jueves, 3 de noviembre de 2022

II - NAVARRA BARROCA - Tudela "La Manta" - Las parroquias de Pamplona a finales del siglo XVIII - Antigua parroquia de la Navarrería - SAN SATURNINO O SAN CERNIN - Iglesia de San Nicolás - Iglesia de San Lorenzo - SAN FERMÍN - Parroquia de San Agustín

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Tudela

1609 Felipe III expulsa a los moriscos

1610 colocación de "La Manta"

En la Catedral de Tudela se expuso durante siglos una manta que, a modo de escarnio, recogía los nombres de los judíos acusados de ser falsos conversos

La expresión "tirar de la manta" goza de una envidiable popularidad hoy en día; no en vano, ¿cuántas veces la hemos escuchado en boca, por ejemplo, de un político? Sin embargo, y aunque no lo parezca, ha cumplido varios siglos ya y es mucho lo que ha viajado desde su origen... en Tudela. ¿Cómo es posible que el dicho naciera en esta ciudad navarra? ¿Y por qué? Jaime Aznar, doctor en Arqueología Medieval, responde a estas preguntas en el siguiente vídeo., pincha aqui

Arquitectura conventual del barroco navarro

Los siglos del barroco suponen un gran florecimiento de la arquitectura conventual por toda la geografía peninsular. Dentro de este auge de las fundaciones conventuales, podemos destacar dos notas características. En primer lugar, el interés surgido entre las distintas clases sociales por convertirse en patronos y protectores de un convento, emulando de esta manera a los propios monarcas españoles. Esta auténtica fiebre fundacional no afectó exclusivamente a la nobleza y clero, sino que se convirtió en el anhelo de la mayoría de las clases sociales, como señala un anónimo autor del siglo XVIII; "Apenas hay boticario que no se dexe llevar por la vanidad de llamarse patrón de un monasterio y de la de señor de la capilla mayor de él"

La segunda característica de las fundaciones es su carácter urbano, contrariamente a los monasterios medievales.

Asi pues, en la introducción del Barroco fueron fundamentales las órdenes religiosas, jesuitas, capuchinos, trinitarios y sobre todo los carmelitas descalzos que con sus fundaciones divulgaron los modelos de la arquitectura conventual de marcado signo contrarreformista, a la vez que dotaban a los nuevos conventos de pinturas, tallas y piezas de platería realizadas por lo general en la corte. En ciudades importantes como Pamplona, Tudela o Corella fue tal el número de estas edificaciones que de no haber sido derribadas gran parte de ellas, participarían plenamente del carácter de ciudad-convento tal característico del siglo XVII español. El nuevo estilo se implantó y triunfó en Navarra a partir de 1630-40 en las diversas artes, afectando por supuesto a las nuevas construcciones y a los antiguos edificios que se reformaron y exornaron de acuerdo con la nueva estética que, como en otras regiones tuvo, diferentes fases, abarcando hasta las postrimerías del siglo XVIII en que se impuso la fría normativa academicista.

Los esquemas tardomanieristas de raigambre herreriana consistentes en plantas longitudinales con cúpulas y bóvedas de medio cañón fueron adoptados en las iglesias de los nuevos conventos y divulgados por los frailes tracistas, destacando en este apartado las iglesias de las Agustinas Recoletas de Pamplona trazada por Juan Gómez de Mora y la de los Carmelitas Descalzos de la misma ciudad, enriquecida con una portada de piedra realizada hacia 1673

En el año 1679 Pamplona tenía 8.559 habitantes.


(2019)El Gobierno de Navarra adquirió  en una subasta en París un cuadro sobre una vista de Pamplona de mediados del siglo XVII. Si bien la casa de subastas atribuyó la tela a Juan Bautista Martínez del Mazo, discípulo y yerno de Velázquez, cuando el cuadro llegue a Pamplona será sometido a un estudio exhaustivo en el Museo de Navarra para conocer su origen, ya que los expertos navarros albergan dudas precisamente de que sea obra del pintor nacido en Cuenca en 1611. No obstante, de lo que no existe duda, según fuentes del Ejecutivo foral, es del valor artístico del cuadro ante lo extraordinario de disponer de una pintura de la capital navarra de aquella época. El Gobierno de Navarra ha comprado el cuadro por 100.000 euros, a los que se añaden otros 26.000 euros relativos a impuestos y a la comisión para la casa de subastas.

Y desde la izquierda se observa la Catedral de Pamplona, con una fachada anterior a la que en el siglo siguiente reformó el arquitecto madrileño Ventura Rodríguez; las torres de las iglesias de San Nicolás (?) y de San Cernin en el centro, y la de San Lorenzo a la derecha.

Y es que un año antes el pintor había formado parte de la comitiva real encabezada por Felipe IV y el príncipe Baltasar Carlos al valle del Ebro, encargándole el príncipe al pintor el cuadro de Zaragoza. Igualmente se le atribuye la autoría de otra vista de Pamplona, en este caso de la Ciudadela, con la comitiva regia y grupos de gente que se entretiene y celebran con bailes y música al borde de los fosos la visita del rey Felipe IV a la fortaleza.

La parte superior la coronan dos ángeles que escoltan el león del escudo de Pamplona y las cadenas del escudo de Navarra, ambos repetidos. 

No obstante, el original de esta vista de Pamplona con la Ciudadela y los personajes quedó gravemente afectado en el incendio del Alcázar de Madrid de 1734, conservándose sólo dos fragmentos, uno perteneciente a una colección particular, antigua Colección Casa Torres, y otro en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid. En el Museo Wellington de Londres existe un estudio preparatorio para el cuadro.

A finales del siglo XVIII, y desde tiempos medievales, Pamplona contaba con cuatro iglesias parroquiales: la de San Juan Bautista, aneja a la Catedral y situada en una de sus naves laterales; la de San Saturnino o San Cernin, la de San Nicolás y la de San Lorenzo. Hasta 1880 no se erigió la quinta de las antiguas parroquias –la de San Agustín– en lo que hasta 1835 fue iglesia del convento de los agustinos descalzos.


CAPILLA DE SAN JUAN BAUTISTA
Antigua parroquia de la Navarrería.
El Cristo Crucificado de Juan de Anchieta está datado sobre el 1577. Es una de las grandes obras escultóricas del Renacimiento navarro.
El retablo de San Juan Bautista es del siglo XVI y junto a él hay un sagrario del XVIII. 


SAN SATURNINO O SAN CERNIN
También conocida como Iglesia de San Cernin (el nombre de San Saturnino de Toulouse en francés, considerado el primer evangelizador de Pamplona en el siglo III), está dedicada al co-patrono de la ciudad y fue construida el año 1297, en el mismo solar que ocupó otro templo románico del siglo XII. 

La iglesia adquiere su aspecto de fortaleza de su originaria misión defensiva, en el centro del burgo que lleva el mismo nombre.

La portada es de estilo gótico francés y posee una cabecera semidecagonal espléndida. La iglesia tiene adosada una capilla barroca, dedicada a la Virgen del Camino. La talla de esta Virgen, co-patrona de Pamplona, se encuentra en el lugar en el que estuvo el claustro. 

La veleta con forma de gallo, el gallico de San Cernin, se ha convertido en uno de los emblemas más populares de la ciudad. Frente a la iglesia se puede ver una placa que recuerda el lugar en el que, según la tradición, se encuentra el pozo en el que San Saturnino bautizó a los primeros cristianos de Pamplona, entre ellos a Fermín; es el llamado popularmente pocico de San Cernin.


Iglesia de San Nicolás de Pamplona es un templo católico situado en el Casco Viejo de Pamplona.

Erigida durante del siglo xii, la primera noticia cierta sobre ella corresponde al año 1117 cuando se menciona al Burgo Nuevo o Población de San Nicolás. Era uno de los tres burgos de Pamplona que durante la Edad Media funcionaron independientes en la ciudad hasta el Privilegio de la Unión de 1423 promulgado por Carlos III el Noble.

Construida junto al primitivo muro exterior de la ciudad, que discurría por el actual paseo de Sarasate, fue concebida para servir de bastión militar y defensivo burlando el mandato real que impedía a los vecinos de Navarrería y San Nicolás levantar cualquier tipo de construcción militar contra el Burgo de San Cernin.

De hecho, fue en 1222, en que los vecinos de San Cernin, uno de estos ataques vecinales, cuando arrasaron e incendiaron la primitiva iglesia-fortaleza románica con muchos de sus vecinos refugiados dentro. Hubo que construir una nueva, consagrada en 1231.

En su exterior el gótico sólo es visible en dos puertas, el ábside y en algunas zonas del muro alto. El resto está oculto por los añadidos diseñador por el arquitecto Ángel Goicoechea Lizarraga cuyas obra ejecutó en contratista tudelano Blas Morte en 1888.

En el año 2013 fueron colocados 4 escudos en los muros altos de la nave principal, que representan a los antiguos burgos de la Navarrería, San Nicolás y San Cernin, así como el escudo de la ciudad de Pamplona

El interior se distribuye en tres naves con planta de cruz latina. Las cubiertas de las naves laterales son bóvedas de cañón apuntado, y la central es de crucería. Es un templo de estilo gótico en varias fases: al protogótico corresponde el trazado general con los alzados y cubiertas de las naves laterales y parte del muro central; del gótico del siglo xiv son las cubiertas de crucería de la nave central y el crucero, y el presbiterio con sus vidrieras.

En su interior destaca un gran órgano barroco, construido en 1769, y es uno de los más importantes de Pamplona.

Iglesia de San Lorenzo

Del edificio del siglo XIV quedan restos ocultos. La nave actual, una simple nave neoclásica, es obra de 1805 de Juan Antonio de Pagola. La fachada anterior, que era barroca sufrió las bombas disparadas por el general Leopoldo O'Donnell desde la Ciudadela, por lo que fue desmontada y realizada la fachada actual por Florencio de Ansoleaga en 1901.

Antigua portada barroca


El templo original, que data de la Edad Media, ya no existe salvo los restos de una de sus torres, que antaño formaba parte del sistema defensivo de Pamplona. Los habitantes del pamplonés burgo de San Cernin levantaron la iglesia de San Lorenzo como espacio de reunión puesto que, por aquel entonces, los francos, venidos de Francia y dotados de grandes privilegios, no permitían a los autóctonos disponer de sus propios espacios.

El templo que podemos visitar a día de hoy data del siglo XVIII y reemplazó por aquel entonces a otro del XIV que estaba en ruinas. De corte racionalista neoclásico, tiene planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y cuenta con una sola nave. Dos de sus singularidades son el juego geométrico de las cúpulas y la linterna superior, forjada a base de ladrillo salpicado con cerámica de color que contiene el escudo de la ciudad.

Pero, dentro de la iglesia de San Lorenzo, la joya es la capilla de San Fermín, situada, al entrar, en la parte derecha. Sobre el altar encontramos la venerada talla del santo (siglo XV), esculpida en madera policromada y guarnecida en plata. Su tono oscuro le ha valido el apelativo de "morenico".

LA IMAGEN DE SAN FERMÍN

La talla de San Fermín es busto-relicario de madera policromada con tonos plateados y una cuidada decoración floral. Un capote rojo y dorado cubre al santo, ese que los mozos del encierro llaman "capotico" y al que se encomiendan para evitar el riesgo de ser embestidos por los toros.

Desde el siglo XVIl, el óvalo del pecho alberga varias reliquias llegadas desde Amiens, ciudad francesa en la que el Santo murió decapitado en el año 303. La imagen preside la capilla desde el 6 de julio de 1717 y, desde ese año, solo los 7 de julio de cada año abandona esta capilla para salir en procesión por las calles de Pamplona.


San Fermín de Amiens (Pamplona, c. 272-Amiens, 25 de septiembre de 303) fue un misionero cristiano, primer obispo de Amiens, cuya iglesia mandó construir, y también es considerado, por tradición oral, como primer obispo de Pamplona aunque no hay constancia documental sobre ello e, incluso, se cuestiona si existió.

Degüello de san Fermín, en una vidriera de la iglesia de Roncesvalles.

Según consta, nació en el siglo III, en Pompaelo (la actual Pamplona). Era hijo de un senador pagano de nombre Firmo, probablemente un alto funcionario de la administración romana de Pamplona, y de una noble dama de nombre Eugenia. La predicación de san Honesto, quien había marchado a la península tras ser milagrosamente liberado de su prisión en Carcasona, conmovió a sus padres, quienes, sin embargo, no se convirtieron hasta oír a san Saturnino de Tolosa. El santo habría bautizado a Fermín y a sus padres en el lugar que hoy se llama popularmente pocico de San Cernin.

La catedral de Notre-Dame de Amiens es una iglesia catedralicia de culto católico bajo la advocación de Nuestra Señora en la ciudad de Amiens del departamento del Somme; la catedral gótica que cerró el ciclo de catedrales del período gótico clásico. Su construcción se inició en 1220, sobre otra anterior de arquitectura románica destruida por un incendio. Fue diseñada con una planta de cruz latina y más tarde entre 1366 y 1401 fueron construidas las torres que se encuentran en ambos lados de su fachada principal.

Tras predicar en Navarra, marchó a la Galia (actual Francia) y se asentó en Amiens. Después de organizar la iglesia local, fue nombrado obispo a los 24 años. La oposición oficial a la doctrina cristiana le granjeó la cárcel, donde, tras negarse a cesar su prédica, fue degollado.

Leyenda de San Fermín en la Catedral de Amiens

En 1186 el obispo Pedro de París llevó de Amiens a Pamplona una reliquia de la cabeza de Fermín. Actualmente su santoral se celebra el 7 de julio. En Pamplona se conmemora con unas fiestas de fama internacional, los Sanfermines.

Parroquia de San Agustín

Perteneció al desaparecido Convento de los Agustinos, que existió en esta calle desde el siglo XIV hasta 1836.

Su actual fachada fue construída en el año 1900 por el arquitecto Florencio de Ansoleaga, en su inconfundible estilo, mientras que el aspecto interior de la Iglesia se debe a una reconstrucción que sufrió en el siglo XVI

Levantando la vista vemos una imagen del santo, que parece inclinarse hacia abajo para ver a los peatones.

Una placa situada junto a la puerta nos informa que en esta iglesia fue armado Caballero de Santiago el poeta Garcilaso de la Vega en 1523.

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