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El Dr. Emilio Quintanilla Martínez dedicó su tesis a la protección del patrimonio en Navarra durante el Siglo XIX mediante la Comisión de Monumentos, época especialmente delicada por la sucesión de guerras. Así conoció la existencia de la píxide, pero la buscó en el Catálogo Monumental de Navarra y no aparecía. “Me dije: otra pieza que falta”. Fue después cuando topó con ella en Nueva York y más tarde, estando en la biblioteca de la Universidad de Oxford un verano, recopiló mucha más información.
La primera referencia bibliográfica a la píxide la realizó Madrazo en el año 1886, aunque no pudo examinarla al detalle. Después la investigaron más expertos cuando ya pertenecía a la colección de John Pierpont Morgan.
Después, la píxide ha sido estudiada cuando ya se encontraba en la colección de John P. Morgan, en primer lugar por E. Baldwin Smith, que la fecha en el siglo VI, establece su origen alejandrino-copto y estudia su iconografía en relación con otras representaciones eucarísticas. Más tarde, Joseph Breck realizó un estudio sobre los marfiles anteriores a la época gótica existentes en la colección
Morgan, incluyendo la píxide de San Pedro de la Rúa aunque sin citar su procedencia, clasificándola como egipcia o siria, con más probabilidades a favor de Egipto y la data también en el siglo VI. En 1949 Helmut Schlunk escribía en la sección de Varia de Archivo Español de Arqueología una reseña de la exposición sobre arte bizantino y paleocristiano celebrada en la Galería Walters de Baltimore dos años antes, con motivo del bicentenario de la fundación de la Universidad de Princeton. Con respecto a los objetos de procedencia española, menciona la píxide de San Pedro de la Rúa, cita a Madrazo, la clasificación hecha por Edward Capps y publica una fotografía, dándola así a conocer en nuestro país, aunque sin ningún eco. Reconoce la procedencia islámica de la tapa y anuncia un artículo que habría de publicarse en la Revista Príncipe de Viana, que, desgraciadamente, no llevó a cabo. El origen de las píxides se remonta a la época de la Grecia arcaica, y eran en principio pequeñas cajas cerámicas, normalmente de sección circular, vasos con tapa, que se utilizaban para guardar cosméticos. La cultura cristiana adoptó estas formas para contener objetos relacionados con el culto divino, realizándose en marfil por ser su forma cilíndrica muy adecuada para aprovechar una sección del colmillo del elefante. Se utilizaron como recipiente de incienso y, sobre todo, como hostiarios. Más tarde se usaron también para contener reliquias como ocurrió con la que nos ocupa, cuya finalidad eucarística parece clara por el tema que se desarrolla en su superficie, y que luego fue reutilizada en Estella como relicario.
Píxide de marfil de forma cilíndrica (9 x 11,5 cm.) En el cilindro exterior se representa la escena de la Multiplicación de los panes y los peces. La tapa se decora con motivos geométricos |
La píxide de San Pedro de la Rúa está decorada con una representación del pasaje neotestamentario de la Multiplicación de los panes y los peces. Esta escena fue relatada por los cuatro Evangelistas, aunque se suele seguir la narración de San Juan por ser la más completa de todas ellas y la que incorpora más elementos descriptivos. Centra la composición la figura de Cristo entre dos apóstoles, al que se representa joven, imberbe, sin nimbo, sentado en un trono, vestido con túnica y pallium y calzado con caligae. Extiende el brazo derecho y toca el pan que le presenta un apóstol. Con la mano izquierda empuña un centro enhiesto rematado por una cruz de brazos iguales y otra incisa en su interior, y sujeta la punta del pallium que cae diagonalmente sobre su regazo. El trono es de respaldo recto, tiene un amplio almohadón en el asiento y dos elementos anchos verticales que pueden ser las patas del trono o quizás, por su forma, dos cestos. Ambos apóstoles aparecen vestidos de la misma manera, como el resto de las figuras, y se distinguen pos su barba, terminada en pico en el de la izquierda y cuadrada el de la derecha, cabellos lisos, cortos, aplastados y peinados en líneas paralelas.
¿Cómo llego la píxide a San Pedro de la Rúa? Según el estudio de Emilio Quintanilla, el origen es incierto aunque bien podría estar relacionado con el Camino de Santiago, al ser Estella un punto importante de esta ruta de peregrinación. ¿Cómo llegó al Metropolitan de Nueva York? Un punto clave del estudio revela que mientras se realizaba una investigación sobre las actividades de la Comisión de Monumentos de Navarra, se encontraron -entre los documentos- fotografías y correspondencia de los miembros de la comisión que intentaban averiguar el destino de la píxide, que ya no estaba en San Pedro en 1911. Parece ser que “a principios del siglo XX, aprovechando la falta de medios legales para evitarlo y dentro de unas condiciones propicias para la venta de bienes eclesiásticos, fue vendida por la parroquia estellesa y pasó a formar parte del coleccionista John P. Morgan y luego a los fondos del Metropolitan Museum de Nueva York, que se nutre de varias piezas de dicho coleccionista”.
Uno de ellos se agacha para aprovechar el sitio más reducido del que dispone, pues está limitado por el espacio necesario para poner la cerradura de la caja |
Dr. Emilio Quintanilla Martínez
Licenciado en Geografía e Historia (Sección Arte) por la Universidad de Sevilla, y doctor en Historia por la de Navarra, es profesor Asociado del Departamento de Historia del Arte, y viene impartiendo desde 1987 la asignatura de Historia del Arte Español en el Instituto de Lengua y Cultura Españolas de la Facultad de Filosofía y Letras. También ha ejercido la docencia en la Facultad de Ciencias de la Información y en la de Geografía e Historia de la Universidad de Navarra; en el Museo Camón Aznar de Zaragoza, en la Sociedad de Estudios Vascos y, sobre todo, desde 1991 hasta la actualidad, en la Fundación Caja Navarra, en los Cursos de Humanidades, de los que también es director.
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