El periodo helenístico está comprendido entre los años de 323 a. C. y 30 a. C.
Se conoce como período helenístico, helenismo o período alejandrino a una etapa de la Antigüedad que ocupa la transición entre la decadencia de la Grecia Clásica y el surgimiento del poderío romano que conducirá al Imperio.
Dicha etapa está comprendida entre los años de 323 a. C. y 30 a. C., y en ella se produjo un mestizaje cultural entre la predominante tradición griega, que había sido implantada por Alejandro Magno en la región del Oriente Próximo, y las culturas vecinas, entre ella la romana que la terminaría conquistando y asimilando como propia. Al resultado de este proceso se le conoce como cultura clásica o grecolatina, y es la base de toda la cultura occidental.
El término “helenístico” surgió en el siglo XIX, específicamente en la obra del historiador alemán Johann Gustav Droysen (Historia del helenismo, 1836), tomando el nombre con el que los Antiguos Griegos denominaban su región cultural: hélade, que traduce en griego antiguo “conjunto de mujeres”.
En la mitología griega, la romana y en el Ciclo épico, Laocoonte era el sacerdote de Apolo Timbreo en Troya, casado con Antiopa y padre de dos hijos. Fue atacado, junto con sus dos hijos, por serpientes gigantes enviadas por los dioses. Aunque no lo menciona Homero, la historia de Laocoonte fue el tema de una tragedia, hoy perdida, de Sófocles y lo mencionaron otros escritores griegos, aunque los acontecimientos en torno al ataque por las serpientes varían considerablemente.
El relato más famoso de los acontecimientos está en la Eneida de Virgilio, donde Laocoonte era sacerdote de Poseidón (o Neptuno para los romanos), quien fue muerto junto con sus hijos después de intentar exponer el engaño del Caballo de Troya golpeándolo con una lanza. Después de que los sitiadores aqueos hubieran simulado una retirada, los troyanos encontraron un caballo construido de madera en las puertas de Ilión.
Laocoonte pronuncia la famosa frase Timeo Danaos et dona ferentes «(Desconfío de los dánaos (griegos) incluso cuando traen regalos»), alertando a los troyanos de que podría ser una trampa, que dentro del caballo podía haber tropas aqueas y sugirió quemarlo, pero los troyanos no le hicieron caso. En su osadía lanzó palos en llamas para tratar de quemar el caballo de madera, en ese momento dos grandes serpientes mandadas por Atenea, Caribea y Porce, emergen de las aguas y devoran a sus hijos. Angustiado, se lanza a luchar contra las serpientes y también resulta devorado.
Este término se emplea para denominar la tendencia imperante en la época de imposición de la lengua y la cultura griega en territorios que nunca tuvieron raigambre en ellas, como Egipto, Bactriana o los territorios del posterior Imperio seléucida, entre otros pueblos orientales.
El período helenístico o alejandrino inicia con la muerte misma de quien expandiera las fronteras del Imperio Macedónico, Alejandro Magno (323 a. C.); y culmina con el suicidio de la última reina helenística, Cleopatra VII de Egipto y de su amante, el militar y político romano Marco Antonio, luego de la derrota sufrida en la batalla de Accio en el año 30 a. C.
Egipto - Tierra de Faraones - Periodo tardío - Período helenístico - Cleopatra VII - La dinastía ptolemaica -Teodosio el Grande, pincha aqui
El Neoaticismo
La conquista de las tierras griegas por parte de Roma dejó bien claro el desfase cultural que existía entre el naciente Imperio Romano y la civilización griega. En palabras de Elvira Barba, un grave complejo de inferioridad cultural entre los romanos ricos, que ocasionó saqueos pero también animó una corriente de gran éxito en el Helenismo tardío, que se oponía al barroquismo de Pérgamo o Rodas, que buscaba (una nueva vez en la historia) retomar la belleza y el ánimo tranquilo del pasado.
Su fuente de inspiración oficial fue la escultura clasicista ateniense del siglo V (el clasicismo), por lo que se ha dado el nombre de neoaticismo a esta escuela.
En ella primaba la tranquilidad y la voluntad de belleza frente a la tensión de Pérgamo o Rodas, imitando modelos anteriores (más de doscientas recreaciones del Diadúmeno de Policleto) o realizando nuevas creaciones.
Pues, ante todo, el neoaticismo es sobre todo un periodo ecléctico que toma diferentes modelos, como es bien patente en este Espinario que, junto al Hermafrodita dormido o la famosa Venus de Milo, representa lo mejor del estilo.
Escuela de escultura de Alejandría, de época helenística representa una de las más importantes expresiones artísticas de la cultura del Helenismo y el estadio final de la evolución de la tradición de escultura de la Antigua Grecia.
Sus características genéricas se definen por el eclecticismo, el secularismo y el historicismo, tomando como base la herencia de la escultura griega clásica y asimilando influencias orientales.
Al mismo tiempo, ocurrió una gran ampliación de la temática, con la inclusión de representaciones de la vejez y de la infancia, de deidades menores no olímpicos y de personajes secundarios de la mitología griega, y de figuras del pueblo en sus actividades diarias.
El gusto por el historicismo y el aprendizaje que caracteriza la escultura helenística se reflejó con el fin de fomentar la producción de nuevas obras deliberadamente retroactiva, y también de copias literales de obras antiguas, especialmente en función de la búsqueda de composiciones célebres de la escultura griega clásica por parte del gran mercado consumidor romano. Como resultado, la escultura helenística se convirtió en una influencia central en toda la historia de la escultura de la Antigua Roma. A través de la Roma helénica se ha conservado para la posteridad una valiosa colección de modelos formales y de copias de importantes piezas de autores griegos consagrados, cuyos originales desaparecieron con el tiempo en épocas posteriores, y sin los cuales nuestro conocimiento de la escultura de la Antigua Grecia sería mucho más pobre.
Antecedentes
La escultura clásica griega fue el período inmediatamente anterior al helenismo, se construyó a partir de un sólido marco ético que tenía sus fundamentos en la época arcaica de la sociedad griega, donde la aristocracia gobernante había hecho para sí misma el ideal de areté, un conjunto de virtudes que deberían ser cultivadas para la formación de una moralidad fuerte y un carácter social apto, versátil y eficiente. Al mismo tiempo, se formuló el concepto de kalokagathia, que afirmaba la identidad entre la virtud y belleza. Al expresar estos conceptos en las formas plásticas, nació un nuevo canon formal, desarrollado por Policleto y el grupo de Fidias, que buscaba la creación de formas humanas al mismo tiempo naturalistas e ideales, a través de cuya belleza perfecta y equilibrada se pudiesen percibir las virtudes del espíritu.
Areté es uno de los conceptos cruciales de la Antigua Grecia. En su forma más general, para algunos sofistas la areté es la «excelencia» o prominencia en el cultivo de la elocuencia; la raíz etimológica del término es la misma que la de αριστος (aristós, 'mejor'), que designa el cumplimiento acabado del propósito o función.
Detalle de la copia romana del Doriforo de Policleto, modelo de la belleza clásica |
Policleto llamado «el Viejo» para diferenciarlo de Policleto el Joven, fue un escultor griego en bronce del siglo V a. C. nacido en Argos o Sición. Junto con los famosos Fidias, Mirón y Cresilas, es el más importante escultor de la Antigüedad clásica. El catálogo del siglo IV atribuido a Jenócrates («Catálogo jenocrático»), que fue la guía de Plinio en materia de arte, colocó a Policleto entre Fidias y Mirón. Policleto fue famoso sobre todo por sus estatuas de dioses y atletas realizadas en bronce, aparte de la enorme estatua de la diosa Hera, destinada al culto en el Hereo de Argos. Una de sus esculturas más destacadas es el Doríforo.
Fidias (Atenas, hacia 500 a. C.-Olimpia o Atenas, h. 431 a. C.) fue el más famoso de los escultores de la Antigua Grecia.Vivió en la época de Pericles, que fue su principal protector y le encargó la dirección de su gran proyecto de la reconstrucción de la Acrópolis de Atenas. Se encuadra en la etapa conocida como «primer clasicismo griego».Sus obras más célebres fueron la estatua de la diosa Atenea del Partenón (Atenea Partenos) y la estatua de Zeus en Olimpia, ambas de madera revestida con fragmentos de oro y marfil, que se convirtieron en modelos de perfección de la representación de divinidades, pero también se le atribuyen otras estatuas, tanto criselefantinas como de bronce o mármol, que gozaron de fama, como la Atenea Promacos y la Atenea Lemnia. Pese a que no se ha conservado ninguna estatua original segura de Fidias, algunas de sus obras se conocen a través de descripciones que realizaron autores de la Antigüedad y se han relacionado con estatuas de época romana que sí se han conservado y que se consideran copias de originales de Fidias, como el Apolo de Kassel, el Anadumeno Farnese o las numerosas Atenea Partenos.
El espíritu de la cultura helenística comenzó a formarse con la conquista de Grecia por los macedonios y las expediciones militares de Alejandro hacia Oriente, que llevaron la cultura clásica griega hasta los márgenes del río Indo, y dio lugar al establecimiento de varios reinos greco-orientales
La filosofía del helenismo prosiguió el debate sobre estética que habían empezado Sócrates y Platón en años anteriores. La ética de Platón enseñaba que el arte en la mejor de las hipótesis era sólo una imitación imperfecta de verdades abstractas, y por lo tanto carecía de un valor y una credibilidad profundas y debía en todos los casos servir a una causa moral y pedagógica. Sócrates antes que él había sugerido que el arte podía expresar el pathos personal, y Aristóteles, aprovechando este tema que se oponen a las líneas generales del pensamiento idealista platónico acerca de la estética, abordó la cuestión empírica, tratando de encontrar otros usos y significados para las creaciones de los artistas. Desarrolló el concepto de catarsis, en el supuesto de que el arte podía educar a la mente mediante la simulación de las debilidades emocionales, amplió el camino para cultivar la emotividad y las posiciones individuales, y por lo tanto relativizó la función, la lectura del arte y el prestigio y la creatividad individual. Al mismo tiempo, favoreció la secularización de su carácter, abriendo espacio para el uso de la escultura como una forma de propaganda política y personal.
Rodas
La Victoria de Samotracia, también conocida como Niké de Samotracia (en griego la estatua se denomina Níke tes Samothrákes, es una escultura perteneciente a la escuela rodia del período helenístico. Se encuentra en el Museo del Louvre, París. Representa a Niké, la diosa de la victoria. Tiene una altura de 2,75 m y se elaboró en mármol hacia el 190 a. C. Procede del santuario de los Cabiros en Samotracia. Algunos expertos la atribuyen con cierta probabilidad a Pithókritos de Rodas. Fue descubierta en 1863 en la isla de Samotracia por el cónsul francés Charles Champoiseau, arqueólogo aficionado. Aunque cuando se descubrió se pensó que fue mandada a esculpir por Demetrio Poliorcetes para conmemorar su triunfo naval en Salamina sobre la flota de Ptolomeo Sóter en el año 306 a. C., porque figuraba en las monedas emitidas del 294 al 288 a. C., la datación de la escultura hacia comienzos del siglo II antes de Cristo hace más lógico pensar que en realidad se labró para celebrar las victorias sobre Antíoco III Megas. Antíoco III el Grande, de la dinastía seléucida, fue rey del Imperio seléucida desde el 223 al 187 a. C. |
Atenas
En Atenas prosiguieron con el influjo dejado por los modelos clásicos y sus escultores, los talleres fueron mantenidos por Cefisodoto y Timarcos hijos de Praxíteles y por los seguidores de Escopas. Se realizaron una serie de Afroditas que además de su colocación en pie se presentaban en cuclillas, entre las que se encuentra la Afrodita agachada del Museo del Louvre copia del bronce del escultor Doidalsas de Bitinia de mediados del siglo III a. C. |
Roma
Desde los orígenes de Roma, su escultura estuvo bajo la influencia griega. En primer lugar a través de la escultura etrusca, que fue una interpretación del arte del período arcaico de Grecia, y luego el contacto con las colonias griegas de la Magna Grecia del sur de la península itálica. Cuando los romanos comenzaron su expansión por el Mediterráneo, en sus campañas militares, saquearon varias ciudades donde había grandes colecciones de escultura helenística, entre ellas la próspera Siracusa dominada en 212 a. C. Según los relatos, el botín de guerra fue fantástico y fue llevado a Roma para adornar la capital, consiguiendo de inmediato el favor del público sobre la escultura de tradición etrusca.
El resultado fue cubrir Roma de arte helenístico y atraer para el nuevo poder diversos artistas, tales como Pasiteles, Sosikles y Policles, de este último, entre sus obras más conocidas se encuentra el Hermafrodito dormido, cuyo original de bronce está perdido, aunque se realizaron varias copias, la más famosa es el Hermafrodito Borghese encontrado en las Termas de Diocleciano a principios del siglo XVII y en la actualidad en el Museo del Louvre.
Escultura en mármol de estilo griego, copia romana del siglo II a.c, de un original helenístico del siglo II a.c, restaurada en el 1619 por David Larique. Bajo la escultura: un colchón en mármol de Carrara realizado por Gianlorenzo Bernini en el 1619 a petición del Cardenal Borghese. 1,69 m Escultura de mármol que representa al personaje de la mitología griega Hermafrodito, hijo de Hermes y Afrodita, a tamaño natural y recostado sobre un colchón. El modelo se deriva, por un lado, de las antiguas representaciones de Venus y otros desnudos artísticos femeninos, y, por otro, por representaciones contemporáneas del dios helenístico feminizado Dioniso/Baco. Es un tema repetido en varias ocasiones durante el Helenismo y también en la antigua Roma, a juzgar por el gran número de versiones que han sobrevivido. |
Hermafrodito o Hermafrodita es un personaje de la mitología griega. Era hijo de Afrodita y de Hermes, en honor de los cuales recibió el nombre, una mezcla de los de sus padres. Pero Afrodita, al sentirse culpable de adulterio, se separó de su hijo y lo dejó en el monte Ida (Frigia) al cuidado de las ninfas del monte, por quienes fue criado.Con el paso del tiempo, el niño se convirtió en un joven de gran belleza. Un buen día, Hermafrodito decidió salir a recorrer las tierras griegas. Yendo de camino a Caria, en Halicarnaso, el exceso de calor de aquel día soleado le hizo aproximarse a un lago para refrescarse, y se lanzó a nadar desnudo. La náyade Salmacis —o Salmácide—, espíritu de aquel lago, al notar su presencia y observar su cuerpo desnudo, sintió una atracción inmediata hacia él y no tardó en desnudarse y acercársele para tratar de conquistarlo, pero el joven se resistió.Aun así, la ninfa no cejó en su empeño y, poco después, desde la fuente cercana a la que Hermafrodito se había acercado, Salmacis se abrazó a él fuertemente, lo arrastró al fondo y, mientras forcejeaba con él, suplicó a los dioses que no separaran sus cuerpos, diciendo: ”¡Te debates en vano, hombre cruel! ¡Dioses! Haced que nada pueda jamás separarlo de mí ni separarme de él”. Los dioses, atendiendo su súplica, le concedieron su deseo y ambos cuerpos se fusionaron para siempre en un solo ser, de doble sexo.
Etruria
Matuta, conocida posteriormente como Mater Matuta, fue, en la mitología romana, la diosa del amanecer, así como de los bebés recién nacidos, el mar y los puertos. Tuvo un templo situado cerca del foro Boario (del mercado de ganados), donde actualmente se encuentra la iglesia de Sant' Omobono. Allí era celebrada la festividad dedicada a esta deidad; dicha celebración se llamaba Matralia, era exclusiva para mujeres y se celebraba el 11 de junio. También se la comparó con la diosa Eos y la diosa Aurora. (ltes Museum, Berlin) |
Alejandría
Después de la fundación de Alejandría la ciudad pronto se convirtió en un importante centro de cultura helenística. Allí se construyó la famosa Biblioteca, que incluía anexo uno de los primeros museos del mundo, y a su alrededor floreció un importante grupo de filósofos, escritores y científicos, que dieron una contribución muy relevante para la cultura helenística en su conjunto. En el terreno de la escultura, al carecer de mármol se realizaron la mayoría en piedras calizas o en piedras más duras empleadas desde siempre por los egipcios como el basalto o el granito. Egipto poseía una larga y brillante tradición escultórica, y los faraones macedonios encontraron una cultura bien establecida, desarrollaron una práctica artística dual.
Retrato atribuido a Ptolomeo Apion, obra helenística del siglo I a. C. |
Pérgamo
Pérgamo, entre el siglo III a. C. y el siglo II a. C., emerge como uno de los centros más activos de producción de la escultura, de acuerdo con el generoso mecenazgo de sus reyes. Bajo el mandato de Atalo I —tras sus victorias sobre los galos—, mandó construir unos grupos conmemorativos en bronce, uno fue donde se desarrolló una tipología de guerreros heridos, entre los que destacan por su patetismo las esculturas del Gálata moribundo del Museo Capitolino y el Gálata Ludovisi o Gálata suicidándose con su esposa del Museo Nacional Romano, ambos entre el 240-200 a. C., mientras que el otro grupo se realizó con las famosas amazonas luchando contra guerreros griegos, entre otras representaciones. A esta escuela de Pérgamo se atribuye también el grupo del sátiro Marsias a punto de ser desollado colgado de un árbol.
El Gálata moribundo, una copia romana en mármol de una obra helenística del siglo III a C. Museos Capitolinos, Roma. |
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