miércoles, 25 de noviembre de 2020

AMÉRICA LATINA ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO - CULTURA CHAVÍN PERÚ - Leyenda Huascarán y Huandoy (La morada de los dioses) - Cultura cupisnique - John Rick: “Lo que se ha investigado en Chavín de Huántar todavía es poco”

AMÉRICA LATINA ENTRE LO REAL Y LO FANTÁSTICO - CULTURA CHAVÍN PERÚ: CHAVÍN DE HUANTAR - Arquitectura Chavín - Obelisco Tello - Estela Raimondi,   El teatro del más allá. Chavín de Huántar, pincha aqui

El Huascarán o Mataraju —orónimo en quechua; traducido respectivamente al español como ‘Nevado sobre el pueblo de Huashco’ o ‘Nevados gemelos’— es la montaña nevada granítica culminante de los Andes peruanos, con una altitud oficial de 6757 m s.n.m. (metros sobre el nivel del mar) según la última medición de 2017.
El paraíso del Callejón de Huaylas, es la morada de los dioses. Ahí vive el dios supremo Inti, junto a su hija Huandoy. Huandoy es hermosa, tierna y dulce como una flor. Su padre deseaba casarla con un dios joven con virtudes y belleza similares a las de su hija. Pero en el corazón de este profundo valle, se alzaba el poblado de Yungay, allí vivía un joven apuesto y gentil, el príncipe Huascarán. Un día los caminos de Huandoy y Huascarán se cruzaron; los ojos del joven se quedaron prendados de la graciosa figura de la muchacha, ella al notar su presencia, abandona su hilado y deja de cantar. Se levanta de un salto y se queda inmovilizada, jamás antes había visto alguien tan hermoso, pese a su condición de mortal. Se enamoraron profundamente. Las visitas a escondidas, la pasión y el deseo encendía sus jóvenes corazones. Y así fueron pasando los días, los amantes no tenían ojos para el mundo, salvo para su amor. El gran dios Inti, no se imaginaba que su hija pudiera estar enamorada de un mortal, cuando se entero su corazón se lleno de ira , salían destellos de luz de sus orejas del enfado que tenía. Dejo sin embargo, que su rabia se apaciguara antes de hablar con su hija y le pidió que dejara de ver a Huascarán, ya que un mortal no podía estar con una diosa. Pero la pasión que sentían los jóvenes era sorda a cualquier suplica y continuaron viéndose a escondidas. Al poco tiempo, fueron nuevamente sorprendidos por Inti; esta vez el dios no pudo contener la ira que sentía y maldijo a la pareja. Condenó a los jovenes a vivir separados toda la eternidad. Convirtió a Huandoy en una inmensa montaña, separada por un profundo valle del joven príncipe mortal, convertido también en montaña, pero de una dimensión aún mayor. El dios Inti colocó nieve perpetua en las cimas para calmar su pasión. Entre ambas montañas se formó, de las lagrimas de los amantes un inmenso lago llamado Llanganuco. Estas son las montañas más altas de todo el Perú.
John Rick: “Lo que se ha investigado en Chavín de Huántar todavía es poco”

“Lo que yo he hecho es poco para lo que viene después” afirma el arqueólogo norteamericano que desde hace 23 años estudia uno de los sitios prehispánicos más enigmáticos del Perú ubicado en el departamento de Áncash.

Dr. John Rick, director del Proyecto Arqueológico Chavín de Huántar.
Fotos: Dr. John Rick / Proyecto Arqueológico Chavín de Huántar | Entrevista: Nivardo Córdova


“A los seis años de edad, la primera palabra que aprendí en castellano fue ´ruinas´, porque me di cuenta que al pronunciarla los pobladores siempre me llevaban a lugares maravillosos”, recuerda el doctor John Rick, quien es director del  Proyecto Arqueológico Chavín de Huántar desde hace 23 años, período en que comenzaron las investigaciones que en la actualidad son codirigidas por el Dr. Luis Guillermo Lumbreras.

Rick, nació en Sacramento (California, EE. UU) en 1950. En 1956, cuando otros niños iban a la primary school, el entonces pequeño John vivió un año entero recorriendo el Perú. ¿La razón? Su padre, el Dr. Charles M. Rick Jr., fue un botánico genetista que dedicó gran parte de su vida al estudio de los tomates silvestres en el Perú y otras especies de “solanáceas”, acompañado de su esposa –y a la vez asistente de campo–  Martha O. Rick.

Vista de uno de los “laberintos” subterráneos de Chavín de Huántar.
¿Qué tiene de especial Chavín de Huántar que no tenga otro sitio arqueológico del Perú?, le preguntamos. Él responde: “Chavín es un momento de transición entre los grupos igualitarios y las organizaciones que concentran el poder en pocas manos. Coincide con un interés profundo de mi alma, de una preocupación por el ser humano, en saber cómo somos hoy y cómo éramos hace cinco mil años. 
Anota que “en Chavín es fascinante el intento de descifrar cómo estas castas o clanes lograron persuadir a los demás de que tenían un contacto divino, para constituirse en líderes. Y las ceremonias y rituales sirvieron para trascender más allá de lo temporal”.  “Creo que había una marcada diferencia entre quién podía ingresar a los laberintos y quién no, para practicar el culto. Pienso que, antes de morir, esos sacerdotes sabían qué aspecto del culto podría ser creíble”, opina.


Rick heredó también un cariño y pertenencia al Perú. Estudió arqueología en la Universidad de California, en la sede de Santa Cruz, donde se graduó en 1972. Al año siguiente regresó al Perú para estudiar sitios del Periodo Lítico en las punas de Junín. Poco después conocería a su hoy esposa, Rosa Mendoza de Rick, con quien se casó en 1977. Ella también es arqueóloga y en la actualidad lo acompaña en las investigaciones en Chávin de Huántar.

Cerámica de Chavín de Huántar.

Uno de los aportes de los trabajos del Dr. Rick es haber develado la compleja estructura de los canales subterráneos de agua que cruzan, suben y bajan entre los laberintos de Chavín de Huántar. “La complejidad de los canales es impresionante. Julio C. Tello sí advirtió esto y luego Lumbreras también pudo observar la existencia de estas galerías y canales. Ahora, con toda seguridad, podemos asegurar que en Chavín había un culto o varios cultos al agua. Usaron el agua en diferentes formas”, afirma.

Fuente:  NIVARDO CÓRDOVA SALINAS


Cultura cupisnique
La cultura Cupisnique, en la costa norte del Perú, se extiende desde Virú hasta Lambayeque.
Se trata de una cultura  costeña que se desarrolló paralelamente a la cultura Chavín entre 800 a.C. y 200 a.C. y que precede a la cultura Moche. Aunque está relacionada con Chavín, desarrolló características propias.
Se le ha dado en llamar “el Chavín costeño”
El centro principal, Cupisnique, se localizaba en el Departamento de La Libertad, a 600 km al norte de Lima


Esta fue una época de gran auge para las construcciones monumentales.

Son tres las principales tradiciones en arquitectura ceremonial Cupisnique: las plataformas rectangulares bajas con recintos en la parte superior y patios delanteros, los edificios con planta en forma de U y las plataformas con patios circulares hundidos.


La CERÁMICA Cupisnique tiene muchas similitudes con la de la Cultura Chavín.


Emplearon mucho la piedra como materia prima. Entre las piedras semipreciosas emplearon la turquesa, lapsilázuli, cristal de cuarzo opalino y coloreado para hacer collares de cuentas eféricas o cilíndricas.
También emplearon hueso para elaborar punzones, agujas, peines, cucharas, cuentas de collares, orejeras, sortijas y amuletos o pequeños idolillos.


En el valle de Moche el sitio Cupisnique más importante es Caballo Muerto, localizado a 25 Km. del océano pacífico. Se trata de un complejo de ocho grandes edificios de piedra y barro, entre los que destaca Huaca de los Reyes. Son construcciones en “U”, orientadas hacia el Este, que constan de varias plataformas superpuestas, construidas con piedra y barro. Hay importantes esculturas de adobe y decoraciones de bajo relieve en muros y columnas del edificio.


Un aspecto novedoso en la construcción de estos edificios fue la utilización, además de piedra, de adobes modelados de variadas formas, entre los que predominan los adobes cónicos. Los muros fueron generalmente enlucidos con barro fino y pintados de vivos colores.


A raíz de los hallazgos encontrados en la "Huaca de los Reyes" y los hallados en los valles de la costa norte, podemos determinar la representación de sus deidades principales, una de ellas, el personaje central sería el ser antropoformizado, mitad hombre, mitad animal, de rostro feroz caracterizado por ojos, fauces y colmillos amenazantes, cuyas manos sostienen báculos denotando autoridad.
Las formas mas características de la cerámica Cupisnique son: - Las botellas de cuerpo globular y cilíndrico con asa estribo muy grueso, gollete ligeramente campanulado y con reborde pronunciado. - Las botellas de asa tubular delgada en forma de estribo, gollete corto y recto con labios o rebordes pronunciados. Su color es negro, marrón obscuro o rojo. Los diseños son trabajados por incisión y relieves que representan cabezas retrato, y elementos zoomorfos, fitomorfos y variedad de antropomorfos de cuerpo entero. Técnicas de "puntillado, el "rasqueteado sencillo", el "peinado cruzado" y en otros cerámicos, sobre estas técnicas usaba el relieve. También elaboraron huacos escultóricos.

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