lunes, 4 de agosto de 2014

M V Sicilia - Siracusa tierra de las maravillas

Situada en la costa sudeste de la isla de Sicilia, en el Mediterráneo central.
Actualmente, la ciudad cuenta con una población de 124.391 habitantes.


En su período de máximo esplendor, Siracusa fue dominada por una serie de tiranos, interrumpida por períodos mínimos de gobierno democrático y oligárquico, hasta que en 212 a. C. fue conquistada por los romanos tras un célebre asedio, con lo cual se convirtió en la sede del poder romano en Sicilia.


  • Cicerón hablaba de ella como "la ciudad más bonita del mundo"
  • Las huellas de civilizaciones antiguas todavía persisten por las calles.
  • Las arquitecturas barrocas hablan de su renacimiento.
  • El cielo, el sol y el mar la envuelven con su brillo.
  • Un viaje en este rincón de Sicilia suscita sensaciones profundas, es como pasar el confín del tiempo y viajar miles de años atrás.
  • Siracusa (Συρακοῦσαι) fue la ciudad griega más importante de Sicilia, en la costa oriental de la isla entre Catania y el cabo Pachynus.
  • Fue la ciudad donde nació y murió Arquímedes, ingeniero y matemático. Arquímedes era hijo del astrónomo siracusano Fidias.
Ésto es lo que se experimenta caminando por las calles de Siracusa, donde reviven con fuerza preciosos testimonios del resplandor de la Magna Grecia y, paso a paso, acompañan al visitante por las épocas siguientes que también han tenido un fuerte impacto sobre la historia de Siracusa.


Romanos y bizantinos, árabes y normandos, suevos y aragoneses, todos han escrito su parte.
Neapolis, Akradina, Ortigia, Tyche, y Epipoli son los barrios de la ciudad antigua. Es suficiente su nombre para entrar en otra dimensión.
En el Parque de Neapolis y en la Isla de Ortigia, unida por tres puentes a la tierra firme, se agrupan los monumentos de mayor interés.


Sumergida en el Valle Iblea, en el marco de la vegetación mediterránea, se encuentra la necrópolis de Pantálica, un lugar de extraordinario valor arqueológico con miles de tumbas excavadas en la roca por los primeros habitantes de esta tierra y sucesivamente utilizadas y ampliadas por griegos y romanos.


De la época romana hasta el fin de la Edad Media

A la caída del Imperio romano pronto pasó a los ostrogodos con el resto de la isla hasta que Belisario la recuperó en 535, y permaneció en manos bizantinas hasta el siglo IX cuando pasó a manos de los árabes. ExceptoTauromenium, Siracusa fue la última ciudad en ser ocupada por los árabes, que entraron allí en 878 después de un asedio de 9 meses. Los habitantes fueron asesinados, las fortificaciones destruidas y la ciudad incendiada.

En 1038, el general bizantino Jorge Maniaces reconquista Siracusa, y envió las reliquias de Santa Lucía a Constantinopla. La perdió en 1043. El castillo epónimo en el cabo de Ortigia lleva su nombre, aunque fue construido bajo el gobierno Hohenstaufen. En 1060, Roberto Guiscardo, el normando comenzó la conquista de Sicilia por su cuenta y la ocupó en 1085, tras un largo verano de asedio por Roger I de Sicilia y su hijo Jordan def Hauteville. Nuevos barrios fueron construidos y la catedral fue restaurada, como otras iglesias.


En 1194, Enrique VI de Suabia ocupó Siracusa.

Tras el corto periodo de gobierno genoves 1205-1220, que favoreció el auge del comercio, Siracusa fue conquistada por Federico II.

En el siglo XIII, los siracusanos reciben privilegios de parte de los príncipes aragoneses en recompensa por su apoyo contra los angevinos, que llevó a su derrota en 1298
Bajo el reinado de la Dinastía de Trinacria originaria de la Casa de Aragón, que se inició con Federico III, se la denominaba Saragossa de Sicília en catalán (Zaragoza de Sicilia, literalmente).

Época moderna

La ciudad en los siguientes siglos fue golpeada por dos ruinosos terremotos en 1542 y 1693, y en 1729, por una plaga. En el siglo XVII, la destrucción cambió la apariencia de Siracusa, además del Val di Noto entero, cuyas ciudades fueron reconstruidas con las líneas típicas del barroco siciliano, considerada una de las más típicas expresiones del arte del sur de Italia. La propagación del cólera en 1837 llevó a una revuelta contra el gobierno Borbón. El castigo fue el cambio de la capital de la provincia a Noto, pero los disturbios no fueron totalmente sofocados, cuando los siracusanos tomaron parte en la revolución de 1848.
Tras la Unificación de Italia de 1865, Siracusa recuperó su status de capital provincial. En 1870 las murallas fueron demolidas y un puente conectó la tierra firme con la isla de Ortigia. Al año siguiente una línea férrea fue construida.










 Aristóteles 

(En griego antiguo Ἀριστοτέλης, Aristotélēs) (384 a. C.-322 a. C.) fue un polímata: filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más de dos milenios.

Busto de Aristóteles en Roma
Así definía Aristóteles la tiranía:
«La monarquía o sólo debe tener el nombre sin existir, o necesariamente existe debido a la gran superioridad del que reina; de modo que la tiranía, que es el peor régimen, es el más alejado de una constitución; en segundo lugar está la oligarquía, pues la aristocracia dista mucho de este régimen, y la más moderada es la democracia»

Alejandro Magno y Aristóteles
Platón y Aristóteles, por Raffaello Sanzio
 (detalle de La escuela de Atenas, 1509).
La tiranía 

(Del griego τύραννος o tyrannos: amo o señor ), en el sentido que se dio al término en la Grecia antigua, era el régimen de poder absoluto, de ordinario unipersonal, que con frecuencia instauraba el tirano, que era aquel o aquellos que habían derrocado el gobierno de una ciudad-estado, normalmente gracias al apoyo popular, pero también mediante un golpe de estado militar o una intervención extranjera.

Así, el tirano ocupaba el poder no por derecho, sino por la fuerza. Para la mentalidad moderna, la tiranía se identifica con un uso abusivo y cruel del poder político que se ha usurpado, pero entre los antiguos griegos, sin embargo, el término no estaba tan cargado de connotaciones peyorativas, y a menudo tenía mucho que ver con la demagogia y el populismo. Para los griegos incluso el término tuvo en principio una connotación positiva y muchos tiranos eran queridos y muy populares entre los ciudadanos de las polis, la metrópolis y las menores que eran administradas por éstas. Con el tiempo las tiranías se convirtieron en un sistema político muy recurrente por autoritaristas que se apoyaban en la nobleza de la ciudad para hacerse con el poder, momento en el cual empezó a odiarse e identificarse con la tiranía moderna. El Tirano también puede ocupar el poder sin la fuerza, con apoyo popular.
La tiranía en Sicilia tuvo connotaciones particulares y se prolongó más a causa de la amenaza cartaginesa, lo que facilitó la ascensión de caudillos militares con amplio apoyo popular. Tiranos sicilianos como Gelón, Hierón I, Hierón II, Dionisio el Viejo y Dionisio el Joven mantuvieron cortes fastuosas y fueron mecenas culturales. Se ha señalado que entre los siracusanoss se atribuía el origen etimológico de la palabra "tirano" (bien erróneamente, bien como un juego de palabras), al gentilicio "tirreno", que era el que aplicaban a los etruscos, otros de sus enemigos

Dionisio I 

(En griego antiguo Διονύσιος, Dionýsios, c. 430-367 a. C.), apodado Dionisio el viejo, fue tirano de Siracusa desde el año 405 a. C. hasta su muerte. Durante su gobierno consolidó el poderío de Siracusa entre las colonias griegas de la Magna Grecia enfrentándose a la influencia de Cártago en Sicilia. A su muerte le sucedió su hijo Dionisio II.

Tetradracma siracusano (c. 415-405 BC), luciendo a Aretusa y una cuadriga -  Dionisio I 

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