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domingo, 23 de noviembre de 2025

XLVIII- EL DESCUBRIMIENTO DE ORIENTE - TRANSFORMACIONES DEL SIGLO II - Nobilior - M. Claudio Marcelo - Lucio Licinio Lúculo (el Viejo) - 147 a.C. comienzan las incursiones de VIRIATO - Después del fracaso del cónsul Quinto Cecilio Metelo Macedónico en someter a Numancia, el Senado envió a Quinto Pompeyo - ESCIPIÓN EMILIANO (185–129 a. C.) - Polibio (ca. 200–118 a. C.) - El último día de Numancia

XLVII-  EL DESCUBRIMIENTO DE ORIENTE - TRANSFORMACIONES DEL SIGLO II - 171 a.C.: Protesta de los pueblos hispanos ante Roma - Carteia  - Segeda, oppidum de los Belos - Los belos y su organización - El conflicto con Roma: origen de la Segunda Guerra Celtibérica - Apiano de Alejandría - Numancia era un oppidum (ciudad fortificada) - Quinto Fulvio Nobilior - La Atalaya de Renieblas, PINCHA AQUÍ

En 152 a. C. el senado romano envió refuerzos considerables y Nobilior, que se había retirado a sus cuarteles de invierno donde pasó un duro invierno en el que murieron de frío y por escasez de provisiones muchos de los romanos que habían conseguido sobrevivir a los enfrentamientos con los celtíberos, fue finalmente sustituido por Marco Claudio Marcelo.

Su sucesor M. Claudio Marcelo, también cónsul, dio muestras de ser mejor soldado y mejor diplomático. Tras recuperar Ocilis logró convencer a los distintos miembros de la coalición para negociar. Cuando los caudillos de la confederación solicitaron la renovación de los tratados firmados con Graco, cuya ruptura había sido la causa de las quejas del senado, Marcelo los envió a Roma. El senado se negó a ratificar el acuerdo en los términos propuestos por Marcelo y ordenó el reclutamiento de nuevas tropas para la guerra de Hispania. Por su parte Marcelo, antes de que llegara Luculo, su sucesor, convenció a los jefes de la coalición, ahora reunidos en Numancia, de que efectuaran una rendición formal ante él, tras lo cual habría podido imponerles las condiciones que le parecieran convenientes. Dichas condiciones eran bastante suaves y Marcelo puso fin a la guerra.

Lucio Licinio Lúculo (el Viejo)
  • Cargo: Cónsul romano en el año 151 a. C.
  • Región de acción: Hispania Citerior (norte y centro de la península ibérica).
  • Su campaña fue militarmente poco exitosa y moralmente condenable.
Apiano dice explícitamente que Lúculo no tenía motivos justos para la guerra, y que su codicia fue la causa de una campaña sangrienta e injusta.

Hispania romana guerras celtiberas y lusitanas (155-133 a.C.)
Las guerras fueron durísimas y de los enfrentamientos con los romanos hay que destacar dos: la guerra de guerrillas de Viriato y la heroica resistencia de la ciudad de Numancia.

Viriato fue un caudillo lusitano que mantuvo en jaque a los romanos gracias a la utilización de la guerra de guerrillas. Terminó asesinado en 139 a.C. por varios de sus capitanes sobornados por los romanos con la promesa de tierras y privilegios, su derrota abrió a Roma el oeste peninsular.

En Numancia los celtíberos presentaron una resistencia feroz ante el sitio de los romanos. Publio Cornelio Escipión sitió la ciudad y sus habitantes prefirieron destruirla y suicidarse antes que caer en manos de los enemigos, era el año 133 a.C.
147 a.C. comienzan las incursiones de VIRIATO. Lentamente se reanudan las actividades militares en todo el interior peninsular.
Nuevos generales romanos llegan para hacerse cargo de las operaciones, pero ninguno se atreve a emprender un ataque directo. Tratan de someter al resto de la Celtiberia para aislar a los numantinos.
142 a.C. POMPEYO prueba de nuevo un ataque directo con 30.000 soldados y 2000 jinetes. Es derrotado y suscribe un nuevo pacto con los numantinos. Al regresar a Roma, reniega del pacto.

137 a.C. Roma envía a HOSTILIO MANCINO con nuevas tropas y la orden de acabar con la guerra de Numancia. Tras ser derrotado una y otra vez ante la ciudad, huye al valle del Ebro
Después del fracaso del cónsul Quinto Cecilio Metelo Macedónico en someter a Numancia, el Senado envió a Quinto Pompeyo como nuevo comandante en Hispania Citerior.
Su misión era terminar con la resistencia numantina, que llevaba ya más de una década desafiando a Roma.
Intentó asediar Numancia, pero sus tropas sufrieron por el frío, el hambre y las emboscadas.
Los numantinos resistieron con valentía, y Pompeyo no consiguió tomar la ciudad.
En una de las batallas, sus fuerzas fueron rodeadas y casi aniquiladas; solo se salvaron tras pedir una tregua humillante.
  • Acosado por la falta de suministros y la desmoralización del ejército, Pompeyo negoció secretamente la paz con los numantinos.
  • Pactó una rendición temporal de los romanos, prometiendo retirarse y respetar la independencia de Numancia.
  • Cuando regresó a Roma, negó haber hecho el tratado, tratando de ocultar su fracaso.
"Todavía se estaba dirimiendo la querella entre Mancino y los embajadores numantinos. Estos últimos mostraron públicamente el tratado que habían realizado con Mancino y éste transfirió la culpa del mismo a Pompeyo, su predecesor en el mando, imputándole que había puesto en sus manos un ejército inactivo y mal equipado y que, por esto mismo también aquel había sido derrotado muchas veces y había efectuado tratados similares con los numantinos. En consecuencia, afirmó que esta guerra, decretada por los romanos en violación de estos tratados, había sido llevada bajo auspicios funestos. Los senadores se irritaron con ambos por igual, pero Pompeyo escapó, debido a que ya antes había sido juzgado por estos hechos. Y decidieron entregar a Mancino a los numantinos por haber llevado a cabo un tratado vergonzoso sin su autorización, (…). Por tanto, Furio, llevando a Mancino de vuelta a Iberia, lo entregó, inerme, a los numantinos, pero ellos no lo aceptaron.

Elegido general contra ellos Calpurnio Pisón, no realizó ningún intento contra Numancia, sino que hizo una incursión contra territorio de Palantia y, tras haberlo devastado un poco, pasó el resto de su mandato en sus cuarteles de invierno en Carpetania"

Apiano Iberia, 81

Por NACLE - Este archivo deriva de: Conquista Hispania.svg:, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=59351710

Fases de la invasión romana de Hispania, con la campaña de invasión de Numancia.     Conquista hasta el 210 a. C.     Hasta Octavio Augusto     Campaña de Agrippa

El Senado nombró a Pisón para continuar la guerra contra los numantinos, pero:

NO era el comandante principal del asedio, porque ese papel se reservó para Escipión Emiliano, elegido fuera de lo habitual debido a su enorme prestigio.

Pisón tenía un mando complementario en la región.


A mediados de la década de los treinta, Numancia se ha convertido en una auténtica pesadilla para Roma. Ningún general logra someterla: los cercos se rompen una y otra vez, las emboscadas numantinas minan la moral y los intentos de asedio acaban siempre en fracaso.

En los campamentos romanos reina el desánimo. Las legiones, acostumbradas a victorias rápidas en otros frentes, se ven atrapadas en una guerra interminable contra un enemigo pequeño pero indomable. Los soldados están sucios, mal alimentados y peor entrenados; la indisciplina se ha vuelto rutina, y muchos oficiales prefieren mirar hacia otro lado antes que exigir obediencia.

Resulta cada vez más difícil encontrar voluntarios dispuestos a servir en Hispania. La provincia ha adquirido fama de destino maldito: un lugar donde la gloria es escasa, el botín inexistente y la muerte, en cambio, demasiado probable. En Roma crece la sensación de que la guerra en Celtiberia se ha convertido en un pozo sin fondo que consume hombres, dinero y prestigio.


134 a.C. Escipión Emiliano se hace cargo de la Guerra Numantina. Para mostrar el lamentable estado de sus soldados, tiñó su capa de negro.

ESCIPIÓN EMILIANO (185–129 a. C.)

Publio Cornelio Escipión Emiliano, también llamado Escipión el Menor, fue uno de los generales más brillantes de la República Romana. Era hijo adoptivo de Escipión el Africano, el vencedor de Aníbal, y heredó su prestigio y disciplina militar.

Papel decisivo en Numancia (134–133 a. C.)

Cuando Escipión fue nombrado cónsul en 134 a. C., encontró:

  • Un ejército desmoralizado
  • Tropas indisciplinadas
  • Un conflicto que Roma llevaba 20 años sin poder resolver
Escipión transformó la situación:
  • Reformas militares
  • Restableció la disciplina con dureza.
  • Prohibió el lujo y el desorden en el campamento.
  • Hizo entrenar duramente a las tropas.
  • Reorganizó el suministro y los mandos.
El sitio de Numancia
  • En lugar de ataques directos, aplicó una estrategia de cerco total:
  • Construyó una muralla de 9 km alrededor de la ciudad.
  • Cortó todos los accesos al campo.
  • Impidió que los numantinos recibieran ayuda o alimentos.
Numancia resistió heroicamente, pero el hambre la obligó a rendirse en 133 a. C.. Escipión no devastó la ciudad con asalto, sino que aceptó su rendición y la destruyó sistemáticamente.

Carrera y personalidad
  • También había destruido Cartago en 146 a. C.
  • Era culto, sobrio y severo, cercano a los círculos intelectuales griegos.
  • Defensor de la disciplina tradicional romana.
  • Tuvo conflictos políticos con los Graco.
  • Murió en 129 a. C., en circunstancias misteriosas, posiblemente asesinado por motivos políticos.
  • Restauró la reputación militar de Roma.
  • Cerró un conflicto de dos décadas.
  • Representó el modelo del general romano clásico: duro, eficaz y disciplinado.

Por Manfred Werner - Tsui - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=21887480

Polibio (ca. 200–118 a. C.) fue un historiador griego, miembro prominente de la Confederación Aquea. Tras ser llevado a Roma como rehén político, se integró en el círculo de la familia Escipión, donde surgió una amistad profunda con Escipión Emiliano.
  • Polibio actuó como tutor intelectual de Escipión Emiliano.
  • Le enseñó historia, estrategia militar, geografía y política.
  • Influyó en su visión práctica de la guerra y del mando.
  • Acompañó a Escipión Emiliano en la Tercera Guerra Púnica.
  • Estuvo presente en la toma de Cartago (146 a. C.).
  • También visitó Hispania y conoció de primera mano los escenarios de la guerra numantina.

Escipión, contando ya con cerca de 60.000 hombres frente a los 2.500 insurgentes, decidió no probar fortuna en un asalto de incierto resultado y cercar férreamente Numancia y reducirla por hambre y sed. Para ello se valió de una alta empalizada, fosos, un dique en el Duero y siete campamentos fortificados alrededor del collado en el que se levantaba la ciudad, muchos de ellos descubiertos por el hispanista alemán Adolf Schulten durante sus campañas arqueológicas realizadas entre 1905 y 1914.



Guerreros numantinos – detalle en cerámica

Numancia cayó el 133 a.C. Tras la infructuosa y postrera embajada del consejero Avaros, en la que Escipión no aceptó ningún trato de favor en caso de pactar la rendición, sus indómitos habitantes prefirieron el efecto del tejo, el fuego o el hierro antes de acabar comiéndose unos a otros o cargados de cadenas arrodillados frente a aquel arrogante legado romano. Solo unos pocos desfilaron en el triunfo de Escipión Emiliano por las calles de Roma, desde entonces también llamado Numantino, y el resto fueron vendidos como esclavos. Tras la caída de Numancia, toda la Celtiberia se mantuvo en paz hasta que, setenta años después, un caballero tuerto e idealista incendiase Hispania en su rebelión contra la tiranía de Sila: hablamos de mi querido Quinto Sertorio.


'El último día de Numancia' de Alejo Vera, 1881. Ficha técnica de la obra en el Museo del Prado

Alejo Vera y Estaca (Viñuelas, 14 de julio de 1834-Madrid, 4 de febrero de 1923) fue un pintor español, uno de los máximos representantes del naturalismo, el romanticismo y la pintura histórica.

La obra representa el momento en que los últimos defensores de la ciudad hispana de Numancia se dieron muerte a sí mismos a fin de impedir que fueran capturados vivos por los romanos, que en esta obra aparecen entrando en la ciudad mientras los numantinos se suicidan.

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