martes, 12 de abril de 2022

XXVII - El avance turco otomano - Juan VIII Paleólogo - Mehmed II - Los Dardanelos - La cruzada de Varna - Rumeli Hisar - Las murallas terrestres de Constantinopla

XXVI -Venecia -  Tamerlán - Samarcanda - Los circasianos -  Los Jenízaros  - Arquitectura tardogótica XV - Creta - Porta della Carta - Francesco Foscari - Los Dos Foscari, pincha aqui

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Entre los siglos x y xvi, Venecia pasó de ser un poblado de modestos comerciantes hecho de casas de madera a convertirse en una majestuosa ciudad cuya riqueza y esplendor asombraría al mundo. Los venecianos no solo forjaron un legendario imperio naval, sino que impusieron una nueva forma de ver el mundo que perdura hasta nuestros días. Crowley dibuja una vívida imagen de un pueblo intrépido y avaricioso que creció primero en pugna con el Imperio bizantino y luego en conflicto con el Imperio otomano, combinando la astucia comercial y diplomática con las grandes batallas navales para defender sus intereses. Desde la apertura de la Ruta de las especias hasta las cruzadas y el enfrentamiento entre el cristianismo y el islam, pasando por la invención del capitalismo moderno, Venecia y su imperio naval desempeñaron un papel fundamental en los conflictos clave de su tiempo, cuyas reverberaciones todavía son palpables en la actualidad. Del autor de Imperios del mar y Constantinopla 1453

Ante el avance turco otomano, Venecia había sellado un acuerdo con los sultanes en 1413. La República se sentía segura, a pesar de la abrumadora expansión otomana.

El 8 de febrero de 1438 desembarcó en Venecia

Juan VIII Paleólogo (18 de diciembre de 1392-Constantinopla, 31 de octubre de 1448), emperador bizantino e hijo mayor de Manuel II. Asociado al trono como coemperador en 1408, en 1425 pasó a ser emperador en solitario.

Se casó dos veces, primero con Ana, hija del Gran duque Basilio I de Moscú, en 1414, y en 1421 con Sofía de Montferrato, hermana del conde Juan Jaime de Montferrato, cuando fue nombrado coemperador junto a su padre. No tuvo hijos de ninguno de los dos matrimonios.

1444. Mientras Venecia bloqueaba la flota turca en el Estrecho de los Dardanelos, los cruzados, en su mayoría de origen húngaro, atravesarían el territorio otomano hasta llegr al puerto de Varna (en manos bizantinas), donde embarcarían hasta Constantinopla.

Los Dardanelos o estrecho de los Dardanelos es un estrecho ubicado entre Europa y Asia. Es el antiguo Helesponto de la Grecia clásica. Comunica el mar Egeo con el mar interior de Mármara y su archipiélago. Mide 61 km de longitud, entre 1600 y 6500 m de anchura y tiene una profundidad media de unos 50 m.

Del mismo modo que el estrecho del Bósforo divide la ciudad de Estambul entre los continentes asiático y europeo, el estrecho de los Dardanelos separa Europa (en este caso la península de Galípoli, Gelibolu en turco) y Asia.


La cruzada de Varna fue una infructuosa campaña militar organizada por varios monarcas europeos para contrarrestar la expansión del Imperio otomano en Europa Central, especialmente en los Balcanes entre 1443 y 1444. Fue convocada por el papa Eugenio IV el 1 de enero de 1443 y dirigida por Vladislao III de Polonia, Juan Hunyadi, voivoda de Transylvania, y Felipe el Bueno, duque de Borgoña.

Los territorios de Felipe III
Felipe III, Duque de Borgoña, llamado “Felipe el Bueno” (Dijon, 31 de julio de 1396 - Brujas, 15 de junio de 1467), fue llamado también Gran Duque de Occidente, por la amplitud de los territorios bajo la influencia del Ducado, lo que incluía los Países Bajos.

La cruzada de Varna finalizó tras la decisiva victoria otomana sobre los cruzados en la batalla de Varna el 10 de noviembre de 1444, en la que murieron el rey polaco y el legado papal Julian Cesarini.

En 1428, mientras el Imperio otomano se encontraba en guerra contra la República de Venecia y el Reino de Hungría, consiguió una paz provisional al establecer al Despotado de Serbia como un estado colchón. Después del fin de la guerra en 1430,​ los otomanos continuaron su expansión con el fin de controlar todas las tierras al sur del río Danubio. En 1432, el sultán Murad II (r. 1421-1451) comenzó a atacar Transilvania. Tras la muerte del emperador Segismundo en 1437, los ataques se intensificaron, y los otomanos ocuparon la ciudad de Borač en 1438 y Zvornik y Srebrenica en 1439. A finales de 1439, Smederevo capituló y Murad convirtió a Serbia en una provincia otomana.

La victoria otomana en Varna, seguida por la conseguida en la Segunda Batalla de Kosovo, disuadió a los estados europeos de enviar asistencia militar contundente a los bizantinos que pudiera frenar la ofensiva otomana sobre Constantinopla en 1453. A pesar de que Pío II proclamó oficialmente una cruzada de tres años en el Concilio de Mantua para reconquistar Constantinopla, los gobernantes que habían prometido 80 000 soldados se volvieron atrás. El Imperio otomano disfrutó de varias décadas de tranquilidad en las que no se produjo ningún intento serio de expulsarle de Europa.

Entre las pocas potencias occidentales que habían prestado cierto apoyo a la Cruzada de Varna se encontraba Venecia.

Las autoridades de la República se habían dado cuenta de que los bizantinos eran débiles y fáciles de manejar, mientras que los turcos otomanos se estaban convirtiendo en una potencia temible, no sólo imposible de dominar, sino susceptible de convertirse en una fiera rival. En 1451, el jovencísimo sultán otomano, Mehmed II (1451-1481), anunció su propósito de conquistar Constantinopla. Para 1452, Mehmed II ya había completado la construcción de una gigantesca fortaleza en el lado asiático del Bósforo; Rumeli Hisar, y había ordenado que todos los barcos que atravesaron el estrecho debían hacerlo con permiso otomano. Los venecianos probaron suerte, confiados en sus tratados con los turcos; tres galeras venecianas trataron de atravesar el estrecho del Bósforo sin detenerse. Dos lo consiguieron. La tercera fue capturada y sus marineros inmediatamente ejecutados. Las escasas dudas que pudieran quedar sobre cómo iba a ser, en lo sucesivo, la relación entre Venecia y los turcos otomanos acababan de quedar brutalmente despejadas.

Mehmed II entrando victorioso en la ciudad de Constantinopla, cuadro de Jean-Joseph Benjamin-Constant. Museo de los Agustinos, Toulouse.

El momento no podía ser más inoportuno. La Paz de Lodi no se había firmado aún, y Venecia estaba en medio de una larga guerra con Milán. La República no tenía medios para embarcarse en un enfrentamiento total con los otomanos. Aún así, envió suministros y galeras a Constantinopla, escribió a otros estados pidiendo su colaboración, y permitió que el emperador bizantino reclutara voluntarios en los dominios de Venecia. Por su parte los mercaderes venecianos de Constantinopla, reunidos en asamblea, resolvieron quedarse en la capital imperial y luchar hasta el final al lado de los bizantinos. Mientras tanto, Venecia preparó una flota de guerra y suministros, que debía garantizar la resistencia de la ciudad. Sin embargo, la flota veneciana, última esperanza de la capital imperial, no llegó a tiempo, y el 29 de mayo de 1453 Constantinopla caía en manos de los turcos. Para muchos, la fecha marca el final de la Edad Media, para Venecia, desde luego, fue el cierre de una era. La república mercantil que había prosperado a la sombra del imperio decadente, tantas veces despreciado, acababa de quedarse sola frente a una de las mayores potencias de la historia. Durante los siguientes doscientos años, Venecia se enfrentaría a los turcos en una lucha desigual y desesperada, en la que fue perdiendo, uno tras otro, sus preciados enclaves en el Mediterráneo Oriental, al tiempo que las consecuencias de la irrupción turca la sumían en la irrelevancia política y económica.

Mehmed II Fatih también conocido como el-Fātiḥ, "el Conquistador" (30 de marzo de 1432-3 de mayo de 1481), hijo de Murad II, sultán otomano entre 1451 y 1481, fue el séptimo sultán de la casa de Osman (dinastía de los osmanlíes). En 1453 tomó Constantinopla y provocó así la caída final del milenario Imperio Romano, aunque Mehmed usó el título de César (Qayser-i Rûm), se consideró sucesor de los emperadores romanos e instaló su capital en Constantinopla, sede del Imperio Romano de Oriente. El título de César solo fue reconocido por la Iglesia ortodoxa de Constantinopla.

El futuro Mehmed el Conquistador fue el tercer hijo de Murat II. Nació en el Sarayi de Edirne el 30 de marzo de 1432, de una muchacha esclava llamada Hüma Hatun. Poco se sabe acerca de los orígenes de Hüma, ya que no era una de las cuatro esposas de Murat, sino una concubina, probablemente una griega de cuna humilde aunque también se piensa que pudo haber sido una esclava de origen serbio.

Murad sorprendió a la corte al anunciar que abdicaba a favor de su hijo. El 1 de diciembre de 1444 le sucedió en el trono con el nombre de Mehmed II. Murad, que entonces solo tenía 40 años, se dirigió al lugar donde quería retirarse, en Manisa, dejando a su hijo, que todavía no había cumplido los 13 años, las riendas del imperio, con Halil Pashá como gran visir.


Poco después de ocupar el trono, Mehmet II decidió impetuosamente atacar  Constantinopla, pero fue disuadido por Halil Pashá.

Roumeli Hissar (que significa «castillo del Estrecho» o literalmente «castillo cortador de gargantas») es una fortaleza medieval ubicada en Estambul, Turquía, en una serie de colinas en la orilla europea del Bósforo. La fortaleza también presta su nombre al vecindario inmediato a su alrededor en el distrito de Sarıyer de la ciudad.

Rumeli Hisari. La "Fortaleza Romana" construida en el lado europeo del Bósforo en 1452
400 Jenízaros y cañones vigilaban estrechamente el paso desde el Mar Negro hasta Constantinopla.

Concebido y construido entre 1451 y 1452 por orden del sultán otomano Mehmed II, el complejo fue encargado en preparación para un asedio otomano planeado en la entonces ciudad bizantina de Constantinopla, con el objetivo de cortar el socorro marítimo, militar y logístico que potencialmente podría acudir en ayuda de los bizantinos a través del Estrecho del Bósforo, de ahí el nombre alternativo de la fortaleza, «Boğazkesen», es decir, «castillo estrecho». Su estructura hermana mayor, Anadoluhisarı («fortaleza de Anatolia»), se encuentra en las orillas opuestas del Bósforo, y las dos fortalezas trabajaron en conjunto durante el asedio final para acelerar todo el tráfico naval a lo largo del Bósforo, ayudando así a los otomanos a lograr su objetivo de hacer de la ciudad de Constantinopla (más tarde rebautizada como Estambul) su nueva capital imperial en 1453.

A comienzos de 1453, el emperador Constantino XI hizo un último intento de aplacar al sultán turco con regalos. Los embajadores que los llevaban fueron ejecutados. El ataque era inminente. Quedaba por ver si sería el último.

Constantino ordenó las primeras medidas para resistir un asedio.

Las murallas terrestres de Constantinopla: un sistema defensivo casi perfecto.

El sistema defensivo terrestre de Constantinopla, erigido en los tiempos del emperador Teodosio II, se extiende sin solución de continuidad desde las orillas del Mar de Mármara hasta las del Cuerno de Oro, si bien la sección original llegaba hasta lo que actualmente se conoce como el Palacio del Soberano (Tekfur Sarayı). La idea de construir un complejo conformado por una triple línea de obstáculos (desde el punto de vista del atacante), es decir, foso y doble muralla, surgió de la esposa de Teodosio II, Atenais (Eudocia) y del prefecto Flavio Ciro. Los trabajos comenzaron hacia el año 439, terminándose ocho años después, justo para desairar y hacer retroceder al invencible Atila. Desde entonces Constantinopla resistió airosa numerosos asedios; ante sus muros desfilaron ignominiosamente ávaros, eslavos y persas, además de búlgaros, árabes y varegos. En 1204 los cruzados consiguieron conquistar la ciudad atacando la sección marítima de sus murallas. Dos siglos y medio más tarde, los turcos otomanos, bajo el acicate del sultán Mehmet II el conquistador, apelarían a la artillería para doblegar la resistencia de los defensores en la zona de Topkapi o puerta del Cañón. El Imperio Romano de Oriente tocaría a su fin el 29 de mayo de 1453, casi mil años después de que las murallas terrestres fueran erigidas gracias al sueño de una mujer.

Las murallas de Constantinopla de Teodosio II (V d.C.) no tenían parangón. Protegían toda la ciudad con un triple encintado de 20 km. que se tenía por inexpugnable.


Mapa de Constantinopla: en el siguiente mapa se consignan todos los hitos relacionados con el sistema defensivo terrestre de Constantinopla, partiendo de Sur a Norte, esto es, Mar de Mármara – Cuerno de Oro. Se trata de 27 referencias enmarcadas en color rojo, coincidentes con los items que se enumeran a continuación del mapa.


A los venecianos se les encargó la defensa de los palacios de Blachernae.

Blanquerna fue un suburbio situado en el noroeste de Constantinopla. En aquel lugar existía un manantial y se habían construido algunas iglesias, especialmente por Pulqueria en el siglo V y por Justiniano I en el VI. Su localización original era extramuros hasta 627, cuando las murallas se ampliaron para incluir esta sección de la ciudad. El área se extendió hasta el palacio imperial en el siglo XI por Alejo I, pero las murallas eran relativamente débiles, reforzadas únicamente por los muros del propio palacio. Tras Alejo, el Palacio de Blanquerna se convirtió en la principal residencia del emperador desde 1081 a 1453, mientras el antiguo Gran Palacio se continuó utilizando para las principales ceremonias imperiales.

A comienzos de 1453 Constantinopla tenía unos 50.000 habitantes. Estaba defendida por unos 7.000 hombres. 2.000 de ellos, extranjeros, en su mayoría genoveses y venecianos. Había también 25 barcos venecianos y genoveses. En marzo comenzaron a llegar las tropas otomanas. Eran 50.000 y 80.000 hombres.

Éste ejercito era diferente a todos los demás que habían asediado Constantinopla contaba con artillería

El asedio comenzó el 6 de abril de 1453

El 21 de mayo, el sultán envió un embajador a Constantinopla. Si Constantino XI entregaba la ciudad a Mehmed II, le permitiría refugiarse en el Despotato de Morea. Todos los habitantes de la ciudad podrían abandonarla, junto con sus posesiones, sin daño. Los que se quedaran, serían respetados.

Constantino XI le respondió que tanto él como los ciudadanos de Constantinopla habían decidido morir libres, y que no concedían a sus vidas mayor valor.

El estado mayor turco recomendó al sultán abandonar la lucha. Mehmed II, de 21 años, decidió jugárselo todo a un último asalto

El asalto final comenzó justo después de medianoche del 28 al 29 de mayo. 

La caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos, ocurrida el 29 de mayo de 1453 (de acuerdo con el calendario juliano vigente en esa época), fue un hecho histórico que puso fin al último vestigio del Imperio romano de Oriente y que, en la periodización clásica y según algunos historiadores, marcó también el fin de la Edad Media en Europa.

El sultán permitió a las tropas turcas saquear durante tres días. La sangre encharcaba las calles, y el Cuerno de Oro estaba lleno de cadáveres. Más de 30000 cristianos fueron asesinados o vendidos como esclavos. Al 3º día Mehmed II ordenó a los soldados que abandonaran la ciudad  y proclamó el perdón para los supervivientes.

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