Mesina (Missina en siciliano, Messina en italiano, Micina en el castellano del siglo XVI) es una ciudad de 245.159 habitantes, situada en el ángulo nordeste de Sicilia a unos 90 km de Catania y unos 230 km de Palermo. Además, se ubica enfrente de Regio de Calabria, junto al mar y al homónimo Estrecho de Mesina.
En 1847 fue una de las primeras ciudades en Italia donde los tumultos unitarios estallaron. En 1848 se rebeló abiertamente contra los Borbones reinantes, pero fue fuertemente reprimida otra vez. Sólo en 1860, tras la batalla de Milazzo, las tropas de Garibaldi liberaron la ciudad. Una de las principales figuras de la unificación de Italia, Giuseppe Mazzini, fue elegido diputado en Mesina en las elecciones generales de 1866.
La ciudad fue casi enteramente destruida por un terremoto y un tsunami asociado en la mañana del 28 de diciembre de 1908, a consecuencia de los cuales murieron 60.000 personas y se destruyó la mayor parte de la antigua arquitectura. La ciudad fue reconstruida en gran parte al año siguiente, según un plan más moderno y racional. Un daño adicional fue añadido por los masivos bombardeos aéreos estadounidenses de 1943 (durante la Segunda Guerra Mundial), que causaron miles de muertos. Más tarde, la ciudad ganó una medalla de oro por el valor militar y otra por el valor civil en memoria del evento y el consiguiente esfuerzo de reconstrucción.
Es la tierra del estrecho que divide Sicilia de Calabria. La naturaleza ha querido ser generosa con esta provincia, convirtiéndola en una obra maestra que encuentra en el mar su marco ideal.Una naturaleza espléndida bajo el cielo límpido, extraordinaria también por sus fondos marinos donde un mundo espera ser explorado.
A lo largo del siglo XX ha habido una gran polémica por el proyecto de un puente sobre el estrecho que, de llevarse a cabo, sería una de las obras de ingeniería más importantes jamás realizada.Mesina fue, muy probablemente, el puerto por el cual la peste negra entró en Europa en la Edad Media (1347): la plaga fue traída por barcos genoveses que venían de Caffa en Crimea, mar Negro. En 1548 San Ignacio de Loyola fundó aquí el primer colegio jesuita del mundo, que dio a luz más tarde al Studium Generale (la actual Universidad de Mesina).
Los barcos cristianos que ganaron la batalla de Lepanto (1571) partieron de Mesina: el autor español Miguel de Cervantes y Saavedra, que tomó parte en la batalla, se recuperó durante algún tiempo en el Gran Hospital. La ciudad alcanzó la cima de su esplendor a principios del siglo XVII, bajo dominio español, en la época en que fue una de las diez ciudades más grandes de Europa. En 1674 la ciudad se rebeló contra la guarnición extranjera. Se las arregló para permanecer independiente durante algún tiempo, gracias a la ayuda del rey francés Luis XII, pero en 1678, con la Paz de Nimega, fue reconquistada por los españoles y saqueada: la universidad, el senado y todos los privilegios de autonomía que había disfrutado desde época romana fueron abolidos. Los ocupantes construyeron una fortaleza enorme, y desde entonces Messina decayó constantemente. Durante el enfrentamiento de España con la Cuádruple Alianza, en la guerra homónima 1717 y 1721, la ciudad fue sometida a asedio y acabó cayendo en manos de los aliados.
El monumento a Don Juan de Austria en la plaza Lepanto. |
Santuario de Cristo Rey Messina,Sicilia |
Es la tierra del estrecho que divide Sicilia de Calabria. La naturaleza ha querido ser generosa con esta provincia, convirtiéndola en una obra maestra que encuentra en el mar su marco ideal.Una naturaleza espléndida bajo el cielo límpido, extraordinaria también por sus fondos marinos donde un mundo espera ser explorado.
Un caleidoscopio de tonos azules que van desde el azul ocuro hasta la transparencia del cristal con tintes celestes.
También en el mar se sitúan otras maravillas: Las Islas Lipari, Panarea, Salino, Stromboli, Vulcano, Filicudi y Alicudi: siete perlas esparcidas en las aguas frente a Mesina. Todas son de origen volcánico pero cada una con su propia belleza e identidad histórica. Una riqueza que se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad.
Hoy, como en la antigüedad, Mesina es la entrada principal de Sicilia. En su costa atracaron Griegos, Romanos, Bizantinos, Árabes, Normandos y Suevos que influyeron fuertemente en la cultura de esta tierra.
Explorando los pequeños pueblos de la provincia se pueden descubrir preciosos tesoros de arte custodiados en iglesias y edificios o importantes huellas de grandes civilizaciones lejanas.
Una historia también contada por las tradiciones que se han quedado en el corazón y en la memoria de la gente del lugar, y por los antiguos sabores que cubren la mesa.
La peste, los bombardeos borbónicos, el terremoto que en 1908 destruyó el 90% de los edificios y finalmente los bombardeos aliados de 1943, han borrado gran parte de las señales de un fastuoso pasado, pero sus habitantes se han encargado de conservar, en la medida de lo posible, y reconstruir los monumentos más importantes. Entre ellos, destacan la iglesia de Santa Maria d’Alemanna, la iglesia dei Catalani, el Duomo y su campanario de 65 m, que aloja el mayor reloj astronómico del mundo, la Fonte di Orione y la Fontana del Nettuno.
Messina_Fontana del Nettuno |
El estrecho de Messina
El estrecho de Mesina (en italiano, Stretto di Messina) es un estrecho de mar que separa la isla de Sicilia de Italia peninsular, comunicando el mar Tirreno con el mar Jónico. En su parte más angosta, la norte, su anchura es de tan solo 3 km.
Un transbordador conecta Mesina (Sicilia) con el continente en Villa San Giovanni, en Calabria. En la actualidad existe un proyecto para unir Sicilia con el continente mediante un puente de 3.300 metros de longitud aunque existe una gran polémica en Italia sobre la conveniencia de su ejecución dada la dificultad técnica del proyecto, por tratarse de una zona de intensa actividad sísmica y azotada con asiduidad por fuertes vientos.
Las ciudades del estrecho
Las dos provincias que se asoman al estrecho (Provincia de Messina y Provincia de Reggio Calabria) han estipulado recientemente las bases para formar el Área Metropolitana Integrada del estrecho, un proyecto que tenderá a crear la Ciudad del estrecho, una sola metrópoli con las dos ciudades costeras integradas
Mitología
Algunos investigadores opinaban, ya desde la antigüedad, que el estrecho de Mesina era el paso identificable con el lugar donde habitaban Escila y Caribdis, una a cada lado del estrecho.
Escila
Detalle de Escila en una cerámica de 450–425 a.C. |
En la mitología griega, Escila (en griego Σκύλλα) es un monstruo marino que anteriormente fue una hermosa ninfa hija de Forcis y Hécate.
Escila es descrita como un monstruo con torso de mujer y cola de pez, así como con seis perros partiendo de su cintura con dos patas cada uno, haciendo un total de doce; según otras versiones, sería un ser con seis largos y serpentinos cuellos con cabezas grotescas, mientras que sus doce patas serían de otra naturaleza; finalmente, según otras fuentes, compartiría algo de ambas descripciones. Sin embargo, se dice siempre que poseía en cada cabeza tres apretadas hileras de afilados dientes, así como que emitía un aullido similar al de un perro.
Este ser habitaba en un estrecho paso marítimo, en el lado opuesto a su contraparte Caribdis. Los lados del canal estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a Caribdis deberían acercarse a Escila, y viceversa. Con el tiempo fue transformada por los dioses en una roca, aún existente, que suponía graves peligros para los navegantes.
Esta figura mitológica aparece en las aventuras de Odiseo.
Caribdis
Odiseo luchando contra Escila y Caribdis, por Heinrich Füssli (1794-1796)
En la mitología griega Caribdis (en griego antiguo Χάριβδις Járibdis, ‘succionador’) es un horrible monstruo marino, hija de Poseidón y Gea, que tragaba enormes cantidades de agua tres veces al día y las devolvía otras tantas veces, adoptando así la forma de un remolino que devoraba todo lo que se ponía a su alcance.
Habitaba junto a Escila, otro monstruo marino, en un estrecho paso marítimo. Los dos lados del estrecho estaban al alcance de una flecha, tan cercanos que los marineros que intentaban evitar a Caribdis pasaban demasiado cerca de Escila y viceversa. La expresión «entre Escila y Caribdis» ha llegado a significar estar entre dos peligros de forma que alejarse de uno hace que se caiga en el otro.
Los argonautas fueron capaces de evitar ambos peligros gracias a que los guió Tetis, una de las nereidas. Odiseo no fue tan afortunado: eligió arriesgarse con Escila a costa de parte de su tripulación antes que perder el barco completo con Caribdis.
Tradicionalmente, la ubicación de Caribdis en el estrecho de Mesina hace que se la asocie con el remolino que forman las corrientes que se encuentran en la zona, pero rara vez es peligroso. Investigaciones recientes han reexaminado la ubicación y sugieren que esta asociación es errónea, y que un origen más probable de la historia podría hallarse cerca del cabo Skilla, al noroeste de Grecia. Otros investigadores, sin embargo, sostienen que se trata de un lugar puramente fabuloso que no es posible identificar con ningún escenario real.
Caribdis fue originalmente una ninfa marina que inundó la tierra para ampliar el reino submarino de su padre, hasta que Zeus la transformó en un monstruo.
La roca de Scilia, en Italia |
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