jueves, 9 de marzo de 2017

Matanza de frailes en Madrid de 1834 - La epidemia de cólera y el “envenenamiento de las fuentes”

La matanza de frailes en Madrid de 1834 fue un motín anticlerical que se produjo el día 17 de julio de 1834 en la capital de España durante la regencia de María Cristina y la primera guerra carlista (1833-1840) en el que fueron asaltados varios conventos del centro de Madrid y asesinados 73 frailes y 11 resultaron heridos, a causa del rumor que se extendió por la ciudad de que la epidemia de cólera que la asolaba desde fines de junio y que se había recrudecido el día 15 de julio se había producido porque «el agua de las fuentes públicas había sido envenenada por los frailes». “El resultado de poco más de doce horas de violencia” fue una “orgía de sangre y venganza”. “Era la primera vez que la Iglesia se veía sometida a las actitudes incontroladas de sus mismos fieles. Como percibieron los contemporáneos, estos hechos demostraban, sobre todo, la pérdida de prestigio de los religiosos en la católica España, tal como sucedía en los demás países.

La regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias se marchó al palacio de La Granja en Segovia en cuanto se dieron los primeros casos de cólera en Madrid.
 (Palermo, 27 de abril de 1806 - Sainte-Adresse, 22 de agosto de 1878) fue reina consorte de España por su matrimonio con el rey Fernando VII en 1829 y regente del Reino entre 1833 y 1840, durante una parte de la minoría de edad de su hija Isabel.
En abril de 1834 la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias promulga el Estatuto Real una especie de carta otorgada con la que pretendía ganarse el apoyo de los liberales para la causa de su hija, la futura Isabel II, que entonces contaba con cuatro años de edad, y cuyos derechos sucesorios no habían sido reconocidos por los carlistas, los partidarios del hermano del rey recientemente fallecido Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón, que no aceptó la Pragmática Sanción de 1830 que abolía la Ley Sálica que no permitía que las mujeres reinaran, por lo que perdía sus derechos al trono en favor de la hija de su hermano.

Carlos María Isidro de Borbón (Aranjuez, 29 de marzo de 1788 – Trieste, 10 de marzo de 1855), infante de España. Fue el primer pretendiente carlista al trono español, con el nombre de Carlos V. Fue el segundo hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma y hermano de Fernando VII. También fue conocido como Don Carlos. A lo largo de su vida utilizó los títulos de incógnito de duque de Elizondo y conde de Molina.
Uno de los apoyos de los "carlistas" eran la mayor parte de los miembros de las órdenes religiosas que, además de compartir las ideas absolutistas de los carlistas sintetizadas en su trilema "Dios, Patria, Rey", temían que la llegada al poder de los liberales pusiera fin a su existencia. Como señaló Julio Caro Baroja en su estudio pionero sobre el anticlericalismo en España: "Los vítores a don Carlos iban unidos a vivas a la Inquisición, y las concentraciones de aldeanos aleccionadas por gente de Iglesia se daban por doquier, sobre todo en Cataluña, principal teatro de operaciones de las rebeliones de 1827".

La Real basílica de San Francisco el Grande es un templo católico en Madrid (España), en el barrio de Palacio, dentro del centro histórico de la capital de España. Preside la cara occidental de la plaza de San Francisco, configurada por la intersección de la calle Bailén y la Carrera de San Francisco. Forma parte del convento franciscano de Jesús y María, fundado a principios del siglo XIII, sobre una desaparecida ermita dedicada a santa María.
La basílica fue construida en estilo Arquitectura neoclásica neoclásico en la segunda mitad del siglo XVIII, a partir de un diseño de Francisco Cabezas, desarrollado por Antonio Pló y finalizado por Francesco Sabatini. El edificio destaca por su cúpula, considerada como la tercera de planta circular de mayor diámetro de la cristiandad; por su suntuosa decoración interior, realizada en estilo ecléctico a finales del siglo XIX; y por su pinacoteca, representativa de la pintura española de los siglos XVII a XIX, con cuadros de Zurbarán y Goya.
La epidemia de cólera y el “envenenamiento de las fuentes”
Entre 1830 y 1835 una epidemia de cólera, que se había originado en la India hacia 1817, se extendió por toda Europa. A España llegó en enero de 1833, siendo la primera población afectada Vigo a donde probablemente la habían llevado barcos ingleses. A finales de 1833 se había extendido por Andalucía y desde este foco o desde Portugal había pasado a Castilla traída por las tropas del general José Ramón Rodil y Campillo que habían ido a combatir a los miguelistas portugueses y a los carlistas. Al mismo tiempo se extendía por los puertos del Mediterráneo diseminada por un navío militar procedente de Francia. Durante los dos años que duró la epidemia causó más de cien mil muertos en toda España y medio millón de personas enfermaron. El ejército de Rodil, procedente de la frontera de Portugal, fue siguiendo el trayecto de la epidemia de cólera que tenía a Andalucía aislada y que había obligado a establecer cercos sanitarios en La Mancha, pero no por ello se le impidió la entrada en Madrid, desde donde iba a dirigirse al norte para relevar a las tropas del general Vicente Genaro de Quesada que no lograban controlar a los sublevados carlistas.

María de Austria o Habsburgo (Madrid, 21 de junio de 1528 – Convento de las Descalzas Reales, Madrid, 26 de febrero de 1603). Infanta de España y Archiduquesa de Austria, así como Emperatriz del Sacro Imperio y Reina consorte de Hungría y de Bohemia (1563-1572). Fue la hija mayor del emperador Carlos I (V de Alemania) y su esposa Isabel de Portugal, hija del rey Manuel I de Portugal.
Los Reales Estudios de San Isidro fueron un centro de enseñanza fundado oficialmente por Felipe IV en Madrid, España, en 1625 e inaugurados en 1629, como continuación de los Colegios vinculados a los jesuitas que, a finales del siglo XVI, habían obtenido el favor y apoyo de la Corte española. Se encontraban en la actual calle Toledo, en la que, actualmente, se halla el Instituto San Isidro.
Fundado a finales del siglo XVI, alcanza su mayor gloria durante el siglo XVII, tras ser nombrado Colegio Imperial gracias al patronazgo de la emperatriz María Cristina, hija de Carlos V y esposa de Maximiliano II, emperador del Sacro Imperio Romano.
En Madrid los primeros casos de cólera se dieron a finales de junio de 1834 y aunque el gobierno de Francisco Martínez de la Rosa negó su existencia abandonó rápidamente Madrid el 28 de junio, junto con la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias y la familia real, para refugiarse en el palacio de La Granja en Segovia, lo que causó una gran indignación entre los habitantes de la capital. A esta sensación de desamparo se sumó el calor del verano, el aumento de los precios de los alimentos y los rumores de inminentes ataques carlistas, lo que aumentó el descontento popular. El día 15 de julio llegaba la noticia a Madrid de que el ejército de Rodil tampoco había logrado contener a los carlistas y que el pretendiente Carlos María Isidro de Borbón había entrado en España proclamándolo en un manifiesto desde Elizondo.

Justo el día en que llegaron a Madrid las malas noticias sobre la marcha de la primera guerra carlista la epidemia se recrudeció, “muriendo los enfermos a centenares, con las circunstancias horrorosas compañeras de tal cruel plaga”, según relata Alcalá Galiano.

Entonces comenzó a circular el rumor por Madrid de que la causa de la epidemia era el envenenamiento de las fuentes públicas, ya que “a muchas personas el cólera se manifestaba después de beber agua”, según relata un testigo.
El rumor de que «el agua de las fuentes públicas había sido envenenada por los frailes», sobre todo por los jesuitas, se vio reforzado por el hecho de que algunos de ellos en los días anteriores habían explicado la epidemia de cólera como «el castigo divino contra los descreídos habitantes de la ciudad, mientras que la gente del campo quedaba libre por ser fiel y devota».
Todo transcurrió en la zona más céntrica de Madrid, entre la Puerta del Sol, la plaza de la Cebada, el convento de San Francisco el Grande y las calles de Atocha y Toledo. El primer hecho violento se produjo a las 12 del mediodía en la Puerta del Sol con el asesinato de un joven ex realista y celador de los jesuitas; el segundo una hora después en la plaza de la Cebada donde un conocido realista es increpado y asesinado. A las cuatro de la tarde un religioso franciscano es atacado en la calle de Toledo.


Desde allí estos grupos se dirigieron al Colegio Imperial de San Isidro regentado por los jesuitas que fue asaltado a las cinco de la tarde. “El pretexto, corroborar la versión que desde el día anterior había corrido sobre dos cigarreras de la cercana fábrica de tabacos, decían que sorprendidas con polvos de veneno para echar en las fuentes y que pagadas por los jesuitas. Dentro del convento matan a sablazos a unos, apresan a otros y los linchan en las calles laterales, desnudando y acribillando con escarnio los cuerpos moribundos.

En total catorce jesuitas fueron asesinados.

El siguiente objetivo de los amotinados fue el convento de Santo Tomás de los dominicos en la calle de Atocha donde ya habían tenido tiempo de huir parte de los frailes. Allí además de matar a siete frailes en presencia de la tropa, que no hizo nada por impedirlo, los amotinados realizan actos burlescos vistiéndose con ropas litúrgicas y formando una danza sacrílega que continuaron por las calles de Atocha y Carretas. Hacia las nueve de la noche fue asaltado el convento de San Francisco el Grande donde fueron asesinados cuarenta y tres frailes franciscanos (o cincuenta, según otras fuentes)

Julio Caro Baroja afirmó que "no menos de setenta y cinco fueron los religiosos asesinados en Madrid el 17 de julio de 1834.

Francisco Martínez de la Rosa, presidente del consejo de ministros cuando ocurrieron los hechos.
 (Granada, 10 de marzo de 1787-Madrid, 7 de febrero de 1862) fue un poeta, dramaturgo, político y diplomático español.
Su moderación fue sobrepasada enseguida por las aspiraciones radicales de las liberales exaltados, que llevaron al gobierno a líderes progresistas como Mendizábal e impusieron modelos constitucionales más abiertamente liberales (1836). En lo sucesivo, Martínez de la Rosa sería uno de los inspiradores de la formación del Partido Moderado, que había de presidir largos periodos de la vida política española, representando el ala conservadora del liberalismo, sobre la que descansó el reinado de Isabel II.
En la madrugada del día siguiente, 18 de julio, se declaró el estado de sitio y se hizo público un bando: «Madrileños: las autoridades velan por vosotros, y el que conspire contra vuestras personas, contra la salud o el sosiego público, será entregado a los tribunales y le castigarán las leyes». En la tarde de ese mismo día se produjeron nuevos intentos de asaltos a conventos que fueron evitados por la presencia de las tropas, aunque fueron saqueadas varias dependencias de los jesuitas y el convento de los trinitarios.

El día 19 de julio, el gobierno de Francisco Martínez de la Rosa, ante la ambigüedad y la notoria pasividad e incluso connivencia con el motín de las diferentes autoridades –la militar y la municipal-, detiene y encarcela al capitán general Martínez de San Martín, que contaba con una tropa de nueve mil hombres para haber evitado los asaltos y los asesinatos.

Fueron sometidas a juicio 79 personas (54 civiles, 14 milicianos urbanos y 11 soldados). Resultaron condenadas a muerte dos personas –un ebanista y un músico militar- pero por el delito de robo, no por el de asesinato, siendo ejecutadas el 5 y el 18 de agosto.

Caricatura sobre la relación del carlismo con el clero de la revista satírica La Flaca, de 1870, con el trilema carlista «Dios, Patria y Rey».
Según Josep Fontana, “para comprender lo sucedido hay que penetrar en la raíz misma de un anticlericalismo –dirigido casi exclusivamente contra las órdenes religiosas- que se estaba acentuando en estos años, al comprobarse la identificación de los regulares con el carlismo, su complicidad en el armamento de partidas e incluso la participación directa de frailes en asaltos y emboscadas en los que, no se olvide este detalle, los hombres que morían del lado de los liberales procedían exclusivamente de las clases populares: eran hijos o hermanos de estas mismas gentes en toda España. Como diría Lamennais en 1835: Allá donde el sacerdote se alía con el despotismo contra el pueblo ¿qué destino le espera?”. Una prueba de este anticlericalismo serían los numerosos romances que se difundieron días después que tendían a culpabilizar de todo a los frailes

El carlismo - Guerra civil española, pincha aqui

No hay comentarios:

Publicar un comentario