domingo, 22 de noviembre de 2020

AMÉRICA LATINA ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO - CULTURA CHAVÍN PERÚ: CHAVÍN DE HUANTAR - Arquitectura Chavín - Obelisco Tello - Estela Raimondi - El teatro del más allá. Chavín de Huántar

AMÉRICA LATINA ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO - Periodo Formativo 1.500 a.C 292 d.C - Olmecas (Mesoamérica) Chavin (Perú) - El juego para los olmecas - Bloque de Cascajal - El calendario olmeca, pincha aqui

Chavín de Huántar es un sitio arqueológico (o monumento arqueológico) ubicado en el distrito de Chavín de Huántar, provincia de Huari, departamento de Áncash, en el Perú. Declarado como Patrimonio de la Humanidad en 1985. Se ubica a 462 km al noroeste de Lima y a 86 km de Huaraz, a una elevación de 3177 m s. n. m., en la Sierra Oriental de Áncash al este de la Cordillera Blanca. El complejo se ubica en la confluencia de los ríos Huacheksa y Mosna, en la cuenca alta del río Marañón, que fue un punto de paso preinca desde la costa hacia la selva, lo que propició su crecimiento e importancia en la recolección de insumos y tránsito de bienes.

El sitio arqueológico de Chavín ha dado su nombre a la cultura que se desarrolló entre los años 1500 y 300 a.C. en el alto valle de los Andes peruanos en el que se encuentra. La arquitectura de este conjunto monumental de plazas y amplias terrazas rodeadas por construcciones de piedra labrada, así como su ornamentación en gran parte zoomorfa, dan un aspecto impresionante a este lugar de culto, que es uno de los sitios precolombinos más célebres y antiguos.

El Huascarán o Mataraju —orónimo en quechua; traducido respectivamente al español como ‘Nevado sobre el pueblo de Huashco’ o ‘Nevados gemelos’— es la montaña nevada granítica culminante de los Andes peruanos, con una altitud oficial de 6757 m s.n.m. (metros sobre el nivel del mar) según la última medición de 2017.
El paraíso del Callejón de Huaylas, es la morada de los dioses. Ahí vive el dios supremo Inti, junto a su hija Huandoy. Huandoy es hermosa, tierna y dulce como una flor. Su padre deseaba casarla con un dios joven con virtudes y belleza similares a las de su hija. Pero en el corazón de este profundo valle, se alzaba el poblado de Yungay, allí vivía un joven apuesto y gentil, el príncipe Huascaran. Un día los caminos de Huandoy y Huascaran se cruzaron; los ojos del joven se quedaron prendados de la graciosa figura de la muchacha, ella al notar su presencia, abandona su hilado y deja de cantar. Se levanta de un salto y se queda inmovilizada, jamás antes había visto alguien tan hermoso, pese a su condición de mortal. Se enamoraron profundamente. Las visitas a escondidas, la pasión y el deseo encendía sus jovenes corazones. Y así fueron pasando los días, los amantes no tenían ojos para el mundo, salvo para su amor. El gran dios Inti, no se imaginaba que su hija pudiera estar enamorada de un mortal, cuando se entero su corazón se lleno de ira , salían destellos de luz de sus orejas del enfado que tenía. Dejo sin embargo, que su rabia se apaciguara antes de hablar con su hija y le pidio que dejara de ver a Huascaran, ya que un mortal no podía estar con una diosa. Pero la pasión que sentían los jovenes era sorda a cualquier suplica y continuaron viéndose a escondidas. Al poco tiempo, fueron nuevamente sorprendidos por Inti; esta vez el dios no pudo contener la ira que sentía y maldijo a la pareja. Condenó a los jovenes a vivir separados toda la eternidad. Convirtió a Huandoy en una inmensa montaña, separada por un profundo valle del joven príncipe mortal, convertido también en montaña, pero de una dimensión aún mayor. El dios Inti colocó nieve perpetua en las cimas para calmar su pasión. Entre ambas montañas se formó, de las lagrimas de los amantes un inmenso lago llamado Llanganuco. Estas son las montañas más altas de todo el Perú.

Arquitectura Chavín

La Arquitectura Chavín la podemos observar en la construcción de edificios que crearon en base a grandes rocas de hasta 10 toneladas de peso, obra que debió requerir un gran número de hombres en largas jornadas que se encargaron del transporte y tallado de las mismas.


Sus estructuras son piramidales que fueron construidas por etapas o también llamadas ampliaciones, levantando sus muros con grandes rocas que servían como base y columnas para luego incluir pequeñas piedras que añadieron estabilidad con ayuda de arcilla.

Estas estructuras contaban con pequeñas ventanas que unían las salas con los pasadizos y servían como conducto de ventilación que llegaban hasta el exterior.

La plaza circular era de acceso restringido y reservado solo para los sumo sacerdotes, que lo utilizaban en sus ceremonias para comunicarse con los dioses.


Ingeniería Hidráulica en la Arquitectura Chavín

El templo poseía canales de agua que representan una colosal obra de ingeniería hidráulica, con drenajes y conductos de uso religioso.


El proceso de construcción fue realizado con mucho detalle y sobre todo con una gran visión de lo que querían lograr, ya que los conductos de agua subterráneos que llegan a contarse cerca de 10 kilómetros fueron realizados de manera previa a toda la construcción posterior de los pasajes, salas y plazas que construyeron posteriormente por encima de ellos.


Los Sonidos en la Arquitectura Chavín

Incluso se ha podido descubrir que además de obviamente conducir el agua a través de los ductos subterráneos, también habían buscado la manera de manipular el transporte del agua a través de estos ductos, permitiendo así generar sonidos de gran intensidad en zonas específicas del templo, se cree que con el fin de asustar o manipular también a los peregrinos en su proceso de iniciación, que considerando el tipo de estructura cerrada, el nivel de eco que podía generarse pudo llegar a niveles realmente insoportables.


Otro sonido que viajaba a través de los ductos y los pasadizos era el que se generaba gracias a los pututus, que eran instrumentos que producían un sonido característico a partir del trabajo de las caracolas. Considerándose el sonido de los pututus como el sonido de los dioses, convirtiendo todo el templo como una gran caja de resonancia, realmente una joya de la arquitectura para esa época.

E inclusive se encontraron orificios en el templo que servían como filtros que limitaban otros sonidos que estuvieran en la frecuencia de la que se generaba a través del pututu. 

La organización social y política de la Cultura Chavín estaba basaba en la teocracia, es decir, es la forma de gobierno en donde la religión y el gobierno se encuentran fuertemente involucrados, en donde las políticas de gobierno se encuentran muy influenciadas por los líderes religiosos.

En el caso de la cultura Chavín, la religión se regía por conocimientos acerca del clima, el ambiente y la astronomía. Siendo estos los grandes influenciadores para la organización social y política del pueblo.

En la época arcaica no había divisiones culturales ni sociales en los pueblos, sin embargo con la aparición de templos, creencias y la religión, apareció una clase de sacerdotes con mayor poder a diferencia de los demás pobladores, apareciendo la desigualdad.

Encontrando 3 clases sociales como:

Los Sacerdotes en la Organización Chavín
La clase social de mayor jerarquía, esto debido al gran conocimiento de los 3 ámbitos que mencionamos anteriormente como el clima, el ambiente y la astronomía. Que a diferencia de las otras clases sociales este conocimiento les otorgaba un poder sobre los demás.

El Pueblo en la Organización Chavín
Es la clase social dominada por la anterior , de un perfil más obrero que se desempeñaban en las labores de agricultura y ganadería.

La Nobleza en la Organización Chavín
Era la clase social guerrera encargada de mantener el orden en la ciudad.

Obelisco Tello es una de las esculturas más representativas de la cultura Chavín. Un pilar de granito esculpido en sus 4 caras con figuras humanas, de felinos, aves, serpientes y plantas en una escultura bastante compleja.
  • Recibe este nombre por tener la forma de un “Obelisco” una forma prismática con un alto de 2.52 metros de alto y 32 centímetros de ancho en la base.
  • Encontramos la figura de un personaje desdoblado lateralmente o según la percepción se podría considerar que son 2 personajes a lo largo del todo el obelisco, que ha generado varias interpretaciones: Desde un Dios hermafrodita con un lado masculino y otro femenino, o la existencia y una doble divinidad.
  • Se encuentra esculpida por sus 4 caras .
  • Las figuras que se pueden percibir son representaciones humanas, de felinos, serpientes y aves, además de algunas plantas.
El obelisco chavín fue descubierto por un campesino llamada Trinidad Alfaro en el año 1907, él se encontraba trabajando la tierra para sus cultivos cuando de pronto grande resulta su sorpresa al encontrarse con los restos de una escultura de piedra de gran tamaño, la cual no tardó en desenterrar con ayuda de otros pobladores para luego llevarla a la puerta de la iglesia del pueblo.
Posteriormente, en 1919 la investigación fue designada a Julio C. Tello, quién se encargaría de nombrar a la escultura como “El Obelisco Tello”, además de no sólo estudiar el obelisco también se inició toda la investigación de la cultura chavín.


La estela del portador del cactus es un monolito o estela de una sola pieza, perteneciente a la cultura chavín del Perú antiguo (hacia 1200 a. C. a 400 a. C.) y que permanece en su emplazamiento original, en el lado noroeste de la plaza circular en el sitio arqueológico denominado centro ceremonial de Chavín de Huántar. Fue descubierta en la temporada de excavaciones de 1972 por el arqueólogo peruano Luis Guillermo Lumbreras. Es el hallazgo iconográfico más claro respecto al uso ancestral del cactus San Pedro (Echinopsis pachanoi) en los Andes.

El 2001 se encontró en la plaza circular un fragmento de otra estela que muestra una imagen espejo exacta de la estela del portador del cactus. Este fragmento sugiere que existían cuatro estelas con esta misma representación: dos en el cuadrante noreste y dos en el cuadrante sureste, todas mirando hacia la escalera que lleva la galería del Lanzón de Chavín.

El Cactus San Pedro (Echinopsis pachanoi) contiene mescalina y es utilizado como enteógeno en el curanderismo norteño en Perú.
Un enteógeno​ es una sustancia vegetal o un preparado de sustancias vegetales con propiedades psicotrópicas, que cuando se ingiere provoca un estado modificado de conciencia. Se utiliza en contextos espirituales, religiosos, ritualísticos y chamánicos además de usos recreativos o médicos.

Chavín de Huántar (Perú), 21 ago (EFE).- El uso de la alta tecnología, con pequeños robots todoterreno, ha permitido sacar a la luz posibles sacrificios humanos de hasta 3.000 años de antigüedad en el templo de Chavín de Huántar, en Perú, el primer gran centro de religioso y de peregrinación en la historia de Sudamérica.

Los "Chavín Rover", como fueron bautizados por el equipo de arqueólogos que los usó en una de las ruinas más antiguas de Perú, se adentraron por angostos conductos que comunican las galerías del complejo, que aún permanecen en gran parte ocultas, hasta llegar al hallazgo más importante de este sitio en los últimos cincuenta años.
Estos vehículos de tracción en las cuatro ruedas dirigidos por control remoto y equipados con cámaras y sistemas de iluminación llevaron a descubrir por primera vez entierros de la propia época Chavín, milenarias escenas funerarias intactas de los mismos hombres que construyeron el templo, algo de lo que no existía registro.

"Lo interesante es que no son gente de alto rango. Son gente probablemente sacrificada, pero eso está por ver con estudios posteriores", explicó a Efe el arqueólogo estadounidense John Rick, director desde hace casi 25 años de las excavaciones, que financian el Ministerio de Cultura de Perú, la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y la minera Antamina.

Al arqueólogo norteamericano le llamó poderosamente la atención la posición de los cuerpos, sepultados boca abajo con un cúmulo de piedras, lo que considera como un contexto "no muy honorable".
"Así resolvemos en parte el gran misterio de dónde enterraban en Chavín a sus muertos. No creo que fuera una costumbre hacerlo en las galerías pero de vez en cuando lo hicieron"

En opinión de Rick, para esta sociedad prehispánica y preincaica contemporánea con otras antiguas civilizaciones como el Antiguo Egipto fue clave su capacidad de usar la religión para crear una autoridad, cuya máxima deidad está representada en los relieves del sagrado lanzón monolito, tallado en el corazón del gran templo.
"Las autoridades y sacerdotes crearon experiencias en la arquitectura y en ritos con drogas psicoactivas y manipulación de sonidos y luz que los peregrinos no podían explicar sin recurrir a la idea de que los líderes de Chavín tenían acceso a poderes más altos", agregó.
Hasta ahora hay identificados 36 túneles o pasadizos que van bajo tierra y se comunican entre sí, pero el mapa de este laberinto está incompleto y para el director de las excavaciones todavía hay siglos de trabajo en estas ruinas donde aproximadamente cada 300 años se construían nuevos pasadizos, unos sobre otros.

Las Cabezas Clavas

Caracteristicas de la Escultura Chavin
La escultura de piedra Chavín fue una de las expresiones artísticas que más cautivó a los exploradores. Esta gozaba de una característica uniforme manifestada no sólo en la piedra sino en la escultura aplicada en conchas, huesos e incluso tejidos ornametales, destacando así como “el estilo chavín” que fue referencia para otras culturas pre incas.

De entre sus manifestaciones artísticas destacaron las cabezas clavas, que eran monolitos de piedra que fueron empotrados en las paredes del templo, las investigaciones han determinado diversos significados como la representación de los dioses con figuras antropomorfas, representación de sacerdotes o símbolos de protección frente a posibles ataques.

El lanzón monolítico chavín también es una de las principales esculturas que caracterizan a la cultura chavín. Esta escultura posee una forma de colmillo puntiagudo con cerca de 4 metros y medio de altura, fue descubierto por Antonio Raimondi y se cree que este lanzón fue utilizado con fines religiosos para la fase de iniciación.



Cabeza clava en su ubicación original, uno de los muros del Templo o Castillo de Chavín de Huántar.
Las cabezas clavas son monolitos escultóricos que representan a cabezas de seres míticos, pertenecientes a la cultura Chavín, una cultura arqueológica preincaica del Perú antiguo. Se hallaban empotradas en fila horizontal y en forma equidistante en los muros del Templo de Chavín de Huántar. Actualmente, solo una se mantiene en su lugar original. Se denominan clavas pues cada cabeza escultórica tiene una espiga o estructura alargada en su parte posterior, la misma que servía para fijarla en las concavidades de las paredes, a manera de clavos.

Agricultura Chavín
Tuvo como base la creación de canales de regadío, andenes y el arado a través de la chaquitaclla, instrumento económico y especialmente creado para desarrollarlo en cultivos de superficie accidentada como lo eran las montañas, cultivando papa, maíz, olluco, pallares, entre otras, que además de servir para la alimentación también serían para el truque.

Ganadería Chavín
Se dedicaron a la crianza de alpacas y vicuñas, de las cuales obtenían el máximo beneficio económico al utilizar al animal como transporte, su carne para la alimentación y su lana para la textilería.

Orfebrería Chavín
La orfebrería se trabajó con metales como el oro, la plata y el bronce a través de técnicas como el martillado y el repujado, con los cuales puedo crear piezas como brazaletes, pectorales, anillos, collares, entre otros

Textilería Chavín
Destacó por sus tejidos y tapices hechos en algodón y lana a través de técnicas como la red de malla, la gasa, el anudado, el trenzado y el calado. En las cuales mayormente representaban acciones cotidianas y sobre todo las representaciones de sus dioses.

Estela Raimondi es otro monolito de gran importancia en la Cultura Chavín. Recibiendo este nombre gracias al naturalista italiano Antonio Raimondi por ser quién la encontró y gestionó su traslado a Lima después de 13 años de ser hallada.


Fue el primer objeto que fue presentado con un estilo chavín ya definido y característico de esta cultura. Ésta estela se encuentra hecha de granito de 1,98 m de alto por 74 cm de ancho y 17 cm de grosor, que tiene tallado la representación de una divinidad antropomorfa con rasgos felinos.

En esta figura destacan sus grandes ojos desorbitados que según se cree es producto de los alucinógenos que se consumían en aquella época en los cultos religiosos, con los brazos abiertos, sosteniendo en cada mano una especie de báculos que se convierten en serpientes. Las manos y pies terminan en garras.
Según interpretaciones y contrates con otras investigaciones se cree que es el dios Wiracocha retratado en la Puerta del Sol que posteriormente también fue utilizado en la cultura Tiahuanaco, que también es representado con dos báculos.
A diferencia del lanzón chavín que fue encontrado en una sala del templo, la Estela Raimondi fue hallada fuera del templo, en la casa de un campesino que la utilizaba como mesa cuando Antonio Raimondi la encontró y dedujo por el gran trabajo de tallado que poseía que no se trataba de cualquier piedra, concluyendo así de la gran importancia que tenía esa estela para la historia de la cultura chavín. Siendo considerada como la pieza fundacional de la república.

Chavín de Huántar o la exhibición del poder sacerdotal

El documental ‘El teatro del más allá. Chavín de Huántar’, coproducción con Wanda Films y Odisea, se estrenó en el Canal Odisea y pudo verse en la Casa de América de Madrid  el  27 de junio del 2015 (El País)


A más de 400 kilómetros al noreste de Lima (Perú) y a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, hay un sitio arqueológico que hace tres milenios tuvo su época de esplendor. Se llama Chavín de Huántar y fue un centro ceremonial donde los sacerdotes recibían a peregrinos en busca de oráculos. Con sustancias alucinógenas y efectos sonoros bien planeados, manipulaban las percepciones de los recién llegados. Mediante esa estrategia, mantuvieron su autoridad durante 800 años sin necesidad de un ejército y no tardaron en consolidar la desigualdad social en los alrededores. Los detalles de la historia se cuentan en El teatro del más allá. Chavín de Huántar.

Dirigido por José Manuel Novoa (El señor de Sipan, La dama de Cao, El legado celta), la cinta se adentra en las profundidades de una de construcción de avanzadas técnicas de arquitectura e ingeniería y recrea las actividades litúrgicas que se realizaban en el lugar. “Conocí Chavín hace años y me interesó el sitio no sólo por ser una obra de arquitectura e ingeniería colosal e increíble, sino por su historia: la consolidación de la desigualdad que produjeron y el hecho de ser el primer gobierno teocrático en América del Sur. Es una construcción titánica en la que, sin duda, tuvo que intervenir mucha gente. Y, sin embargo, todo eso era principalmente un decorado. Un decorado para que los sacerdotes pudieran consolidar su poder, exhibiendo su contacto con los dioses. Y eso les permitió influir en las culturas posteriores, incluidos los Incas”, dice Novoa.
Este es el noveno film del experimentado documentalista sobre temas arqueológicos peruanos. “Un día de 1990 fui a Chiclayo con [el arqueólogo peruano] Walter Alba, quien iba con la pistola desenfundada. Porque era la época tremenda de Sendero Luminoso. Llegamos a una excavación, dio cuatro o cinco disparos al aire y los saqueadores de tumbas salieron como hormigas. Al ver aquello, dije: ¡este tío es Indiana Jones! Hombre, lo que tiene la arqueología, aparte de lo académico y científico, es un componente de aventura muy potente. También me parecieron increíbles los hallazgos de Walter y entonces pensé en rodar algo de arqueología. Lo primero que hice fue en el año 1999, Precursores del Inca, y luego otras tantas. Hasta llegar a esta”, cuenta el también periodista radiofónico.

Chavín es un decorado para que los sacerdotes pudieran consolidar su poder, exhibiendo su contacto con los dioses


Con planos aéreos rodados en la cordillera de los Andes, efectos en tercera dimensión y unidades de sonido ultrasensibles, El teatro del más allá cuenta con los testimonios de los destacados arqueólogos John Rick y Luis Lumbreras y la recreación de las ceremonias precolombinas de Chavín de Huántar. “Antes los documentales eran unos ladrillos. Si no sabías de arqueología, no podías ver eso. Hacer recreaciones con actores aproxima al espectador a lo que se está contando. Porque nos dirigimos a todos los públicos y no a los especialistas. Es una producción que nada tiene que envidiar a una producción cinematográfica de ficción. La recreación, avalada por los estudios de los expertos, le da seriedad. Es para que el espectador comprenda más”, puntualiza el director, quien destaca, además, que “esta película es hispanoperuana no sólo a nivel financiero, sino, sobre todo, humano. Desde aquí viajaron 12 personas. Y en Perú está la gente de vestuario, maquillaje… Es un equipo muy compacto, con el que he trabajado en otras ocasiones.”
A los 21 años, después de una decepción amorosa, José Manuel Novoa cogió la mochila y se fue a recorrer la Amazonía durante cuatro meses. “Y ese fue el detonante de mi profesión y pasión”

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