(XXXIV) - El placer de coleccionar arte - La Casa de Borbón - Luis XIV de Francia - Luis XIII el Justo - El Palacio de Vaux-le-Vicomte - Nicolás Fouquet, pincha aqui
Su reinado estuvo señalado por el fasto y la euforia, sobre todo en los primeros años, cuando brillaban en la comedia Molière y en la ópera Jean-Baptiste Lully, y el propio Luis bailaba disfrazado de dios del Olimpo, para solaz de las damas. La reina madre y el circulo de devotos de la corte se escandalizaron al ver que el matrimonio no había atenuado la pasión del rey por las aventuras sexuales. La reina María Teresa, baja y regordeta, hablaba con dificultad el francés y vivía casi ignorada pero en perpetua adoración de su esposo, al que daría seis hijos, todos fallecidos en la infancia, a excepción del gran delfín. Cuando la reina murió en 1683, Luis dijo: «He aquí el primer pesar que me ha ocasionado». Todos le dieron la razón.
El joven rey Luis XIV en el papel principal de Apolo en el Ballet de la Nuit, 1653. En esa ocasión, Lully bailó junto al rey.
A partir de 1664, trabajó regularmente con Molière, con quien creó un nuevo género, la comedia ballet, sin renunciar por ello al ballet cortesano de manera definitiva. Cortesano astuto, consiguió mantener el favor real a lo largo de toda su vida, lo que le permitió manejar la suerte de otros compositores franceses.En 1681, Lully alcanzó el cénit de su carrera al convertirse en secretario del rey. Murió por una gangrena en París, en 1687, a consecuencia de una herida que se hizo en el pie con su bastón de director de orquesta, una pesada barra de hierro que servía para llevar el compás golpeando el suelo con ella; esto le provocó una infección que acabó lentamente con su vida, ya que su pensamiento de ser bailarín impidió cortar su pierna para poder salvarlo.
Luis XIV consideró siempre la guerra como la vocación natural de un gran rey, y a ella subordinó la economía nacional, con el objetivo final de imponer la supremacía francesa en Occidente.
Le roi danse. Rey Sol, pincha aqui
El Castillo Real de Chambord - Personajes del castillo (habitantes intermitentes) - Francisco I, Gastón Juan Bautista de Francia, Luis XIV, Versalles, Estanislao I Leszczynski, Wettin, Enrique de Artois, pincha aqui
El Castillo Real de Chambord - Personajes del castillo (habitantes intermitentes) - Francisco I, Gastón Juan Bautista de Francia, Luis XIV, Versalles, Estanislao I Leszczynski, Wettin, Enrique de Artois, pincha aqui
Desde la muerte de su suegro Felipe IV de España en 1665, Luis había comenzado una batalla jurídica para reclamar los Países Bajos españoles en nombre de su mujer, y para ello había publicado el Tratado de los derechos de la reina. Poco después, el 21 de mayo de 1667, con la formidable máquina de guerra creada por Le Tellier, invadía los territorios flamencos, apoderándose de las plazas más importantes de la frontera, en medio de un auténtico paseo militar. Inquieta ante el empuje francés, Inglaterra se alió con Holanda y Suecia en la Triple Alianza, y la contienda (conocida con el nombre de guerra de Devolución) cambió de rumbo, finalizando con la Paz de Aquisgrán de 1668, por la que España recuperaba Besançon y Francia se apoderaba de Flandes. Éste fue el comienzo de una serie de conflagraciones que duraron todo su reinado.
A sus cuarenta años, Luis XIV había alcanzado el apogeo de su fortuna política y militar. Arrogante como ningún otro soberano, París lo llamaba el Grande y en la corte era objeto de adoración. En esa época se produjeron importantes cambios.
A sus cuarenta años, Luis XIV había alcanzado el apogeo de su fortuna política y militar. Arrogante como ningún otro soberano, París lo llamaba el Grande y en la corte era objeto de adoración. En esa época se produjeron importantes cambios.
La guerra de SucesiónEl testamento del último rey Habsburgo de España, Carlos II, fallecido en 1700, entregaba la herencia imperial a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, que reinaría como Felipe V de España. Cuando el monarca francés aceptó las cláusulas testamentarias, volvió a plantearse el dilema: hegemonía de Francia o equilibrio continental, y su decisión significó una declaración de guerra. Toda la Europa herida por la política imperialista durante los últimos treinta años se levantó nuevamente contra aquella hegemonía, y así Francia tuvo que combatir a la vez contra Austria, Inglaterra y Holanda.La lucha estuvo señalada al principio por las victorias de los Borbones, pero, a partir de 1708, los desastres de la guerra fueron tan grandes que Francia estuvo a punto de perder todos los territorios conquistados en el siglo anterior, y Luis XIV se vio forzado a pedir la paz, sobre todo a partir del desastre de Malplaquet. Humillado en el campo de batalla, el rey aceptó el Tratado de Utrecht, por el que Francia cedía Terranova, Acadia y la bahía de Hudson a Inglaterra, aunque su nieto Felipe V conservaba la corona de España.Con él desaparecía el máximo ejemplo de la monarquía absoluta y un rey que había llevado momentáneamente a Francia a su cima. Su reinado, comparado por Voltaire con el del emperador romano Augusto, posibilitó un extraordinario florecimiento de las letras, que abarcó los más diversos campos del pensamiento y de la creación: Corneille, Racine y Molière dieron a conocer su teatro; La Fontaine compuso sus Fábulas; Pascal escribió sus Pensamientos y La Rochefoucauld sus Máximas. La razón, la claridad y el equilibrio formal se impusieron como criterios fundamentales del arte; desde Francia, el clasicismo irradiaría a toda Europa. Luis XIV era el principal cliente de los artistas, y así nació un «estilo Luis XIV» de perfecta armonía; su inclinación por la geometría decorativa imperó en parques y jardines; la nueva arquitectura encontró su máxima expresión en Versalles, donde la marmórea amplitud de los espacios y el dominio absoluto de la simetría eran un homenaje a la indiscutida autoridad real, al ser que se reconocía como el representante de Dios sobre la tierra. Sin embargo, el obispo Jean-Baptiste Massillon concluyó así la oración fúnebre de Luis XIV: «¡Sólo Dios es grande!».
Curiosidades:
La mayor parte de la región ahora ocupada por el bosque de las Landas era tierra pantanosa que estuvo escasamente habitada hasta el siglo XIX. En este período, el pueblo de las Landas utilizaba zancos para moverse de un lugar a otro por el terreno húmedo.
Para comprender una obra de estas características debe contemplarse en el contexto de la navegación fluvial de la época. El complicado mantenimiento de los ríos para hacerlos navegables, unido a las necesidades estratégicas de vías de comunicación rápidas, favoreció en Europa la proliferación de canales. Esta época dorada de la navegación fluvial terminaría con la llegada del ferrocarril.El deseo de Luis XIV de marcar su reinado con una obra imperecedera, unido a necesidades económicas y políticas, empujaron a poner en práctica una vieja quimera de los gobernantes franceses: la construcción de una vía navegable que permitiera la comunicación interna entre las dos costas del sur del país.Durante más de quince años, cerca de 12 000 obreros trabajaron en las obras bajo unas condiciones financieras y laborales que contrariamente al uso de la época fueron bastante favorables.
Siglo XVII La Marina se convirtió en un instrumento coherente de poder nacional en torno al siglo XVII con Luis XIV. Bajo la tutela del "Rey Sol", la Marina francesa recibió abundante financiación y así, lograron varias victorias en la Guerra Franco-Holandesa, contra una flota hispano-holandesa en la batalla de Palermo en 1676 y en la Guerra de los Nueve Años contra la Royal Navy y la Armada Holandesa. Sin embargo, los problemas financieros la obligaron a estar en puerto lo que permitió que los ingleses y los holandeses recuperaran la iniciativa. Se construyeron en 1669, 276 barcos.
La columna Vendôme fue elevada en 1810, en el emplazamiento de la estatua destruida de Luis XIV, por los arquitectos Jacques Gondouin y Jean-Baptiste Lepère, imitando la columna Trajana de Roma, que posee igualmente un bajorrelieve helicoidal.
La columna está coronada por una estatua de Napoleón realizada por Antoine-Denis Chaudet, remplazada por una réplica ejecutada por Auguste Dumont en 1873, dado que la columna fue destruida en tiempos de la Comuna de París. Suprimida durante la restauración francesa, la efigie fue restablecida por Casimir Perier durante la monarquía, en abril de 1831.
El complejo de Les Invalides responde a la voluntad del rey Luis XIV de Francia, que ordenó su construcción el 24 de febrero de 1670, con la intención de que las instalaciones ofrecieran cobijo para los veteranos inválidos de guerra que quedaban sin hogar. Los planos son de Libéral Bruant, y la construcción fue llevada a cabo por Jules Hardouin-Mansart. La construcción de los edificios principales se desarrolló entre marzo de 1671 y febrero de 1674; el conjunto fue operativo y empezó a albergar antiguos soldados a partir de noviembre de ese año. La construcción de la iglesia, en cambio, tuvo que aplazarse y fue completada en agosto de 1706, tras treinta años de obras.
También aconsejó a Luis XIV sobre la consolidación de las fronteras, haciéndolas más defendibles. Recomendó una medida radical: ceder algunas tierras indefendibles, lo que permitiría constituir unas fronteras más fuertes e impenetrables.Su influencia en la arquitectura militar ha sido importante. Algunas de las fortificaciones de Vauban fueron añadidas en 2008 por la Unesco a la lista del Patrimonio de la Humanidad.
La ciudadela de Lille en forma de estrella de cinco puntas. |
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