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Su tercer matrimonio con Isabel de Valois (1546-1568) tuvo lugar el 22 de junio de 1559. Tuvieron cinco hijas:
Su tercer matrimonio con Isabel de Valois (1546-1568) tuvo lugar el 22 de junio de 1559. Tuvieron cinco hijas:
- Dos niñas gemelas (agosto de 1564), aborto espontáneo.
- Isabel Clara Eugenia (1566-1633), casada con su primo hermano, el archiduque Alberto de Austria.
- Catalina Micaela (1567-1597), casada con Carlos Manuel I, duque de Saboya.
- Juana (3 de octubre de 1568), murió a las pocas horas de nacer.
El 18 de marzo de 1585 Catalina contrajo matrimonio con Carlos Manuel I de Saboya, duque de Saboya, eligiendo Zaragoza como sede del enlace. Tras la boda y acompañados por Felipe, se trasladó la pareja a Barcelona donde embarcaron rumbo a los Estados del duque en Italia. Nunca más volvió Catalina a ver a su familia, dando a su padre los únicos nietos de los que tuvo noticia por la continua correspondencia mantenida entre ambos, aunque nunca tuvo la oportunidad de conocerlos.
Murió en 1597 a causa de un mal parto a la edad de treinta años. Se dice que su deceso aceleró el fin de su padre, el rey Felipe II.
El matrimonio tuvo diez hijos
Carlos Manuel I (12 de enero de 1562 - 26 de julio de 1630), llamado el Grande, y el Jorobado, fue Duque de Saboya desde 1580 hasta 1630. También fue apodado Bioca d' feu («Cabeza de fuego») por sus marcadas actitudes militares.
La hija predilecta de Felipe II
Primogénita de Felipe II, Isabel Clara Eugenia vivió gran parte de su vida al lado de su padre, de quien fue, sin duda, una hija predilecta. Mujer culta e inteligente, fue la fiel mano derecha del monarca hasta que su destino la llevó a Flandes, donde intentaría restablecer una difícil paz de la mano de su esposo el Archiduque Alberto.
Sánchez Coello, Alonso
Benifairó del Valls, Valencia, 1531/32 - Madrid, 1588
Cuando contaba unos diez años de edad, Alonso Sánchez Coello se trasladó con su familia a Portugal, donde empezó su educación artística. Conocedor del talento del joven, el rey portugués Juan III le costeó en 1550 un viaje a Flandes para que completara allí su formación. En tierras flamencas, el pintor estuvo al servicio del cardenal Granvela y fue discípulo de Antonio Moro. Al regresar a Lisboa, hacia 1552, es probable que comenzara a trabajar para el príncipe Juan Manuel de Portugal y su esposa doña Juana, hermana de Felipe II. Cuando esta quedó viuda, regresó a España para asumir el gobierno durante la ausencia de su hermano y, poco después, en torno a 1555, Sánchez Coello le llevó a la corte, entonces en Valladolid, un retrato de su hijo, el futuro rey Sebastián de Portugal. El pintor ya no regresó a Portugal. En Valladolid realizó los primeros retratos del príncipe Carlos, hijo de Felipe II, y hacia 1560 contrajo matrimonio con Luisa Reynalte, de familia de plateros. Ese mismo año fue nombrado pintor de cámara de Felipe II, puesto que ocupó hasta su muerte, acaecida en 1588 en Madrid, ciudad en la que residió desde 1561, cuando se estableció en ella la corte. A lo largo de su carrera, Sánchez Coello se dedicó fundamentalmente al retrato, aunque también realizó obras religiosas como el retablo de la iglesia de El Espinar en Segovia (1574-1577) y algunas parejas de santos para los altares de la basílica de El Escorial (1580-1582).
Ocupa un puesto fundamental dentro de la historia de la pintura española, pues fue el iniciador del género retratístico en la península, introduciendo el modelo definido por Antonio Moro para representar a los miembros de la casa de Austria
Pantoja de la Cruz, Juan. Valladolid, ca. 1553 - Madrid, 1608. Juan Pantoja de la Cruz fue pintor de obras religiosas, bodegones y algunos frescos. Comenzó su trayecto como retratista en el reinado de Felipe II, tras ser colaborador de Alonso Sánchez Coello en el período final del valenciano y teniendo una formación previa en otras cortes europeas, donde las influencias de Antonio Moro habían calado profundamente. En sus mejores trabajos impuso un sello inconfundible de sofisticación y abstracción geométrica, con un sentido teatral de la iluminación que le hacía envolver las figuras en poderosos contrastes de luces y sombras. Pantoja empezó a pintar para la corte a mediados de la década de 1580, aunque hasta 1596 no fue nombrado pintor de cámara. A partir del ascenso al trono de Felipe III, el vallisoletano se convirtió en el retratista más representativo del período, con una especial dedicación a los encargos más personales de la reina Margarita: muchas efigies de niños y retratos "a lo divino", aquellos en que colocaba los rostros de la familia real en personajes de la historia sagrada y el santoral cristiano. Para tanto trabajo, contó con un gran taller en el que se formó un buen número de los pintores que dieron continuidad a las rígidas fórmulas retratísticas de la corte española desde mediados del siglo XVI.Felipe II sólo tenía un hijo, Don Carlos. Lo que hacía necesario otro varón para asegurar la dinastía, sobre todo debido a las constantes muertes prematuras de los infantes. Pero el nacimiento de una hija, lejos de defraudar al monarca, fue para él una alegría.
Alonso Sánchez Coello (–1588) |
Felipe II encomendó la educación de las niñas a su hermana Juana. Desde el primer momento fue acogida con cariño por sus sobrinas a las que dio una educación espiritual acorde con las ideas contrarreformistas de la época.
Una prima como madrastra
El rey, viudo por tres veces, y con dos hijas como descendencia, debía volver a casarse. Su elección recayó en Ana de Austria, hija de su propia hermana, la Emperatriz María. La llegada de la nueva reina fue una alegría para las niñas y para el reino, pues dio a Felipe cinco herederos. Aunque la alegría duraría muy poco.
Madre de sus hermanastros
En 1580, Isabel Clara Eugenia lloró la muerte de Ana de Austria. Con su padre en Portugal, resolviendo el litigio de su propia herencia, la joven infanta tuvo que hacerse cargo de los pequeños huérfanos. A su lado aun estaba su querida hermana Catalina Micaela. Durante estos años el rey tuvo una abundante correspondencia con sus dos hijas mayores en las que se muestra como un padre afectuoso y preocupado por sus hijos más que como un frío y dominador monarca.
Candidata al trono de Francia
El 2 de agosto de 1589 falleció asesinado el rey Enrique III de Francia. Entonces Felipe II realizó toda una serie de gestiones políticas, reclamando la corona de Francia para su hija Isabel Clara Eugenia. Los derechos de Isabel Clara Eugenia al trono de Francia, reclamado también por el hugonote Enrique IV, provenían de ser nieta por parte de madre de Enrique II de Francia y sobrina de Enrique III de Francia, hermano de Isabel de Valois y que no tenía descendientes directos.
Sin embargo, Francia estaba regida por la Ley Sálica, e Isabel de Valois había renunciado a sus derechos al trono con motivo de su matrimonio con Felipe II. Las gestiones de Felipe II provocaron el efecto contrario: unir a los católicos y hugonotes franceses en contra de un soberano extranjero, facilitando la ascensión al trono de Enrique IV y el fin de las Guerras de religión de Francia.
Gobernadora de los Países Bajos
En 1598 Felipe II otorgó como dote a Isabel Clara Eugenia los Países Bajos españoles y el ducado de Borgoña en su próximo matrimonio con su primo hermano el archiduque Alberto de Austria, nieto de Carlos I de España, quedando ambos como soberanos de dichos territorios. Felipe II trató así de resolver el problema generado por la insurrección de los Países Bajos, que dio lugar a la guerra de los Ochenta Años, mediante el establecimiento de una rama autóctona de los Habsburgo.
En 1621 falleció Alberto de Austria y, al no haber hijos sobrevivientes del matrimonio, los Países Bajos volvieron a la corona española. Isabel Clara Eugenia mantuvo el cargo de gobernadora y residió allí durante el resto de su vida, alternando éxitos, como el de la toma de Breda en 1625, con fracasos y reveses, como la pérdida de Bolduque en 1629 y Mastrique en 1632.
Felipe IV de España, sobrino de Isabel Clara Eugenia, la apoyó en la gobernación de los Países Bajos hasta que ella falleció en 1633.
En 1598 Felipe II otorgó como dote a Isabel Clara Eugenia los Países Bajos españoles y el ducado de Borgoña en su próximo matrimonio con su primo hermano el archiduque Alberto de Austria, nieto de Carlos I de España, quedando ambos como soberanos de dichos territorios. Felipe II trató así de resolver el problema generado por la insurrección de los Países Bajos, que dio lugar a la guerra de los Ochenta Años, mediante el establecimiento de una rama autóctona de los Habsburgo.
En 1621 falleció Alberto de Austria y, al no haber hijos sobrevivientes del matrimonio, los Países Bajos volvieron a la corona española. Isabel Clara Eugenia mantuvo el cargo de gobernadora y residió allí durante el resto de su vida, alternando éxitos, como el de la toma de Breda en 1625, con fracasos y reveses, como la pérdida de Bolduque en 1629 y Mastrique en 1632.
Felipe IV de España, sobrino de Isabel Clara Eugenia, la apoyó en la gobernación de los Países Bajos hasta que ella falleció en 1633.
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