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Malta, oficialmente la República de Malta, es uno de los veintisiete Estados soberanos que forman la Unión Europea. Es uno de los estados más densamente poblados, compuesto por un archipiélago y situado en el centro del Mediterráneo, al sur de Italia, al este de Túnez y al norte de Libia. Debido a su situación estratégica, ha sido gobernado y disputado por diversas potencias en el transcurso de los siglos. Desde 1964 es independiente y en 2004 se adhirió a la Unión Europea.
A partir de 1282 Malta pasó a la Corona de Aragón junto a Sicilia, con la que tenía vínculos muy estrechos, después de que la conquistaran los almogávares de Roger de Lauria. Continuó bajo control de la Corona de Aragón dos siglos y medio. En 1530, el rey Carlos I de España dejó las islas en arriendo permanente a los Caballeros Hospitalarios, entonces conocidos como la Orden de San Juan de Jerusalén, pues Solimán el Magnífico los había expulsado de Rodas en 1522. Se estableció la entrega de un halcón como pago de la renta anual. Los Caballeros Hospitalarios (ahora conocidos como la Orden de Malta) gracias a la intervención del papa Clemente VII, además de Malta obtuvieron Trípoli a condición de permanecer neutrales en los conflictos entre naciones cristianas. Los Caballeros Hospitalarios declararon el italiano la lengua oficial de Malta, favoreciendo la inmigración a la isla de colonias de sicilianos y napolitanos para robustecer el carácter cristiano de Malta.
El dominio de los Caballeros Hospitalarios terminó tras la Conquista francesa de Malta encabezados por Napoleón Bonaparte en 1798 cuando se dirigía hacia Egipto. Para ocupar el archipiélago, el entonces general francés, pidió permiso para atracar en su puerto y, una vez allí, los caballeros se rindieron y se apoderó de la ciudad. Abolió todos los derechos feudales, reformó los monasterios y garantizó los mismos derechos para cristianos, judíos y musulmanes. También saqueó sus arcas, ante la pasividad de los caballeros hospitalarios que tenían promesa de no alzarse en armas contra ningún príncipe cristiano.
Típica arquitectura construida en los últimos años en Malta
La ocupación francesa fue impopular, por lo que los malteses se rebelaron y los franceses se vieron forzados a refugiarse en las fortificaciones. Gran Bretaña y el Reino de las Dos Sicilias enviaron municiones y ayuda. Los británicos también enviaron su flota, al mando del almirante Nelson, que efectuó el bloqueo de las islas. Las aisladas fuerzas francesas se rindieron en 1800, y los británicos tomaron el control del archipiélago, convirtiéndolo en su protectorado.
Durante el Sitio de Malta de 1940, en la Segunda Guerra Mundial, la isla resultó muy dañada.
El sitio de Malta fue un importante acontecimiento militar sucedido durante la conocida como batalla del Mediterráneo en la Segunda Guerra Mundial. Tuvo lugar entre 1940 y 1943 alrededor de la isla de Malta, entonces bajo posesión británica.
El Sitio de Malta, pintura de Egnazio Danti del siglo XVI (Museos Vaticanos). Al final de la península que forma el Monte Sceberras, ocupada por la artillería turca, se encuentra el fuerte de San Telmo, donde todavía resisten los Caballeros de Malta (atención a las banderas). Al otro lado del Gran Puerto se puede ver Birgu y San Ángel (con una gran bandera de la Orden), asediado desde todos los puntos excepto por Senglea y San Miguel, al que le une un pontón y que también es atacado duramente desde Sceberras, además de por mar, donde una empalizada marítima lo protege de la flota turca que, cargada de jenízaros, el 15 de julio, se hundió por los cañonazos recibidos desde San Ángel. Abajo a la izquierda, se muestra el plano de La Valeta —aquí denominada Melita, Malta en latín— coronada por San Telmo.
El sitio de Malta, también conocido como el Gran Sitio de Malta, fue el asedio, que en 1565, sufrió la isla de Malta, sede de la Orden de Malta —llamada también Orden Hospitalaria de San Juan—, por parte del Imperio otomano que la intentó conquistar y que culminó con la derrota de los invasores otomanos.
Situada estratégicamente al sur de Sicilia y casi equidistante de las costas libias y tunecinas, Malta controlaba las rutas comerciales entre el mar Mediterráneo Occidental y el Oriental, así como las que unían la península itálica y el Norte de África. Dotada de excelentes puertos naturales, su caída en manos turcas hubiera tenido consecuencias nefastas para la Europa cristiana, habida cuenta de la escasa resistencia que algunas potencias europeas —enzarzadas entre ellas en conflictos de escala continental— presentaban por entonces al avance del Islam conquistador, tanto de los turcos, como de sus tributarios berberiscos.
Expansión del Imperio otomano de 1481 a 1683 en el Mediterráneo. Bajo el reinado de Solimán, sus dominios se extendían hasta Trípoli y las puertas de Viena. El ritmo de las conquistas justificaba la inquietud cristiana. En solo un siglo desde la conquista de Constantinopla en 1453, ya dominaban la península balcánica (1481) y las costas del norte de África hasta Orán. Los sitios de Malta y Viena marcaron el fin de ciclo expansionista.
Reproducción del mapa de La Valeta de D. Specle (1589). Destaca San Elmo, con forma de estrella y la ordenación en cuadrícula de las calles. Se planificó desde cero para ser el centro de operaciones de la Orden, con una iglesia para cada una de las siete Lenguas y fortificada de tal manera que resultase prácticamente inexpugnable, protegiendo el acceso al Gran Puerto (arriba) y la bahía de Marsamxett.
La gratitud de Europa para con la heroica defensa de la Orden de Malta se manifestó en que pronto el dinero comenzó a acudir a la isla.
El frustrado asedio de Malta y la reactivación de la guerra contra el Imperio fueron las últimas empresas de Solimán el Magnífico 1520-1566.
A su regreso a Constantinopla, Solimán nombró a su viejo amigo Pargalı İbrahim Paşa gran visir del Imperio otomano y comandante de todo el ejército a excepción de los jenízaros, como era costumbre.
Pargalı İbrahim Paşa, gran amigo de Solimán y gran visir del imperio desde 1523.
El 18 de mayo de 1524, la haseki (concubina favorita) y esposa de Solimán, Hürrem Sultan (1502-1558), dio a luz a su hijo Selim. Poco se sabe de los orígenes de Hürrem, conocida en Occidente como Roxelana, probablemente fue una esclava tártara entregada al harén imperial. En cualquier caso, pronto se convirtió en la favorita de Solimán, que por ella abandonó a la primera haseki Mahidevran Gülbahar, quien le había dado su primogénito Şehzade Mustafa en 1515, cuando aún era gobernador de Manisa
Se ha hablado mucho de Roxelana; capaz de pasar en poco tiempo de esclava del harén a concubina y finalmente a esposa legal, contraviniendo las costumbres otomanas, tuvo una gran influencia sobre el sultán, hasta el punto de que algunos historiadores la consideran la tejedora de tramas que acabaron condicionando toda la política del imperio y en particular la sucesión al sultanato, viéndola como la iniciadora del llamado 'sultanato de las mujeres'.
'Selim II (30 de mayo de 1524-15 de diciembre de 1574) también conocido como Selim el rubio o Selim el "beodo" fue un sultán del Imperio otomano desde 1566 hasta su fallecimiento. Nació en Constantinopla, hijo de Solimán el Magnífico y su esposa legítima Alexandra Lisowvska (también llamada Hürrem o Roxelana). Fue el primer sultán del Imperio otomano en carecer de interés por el ámbito militar y delegar las funciones de gobierno en sus ministros.
Tras llegar al trono, Selim II fue capaz de llegar a un beneficioso acuerdo con el emperador alemán Maximiliano II: la Paz de Adrianópolis. Tras ser derrotado por los caballeros hospitalarios y los españoles en Malta , y firmar la paz con el emperador en Europa, el Imperio Turco Otomano solo le quedaba otro enemigo por tantear. Venecia
Durante el periodo de dominio veneciano, los turcos otomanos asaltaban y atacaban a los pueblos de Chipre a su antojo. La población griega de Chipre recibió armas de sus gobernantes venecianos y luchó contra los atacantes otomanos.
En 1489, el primer año del control veneciano, los turcos atacaron la península de Karpass, saqueando y tomando cautivos para venderlos como esclavos. En 1539 la flota turca atacó y destruyó Limassol. Temiendo al Imperio Otomano en constante expansión, los venecianos habían fortificado Famagusta, Nicosia y Kyrenia, pero la mayoría de las otras ciudades eran presa fácil.
El 1 de julio de 1570 un primer contingente turco desembarcó cerca de Limasol, pero fue rechazado, teniendo en cambio éxito la tentativa de construir una cabeza de puente cerca de Nicosia que permitió el desembarco, el 18 de julio, de alrededor de 400 embarcaciones, del grueso de las tropas. El ejército musulmán, al mando de Lala Kara Mustafa Pasha, llegó así a contar entre las 70.000 y las 100.000 unidades y 200 piezas de artillería. Nicosia cayó en solo dos meses y la guarnición fue masacrada. La cabeza del lugarteniente del reino, Niccolò Dándolo, fue enviada a Bragadin, que se preparó para la defensa de la ciudad.
Mapa de Nicosia en Chipre, creado por el cartógrafo veneciano Giacomo Franco, que muestra las murallas venecianas de Nicosia que fueron construidas por los venecianos para defender la ciudad en caso de un ataque otomano.
Las murallas de Nicosia estaban sin terminar, la ciudad cayó en setiembre de 1570.
El asedio de Famagusta tuvo lugar entre septiembre del año 1570 y agosto del año 1571 en la ciudad chipriota de Famagusta entre las tropas del imperio otomano, que estaban formadas por 154.000 hombres, y las fuerzas de la república de Venecia, que contaban con 7000 soldados.
El 22 de agosto de 1570 la ciudad de Famagusta fue sitiada por la imponente flota turca otomana capitaneada por Lala Kara Mustafa Pasha. Los venecianos fueron dirigidos por Marcantonio Bragadin y Astorre Baglioni. Tan pronto como comenzó el asedio, a mediados de octubre, el comandante Otomano Lala Mustafa invitó al gobernador de la ciudad Bragadin a rendirse, dándole también una perdiz, pero rechazó tanto la "invitación" como el carnero. Habiendo sido rechazado su invitación, el general turco se irritó al cambiar a formas "menos corteses" : envió la orden de rendición inmediata junto con la cabeza cortada y podrida de Niccolò Dandolo, gobernador de Nicosia. Esto no asustó ni a Bragadin ni a Baglioni, quienes, habiendo tenido los restos enterrados con los honores funerarios debidos, decidieron no rendirse.
Famagusta tenía un excelente sistema defensivo: daba al mar y estaba protegido por una muralla con cuatro murallas y a su vez la muralla estaba protegida por un foso ancho y profundo. Esto, sin embargo, no pudo resistir al enorme ejército otomano, y además en continuo aumento de la unidad, que sitió la pequeña ciudad veneciana. Para empeorar la situación de los venecianos también se añadió la escasez de alimentos en stock. Los primeros ataques fueron llevados a cabo por los jenízaros, pero fueron rechazados por la caballería veneciana. Viendo la inutilidad de este tipo de ataque, Lala Mustafa decidió cambiar de táctica y usar artillería: con 25 cañones y 4 basiliscos comenzó a bombardear la ciudad. Dada su colosal inferioridad numérica, los sitiados, por su parte, no podían hacer otra cosa que resistir con la esperanza de que en cualquier momento los refuerzos de Venecia llegarían en su ayuda. Mientras tanto, Bragadino y el comandante de las tropas de Juan Baglioni supieron aprovechar al máximo las pocas tropas que tenían y el sistema fortificado en el que se basaba: lograron resistir durante todo el invierno, gracias principalmente a su controlatteria y a las incursiones sorpresa que se encontraban fuera de las murallas en el campamento de los sitiadores. Los venecianos socavaron cualquier intento turco de cavar túneles para penetrar en el interior y a través de los "gatoli" (trincheras serpenteantes desde las que los spoilers Venecianos y griegos podían salir y regresar rápidamente) lanzaron algunos ataques sorpresa imprudentes, también lograron robar a los turcos el Nicosia gonfalone, que los otomanos agitaron frente a Famagusta. Los venecianos envenenaron los pozos exteriores y les hicieron creer que habían evacuado la ciudad, empujando al enemigo a acercarse sin precauciones e infligiéndole enormes pérdidas. Todo esto enfureció aún más al General turco, que temía otra derrota ruinosa como la sufrida durante el asedio de Malta cinco años antes; otro fracaso militar pondría en peligro su carrera y tal vez incluso su propia vida. Luego pidió refuerzos adicionales y después de dos meses logró aumentar su ejército sitiador a 250. 000 unidades.
Bastión de sv. Lucas en Famagusta. |
El 26 de enero de 1571, 16 galeras venecianas dirigidas por Marcantonio Querini llegaron a Famagusta, no para ofrecer apoyo militar contra el enemigo, sino solo para suministrar alimentos y nuevas tropas, alrededor de 1.600 hombres: entre ellos estaba también el Hijo de Gianantonio Querini, Marcantonio. Un suministro posterior de 800 soldados de infantería llegó en Marzo. A principios de abril el ejército turco reanudó la actividad bélica (durante todo el invierno no hubo ataques militares, pero solo se mantuvo el asedio). Mientras tanto, los otomanos habían colocado nueva artillería y cavado nuevas trincheras, en total 85 cañones más algunos basiliscos de Bronce grandes. Luego se reanudó el bombardeo de la ciudad, que ahora estaba reducida a un montón de escombros. Hacia finales de julio de 1571 Mustafa Pasha, que había perdido recientemente a su hijo en batalla, ordenó el bombardeo más pesado desde el comienzo del asedio: la torre norte fue demolida en gran medida. Para entonces, los muros ya no eran capaces de resistir y los soldados, en su mayoría heridos, habían permanecido solo setecientos, incapaces de manejar la defensa. Baglioni y el Coronel Martinengo optaron por rendirse. Marcantonio Bragadin previó el trágico destino de la ciudad, y por lo tanto decidió suscribirse a la rendición.
Mustafa llevó las cabezas y la piel de Bragadino a Constantinopla para ofrecérselas al Sultán |
Venecia no permaneció de brazos cruzados tras el ataque otomano. Chipre era demasiado valiosa. Los ciudadanos ricos pagaron la construcción de galeras en el Arsenal y la contratación de soldados, y se inició una ronda diplomática para obtener alianzas que permitieran atacar a los turcos con garantías.
Durante toda la Edad Media, las grandes potencias europeas apenas prestaron atención a Venecia. Pero cuando la República se convirtió en una potencia territorial en el avispero del norte de Italia comenzaron los problemas.
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