miércoles, 19 de noviembre de 2014

El arte bizantino - Arquitectura bizantina - Los mosaicos de la Basílica de Santa Sofía

El arte bizantino
Es una magia artística que se configura a partir del siglo VI, fuertemente enraizada en el mundo helenístico, como continuadora del arte paleocristiano oriental. En sus primeros momentos, Bizancio se consideró como el continuador natural, en los países del Mediterráneo oriental, del Imperio romano, siendo transmisor de formas artísticas que influyen poderosamente en la cultura occidental medieval. Los períodos del arte bizantino se ajustan, como es frecuente, a las grandes fases de su historia política.

Cristo Pantocrátor (Parte del Mosaico de la Deésis) El más famoso de los mosaicos bizantinos (siglo XII) de la Iglesia de la Sagrada Sabiduría (Hagia Sofia) conservado en Estambul (antigua Constantinopla).
Historia
En 395 Teodosio dividió entre sus hijos Arcadio y Honorio el Imperio romano; dejando a Arcadio el Imperio de oriente. Este hecho va a dar origen al que será el Imperio bizantino, que tiene ya como capital a Constantinopla, ciudad fundada por el emperador Constantino. Debido a su privilegiada situación y a la caída del Imperio romano de occidente en poder de los bárbaros, pronto será la capital cultural por excelencia en el mundo occidental. Así nace el arte bizantino como confluencia de los estilos griegos, helenísticos, romanos y orientales.

Desde comienzos del siglo V se va creando un lenguaje formal artístico propio y diferenciado del que se mantiene en el Imperio de Occidente. Más tarde, en la época de Justiniano I (527-565) se inicia la primera etapa específicamente bizantina: es la Primera Edad de Oro que comprende los siglos VI y VII, es la etapa de formación del arte bizantino en sus aspectos formales.
Después del período de la lucha de los iconoclastas, aunque pobre en monumentos, comienza, en torno al año 850, el arte bizantino medio o Segunda Edad de Oro que perdura hasta el año 1204, cuando Constantinopla es conquistada por los cruzados; en esta época esencialmente se consolidan los aspectos formales y espirituales del arte bizantino; es la verdadera etapa creadora y definidora de la estética bizantina. Después del dominio europeo, con la dinastía de los Paleólogos, se da paso a la Tercera Edad de Oro que se centra en el siglo XIV y que finaliza con la toma de Constantinopla en el año 1453. Después, el arte bizantino florece en los países eslavos, Rusia y sureste de Europa, transmitiéndose hasta nuestros días a través del Monte Athos. El arte bizantino se dividió en cuatro grandes etapas:
  • Primera Edad de Oro Bizantina: 527 - 726, año en el que aparece la querella iconoclasta. La época dorada de este arte coincide con la época de Justiniano. Para saber más, pincha aquí 
  • La querella iconoclasta se prolongó entre los años 726 - 843 y enfrentó a los iconoclastas contra los iconódulos y fue tan violenta que produjo una crisis artística acentuadísima, especialmente en el arte figurativo.
  • Segunda Edad de Oro Bizantina: 913 - 1204, momento en que los cruzados destruyen Constantinopla.
  • Tercera Edad de Oro Bizantina: 1261 - 1453, cuando los turcos toman Constantinopla.
Arquitectura bizantina
En la Primera Edad de Oro, época de Justiniano I, siglo VI, se realizan las más grandiosas obras arquitectónicas que ponen de manifiesto los caracteres técnicos y materiales, así como el sentido constructivo que caracteriza el arte bizantino de este período. Del mundo romano y paleocristiano oriental mantuvo varios elementos tales como materiales de ladrillo y piedra para revestimientos exteriores e interiores de mosaico, arquerías de medio punto, columna clásica como soporte, etc. Pero también aportaron nuevos rasgos entre los que se destaca la nueva concepción dinámica de los elementos y un novedoso sentido espacial y, sobre todo, su aportación más importante, el empleo sistemático de la cubierta abovedada, especialmente la cúpula sobre pechinas, es decir, triángulos esféricos en los ángulos que facilitan el paso de la planta cuadrada a la circular de la cúpula. Estas bóvedas semiesféricas se construían mediante hiladas concéntricas de ladrillo, a modo de coronas de radio decreciente reforzadas exteriormente con mortero, y eran concebidas como una imagen simbólica del cosmos divino.
La primera obra cristiana, del primer tercio del siglo VI, es la Iglesia de San Sergio y San Baco, en Constantinopla (527-536), edificio de planta central cuadrada con octógono en el centro cubierto medio maricoiante cúpula gallonada sobre ocho pilares y nave en su entorno. En la primera mitad del siglo V, corresponde la iglesia rectangular con dos cúpulas de la Santa Paz o de Santa Irene, también en Constantinopla. 

Pero la obra cumbre de la arquitectura bizantina es la Iglesia de Santa Sofía, iglesia de la divina sabiduría, dedicada a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, entre los años 532 y 537, siguiendo las órdenes directas del emperador Justiniano I. También fue importante la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla, proyectada como mausoleo imperial e inspirada en la iglesia de San Juan de Éfeso, ofrecía un modelo de planta de cruz griega con cinco cúpulas ampliamente imitada en todo el mundo bizantino, por ejemplo en la famosa iglesia bizantina de San Marcos de Venecia, obra del siglo XI.
La iglesia de Santa Irene (en turco Aya Irini Kilisesi, griego Αγία Ειρήνη, esto es, Hagia Irene) es una iglesia ortodoxa que está situada en el primer patio del Palacio de Topkapı en Estambul, Turquía. 
Iglesia de Santa Irene
Iglesia de Santa Irene
La Iglesia de San Sergio y San Baco , conocida en turco como mezquita Pequeña Santa Sofía (Küçuk Ayasofya Camii) es una mezquita de Estambul que tiene su origen en una iglesia ortodoxa dedicada a San Sergio y San Baco en Constantinopla, que se convirtió en templo musulmán durante el imperio otomano. El edificio bizantino con una cúpula central fue erigido en el siglo VI siendo el modelo en el que se inspiraron para la construcción de Santa Sofía por lo que es conocida también con el nombre de Pequeña Santa Sofía. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura bizantina temprana de Estambul.
La Iglesia de San Sergio y San Baco
Un detalle de la columnata.
Los mosaicos de la Basílica de Santa Sofía fueron cubiertos por una gruesa capa de cal en el siglo XVIII (corrieron la misma suerte que los de la mezquita de Damasco). A mediados del XIX Adbülmecit encargó la restauración de la basílica devolviéndolos a la luz, pero no se restauraron hasta 1.935, año en que la basílica fue transformada en museo. Para llegar a ellos es necesario subir a la galería. Se accede a ella por una empinada rampa en zigzag en la parte norte del nártex (atrio) interior.
Cristo entre la Virgen María y Juan el Bautista.


El más destacado es una Déesis del siglo XIII. Cristo entre la Virgen María y Juan el Bautista. Es impresionante ver la perfección en los cabellos, las manos y los rostros conseguidas con las pequeñas teselas hace más de siete siglos.
La Déesis
Principalmente empleada en el Arte bizantino y posteriormente en el Románico, Gótico y en el Ortodoxo, generalmente la Déesis (en griego, δέησις), "plegaria" o "súplica", es una representación iconográfica tradicional de Cristo en Majestad o Cristo Pantocrátor entronizado, llevando un libro y flanqueado por la Virgen María y San Juan Bautista, acompañado a veces por ángeles y santos. En otras ocasiones, también se representa a Cristo en la Cruz, pero siempre acompañado de la su Madre y de San Juan Bautista.
Tanto la Virgen María como San Juan Bautista y otros personajes que pueden acompañarlos tienen sus rostros mirando a Cristo con sus manos en posición de súplica en nombre de la humanidad. 
Mosaico de Zoé - Cristo entre la emperatriz y su tercer marido, Constantino
Este mosaico fechado entre 1028 y 1042 está flanqueado por Constantino IX Monómaco y la emperatriz Zoé. Él es el último emperador de la dinastía macedónica, y porta un apokombion, (bolsa con monedas) mientras que la emperatriz lleva un rollo con privilegios, donde se enumeran las donaciones al templo. Sus trajes son muy lujosos.
Constantino IX Monómaco, tercer marido de Zoé  cuando la emperatriz tenía 60 años. Por lo que evidentemente el artista la ha tratado muy bien.  ¿Por qué?, ¿vanidad? ¿Hacerle la pelota? No. El historiador Whittemore afirma que antes de Constantino allí se retrató al primer marido de Zoé, Romano III (1028-1034) por eso la juventud de Zoé.
La curiosidad es que la emperatriz se casó tres veces y con cada matrimonio mandó modificar la cabeza y las inscripciones de la figura de su esposo.
Mosaico Conmeno con la Emperatriz Irene y Juan II Comneno, del año 1.122
Mosaico Sunu
Data del siglo X y se encuentra en la actual puerta de salida, antes entrada de los emperadores. Fueron descubiertos durante una restauración acometida en 1849.
Presenta a la Virgen María y el niño con manto azul como es costumbre en Bizancio para Jesucristo y la Virgen (¿influencia egipcia?). Rodeada por los monogramas MP OY Madre de Dios (Mater Theoi). A su izquierda Constantino el Grande fundador de Constantinopla con una maqueta de la ciudad, y al lado una inscripción. “Gran emperador Constantino de los Santos“. A la derecha Justiniano con una maqueta de la basilica de Santa Sofía.
Si quieres saber más de la Iglesia de Santa Sofia pincha aqui
Iglesia de Santa Sofia 
No fue Constantinopla el único foco importante en esta primera Edad de Oro de Bizancio, es menester recordar el núcleo de Rávena (capital del Imperio bizantino en Occidente desde el siglo VI hasta el siglo VIII), el exarcado occidental situado en el nordeste de la península italiana, en las riberas del mar Adriático, junto a Venecia. Las iglesias bizantinas de Rávena presentan dos modelos: uno de clara inspiración constantinopolitana relacionada con la iglesia de los Santos Sergio y Baco, la de iglesia de San Vital en Rávena (538-547), en la que, igualmente que su modelo, es de planta octogonal con nave circundante entre los elevados pilares y con una prolongación semicircular en la cabecera, delante del ábside del presbiterio; en los pies tiene un amplio atrio con torres laterales. En esta iglesia de San Vital están ya prefigurados los rasgos más característicos de la estilística en la arquitectura medieval de Occidente, sobre todo en los que se refiere al sentido vertical de la construcción en detrimento de la horizontalidad precedente. Las otras iglesias bizantinas de Rávena tienen influencia paleocristiana por su estructura basilical con cubierta plana. Son la iglesia de San Apolinar in Classe y la iglesia de San Apolinar Nuovo, ambas de la primera mitad del siglo V y con destacados mosaicos.


La iglesia de San Vital en Rávena.

San Apolinar in Classe 
Si quieres saber mas sobre:
  • Monumentos paleocristianos de Rávena - San Apolinar Nuevo - San Apolinar in Classe - San Juan Evangelista. Pincha aquí
  • Los mosaicos de Justiniano - Mausoleo de Teodorico - El Baptisterio arriano. Pincha aquí
  • Justiniano I el Grande - Teodora – Ravena pincha aquí
En la Segunda Edad de Oro predominan las iglesias de planta de cruz griega con cubierta de cúpulas realzadas sobre tambor y con una prominente cornisa ondulada en la base exterior. Este tipo nuevo de iglesia se plasma en la desaparecida iglesia de Nea de Constantinopla (881), construida por Basilio I. A este mismo esquema compositivo corresponde la catedral de Atenas, la iglesia del monasterio de Daphni, que usa trompas en lugar de pechinas, y los conjuntos monásticos del Monte Athos en Grecia.

Catedral de Atenas
Monasterio de Daphni
El monasterio ortodoxo fue fundado a principios del siglo VI en el santuario de Apolo en Daphni que fue destruido por los godos en 395. Se reutilizaron las columnas jónicas del antiguo templo. El hecho es que hoy en día no queda más que una, las demás fueron trasladadas a Londres por Lord Elgin.La iglesia principal es un monumento del siglo XI del arte bizantino.
Los mosaicos de la primera mitad del siglo XI del monasterio de Hosios Loukas, Daphni, Grecia; el bautismo de Jesús
 Monasterio de Daphni
En Italia descuella la anteriormente citada basílica de San Marcos de Venecia, del año 1063, planta de cruz griega inscrita en un rectángulo y cubierta con cinco cúpulas sobre tambor, una sobre el crucero y cuatro en los brazos de la cruz, asemejándose en su estructura a la desaparecida iglesia de los Santos Apóstoles de Constantinopla. En esta Segunda Edad de Oro el arte bizantino se extendió a la zona rusa de Armenia, en Kiev se construye la iglesia de Santa Sofía en el año 1017, siguiendo fielmente los influjos de la arquitectura de Constantinopla se estructuró en forma basilical de cinco naves terminadas en ábsides, en Novgorod se levantan las iglesias de San Jorge y de Santa Sofía, ambas de planta central.

Catedral de Santa Sofía

Durante la Tercera Edad de Oro, entre los siglos XIII y XV el arte bizantino se sigue extendiendo por Europa y Rusia, predominando las plantas de iglesias cubiertas mediante cúpulas abulbadas sobre tambores circulares o poligonales. A esta etapa corresponden en Grecia la iglesia de los Santos Apóstoles de Salónica, del siglo XIV, la iglesia de Mistra, en el Peloponeso, y algunos monasterios del Monte Athos. Asimismo se multiplican los templos bizantinos por los valles del Danubio, por Rumania y Bulgaria, llegando hasta las tierras rusas de Moscú donde sobresale la iglesia de la Asunción del Kremlin, en la Plaza Roja, realizada en tiempos de Iván el Terrible (1555-1560), cuyas cinco cúpulas, la más alta y esbelta en el crucero y otras cuatro situadas en los ángulos que forman los brazos de la cruz, resaltan por su coloración, por los elevados tambores y por su característicos perfiles bulbosos.

La iglesia de Mistra, en el Peloponeso

La iglesia de la  Asunción del Kremlin, en la Plaza Roja

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