domingo, 5 de marzo de 2017

Lucas Cranach el Viejo - Cranach y los mecenas electores - Venus desnuda

Pintor de transición entre el gótico y el renacimiento alemán, Lucas Cranach nació en 1472 en Kronach, ciudad alemana de la que tomó su apellido. Entre 1500 y 1504, ya con treinta años, realiza un viaje de estudios por la zona del Danubio y Viena. En 1505 se instala en Wittenberg donde es nombrado pintor de cámara del elector de Sajonia Federico el Prudente quien era también uno de los mecenas de Durero. 


Fue allí, en Wittenberg, donde trabó amistad con Lutero del cual hará varios retratos. Desde sus primeros trabajos Cranach se interesaba ya a los paisajes  – fue uno de los precursores de la escuela del Danubio – . -En una «Crucifixión» de 1503 (Munich, Alte Pinokothek), el paisaje toma un papel relevante, aunque se apercibe todavía una mezcla de tradición gótica tardía y de Durero; la cruz se encuentra a la derecha, de perfil, mientras que en el centro y en escorzo se sitúan las figuras monumentales y atormentadas de la Virgen y de san Juan.
Crucifixión» de 1503 (Munich, Alte Pinokothek)
Se trata de una de las obras más significativas de la primera etapa pictórica de Cranach el Viejo, realizado justo antes del traslado del artista a la corte del príncipe elector de Sajonia. 
La crucifixión una pintura al óleo del artista alemán Lucas Cranach el Viejo, creada en 1532. Está actualmente en la exposición permanente del Museo de Arte de Indianapolis.
La mitad inferior de la pintura está llena de figuras, todas colocadas simbólicamente a la izquierda y derecha de Cristo. En el lado derecho está la Virgen María, sostenida por Juan el Evangelista, y María Magdalena, que está aguantando la Cruz. El Buen Ladrón y Longino le miran directamente, en alusión a su salvación. Hay un agudo contraste con los soldados romanos, que están evitando su mirada y el Mal Ladrón, descrito como calvo e hinchado. Detrás de ellos están figuras contemporáneas, quienes son considerados como no iluminadas, ya que todavía no han sido testigos de Cristo.
San Longinos o Longino de Cesarea fue, según algunas tradiciones cristianas, el soldado romano que traspasó el costado del cuerpo de Jesús con su lanza; conocida como La Santa Lanza. El individuo no tiene nombre en los evangelios que relatan el hecho, pero suele identificarse con el centurión que, ante la muerte de Jesús, exclamara: “En verdad este era el Hijo de Dios”.
Su primera obra firmada “El reposo en la huída a Egipto” (1504) posee la calidad de las obras de Durero en las figuras y en el bosque donde transcurre la escena maravillosamente evocadora, con un extraño abeto desgreñado. En esta obra se ponen también de manifiesto las novedades en materia de composición. 

“El reposo en la huída a Egipto” (1504)
El reposo en la huída a Egipto, 1504, Lucas Cranach el Viejo, (Berlín, Staatliche Museen). La Virgen se ha sentado sobre la hierba de un prado, al lado de un bosque para descansar. Sobre sus rodillas, el Niño extiende sus manos hacia las fresas que le ofrece un ángel. José se encuentra de pié detrás del grupo, con su sombrero en la mano en signo de respeto. Las flores del prado son un símbolo de María, al igual que el agua pura que brota del pequeño arroyo. En las pinturas religiosas de este periodo aparecen entre los elementos importantes, un paisaje maravilloso, casi dotado de vida propia, en medio de una atmósfera mágica de cuento de hadas, que anuncia la pintura de la llamada escuela del Danubio.
Un de los ángeles ofrece frutos al Niño Jesús. Otro llena una cáscara de nuez con agua del manantial. Un tercero trae el botín de su caza. Otros ejecutan música y cantan. Este episodio, generalmente representado como una apacible escena doméstica, se ve envuelto en una alegre agitación.
No le quedaba ya nada que aprender de Durero como retratista – como atestiguan los dos grandes retratos del joven historiador Johanes Cuspinian y de su esposa Ana (1504-1505), dotando a sus modelos de la misma espontaneidad y personalidad que había permitido a los mejores artistas de Norte, desde Metsys hasta Durero, distanciarse de la simple efigie.

Johannes Cuspinian y su esposa Ana, 1502, Lucas Cranach el Viejo, (Wintherthur, Colección Oscar Reinhardt). Se trata del primer retrato alemán representado como un díptico unido por el paisaje como fondo, según una esquema que será imitado muy a menudo. Cuspinian era profesor en la corte del emperador Maximiliano I, quien había hecho de Viena, por su cancillería y su universidad, la principal ciudad humanista de Alemania. El libro que tiene en sus manos indica la naturaleza de sus actividades de humanista y de hombre erudito: había cursado sus estudios en Leipzig, y a la edad de veintisiete años, era ya rector de la universidad de Viena.
En el retrato de Ana Cuspinian, el loro en la rama del árbol es un atributo de la Virgen Maria, y simboliza una invitación a la castidad. El clavel en la mano de la joven es el símbolo de una promesa de matrimonio. La imagen del cisne que lucha contra el águila en la parte superior del retrato, es un emblema de coraje y de fuerza. Está sacado de un pasaje de la obra de Plinio el Viejo según el cual el cisne no teme afrontar a la terrible rapaz a la que consigue vencer.
Cranach y los mecenas electores
Desde su llegada a Wittenberg en 1505, Cranach trabajó hasta el final de su vida como pintor de los príncipes electores de Sajonia, para los cuales realizó Madonas y otros cuadros religiosos, transformando el entusiasmo expresionista de su primera época en formas más trabajadas y moderadas, de un manierismo noble e intelectual (Martirio de santa Catalina, 1506, Dresde, Gemäldegalerie). 

Martirio de santa Catalina, 1506, Dresde, Gemäldegalerie
El mecenazgo cortesano obligó a Cranach a crear un taller en el que realizaba una pintura más convencional, estilizada, con detalles de una curiosa complejidad pero sin la audacia de sus creaciones precedentes. Los retratos en pie, muy formalistas, parecen inventados por él. «El Duque Enrique el Piadoso» y «La Duquesa Catalina» (1514), parecen efigies heráldicas, enseñas inanimadas, sin nada del espacio y de la genial paleta del retrato de los Cuspinian. El cardenal Alberto de Brandenburgo (1527) está pintado como «un erudito en su estudio», según la moda de la época, pero apenas encontramos la sensibilidad y el movimiento del estilo más antiguo del pintor. En los años 1520, Cranach se interesó, como sus mecenas, a los temas mitológicos de tipo pseudo-humanista. La serie de las Venus comenzó en esta época; en algunas se pone de manifiesto la influencia de las Venus venecianas. La “Venus dormida” (1518), el “Juicio de Paris” (hacia 1530) muestran no sólo los límites del taller, sino también una extraña mezcla de curiosidad erótica y de secreta sensualidad.

El duque Enrique el Piadoso y la duquesa Catalina, 1514, Lucas Cranach el Viejo, (Dresde, Gemäldegalerie). Aquí el espacio y el volumen han sido aniquilados; la magnífica vestimenta se completa por unas caras reducidas a lo esencial y típicas del estilo de Cranach. Los duques se hallan representados con sus animales de compañía. La princesa de Sajonia lleva un lujoso vestido de brocado y sobre su cabeza el tocado característico de las mujeres de la nobleza alemana de principios del siglo XVI.

Retratos de un príncipe y de una princesa sajona, 1517, Lucas Cranach el Viejo, (Washington, National Gallery)


Retrato de Sibila, Emilia y Sidonia, princesas sajonas, hacia 1535, Lucas Cranach el Viejo, (Viena, Kunsthistorisches Museum)
Cranach conservó su puesto de pintor de corte durante cincuenta años, gozando de una vida próspera y respetable, y trabajó al servicio de tres electores. Adquirió una gran notoriedad en Wittenberg, donde ejerció de burgomaestre en 1537 y en 1540, y donde mantuvo una estrecha relación de amistad con Lutero y Melanchthon, lo que no le impidió ejecutar encargos para el cardenal Alberto de Brandeburgo, uno de los grandes mecenas de su tiempo. 

El cardenal  Alberto de Brandeburgo como san Jerónimo, hacia 1520, Lucas Cranach el Viejo, (Darmstadt, Hessisches Landesmuseum)
En «El cardenal  Alberto de Brandeburgo como san Jerónimo», hacia 1520, el modo de representación de san Jerónimo era algo corriente para un cardenal humanista, amigo de Hutten, y que mantenía correspondencia con Erasmo; sin embargo, este prelado se había mostrado bajo un prisma muy diferente sacando beneficio de la venta de indulgencias (simonía). Cranach, que trabajaba para él desde 1520, probablemente nunca lo había visto en persona, lo pintaba basándose en un grabado de Durero. Los encargos para el cardenal de Brandeburgo eran en su mayoría realizados por el taller del pintor.
Venus y Cupido, el ladrón de miel - 1527 Palacio de Güstrow, Güstrow
Esta obra del pintor alemán Lucas Cranach “El Viejo” en el año 1529 pertenecería a una serie de cuadros que tenían por tema la diosa mitológica Venus y el desnudo femenino. Unas obras que realizó abundantemente Cranach y su taller, especialmente para satisfacer los gustos intelectuales de los humanistas alemanes de las primeras décadas del siglo XVI. Estos humanistas, sin duda, fueron los mejores clientes con los que contó el artista. 
Venus y Cupido - 1530 Gemäldegalerie, (Staatliche Museen, Berlín)
Cupido, además de ese niño angelical que va siempre con su arco de madera y flechas, es el hijo de Venus y Marte. Se le ha utilizado en pintura y escultura para representar al amor. Su relación con la miel, proviene de un pasaje narrado por Teócrito (poeta griego, siglo III a.C), en su obra “Idilios”.
“En cierta ocasión, Cupido, mientras intentaba robar miel de un panal, fue picado en todos los dedos por una abeja cruel. El pequeño dios sintió un dolor agudo y, pataleando y saltando nervioso arriba y abajo, le enseñó a Venus donde le habían (picado) herido, lamentándose mientras de cómo un insecto tan pequeño como la abeja podía hacer tanto daño. Entonces, la madre lanzó una sonora carcajada e hizo notar a su hijo lo parecido que él mismo era a dicho insecto, tan pequeño y tan peligroso, capaz de infligir grandes heridas“.

Venus desnuda usada como propaganda en un cartel y censurada 1532 Städelsches Kunstinstitut, Frankfurt am Main
El cuadro de Cranach representa a una Venus de astuta sonrisa, que lleva sólo una gargantilla, mientras sujeta en sus manos una gasa transparente que, más que ocultar, hacer resaltar las partes púdicas.

En la imagen, el cartel que desató la polémica. (Foto: EFE)
SE ALEGÓ QUE PODRÍA HERIR SENSIBILIDADES
Londres- El delicado desnudo de una mujer de mirada sensual tapada por una gasa transparente ocupa el centro de atención de la gran puerta de la Royal Academy of Arts. Se trata de «Venus», de Lucas Cranach el Viejo (1472-1553). El lienzo, realizado en 1532, aún consigue ruborizar al público por la exquisitez de sus formas. La imagen, de hecho, tuvo que ser retirada del metro de Londres para evitar la ofensa al pasajero, pero, quizá más por provocación que por otra cosa, la galería de arte la ha vuelto a rescatar para anunciar la gran exposición del propagandista de Martín Lutero. Famoso por captar como nadie cada detalle del cuerpo femenino, el renacentista alemán poseía también el don de la maestría para ilustrar escenas bíblicas. Durante su prolífica trayectoria supo agradar a pudorosos y liberales. 
Serie El juicio de Paris, de Cranach el Viejo 1530 
 Metropolitan Museum of Art 1528 - El Juicio de Paris
El mito homérico lo ambienta Cranach el Viejo en un paisaje natural mágico con un ambiente romántico y fantasioso. Paris aparece representado con una brillante armadura tendido en el bosque. Se trata pues de una iconografía legendaria y romántica que será empleada en el arte, la literatura y el teatro alemán hasta nuestros días.

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