(Amberes, 1580 ó 1585 – Haarlem, 26 de agosto de 1666) fue un pintor neerlandés por nacimiento pero que formó parte de la escuela barroca holandesa. Es uno de los grandes maestros en el arte del retrato. Despierta gran admiración por la brillantez en la representación de la luz y la libertad en el manejo de los pinceles.
Copia de un autorretrato de Frans Hals. |
Después de la caída de Amberes a manos de las tropas españolas en la Guerra de los Ochenta Años, que supuso la fragmentación de Flandes, su familia se instaló en Haarlem, en la zona norte, de donde su padres eran originarios. En dicha ciudad vivió Hals toda su vida. La biografía del pintor corre en paralelo con la independencia de los Países Bajos de la monarquía española.
La tradición retratística holandesa alcanza su cumbre con Frans Hals, consiguiendo sacarla del mutismo y retratando sus figuras en movimiento. Su gran aportación vino en 1616, con el retrato colectivo, Banquete de oficiales de la milicia cívica de San Jorge. Este encargo prueba que el pintor ya había alcanzado cierta reputación como artista. Desde este cuadro, los encargos se hace muy habituales tanto de particulares como de instituciones.
Sara Wolphaerts van Diemen |
Aunque la obra de Hals fue muy demandada durante su vida, tuvo graves dificultades financieras, no se sabe si por una vida disoluta o por tener que mantener una gran familia tras un segundo matrimonio con una mujer humilde. Además de pintar, trabajó como marchante, restaurador de arte y maestro de pintura.
Retrato de René Descartes |
A partir de 1640, un nuevo giro en la moda del retrato se observa en los países nórdicos. Empiezan a atraer retratos con mayor aire de distinción y de nobleza, como los de Antonio Moro o Anthony van Dyck, donde se representan caros ropajes con vivo colorido y pincelada muy detallista. Esto repercutió sensiblemente en los pedidos del retratista neerlandés, que pintaba de manera muy abocetada y con un colorido restringido.
Ante esta falta de trabajo, Hals intenta abrir nuevos caminos y funda un taller hacia 1650. Pero la empresa no debió ser afortunada porque en 1652 su economía toca fondo.
Hals eligió no darle un acabado definido a sus pinturas, como hacían casi todos sus contemporáneos, pues imitaba la vitalidad de sus retratados usando manchas, líneas, gotas, grandes parches de color, que conformaban los detalles.
No fue hasta el siglo XIX que esta técnica tuvo seguidores, particularmente en el Impresionismo. Se puede considerar al pintor holandés como un precursor, usando la técnica impresionista en los cuadros de las milicias o los retratos de los regentes del asilo de Haarlem.
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