domingo, 18 de noviembre de 2018

Mi semana en Florencia (VI) - Galería Uffizi - Los Medicis - La conjura de los Pazzi

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Los Uffizi
La Galería Uffizi  es un palacio y museo en Florencia que contiene una de las más antiguas y famosas colecciones de arte del mundo. Se la considera como una de las atracciones turísticas más vistas de Florencia y en 2015 recibió casi dos millones de visitas, siendo por ello la pinacoteca más frecuentada de Italia.

Los Uffizi
La construcción del palacio de los Uffizi fue comenzada en 1560 por Giorgio Vasari, siguiendo órdenes de Cosme I de Médici. Su finalidad inicial era albergar las oficinas de las magistraturas florentinas, una vez que quedó pequeño el Palazzo Vecchio. De esta función deriva su nombre de «Galería de las Oficinas». Las obras terminaron en 1581. Durante años, partes del palacio sirvieron para almacenar las piezas de arte de la magnífica colección de la familia Médici.


La colección de arte de los Uffizi es muy amplia, con fondos incluso no expuestos por falta de espacio. La exposición se distribuye a lo largo de dos pisos del palacio, ordenada cronológicamente, comenzando su recorrido por el segundo piso.
Giorgio Vasari (Arezzo, 30 de julio de 1511-Florencia, 27 de junio de 1574) fue un arquitecto, pintor y escritor italiano.
Considerado uno de los primeros historiadores del arte, es célebre por sus biografías de artistas italianos, colección de datos, anécdotas, leyendas y curiosidades recogidas en su libro Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos (Le vite de' più eccellenti pittori, scultori, e architettori italiani, da Cimabue insino a' tempi nostri 1550; segunda edición ampliada en 1568). Se le atribuye el haber acuñado el término Renacimiento.
En 1529 visitó Roma y estudió las obras de Rafael y de otros artistas romanos de la generación anterior. Fue empleado regularmente por patronos de la familia Médicis en Florencia y Roma, trabajando también en Nápoles, Arezzo, Pisa, Bolonia y Módena.
Vasari disfrutó de una alta reputación durante su vida y logró una considerable fortuna. También disfrutó de la consideración de sus paisanos de Arezzo, ciudad dependiente de Florencia, donde terminó de construir en 1547 una bella casa a cuya decoración dedicó mucho esfuerzo y que actualmente es su museo.
Ante la extinción de la dinastía Médici en el siglo XVIII, las obras de arte corrieron el riesgo de ser transferidas a Viena, ya que el ducado de Florencia pasó a ser dominio austríaco. Sin embargo, la última duquesa Ana María había decretado la permanencia de la colección en Florencia al donárselas en su testamento al pueblo de Florencia, siendo el embrión de unos de los primeros museos modernos del mundo. La galería era abierta a los visitantes que lo solicitaban durante el siglo XVI y en 1765 abrió oficialmente al público como museo.

Ana María Luisa de Médici (Florencia, 11 de julio de 1667 – Florencia, 18 de febrero de 1743) fue princesa electora del Palatinado y última representante de la familia de los Médici.
Hija del gran duque de Toscana Cosme III de Médici y de la princesa Margarita Luisa de Orleans. En 1690 se casó con Juan Guillermo del Palatinado, príncipe elector del Palatinado. El matrimonio fue estéril. Muerto su marido en 1716, Ana María Luisa volvió a Florencia, donde estaba ya cerca la extinción de la familia Médici. Habían sido, de hecho, también estériles los matrimonios de sus hermanos Fernando y Gian Gastone y también la tragicómica tentativa de Cosme III de hacer abandonar el capelo cardenalicio a su hermano menor Francisco María para que se casase con la princesa Eleonora Gonzaga con la esperanza de conseguir un heredero.
Cosme III de Médici (Florencia, 14 de agosto de 1642 – Florencia, 31 de octubre de 1723), fue el Sexto Gran Duque de Toscana de 1670 a 1723.
En 1658 el gran duque Fernando II inició algunos sondeos en las cortes europeas con el objetivo de buscar una esposa al joven Cosme, esperando que el matrimonio pudiese desprender a su hijo de su extremada beatitud. Al final la elegida, después de largos intentos y maniobras protagonizados por el cardenal Mazarino (que deseaba el apoyo mediceo para la tan soñada tiara papal) y de don Piero Bonsi, un fraile toscano residente en París, fue Margarita Luisa de Orleans, prima del rey Luis XIV de Francia.
Su matrimonio se caracterizó por los continuos litigios entre los cónyuges, por las huidas de la princesa a las villas mediceas de Poggio a Caiano y de Lappeggi; por los continuos viajes de Cosme por Europa para alejarse de su mujer, y por breves períodos de reconciliación, durante los cuales nacieron tres hijos: Fernando de Médici (1663), Ana María Luisa de Médici (1667) y Juan Gastón de Médici (1671).
Cosme III, ya resignado a la extinción de su casa, intentó prolongar el gobierno disponiendo que a su muerte el trono pasase a Ana María Luisa, pero la propuesta fue bloqueada por las potencias europeas que consideraban al Gran Ducado de Toscana como una preciosa pieza en el juego de mercadeo de tronos. Después de varias guerras y tratados, se decidió que el trono toscano pasase a Francisco Esteban de Lorena.
Francisco Esteban de Lorena y Borbón-Orleans (Nancy, Francia, 8 de diciembre de 1708 - Innsbruck, Austria, 18 de agosto de 1765), también conocido como Francisco III de Lorena y luego como Francisco I, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Duque de Lorena y Gran Duque de Toscana.
María Teresa I de Austria (Viena, Austria, 13 de mayo de 1717 - ibíd., 29 de noviembre de 1780) fue la primera y única mujer que gobernó sobre los dominios de los Habsburgo y la última jefa de la casa de Habsburgo, pues a partir de su matrimonio la dinastía pasó a llamarse Casa de Habsburgo-Lorena.
Fue archiduquesa y soberana de Austria, Hungría, Bohemia y Croacia, duquesa de Mantua, Milán, Galitzia y Lodomeria, Parma y los Países Bajos Austríacos desde 1740 hasta su muerte. Por su matrimonio con Francisco I, fue también emperatriz consorte del Sacro Imperio Romano Germánico, duquesa de Lorena y gran duquesa de Toscana.​ Está considerada como una déspota ilustrada y fue la cabeza de uno de los Estados más importantes de su época, pues gobernó gran parte de la Europa Central.
Se casó con Francisco Esteban de Lorena, el futuro Francisco I del Sacro Imperio Romano Germánico, y tuvo con él 16 hijos, entre ellos las reinas María Antonieta de Austria y María Carolina de Austria, la duquesa María Amelia de Habsburgo-Lorena y dos emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico: José II y Leopoldo II (ambos cogobernantes de Austria y Bohemia, junto con su madre).
A causa de la magnitud de la colección, algunas obras fueron trasladadas a otros museos florentinos, como las esculturas, al Museo Bargello. Debido a la limitada superficie de exposición en el edificio, éste fue ampliado en 2006 y actualmente hay una propuesta de ampliación.
En 1993, un coche-bomba explotó en Via dei Georgofili, matando a cinco personas y produciendo graves daños al palacio. La parte más afectada fue la Sala de Níobe de esculturas clásicas y cuya decoración neoclásica tuvo que ser restaurada. La causa del atentado no fue esclarecida.
Vestíbulo de entrada
Este espacio, compuesto de tres vestíbulos, fue realizado a finales del Settecento, cuando, por voluntad del Gran Duque Pietro Leopoldo, fue completada la escalera monumental que permitió un nuevo acceso a la Galería.

Está decorado con estatuas, sarcófagos y relieves antiguos.

Leopoldo de Habsburgo-Lorena (Viena, 5 de mayo de 1747 - id. 1 de marzo de 1792) fue un archiduque austriaco y luego emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Era hijo de los emperadores María Teresa de Habsburgo y Francisco I de Lorena. Gran Duque de Toscana (1765-1790), Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, rey de Hungría y de Bohemia (1790-1792) al fallecer su hermano José II.
Nupcias de María de Médici con Enrique IV de Francia (1600, Jacopo Chimenti)
María de Médici (Florencia, Italia; 26 de abril de 1575 - Colonia, 3 de julio de 1642) fue reina consorte de Francia, como la segunda esposa del rey Enrique IV de Francia —de 1600 a 1610— y Reina Regente de Francia hasta la mayoría de edad de su hijo, el futuro rey Luis XIII de Francia —de 1610 a 1617—. Tuvo una actuación destacada como coleccionista y mecenas de las artes.
Enrique de Borbón, (Pau, 13 de diciembre de 1553-París, 14 de mayo de 1610) fue rey de Navarra2​con el nombre de Enrique III entre 1572 y 1610, y rey de Francia como Enrique IV entre 1589 y 1610, primero de la casa de Borbón en este país, conocido como Enrique el Grande (Henri le Grand) o el Buen Rey (Le bon roi Henri) y copríncipe de Andorra (1572-1610).
Corredor del este
El largo corredor que se abre ante nuestros ojos es la parte más antigua de la galería, que Francisco I de Médici realizó en los años ochenta del Cinquecento, usando el edificio que coronaba la Galería.

Francisco I de Médici (Florencia, 25 de marzo de 1541 – ibídem, 19 de octubre de 1587), II gran duque de Toscana, de 1574 a 1587, fue el hijo mayor de Cosme I de Médici, II duque de Florencia y de su esposa Leonor Álvarez de Toledo, hija del virrey de Nápoles Pedro Álvarez de Toledo y Zúñiga.
El 18 de diciembre de 1565, se casó con Juana de Habsburgo-Jagellón (1547–1578), archiduquesa de Austria, la menor de los quince hijos del emperador Fernando I de Habsburgo y de Ana Jagellón de Hungría y Bohemia y hermana del futuro emperador Maximiliano II de Habsburgo
Este espacio estaba destinado a ser, sobre todo, la galería de las estatuas, como la colección de estatuas antiguas de los Médici, representaba un elemento de gran prestigio social y de interés cultural. Fue iniciado por Lorenzo el Magnífico


Retrato de Agnolo Bronzino de Lorenzo de' Medici c.1480
Lorenzo de Médici (1 de enero de 1449- Villa medicea de Careggi, 9 de abril de 1492), también conocido como Lorenzo el Magnífico por sus contemporáneos, fue un estadista italiano y gobernante de facto de la República de Florencia durante el Renacimiento italiano. Príncipe de Florencia, mecenas de las artes, diplomático, banquero, poeta y filósofo renacentista, perteneciente a la familia Médici, y también bisabuelo de la reina Catalina de Médici. Su vida coincidió con la cúspide del Renacimiento italiano temprano; su muerte marca el final de la Edad de Oro de la ciudad de Florencia. La frágil paz que ayudó a mantener entre los distintos estados italianos terminó con su muerte. Los restos de Lorenzo de Médici reposan en la capilla de los Médici en la basílica de San Lorenzo (Florencia).
Lorenzo fue considerado el más inteligente de los cinco hermanos, y tuvo como tutor a un diplomático llamado Gentile Becchi. Participó en justas, cetrería, caza y cría de caballos para competir en el Palio de Siena. Su caballo se llamaba Morello.
La colección fue ampliada por Cosme I después de su primer viaje a Roma en 1560 cuando decidió encargar estatuas para adornar el Palacio Pitti, y retratos y bustos para el Palacio Vecchio.


En el corredor también hay retratos de Hombres Ilustres, colección Gioviana, y Retratos de los Médici, colección Aulica. Partiendo del fondo del pasillo a la derecha de la entrada, vemos el retrato del fundador Giovanni di Bicci, a la izquierda la rama principal de sus descendientes (Cosme el Viejo, Piero el Gotoso, Lorenzo el Magnífico, y los papas León X y Clemente VII), a la derecha los descendientes de la rama secundaria (Giovanni dalle Bande Nere y su hijo Cosme I, que dio a vida a la dinastía que duró hasta 1737).

Juan de Médici o Giovanni di Bicci de' Medici (en italiano) (Florencia, 1360- 20 de febrero de 1429) fue un banquero de la Edad Media, fundador de la poderosa familia Médici de Florencia, padre de Cosme de Médici (Pater Patriae) y bisabuelo de Lorenzo de Médici (El magnífico).
Cosimo di Giovanni de' Medici (en italiano) o Cosme el Viejo (Padre de la Patria) (Florencia, 27 de septiembre de 1389-Villa medicea de Careggi, 1 de agosto de 1464) fue un político y banquero italiano, fundador de la dinastía de los Médici, dirigentes efectivos de Florencia durante una buena parte del Renacimiento italiano.
Pedro de Cosme de Médici (19 de septiembre de 1416 - 2 de diciembre de 1469), llamado el gotoso (il Gottoso), debido a la enfermedad que padecía. Gobernante de facto de Florencia de 1464 a 1469 durante el renacimiento italiano. Hijo de Cosme de Médici y Contessina Bardi y padre de Juliano y Lorenzo. Murió a los 53 años.
León X (Florencia, 11 de diciembre de 1475 – Roma, 1 de diciembre de 1521), papa 217.º de la Iglesia católica de 1513 a 1521.
Era el segundo hijo varón de Lorenzo el Magnífico, de la noble familia de los Médici, y de Clarice Orsini, de la no menos ilustre Casa de Orsini.
Clemente VII, (Florencia, 26 de mayo de 1478 – Roma, 25 de septiembre de 1534) fue el papa n.º 219 de la Iglesia católica, de 1523 a 1534.
Cuando nació fue descrito: "Hijo natural del Magnífico Juliano de Médici nacido por parte de madre de muchacha que no tenía marido, Fioretta, hija de Antonio"
Tras el asesinato de su padre en la Catedral de Florencia, durante la Conjura de los Pazzi, el futuro papa Clemente contó enseguida con el afecto y la protección de los Médici. Su tío Lorenzo el Magnífico escribió a Fernando I de Nápoles y al Papa para que Julio, destinado a la carrera eclesiástica, le fuera otorgado el rico Priorato de Capua, que le fue efectivamente concedido. Ya desde su infancia, Julio había contado con la amistad de sus primos Pedro, Juan (el futuro Papa León X), y Juliano, los tres hijos de Lorenzo.
La elección como Papa de su primo León X, le supuso su inmediato nombramiento de Arzobispo de Florencia. El 23 de septiembre de 1513 fue nombrado cardenal.
Fracasó, tanto en el campo político como en el religioso, seguramente por su temperamento indeciso, sus arriesgadas apuestas políticas y los intereses familiares, circunstancias que hicieron de él «el más desgraciado de los papas», según expresión del historiador Ferdinand Gregorovius.
El tratado de Noyón no se había cumplido, de forma que en 1521, poco antes de morir León X, las tropas coaligadas del papa y el emperador, con la ayuda también de Inglaterra, habían expulsado a los franceses de Milán. Francisco I se propuso recuperarlo, mas no sólo no lo consiguió, sino que acabó prisionero de Carlos I de España en la batalla de Pavía (1525). Recluido en la capital de España, obtuvo su libertad tras la firma del Tratado de Madrid (1526), protocolo por el que se comprometía a devolver al Habsburgo el ducado de Borgoña, a renunciar a Italia y a no entrometerse en Flandes.

Clemente VII buscó refugio en el castillo de Sant'Angelo que se convirtió en su prisión durante siete meses. Antes de obtener la libertad se le exigió una capitulación formal y el pago de una ingente cantidad de dinero (300.000 ducados). Carlos I negó cualquier implicación personal en los hechos; es más, los lamentó profundamente, o eso aparentó. Pero lo cierto es que extrajo un pingüe provecho político del dramático acontecimiento. El papa se vio forzado por las circunstancias a cambiar la orientación de sus alianzas: vencido, humillado y preso, sin opción a la hora de comprar su propia libertad, necesitado de la ayuda del emperador para detener el progresivo avance de los luteranos en Alemania, dispuesto a cualquier sacrificio por reponer a un Médici en la corte de Florencia de la que habían sido apartados, Clemente se plegó sin condiciones a los requerimientos del emperador y se entregó a su causa como firme aliado. Carlos, por su parte, también deseaba ganarse al papa que debía dictar resolución en el proceso de divorcio planteado por Enrique VIII de Inglaterra en el que la afectada, su esposa Catalina de Aragón, era tía del emperador. El Tratado de Barcelona de junio de 1529 suscrito por Clemente VII y Carlos I marcaba el inicio de una nueva paz y concordia, aunque precaria, como luego se demostró, entre el imperio y el pontificado.

Juliano de Médicis, en italiano, Giuliano de' Medici (Florencia, 12 de marzo de 1479–17 de marzo de 1516) fue uno de los siete hijos de Lorenzo el Magnífico y su esposa Clarisa Orsini. Para diferenciarlo de su tío Juliano de Médici, asesinado en la conjura de los Pazzi, se le llama Juliano II de Médicis o Juliano de Lorenzo de Médicis.
Juliano de Médicis, hijo de Pedro de Médicis, y hermano de Lorenzo, murió apuñalado durante la misa de Pascua en el Duomo de Florencia. Lorenzo solo fue herido. Los florentinos respondieron con indiferencia a las llamadas de los conjurados, y los Pazzi desaparecieron bajo un diluvio de ejecuciones y de deportaciones.
 Palazzo Vecchio
La conjura de los Pazzi
La arrogancia familiar de los Pazzi tuvo mucho que ver en la aversión que profesaban a los Médicis estos nobles convertidos en banqueros a principios del siglo XV, y cuyo principal cliente era el papa Sixto IV. Instigado por sus sobrinos Riario y Della Rovere, el papa quería crear un nuevo Estado Pontifical. Para realizar este proyecto, cerró un acuerdo con Nápoles que puso a Florencia en una situación muy crítica. Para contrarrestar los efectos de esta decisión, Lorenzo de Médicis intentó aliarse con Venecia. Se hizo el promotor de una Liga abierta, pero sin éxito. Mientras tanto en Roma, los Riario y los exiliados florentinos rivales de los Médicis, de los que formaba parte Francesco Salviati, arzobispo de Pisa y la familia florentina de los Pazzi, organizaron una conjura contra Lorenzo y su hermano Juliano, que el papa, aparentemente hostil al proyecto, (la opinión de los historiadores no es unánime al respecto) no supo hacer abortar. Así, durante la celebración de la Misa pascual del 26 de abril de 1478 en la catedral de Florencia, fueron atacados Lorenzo y su hermano Juliano. Juliano fue asesinado y Lorenzo herido levemente en el cuello. El furor popular que ello desencadenó tuvo consecuencias terribles. Duró tres días fueron llevadas a cabo toda una serie de brutalidades inconcebibles. 

Leonardo da Vinci, dibujo del cadáver del conjurado Bernardo Bandini Baroncelli (1479)
Se colgaron a un centenar de conjurados y fueron masacrados algunos de los más célebres. Familias enteras, como la de los Pazzi, fueron exterminadas. 
El cuerpo del arzobispo Salviati fue expuesto junto con otros cuerpos colgados de las ventanas del Palazzo Vecchio. Se asistió a una verdadera caza al hombre y peor todavía, caza a los cadáveres. Aquellos que creyeron que los florentinos preferirían el gobierno de los Pazzi se equivocaron. Al grito de adhesión de los partidarios de Jacopo dei Pazzi “Libertad, Libertad”, el pueblo había respondido con el de “Palle, Palle” (bolas) que era el de los partidarios de los Médicis (alusión a su escudo).
Entre los retratos, formados en gran parte con viejas cabezas montadas en bustos modernos, destaca el del emperador Adriano, todo original y de precisa elaboración, expresiva e intensa como en los bustos denominados Giulia y del emperador Vespasiano, donde sólo la cabeza es original. Un punto aparte merece el hermoso busto con cabeza de Antínoo, uno de los mejores ejemplos de los tantos retratos antiguos que representan al joven amado por el emperador Adriano.

Busto del emperador Adriano. Galería de los Uffizi, Florencia.
Publio Elio Adriano (Itálica o Roma, 24 de enero de 76-Bayas, 10 de julio de 138), conocido oficialmente durante su reinado como Imperator Caesar Divi Traiani filius Traianus Hadrianus Augustus, y Divus Hadrianus tras su deificación, comúnmente conocido como Adriano, fue emperador del Imperio romano (117-138). Miembro de la Dinastía Ulpio-Aelia​ y tercero de los cinco emperadores buenos,​ así como segundo de los emperadores hispanos, durante su reinado el Imperio alcanzó la mayor extensión territorial de su historia (125). Adriano destacó por su afición a la filosofía estoica y epicúrea.
Nació probablemente en Itálica, en el actual término municipal de Santiponce (Sevilla, España)
Cuando llegó a Italia se detuvo en Sicilia. Aunque se desconoce lo que hizo durante su estancia, los tallados de las monedas emitidas en estos años le honran como el «restaurador de la isla».
Una vez en Roma completó la restauración del Panteón y la construcción de su villa, la conocida como Villa Adriana, ubicada cerca de Tívoli.
EL AMANTE DE ADRIANO¿Venganza o accidente? La muerte en extrañas circunstancias de Antínoo, el probable amante del emperador Adriano, ha alimentado un buen número de teorías.

Adriano (76-138) realizó dos grandes viajes a lo largo de su reinado. En el segundo, del que se conocen menos detalles, sucedió un hecho que marcaría al emperador. Tras una breve gira por Italia, el norte de África, Grecia, Turquía, Siria y Arabia, descendió hacia Egipto. Allí tuvo lugar el episodio más recordado del viaje: la muerte de Antínoo, su probable amante.
Antínoo había nacido en Bitinia (en el norte de la actual Turquía), era extraordinariamente atractivo y se ahogó en el Nilo en octubre de 130. Aquí acaba todo cuanto se sabe de él. No aparece en las crónicas ni en las inscripciones hasta el mismo momento en que perdió la vida, pero el dolor inconsolable de Adriano lo elevaría a la categoría de un mito.
El anónimo joven fue adorado como un dios: hay rastros de su culto en todas las regiones orientales del Imperio, y en Egipto suplantó a Osiris. Se compusieron poemas en su honor, se le dio su nombre a una estrella y se esculpieron montones de estatuas (aún se conservan un centenar) que reproducen sus rizos y su lánguido erotismo. Además, el césar fundó junto al Nilo una ciudad con el nombre del difunto, Antinoópolis, y concedió a sus habitantes numerosos privilegios.
El anónimo joven fue adorado como un dios: hay rastros de su culto en todas las regiones orientales del Imperio, y en Egipto suplantó a Osiris. 
 Fuente: Historia y Vida - Ana Echeverría
Antínoo --Hallado en 1671 cerca de Roma, y casi desde entonces permanentemente expuesto en los Uffizi.
Antínoo o Antinoo (en griego Aντίνοος, latinizado como Antinous; Bitinio-Claudiópolis, Bitinia, 27 de noviembre de entre 110 y 115 a​-río Nilo, junto a Besa, 30 de octubre de 130, o poco antes) fue un joven de gran belleza, favorito y amante del emperador romano Adriano.​ Tras su muerte fue deificado y se le rindió culto. Muchos de los retratos que se hicieron de él se han conservado hasta nuestros días. Desde el Renacimiento hasta la actualidad, Antínoo ha sido muy representado en el arte, especialmente en la escultura, y su enigmática figura ha captado la atención de numerosos artistas.
Era frecuente que los miembros de la familia imperial fueran divinizados al morir, pero ¿divinizar a un efebo de oscuro nacimiento? No existía ningún precedente, e incluso resultaba escandaloso para la mentalidad romana, pero el Senado, prudente, guardó silencio. Todavía hoy se tejen conjeturas en torno a su muerte. ¿Fue un accidente? ¿Una venganza de la emperatriz Sabina?
Dos teorías más se barajan como probables. La primera tiene relación con la edad del muchacho. En el mundo clásico, las relaciones homoeróticas eran toleradas e incluso respetables, siempre que uno de los miembros de la pareja fuera adolescente. Se consideraba que el adulto ejercía una especie de tutela amorosa sobre el joven. Cuando a este le crecía la barba, llegaba el momento de poner fin a la relación. La edad de Antínoo debía de rozar ya la veintena. Separarse del césar, si su amor era sincero, sería doloroso, pero permanecer con él iba a convertirse pronto en una vergüenza. El suicidio era una alternativa honrosa.
Otra posibilidad, mucho más turbia, es que el muchacho se arrojara al Nilo creyendo que su sacrificio alargaría la vida de su maduro amante, ya por entonces delicado de salud. La poetisa Julia Balbila, que viajaba con el séquito real como amiga de la Emperatriz, descendía de un astrólogo que, en su día, había recomendado a Nerón un apaño similar para curarse una enfermedad. ¿Contó Balbila la anécdota en presencia de Antínoo? Nunca lo sabremos.
Cuando Adriano falleció, el Senado estuvo a punto de someterle a una damnatio memoriae, que consistía en borrar todo vestigio de la existencia.
El carácter de Adriano se fue agriando tras perder a Antínoo. El progresivo deterioro de su salud también contribuyó a ello. Rompió uno tras otro con sus amigos más antiguos. Cuando Adriano falleció, en 138, el Senado estuvo a punto de someterle a una damnatio memoriae, una condena formal que consistía en borrar todo vestigio de la existencia de un personaje infame. Su sucesor, Antonino Pío, lo impidió in extremis.

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