(II) Fuenterrabía (Hondarribia) - Puerta de Sta. María - Plaza del Obispo - Hotel Pampinot - El Palacio de Zuloaga - Casa Iriarte - Casa Ladrón de Guevara - Casa Consistorial - Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano, pincha aquí
XXVIII - Navarra Barroca - El siglo XVIII -Robert (Roberto) Michel - Trazado de los caminos(Navarra) - Juan de Gages - Iglesia de Capuchinos de Pamplona - Antonio Oteiza - Fuenterrabía y Navarra, pincha aquí
Baluarte de la Reina (15)
Situado en el vértice suroeste del recinto amurallado, se trata de un baluarte en forma de punta de diamante que convive con un precioso jardín para el disfrute del visitante.
El Baluarte de la Reina, fue excavado y rehabilitado en el año 2.007. Hasta ese momento se hallaba cubierto por toneladas de tierra y derrumbes.
Los baluartes son esas estructuras de forma poligonal situadas en los ángulos de la fortificación. Sobresalen hacia fuera para poder defender los lienzos de la muralla arrojando fuego artillero por sus costados. Como vemos en la imagen, los baluartes tenían dos patios, uno junto a cada costado, desde donde se abría fuego a través de las troneras.
La Puerta de San Nicolás (17)
La Puerta de San Nicolás es una de las más antiguas entradas a la ciudad. Se encuentra en un extremo de la calle de su mismo nombre que finaliza en la Plaza de Armas. Hasta el siglo XVI, la puerta y la calle de San Nicolás eran las más importantes de la villa. Esta puerta, realizada en piedra de sillar actualmente muy deteriorada presenta una estructura muy sencilla. En el exterior está formada por un arco rebajado. En el interior en cambio aparece un dintel sostenido por pilastras decoradas con almohadillado.
La plaza de Fuenterrabía ha tenido siempre dos puertas. Esta de San Nicolás enlaza con el camino que va hacia el monte Jaizkibel y por tanto hacia el Santuario de Guadalupe y hacía Santiago por la costa. La puerta permaneció tapiada durante muchos años. En el año 2000 fue rehabilitada y se construyó esta pasarela que atraviesa el foso, cuyo frágil aspecto evoca el puente de madera que tuvo originalmente.Calle de San Nicolás (18)
Calle estrecha y al principio con pocas casas por lo que ya hemos contado de los continuos asedios. No obstante conforme nos vamos acercando a la plaza de Armas, el nº de casas aumenta.
Esta calle junto a la calle Mayor, son los dos principales ejes de la villa.
Las casas tienen parecidas características planta rectangular muy estrecha y profunda, con la cubierta a dos aguas y el caballete paralelo a la calzada. La planta baja de piedra de sillería con una puerta y una ventana adinteladas. Los aleros simples o dobles, de grandes dimensiones y con canecillos tallados.
En el nº 5, figura la fecha de su construcción posiblemente en el año 1757.
En el nº 13, tallado en madera el año 1665 respectivamente.
En el nº 2, se encuentra la Casa Mugarretenea (Renacimiento XVI), que soporta desde hace siglos una curiosa leyenda la casa siempre se transmitirá de mujer a mujer, de madre a hija, de abuela a nieta, o de tía a sobrina. Esta leyenda se ha cumplido, ya que siempre han sido mujeres las propietarias del palacio durante las últimas generaciones.
Y en la Calle Juan Laborda la Casa Eguiluz (s.XVI-XVII) donde se alojaron Juana La Loca y Felipe El Hermoso (20)
El Palacio de Eguiluz es también conocido como la Casa de Juana la Loca debido a que allí estuvo Juana la Loca junto a Felipe el Hermoso en 1502 durante tres día en su trayecto de Bruselas a Toledo para ser proclamados príncipes herederos.
Se trata de un edificio blasonado que data del siglo XVII siendo de propiedad particular y consta de 2 alturas. Su composición es simétrica con influencias del Clasicismo, empleando sillería almohadillada.
Desde esta calle, hay unas preciosas vistas al mar, y al espigón y playa de la vecina Hendaya.
Punto 19: Plaza Guipúzcoa (O Plaza de las cadenas)
Construcción contemporánea con aire clásico
Aunque la plaza parece medieval, fue construida en los años 70 del siglo XX, siendo una reinterpretación de arquitectura histórica más que una plaza antigua real.
El arquitecto responsable fue Manuel Manzano Monís, quien integró sabiamente el nuevo espacio en el casco histórico respetando su entorno.
Edificada con una clara intención de evocación tradicional, los edificios que la rodean tienen tres o cuatro plantas, con entramados, balcones y soportales que le dan un aire pintoresco. Su pavimentación adoquinada y diseño porticado refuerzan ese estilo “medieval”, aunque diseñado cuidadosamente para lograr una armonía estética
Monumento Arquitecto Manuel Manzano-Monís y Mancebo, Plaza de Castilla - Madrid
Arquitecto y urbanista nacido en Sevilla en 1913. Falleció en Madrid el 26 de octubre de 1997, siendo enterrado en el cementerio de Hondarribia.
De su dilatada y destacada carrera destacamos, por su relación con el País Vasco, su etapa como Delegado Local de Bellas Artes en Hondarribia y como Consejero Provincial de Bellas Artes en Gipuzkoa. Es el autor de la ordenación de la villa histórica de Hondarribia (1952) y de la restauración del recinto amurallado de la misma ciudad en 1963. Por ello que obtuvo una mención de la Academia de San Fernando y el Premio Europeo a la Reconstrucción de la Ciudad, en la modalidad de construcción tradicional, de la Fundación Philippe Rothier de París en 1982. Fue también el autor del edificio social del Club de Golf de San Sebastián (Jaizubia, Hondarribia) en 1966 y de la facultad de Bellas Artes del campus de Sarriko en Bilbao en 1968-1970.
Barrio de la Marina (Barrio de pescadores, extramuros)
Este barrio es hoy la zona más céntrica y animada de la ciudad pero en su origen fue un miserable arrabal de pescadores, arrantzales en vasco. Era conocido como arrabal de la Magdalena. El duro régimen de vida de estos hombres no les permitía vivir intramuros pues todos los días, de madrugada antes de que se abriera la puerta de la muralla debían hacerse a la mar. Podemos ver una casa de tamaño minúsculo, en el nº 23 de la calle que estamos, San Pedro. Hoy es el restaurante Zeria, la casa más antigua de todas y nos permite imaginar el aspecto de este arrabal en otros siglos.
En el siglo XVI y XVII, había dos hileras de casas, construidas con material muy pobre. Estas hileras serían las que formarían posteriormente las calles de San Pedro (más próxima al mar) y la calle Santiago.
El restaurante Zeria se encuentra en la populosa calle San Pedro del barrio de La Marina de Hondarribia, en una casa construida en 1575 y que, sin duda, es una de las de mayor encanto del antiguo poblado de pescadores.
Fue restaurada en 1965, año en el comienza su andadura como restaurante, regentado desde entonces por su fundador: Serafín Sagarzazu.
En las obras de restauración se encontró bajo los cimientos de la casa el esqueleto de una ballena cuyos huesos datan del año 1464
Se conserva el hueso occipital de aquella ballena a la entrada del restaurante. Precisamente Zeria quiere decir ballena en el euskera local.
El marisco es la especialidad gastronómica de la casa, junto con todo tipo de pescados (lenguado, besugo, rodaballo, mero, kokotxas…) y carnes variadas. La carta hace especial hincapié en los productos de temporada: chipirones fritos encebollados, hongos al horno o verduras del tiempo.
Son platos típicos del restaurante Zeria el bogavante con arroz, Zortziko (cazuela de mariscos y pescados en salsa y gratinados) y las kokotxas de merluza en salsa verde.
Las casas se fueron levantando espontáneamente, una al lado de otra sin ninguna planificación urbanística, siguiendo la línea de la orilla.
En esta playa no tenía los problemas de espacio del recinto intramuros y no había necesidad de construir en voladizo. Tampoco se veían dobles aleros, ni hierro forjado en los balcones, ni escudos de armas. Los arrantzales quedaban completamente al margen de ese juego burgués de ostentación y promoción de linaje. Otra diferencia es el colorido, mientras la villa se viste de colores serios, aquí la madera se pinta con colores vivos, reaprovechando la misma pintura que se usaba para los barcos, un colorido que se ven reforzados por la presencia de flores en los balcones. En los bajos de las casas, donde antiguamente se guardaban los pertrechos de pesca y las redes, han surgido hoy bares y restaurantes que convierte la Marina en el barrio de txiqueteo por excelencia.
Lo importante es callejear por las dos o tres calles principales: Santiago, San Pedro y Zuloaga. Luego visitar la Hermandad o Cofradía de Mareantes y Pescadores y la Iglesia de Santa María Magdalena ( o de la Marina ) (XX).

La Hermandad de Pescadores es un restaurante vasco que destaca por su exquisita gastronomía y su ambiente acogedor. Fundado en el año 1982, este establecimiento se ha convertido en un referente para los amantes de la buena comida y los sabores auténticos de la región.
La Hermandad de Pescadores ofrece a sus comensales una experiencia gastronómica única, basada en la tradición culinaria vasca y en el respeto por los productos de la zona. En su carta, destacan platos emblemáticos como el bacalao al pil pil, la merluza a la donostiarra o las kokotxas de bacalao, preparados con ingredientes frescos y de la más alta calidad.
La cofradía de pescadores de Hondarribia fue fundada en el siglo XVIII, convirtiéndose en una de las más antiguas de la costa vasca. Desde sus inicios, ha sido una pieza clave en la economía y el desarrollo de la localidad, ya que su labor ha sido fundamental para la subsistencia de las familias que vivían de la pesca.
La cofradía de pescadores de Hondarribia tiene como principal función representar y defender los intereses de los pescadores y armadores de la localidad. Además, se encarga de gestionar las actividades pesqueras, velando por la sostenibilidad de los recursos marinos y promoviendo prácticas responsables en la actividad pesquera.
Nos encontramos ante uno de los puertos de bajura más importantes de la costa vasca.
Cuenta con un dique en la parte sur que permite el amarre de toda la flota pesquera de Hondarribia. Precisamente la construcción del contradique y muelle Sur, convierten al puerto de Hondarribia en un refugio cerrado, con una línea de atraque de 200 metros.
Panorámica de la bahía de Txingudi, en la desembocadura del río Bidasoa, a la que se asoman Hondarribia, Irún y Hendaya / Foto: Gonzalo Azumendi.
Estas actuaciones, así como la construcción de la nueva lonja y la reforma de la fábrica de hielo permitieron trasladar casi todas las actividades pesqueras al puerto refugio, liberando el centro del municipio para instalar el puerto deportivo y dar respuesta al carácter de centro turístico de Hondarribia y a la demanda planteada por la importante flota de embarcaciones de recreo existente.
Plaza de Armas (3)
Sirvió históricamente a la guarnición para el ejercicio de las armas (con proclamaciones, recepciones, corridas de toros y otros festejos populares). Y en la actualidad sigue siendo el centro neurálgico de la ciudad y deslumbrando a los visitantes por sus coloridos edificios.
Vista desde la plaza de armas
El Castillo del Emperador Carlos V
Situado en la Plaza de Armas, en la zona amurallada de Hondarribia.
Antiguamente, esta fortificación era castillo y palacio al mismo tiempo, así que se empleaba para alojar a personajes relevantes y miembros de la realeza. Contaba con dos grandes naves laterales cubiertas con bóvedas ojivales de gran altura hasta que en 1794 el ejército francés destruyó parte del edificio.
En 1968, fue rehabilitado como parador turístico.
El castillo ha sido testigo de guerras y épocas de esplendor. Originalmente, fue un castillo defensivo de los reyes de Navarra, construido en el siglo X. Con el tiempo, fue ampliado y fortificado por reyes como Sancho el Sabio en 1190. A lo largo de su historia, ha soportado varios asedios y ha sido objeto de reformas que le dieron su aspecto renacentista y monumental. El palacio es famoso por su arquitectura, que combina elementos de estilos gótico y renacentista, y por su decoración interior que incluye armaduras, lanzas y cañones.
El parador que alojó a Velázquez y a varios reyes: situado en un precioso castillo medieval con vistas al mar.Paradores es una cadena hotelera pública que gestiona casi un centenar de establecimientos repartidos por las distintas provincias españolas. Además, desde octubre de 2015, tiene una franquicia en Portugal. La institución cerró el año 2023 con un beneficio de 25 millones de euros, la cifra más alta en sus casi 100 años de historia, y unos ingresos brutos de 327,8 millones de euros.
El objetivo de Paradores es potenciar la imagen del turismo español, contribuyendo a su vez a la recuperación y mantenimiento del patrimonio histórico-artístico de nuestro país. De esta forma, todos los Paradores Nacionales se encuentran ubicados en edificios que cuentan con un destacado valor histórico, artístico o cultural.
En cada rincón de España es posible encontrar uno de estos paradores, auténticos regalos para el turismo nacional. Dentro de esta larga lista de establecimientos hoteleros, se encuentran castillos o palacios ubicados en parques naturales o zonas de costa que invitan a la desconexión.
Fuente: Patricia Marcos