sábado, 11 de abril de 2015

Personajes de la Gran Guerra (II) - Guillermina de los Países Bajos - Alfonso XIII - Jorge V del Reino Unido - Alberto I de Bélgica - Manuel II de Portugal

Guillermina de los Países Bajos 
(31 de agosto de 1880 – 28 de noviembre de 1962) fue la reina gobernante de los Países Bajos desde 1890 (en realidad desde su mayoría de edad en 1898) hasta 1948 y Reina Madre con el título de Princesa de 1948 a 1962.


Reinó los Países Bajos durante más de cincuenta años, el reinado más largo de un monarca holandés. Durante su reinado se produjeron varios acontecimientos clave en la historia holandesa y mundial: la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, la gran crisis económica holandesa de 1933 y el declinar de los Países Bajos como imperio colonial. En el exterior de los Países Bajos es recordada por su papel durante la Segunda Guerra Mundial, inspirando la resistencia holandesa y convirtiéndose en una destacada líder del gobierno holandés en el exilio.

Precavida y cuidadosa, actuando dentro de las limitaciones de lo que esperaban de su monarca los holandeses y sus representantes electos, Guillermina mostró una fuerte voluntad y personalidad a lo largo de su reinado. Estas virtudes le proporcionaron gran popularidad cuando, con 20 años, la reina ordenó a un barco de guerra holandés en Sudáfrica que rescatara a Paul Kruger, el presidente de Transvaal. Debido a esta acción, Guillermina atrajo la atención y el respeto internacional.

Stephanus Johannes Paulus Kruger, más conocido como Paul Kruger y cariñosamente llamado Oom Paul ('Tío Paul' en afrikáans) (Bulhoek, 10 de octubre de 1825 - Clarens, Suiza, 14 de julio de 1904), fue un prominente líder de la resistencia bóer contra el Reino Unido y presidente de la República Sudafricana. De acuerdo con la leyenda, fue llamado Mamelodi'a Tshwane ('silbador del río Apies' en tswana) por los habitantes del Tshwane debido a su habilidad para silbar e imitar los gorjeos de los pájaros.
Guillermina sentía un profundo desagrado por el Reino Unido, que se había anexionado las repúblicas sudafricanas de Transvaal y el Estado Libre de Orange tras la guerras de los bóeres. Los bóeres eran los descendientes de los primeros colonos holandeses que habían llegado a la zona, y Guillermina sentía simpatía por ellos.

Primera guerra mundial
Aunque permanecieron neutrales durante la Primera Guerra Mundial, las considerables inversiones alemanas en Holanda y los importantes holandés estrechó sus lazos comerciales con Alemania. Los alemanes disponían de queso Edam en sus raciones.

Guillermina fue llamada la “reina de los soldados”, pero como mujer no podía ostentar el título de Comandante Supremo. A pesar de esta limitación, la reina aprovechó cualquier oportunidad para inspeccionar las fuerzas armadas holandesas y expresar sus opiniones.


Hacia el final del conflicto se extendió el descontento civil, provocado por la revuelta bolchevique en Rusia en 1917. 

Después del armisticio y el fin de la Primera Guerra Mundial, el emperador Guillermo II, que había sido obligado a renunciar a su trono, se exilió a los Países Bajos, donde el gobierno holandés le ofreció asilo político, debido en gran parte a los lazos del emperador con la reina Guillermina. En respuesta a los esfuerzos de los Aliados por juzgar a Guillermo, la reina convocó a los embajadores ante su presencia y les leyó los derechos de asilo.

Alfonso XIII, aliado de los cautivos en la Gran Guerra
Alfonso XIII de España, llamado «el Africano» (Madrid, 17 de mayo de 1886-Roma, 28 de febrero de 1941), fue rey de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931. Asumió el poder efectivo a los 16 años de edad, el 17 de mayo de 1902.

Alfonso XIII y María Cristina la Reina Regente.
 Cuadro de Luis Álvarez Catalá de 1898.
Sin embargo, España sufría cuatro problemas de suma importancia que darían al traste con la monarquía liberal: la falta de una verdadera representatividad política de amplios grupos sociales; la pésima situación de las clases populares, en especial las campesinas; los problemas derivados de la guerra del Rif; y el nacionalismo catalán, espoleado por la poderosa burguesía barcelonesa.

Alfonso XIII
Esta turbulencia política y social, iniciada con el desastre del 98, impidió que los partidos turnistas lograran implantar una verdadera democracia liberal, lo que condujo al establecimiento de la dictadura de Primo de Rivera, aceptada por el monarca. Con el fracaso político de ésta, el monarca impulsó una vuelta a la normalidad democrática con intención de regenerar el régimen. No obstante, fue abandonado por toda la clase política, que se sintió traicionada por el apoyo del rey a la dictadura de Primo de Rivera.


Abandonó España voluntariamente tras las elecciones municipales de abril de 1931, que fueron tomadas como un plebiscito entre monarquía o república. Enterrado en Roma, sus restos no fueron trasladados hasta 1980 al Panteón de los Reyes del Monasterio de El Escorial.

Victoria Eugenia con mantilla, por Joaquín Sorolla.
El 31 de mayo de 1906, se casó con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg (1887–1969), hija del príncipe Enrique de Battenberg y la princesa Beatriz del Reino Unido. Victoria Eugenia era sobrina del rey Eduardo VII y nieta de la reina Victoria I del Reino Unido. El tratado matrimonial se firmó por duplicado en Londres, el 7 de mayo de 1906.

La novela «Cartas a palacio» evoca la creación de la Oficina Pro-Cautivos
para narrar una historia de amor, amistad y lucha
En la Navidad de 1914, Alfonso XIII recibe una carta muy especial. En ella, una niña francesa pide ayuda al Monarca para localizar a su hermano, desaparecido en la inmensa devastación de la Gran Guerra desde que se marchara a combatir a Charleroi. La misiva conmueve al Rey, que pide a uno de sus más directos colaboradores que averigüe la suerte que ha corrido el hermano de la pequeña a través de la diplomacia española.
Este episodio es el punto de partida de la novela «Cartas a palacio» (Plaza & Janés), en la que Jorge Díaz rememora uno de los momentos más humanos del reinado de Alfonso XIII: la creación de la Oficina Pro-Cautivos. En ella, un grupo de funcionarios, diplomáticos y militares intercedió por la vida de prisioneros de los dos bandos. La oficina funcionó hasta 1921 y durante los años que estuvo abierta logró la repatriación de 70.000 civiles y 21.000 soldados heridos (entre ellos Nijinsky o Maurice Chevalier), aunque se contestaron más de 500.000 solicitudes. Todo ello gracias a los casi dos millones de pesetas costeados por el propio Alfonso XIII.
El bailarín Nijinsky fue ayudado por la Oficina Pro-Cautivos española
durante la Primera Guerra Mundial
Jorge V del Reino Unido 
(3 de junio de 1865 – 20 de enero de 1936) fue rey del Reino Unido y los dominios de la Mancomunidad Británica y emperador de la India del 6 de mayo de 1910 hasta su muerte en 1936.

Jorge era nieto de la reina Victoria y el príncipe Alberto y primo del zar Nicolás II de Rusia (de gran parecido físico con este último) y del káiser Guillermo II de Alemania. De 1877 a 1891, sirvió en la Royal Navy. A la muerte de Victoria en 1901, el padre de Jorge se convirtió en el rey Eduardo VII y Jorge fue nombrado príncipe de Gales. A la muerte de su padre en 1910, lo sucedió como rey emperador del Imperio británico. Fue el único emperador de la India en asistir a su propia Delhi Durbar.

Jorge V del Reino Unido 
De 1914 a 1918, Gran Bretaña estuvo en guerra con Alemania. El kaiser alemán Guillermo II, que para el público británico llegó a simbolizar todos los horrores de la guerra, era primo hermano del rey. El abuelo paterno del rey fue el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha; en consecuencia, el rey y sus hijos tenían los títulos de príncipes y princesas de Sajonia-Coburgo-Gotha y duques y duquesas de Sajonia. La reina María, a la que los británicos querían como a su madre, era hija del duque de Teck, descendiente de los duques de Württemberg de Alemania. El rey tenía cuñados y primos que eran súbditos británicos pero que llevaban títulos alemanes como duque y duquesa de Teck, príncipe y princesa de Battenberg, príncipe y princesa de Schleswig-Holstein. Cuando H. G. Wells escribió sobre la corte del Reino Unido, dijo que era: «[una] corte extranjera y aburrida», Jorge respondió con las famosas palabras: «Puedo ser aburrido, pero que me maldigan si soy extranjero».

El 17 de julio de 1917, Jorge aplacó los sentimientos nacionalistas británicos mediante la emisión de un decreto real que cambió el nombre de la casa real británica del alemán Sajonia-Coburgo-Gotha al más británico Windsor.

Conferencia imperial de 1926: Jorge V y los primeros ministros de la Mancomunidad. En el sentido de las manecillas del reloj, a partir del centro: Jorge V, Baldwin (Reino Unido), Monroe (Terranova), Coates (Nueva Zelanda), Bruce (Australia), Hertzog (Sudáfrica), Cosgrave (Estado libre irlandés), King (Canadá).
Alberto I de Bélgica 
(8 de abril de 1875 - Marche-les-Dames, Bélgica, 17 de febrero de 1934), tercer rey de los belgas. Hijo de Felipe, conde de Flandes. En 1900 se casó con la duquesa Isabel Gabriela en Baviera (1876-1965) y tuvo con ella tres hijos. Heredó el trono de su tío, Leopoldo II el 17 de diciembre de 1909. Su abuelo, Leopoldo I, había sido el primer rey de los belgas, y su tía, la primera princesa de Bélgica, era la Emperatriz Carlota de México. Jefe supremo del ejército belga, tomó el control personalmente de las tropas de su país al estallar la Primera Guerra Mundial y llegó a estar al frente de las operaciones en la batalla del Yser (Bélgica) que tuvo lugar entre el 16 y el 31 de octubre de 1914.

Alberto I de Bélgica
Con la muerte de su hermano mayor, el príncipe Balduino en 1891 (soltero de 22 años), Alberto pasó a ser el tercero en la línea directa de sucesión al trono, y convirtiéndose en Conde de Flandes (y presunto heredero al trono belga), tras la muerte de su padre en 1905. Después de la muerte de su tío el rey Leopoldo II de 1909, Alberto lo sucedió al trono.


El matrimonio Alberto de Flandes e Isabel de Baviera.
Al principio de la Primera Guerra Mundial, Alberto resistió al avance alemán y lo sostuvo el tiempo suficiente para que Gran Bretaña y Francia se prepararan para la batalla del Marne (del 6 al 9 de septiembre de 1914). Es famosa su respuesta al pedido del gobierno alemán de permitir el tránsito a sus tropas utilizando el territorio de Bélgica como un "camino hacia el frente", respondiendo Alberto I “regla I de una nación, no a un camino!”. Alberto condujo a su ejército en la batalla del Yser y al final de la guerra nuevamente dentro de su propio territorio. Alberto entró en Bruselas como un héroe en noviembre de 1918.
Luego de la primera guerra mundial, el apellido de la familia fue cambiado en 1920 de llamarse “De Sajonia-Coburgo-Gotha” a “De Bélgica”, y sus títulos Sajones fueron renunciados, debido al fuerte sentimiento anti alemán. Tal como ocurrió en el Reino Unido donde Jorge V cambió su apellido alemán por uno británico.
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Manuel II de Portugal Apodado o Patriota y o Desventurado (Lisboa, 19 de marzo de 1889 - Twickenham, Inglaterra, 2 de julio de 1932), fue el último rey de Portugal entre 1908 y 1910.
Hijo segundo del monarca Carlos I de Portugal, se aficionó tempranamente a los estudios sobre literatura, principalmente la portuguesa, mostrando un fuerte apego a los libros; su educación le libró de mayores responsabilidades políticas en tanto su hermano mayor Luis Felipe de Braganza era el heredero del trono portugués y Manuel no estaba destinado a ser rey. No obstante, su reinado se inició repentinamente en 1908, año en el que radicales republicanos asesinaron a su padre, el rey Don Carlos y a su hermano mayor, Don Luis Felipe, el Príncipe Real durante un desfile en Lisboa.
Manuel II de Portugal ataviado con todas las
preseas que correspondían al monarca portugués.
El 14 de mayo de 1908 fue condecorado con caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro por el rey Alfonso XIII de España.Vivió en el exilio en el Reino Unido. El 4 de septiembre de 1913 se casó con la princesa alemana Augusta Victoria de Hohenzollern-Sigmaringen en el Castillo de Sigmaringen, mostrando interés en los acontecimientos políticos portugueses, aunque sin estimular un movimiento insurreccional que restaurase la monarquía, lo cual le alejó de los monárquicos residentes en Portugal. 
Manuel II escribió durante su exilio una importante guía sobre la literatura portuguesa medieval y del renacimiento, la cual fue ampliamente aceptada y elogiada por los académicos portugueses, aunque aún pensaba escribir una obra semejante por el periodo desde 1640 hasta fines del siglo XVIII. Al morir, el gobierno del Estado Novo permitió que fuera sepultado en el Panteón de los Braganza en Lisboa.

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