gusto por el romanticismo.
Marruecos
En 1860 estalló la Primera Guerra de Marruecos, y la Diputación de Barcelona encargó a Fortuny que viajara a este país con el fin de convertirse en cronista gráfico de la contienda en compañía de Pedro Antonio de Alarcón. Allí se integraría como pintor en el regimiento del general Juan Prim, también originario de Reus. El 12 de febrero de 1860, se registró su llegada a estas tierras y comenzó su trabajo como cronista de los acontecimientos.
Paisaje norteafricano (Museo Carmen Thyssen Málaga) |
África va a suponer un descubrimiento para Fortuny, deslumbrado por la luz norteafricana y encandilado por las planicies abiertas, las luces y los habitantes de Marruecos, llegando incluso a aprender nociones de árabe para integrarse mejor. Se liberará desde este momento de convenciones y academicismos, sintiéndose atraído intensamente por los temas orientales. Como consecuencia esa estancia, Fortuny pintó algunas de las obras más significativas de su producción, como La batalla de Tetuán (Museo Nacional de
Arte de Cataluña, Barcelona).
Una vez concluida la guerra de Marruecos tras la firma de paz con España, Fortuny regresaría a España. Se asentó un tiempo en Barcelona, lugar donde crearía una amistad con la familia de Madrazo, de la cual su hija, Cecilia de Madrazo, se convertiría en su esposa.
Posteriormente, en septiembre y octubre de 1862, solicitó a la diputación de Barcelona regresar a África para hacer un estudio de la luz del lugar a cambio del envío de algunas obras que realzaría en su estadía en Marruecos. Este viaje tuvo mucha influencia en su estilo al regreso de este. Sus obras se tornaron con un estilo oriental, mejor visto en su obra “La reina María Cristina pasando revista a las tropas”, pedido del duque de Riansares.
Posteriormente, en septiembre y octubre de 1862, solicitó a la diputación de Barcelona regresar a África para hacer un estudio de la luz del lugar a cambio del envío de algunas obras que realzaría en su estadía en Marruecos. Este viaje tuvo mucha influencia en su estilo al regreso de este. Sus obras se tornaron con un estilo oriental, mejor visto en su obra “La reina María Cristina pasando revista a las tropas”, pedido del duque de Riansares.
La reina María Cristina y su hija la reina Isabel pasando revista a las baterías de artillería que defendían Madrid en 1837 Hacia 1866. Óleo sobre lienzo, 300 x 460 cm. Museo del Prado |
Tras su regreso a Europa volvió a Roma. Contrajo matrimonio con Cecilia de Madrazo, hija del pintor Federico de Madrazo y hermana del también pintor Raimundo de Madrazo, con quien Fortuny llegaría a establecer una íntima amistad y con quien compartía afición por la tauromaquia. Esta manifestación artística apasionó al pintor que quedó encandilado por sus valores plásticos e impresionado por la mezcla de color y drama ritual, elegancia y brutalidad del universo taurino. Obras como Corrida de toros. Picador herido (Museo Carmen Thyssen Málaga) de 1867, dejan atrás el preciosismo idiosincrásico del pintor para captar con un agudísimo sentido del movimiento instantáneo la sensación de fuerza bruta y dramatismo desaforado de los protagonistas.
Picador herido (Museo Carmen Thyssen Málaga) de 1867 |
Fortuny viajó brevemente a Londres, y después a Nápoles y a la pequeña localidad de Portici, en el sur de Italia. En aquella época manifestaba síntomas de depresión; el éxito comercial le había encumbrado a una envidiable posición social y económica, pero la clientela le demandaba un tipo de pintura que le impedía evolucionar. En mayo de 1874 regresó a París con la intención de romper su relación con Goupil. Finalmente el 9 de noviembre de 1874 volvió a Roma, donde murió el 21 de noviembre, debido a una hemorragia estomacal causada por una úlcera.
Depósito del corazón de Fortuny en Reus |
En abril de 1875, los cuadros que aún se encontraban en su estudio y los diferentes objetos que Fortuny había reunido en su colección privada fueron subastados en el Hotel Drouot de París, alcanzando ya entonces precios desorbitados.
A pesar de su muerte a los treinta y seis años, su estilo y el virtuosismo técnico de su obra lo definen como un gran pintor que marcó indeleblemente a toda una generación de pintores europeos.
Acuarelas
Acuarelas
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