viernes, 24 de marzo de 2017

La época del racionalismo - Las Sociedades Secretas - Los Caballeros Templarios - El Temple: el barrio escondido de Londres

El racionalismo es una corriente filosófica que se desarrolló en Europa continental durante los siglos XVII y XVIII, formulada por René Descartes, que se complementa con el criticismo de Immanuel Kant, y que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, en contraste con el empirismo, que resalta el papel de la experiencia, sobre todo el sentido de la percepción.

René Descartes, también llamado Renatus Cartesius (en escritura latina) (La Haye en Touraine, Turena, 31 de marzo de 1596-Estocolmo, Suecia, 11 de febrero de 1650), fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado como el padre de la geometría analítica y de la filosofía moderna, así como uno de los epígonos con luz propia en el umbral de la revolución científica.
El racionalismo se identifica ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del siglo XVII René Descartes, quien decía que la geometría representaba el ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Descartes aseguraba que solo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades universales. A partir de aquellas verdades es posible deducir el resto de contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los sentidos.

Los Caballeros Templarios
La Orden de los Pobres Compañeros de Cristo y del Templo de Salomón (en latín: Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici), también llamada la Orden del Temple, cuyos miembros son conocidos como caballeros templarios, fue una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media.  Se mantuvo activa durante algo menos de dos siglos. Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. La orden fue reconocida por el patriarca latino de Jerusalén Garmond de Picquigny, que le impuso como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.

Sello de los caballeros templarios que muestra a dos miembros de la orden subidos en un solo caballo, símbolo de su pobreza. También es visible: "Sigillum Militum Xpisti" ("Sello de los soldados de Cristo").
La Orden del Temple, cuyo nombre original es Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, era una de las ordenes militares cristiana más poderosas durante la Edad Media. La orden fue creada para proteger a los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras la Primera Cruzada. Fue fundada por el francés Hugo de Payns y se mantuvo activa durante dos siglos.
Aprobada oficialmente por la Iglesia católica en 1129, durante el Concilio de Troyes (celebrado en la catedral de la misma ciudad), la Orden del Temple creció rápidamente en tamaño y poder. Los caballeros templarios tenían como distintivo un manto blanco con una cruz paté roja dibujada en él. Militarmente, sus miembros se encontraban entre las unidades mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas.

La orden, además, edificó una serie de fortificaciones por todo el mar Mediterráneo y Tierra Santa.

Blasón de Hugo de Payns como Primer Gran Maestre Templario, de 1118 al 24 de mayo de 1136.
Hugo de Payns. Pintura del siglo XIX. Palacio de Versalles.
Hijo de Gautier de Montigny y nieto de Hugo I, Señor de Payns, su infancia y su juventud se ven influidas por el ambiente de reforma religiosa que se desarrolla en la Champaña y que dará figuras de la talla de san Roberto de Molesmes, fundador de las abadías de Molesmes y Cîteaux, o la de san Bernardo de Claraval, impulsor de la reforma del cister y mentor eclesiástico de la misma Orden del Temple. De la ferviente pasión religiosa de Hugo II de Payns es muestra su breve paso como monje por la abadía de Molesmes, tras la muerte de su primera esposa Emelina de Touillon, con la que se había desposado hacia el 1090. 
Es muy probable que Hugo II de Payns realizará su primer viaje a Tierra Santa junto al conde de Champaña en 1104-1107. Tras regresar de éste, y para ayudar a consolidar las pretensiones políticas de su señor, casó en segundas nupcias con Isabel de Chappes (entre 1107 y 1111), perteneciente a una de las familias más importantes del sur de la Champaña. Del matrimonio nacieron cuatro hijos.
Hugo y sus compañeros regresan en enero de 1129 a la Champaña para tomar parte en el Concilio de Troyes, un concilio de la Iglesia católica, que se convocó en la ciudad francesa el 13 de enero de 1129, con el principal objeto de reconocer oficialmente a la Orden del Temple.
Hugo de Payns relató en este concilio los humildes comienzos de su obra, que en ese momento sólo contaba con nueve caballeros, y puso de manifiesto la urgente necesidad de crear una milicia capaz de proteger a los cruzados y, sobre todo, a los peregrinos a Tierra Santa, y solicitó que el concilio deliberara sobre la constitución que habría que dar a dicha Orden.
Se encargó a San Bernardo, abad de Claraval, y a un clérigo llamado Jean Michel la redacción de una regla durante la sesión, que fue leída y aprobada por los miembros del concilio.
Vista aérea de la actual abadía de Claraval, Francia.
La abadía de Claraval  es un monasterio cisterciense fundado en 1115 por San Bernardo de Claraval, situado en la localidad francesa de Ville-sous-la-Ferté, en el departamento del Aube. Desde 1808, está destinado a prisión.
Bernardo de Claraval  (castillo de Fontaine-lès-Dijon, (Borgoña), 1090 — Abadía de Claraval, Ville-sous-la-Ferté, Champaña-Ardenas, Francia, 20 de agosto de 1153) fue un monje cisterciense francés y abad de la abadía de Claraval.

Con él, la orden del Císter se expandió por toda Europa y ocupó el primer plano de la influencia religiosa. Participó en los principales conflictos doctrinales de su época y se implicó en los asuntos importantes de la Iglesia. En el cisma de Anacleto II se movilizó para defender al que fue declarado verdadero papa, se opuso al racionalista Abelardo y fue el apasionado predicador de la segunda Cruzada.
Es una personalidad esencial en la historia de la Iglesia católica y la más notable de su siglo. Ejerció una gran influencia en la vida política y religiosa de Europa.
Sus contribuciones han perfilado la religiosidad cristiana, el canto gregoriano, la vida monástica y la expansión de la arquitectura gótica.
La Iglesia católica lo canonizó en 1174 como san Bernardo de Claraval, y lo declaró Doctor de la Iglesia en 1830.
La Abadía de Císter es una abadía francesa, la segunda fundación de San Roberto de Molesme situada en la comuna francesa de Saint-Nicolas-lès-Cîteaux, en el departamento de Côte-d'Or de la región de la Borgoña, a la que él bautizó como Novum Monasterium para diferenciarlo del de Molesme de donde procedía. Es aquí donde se originó la Orden del Císter (cuyo apelativo proviene del nombre romano de la localidad: Cistercium) de la que sigue siendo sede central.
En la actualidad pertenece a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia (una rama del Císter) y cuenta con 35 miembros, dedicados a trabajos artesanos y venta al público de sus productos (principalmente quesos, dulces de miel y caramelos).
San Roberto de Molesmes (c. 1028 - 1111), abad, fue uno de los fundadores de la Orden del Císter en Francia.
El monasterio de Cîteaux, bajo la dirección de Alberico fue uno de los lugares de origen de la nueva Orden Cisterciense, que llegaría a ser famosa en el siglo XII con Bernardo de Claraval.
El éxito de los templarios se vincula estrechamente a las Cruzadas. La pérdida de Tierra Santa derivó en la desaparición de los apoyos a la orden. Además, los rumores generados en torno a la secreta ceremonia de iniciación de los templarios crearon una gran desconfianza. Felipe IV de Francia, fuertemente endeudado con la orden y atemorizado por su creciente poder, comenzó a presionar al papa Clemente V con el objeto de que tomara medidas contra sus integrantes. En 1307, un gran número de templarios fueron apresados, inducidos a confesar bajo tortura y quemados en la hoguera. En 1312, Clemente V cedió a las presiones de Felipe IV y disolvió la orden. Su abrupta erradicación dio lugar a especulaciones y leyendas que han mantenido vivo hasta nuestros días el nombre de los caballeros templarios.

Mi recomendación:
Una de las mejores sagas de la novela histórica, Los reyes malditos

El Rey de Hierro o Le Roi de Fer en el francés original es la primera de las siete novelas que componen la serie Los Reyes Malditos.En ella se relata,entre otras cosas,el final de la Orden del temple, el escándalo de la Torre de Nesle y el fallecimiento del rey Felipe IV de Francia.
«¡Todos malditos, hasta la séptima generación!» Ésa es la terrible maldición que el jefe de los templarios, desde las llamas de la hoguera, lanza a la cara de Felipe el Hermoso, rey de Francia. Corre el año 1314 y la profecía parece haberse hecho realidad: durante más de medio siglo, los reyes se suceden en el trono de Francia, pero nunca duran mucho tiempo. De las intrigas palaciegas a las muertes súbitas e inexplicables, de las batallas entre las dinastías a las guerras desastrosas, todo parece fatalmente marcado por el sino de los reyes malditos. El futuro de Europa está en juego durante esos años negros.

Felipe IV de Francia, llamado el Hermoso (Fontainebleau, 1 de julio de 1268 - 29 de noviembre de 1314), fue rey de Francia y de Navarra. --Miembro de la dinastía de los Capetos.
Tanto sus enemigos como sus admiradores lo apodaban "El Rey de Mármol" o "El Rey de Hierro". Destacó por su personalidad rígida y severa.
La expulsión de los judíos en 1306 respondió a móviles económicos.
Extinción de la Orden de los Templarios
La muerte de Bonifacio VIII permitió a Felipe IV hacer elegir a papas franceses (Benedicto XI en 1303 y Clemente V en 1305). El rey encontró, además, en el papa Clemente V a una personalidad más maleable que estaba bajo su poder. Así que, entre otras cosas, le pidió la supresión de la Orden del Temple en 1307, tras un juicio de siete años al que estuvieron sujetos cerca de quince mil hombres, entre ellos el Gran Maestre, Jacques de Molay, que junto con otros dos templarios, fue quemado en París por supuesta herejía. El 13 de octubre de 1307, los templarios fueron llevados a prisión, por orden del rey Felipe, después de haberlos torturado para que admitieran su herejía. El Gran Maestre de la orden, Jacques de Molay, pereció en la hoguera en París en el año 1314.

Bonifacio VIII, por Giotto di Bondone, alrededor de 1300
El papa Bonifacio VIII (1294-1303), un político experimentado a veces descrito como brusco y arrogante, era un feroz defensor de la soberanía universal del papado sobre toda la Cristiandad, como estableció el Dictatus Papae en el siglo XI. La cuestión concreta que le hizo entrar en conflicto con el rey Felipe IV de Francia era si los señores seculares podían establecer impuestos al clero. En su bula Clericis laicos (1296), Bonifacio VIII prohibía cualquier imposición sobre las propiedades de la Iglesia excepto por parte del papado, o el pago de tales impuestos. Pero solamente un año más tarde concedió a Felipe IV el derecho de recaudar impuestos entre el clero en casos de emergencia. Felipe IV respondió escribiendo: «Su venerable estupidez puede que sepa que no somos el vasallo de nadie en cuestiones temporales», y convocó una reunión del Estado General, un consejo de los señores de Francia, que respaldaron su posición. El rey de Francia presentó cargos de sodomía, simonía, hechicería, y herejía contra el Papa y lo llamó ante el consejo.
La muerte del papa Bonifacio VIII privaba el papado de su político más competente que podría enfrentarse al poder secular del rey de Francia. Después del papado conciliador de Benedicto XI (1303-04) envenenado por orden del rey de Francia, Clemente V (1305-1314) se convirtió en el siguiente Pontífice, era originario de Gascuña, en Francia meridional.

Clemente V fue el primer papa que hizo de Aviñón su residencia,
aunque no con la intención de cambiar la Sede de Roma
La elección de Aviñón
La inseguridad en la que se encontraba Roma fue la razón por la cual los cardenales celebraron el cónclave en Perugia, donde salió elegido Clemente V. Como se ha dicho él no estaba presente en el cónclave y pidió ser coronado, en vez de Roma, en la ciudad de Lyon. Así se hizo, pero después de la ceremonia, el papa, regresó a Burdeos.
Clemente V vio como necesario reafirmar la independencia de la Santa Sede, pero a la vez mantener un contacto muy estrecho con el rey francés y con el emperador; por lo que en 1309 se trasladó de Burdeos a Aviñón que era propiedad de la casa de Anjou, soberanos de Nápoles (vasallos de la Iglesia). Además la ciudad se encontraba muy cerca al condado de Venaissin, feudo papal, adquirido por Gregorio X en 1274. Si bien no se puede saber las intenciones del Papa Clemente V sobre el regreso a Roma, es su pontificado el que da inicio al período conocido como Papado de Aviñón

Aviñón es una ciudad y comuna francesa, capital del departamento de Vaucluse, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul.
El palacio papal, Palais des Papes, es la más grande de las construcciones góticas de la Edad Media, de un tamaño tal que casi hace pequeña a la catedral, calculándose que ocupa, en total 15.164 m2. Sus muros alcanzan más de 5 metros de grosor. Se trata de un monumento impresionante que se asienta en la plaza del mismo nombre, sobre una protuberancia rocosa que había en la parte norte de la ciudad, sobre el Ródano, llamada Rocher des Doms. Comprende dos palacios: el Viejo (Palais Vieux), de Benedicto XII, y el Nuevo (Palais Neuf), de Clemente VI. El palacio se comenzó en 1316 por Juan XXII y continuó por los papas posteriores a lo largo del siglo XIV hasta que se acabó en 1370. Lo decoraron lujosamente artistas de la época
El Temple: el barrio escondido de Londres
El Barrio del Temple está situado entre el río Támesis y Fleet Street, en el corazón de la City. La estación de metro más cercana lleva su nombre: Temple. La entrada al Barrio del Temple se hace por una puerta situada justo enfrente del edificio de la Royal Courts of Justice (Tribunales de Justicia), un enorme edificio de estilo neogótico.

La puerta no siempre está abierta, tiene horarios de paso y los fines de semana está cerrada. Si no la conoces es normal que pase desapercibida ya que puede ser confundida con la puerta de un edificio cualquiera.
Dos caballeros en un caballo, símbolo de pobreza y humildad.
La Iglesia del Temple es una iglesia de finales del siglo XII situada en Londres, entre Fleet Street y el río Támesis, construida por los caballeros templarios como su sede en Londres. En la época moderna, dos Inns of Court o asociaciones de abogados (La Inner Temple y la Middle Temple), usaron la iglesia. Es famosa por sus tumbas con efigies 
 A mediados del siglo XII, antes de la construcción de la iglesia, los Caballeros Templarios de Londres se reunían en un lugar en High Holborn en una estructura establecida por Hughes de Payens (ese lugar fue históricamente la sede de un templo romano en Londinium). Debido al rápido crecimiento de la orden, para la década de 1160 este lugar se les había quedado pequeño, y la orden compró el actual sitio para establecer un gran complejo monástico que sirviera de sede en Inglaterra. Además de la iglesia, el conjunto originalmente contenía residencias, instalaciones de entrenamiento militar, y terrenos de recreo para los monjes guerreros y los novicios, a los que no se les permitía ir al centro de la ciudad sin permiso del Maestro del Temple. 
Efigies de Caballeros Templarios
La orden de los Caballeros Templarios era muy poderosa en Inglaterra. Prueba de ello es que el Maestro del Temple tenía asiento en el Parlamento como primus baro (primer barón del reino). 

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