Palermo, capital de Sicilia, es una joya cubierta del polvo de la historia, de las desgracias que han reportado los desastres naturales en forma de terremotos, y del lastre que han provocado la especulación inmobiliaria, la miseria y el paro o los crímenes de la mafia. Al final si obviamos estos apuntes que no explican la totalidad de la realidad palermitana, nos encontraremos con una asombrosa ciudad, repleta de piedras con historia, una amalgama de retales que forman el gran puzzle de estrellas que brillan en Palermo.
En ella habitan 658.112 habitantes (2009) y en su aglomeración urbana cuenta con cerca de 860.000, cifra que aumenta hasta 1.030.135 habitantes en toda su área metropolitana (la quinta más poblada de Italia, detrás de Roma, Milán, Nápoles y Turín).
Su historia milenaria le ha dotado de un considerable patrimonio artístico y arquitectónico que abarca desde restos púnicos hasta casas de estilo Art Nouveau, pasando por residencias de estilo árabe y normando, iglesias barrocas y teatros neoclásicos. Para actividades culturales, artísticas y económicas fue una de las ciudades más grandes del Mediterráneo y hoy es un apreciado destino estival para el turista que visita tierras italianas.
Edad Moderna
La ciudad fue ocupada por aragoneses, austríacos y españoles. Bajo el dominio español, la población paso de 30.000 a mitad del siglo XV a 135.000 habitantes en vísperas de la Peste Negra de 1656. En los siglo XVI y XVII, se construyeron en Palermo numerosos monumentos de estilo barroco muchos de los cuales permanecen intactos en nuestros días.
Los Borbones unificaron Sicilia con el Reino de Nápoles en 1734; Palermo se convirtió entonces en una simple villa de provincia, ya que la corte real se trasladó a Nápoles. La ciudad y sus palacios cayeron en desuso. El 12 de enero de 1848, Palermo fue escenario de los primeros movimientos revolucionarios de Europa.
Edad contemporánea
A partir de 1861 en adelante, Palermo continuó como el centro administrativo de Sicilia. La familia Florio desarrolló un cierto crecimiento económico e industrial. A principios del siglo XX, Palermo se expandió territorialmente fuera de sus fronteras, en su mayoría hacia el norte a lo largo de la nueva avenida, la vía della Libertà. Este camino pronto contó con un gran número de villas de estilo Art Nouveau. Muchos de estos edificios fueron construidos por el famoso arquitecto Ernesto Basile. El Grand Hotel Villa Igeia, edificado por Basile para la familia Florio, es un buen ejemplo del estilo nouveau palermitano. El Teatro Massimo fue construido en el mismo período por Basile y su hijo, y fue inaugurado en 1897.
Teatro Politeama, Palermo. La quadriga è opera di Mario Rutelli e del suo maestro Benedetto Civiletti. |
La tónica general de la época contemporánea fue, y sigue siendo, la lucha contra la mafia y los camorranos como Salvatore Giuliano, que controlaban la zona vecina de Montelepri. El Estado italiano tuvo que compartir el control efectivo, económico, así como el administrativo del territorio con las familias de mafiosos.
El conocido como "Saqueo de Palermo" fue una de las principales caras visibles de este problema. La reducción de importancia de la agricultura en la economía siciliana dio lugar a una migración masiva a las ciudades, especialmente en Palermo, que aumentó considerablemente su tamaño. En lugar de reconstruir el centro de la ciudad se lanzó una frenética expansión hacia el norte, donde prácticamente se levantó una ciudad nueva. El plan regulador para la expansión fue en gran medida ignorado. Zonas nuevas de la ciudad aparecían casi de la nada, pero sin parques, escuelas, edificios públicos, caminos adecuados o demás comodidades que caracterizan a una ciudad moderna. La mafia desempeñó un gran papel en este proceso, que era un elemento importante en la transición de la mafia de un fenómeno principalmente rural a la organización delictiva en la gran ciudad. La mafia se aprovechó de la corrupción de oficiales de la ciudad (un exalcalde de Palermo, Vito Ciancimino, fue condenado por soborno) y la protección procedente del propio gobierno central italiano.
La ciudad vivió un verdadero infierno durante las década de los 80 y los 90, cuando muchos funcionarios públicos perdieron la vida en la lucha contra las organizaciones criminales de Sicilia y Palermo. Estos asesinatos incluyeron el del general de los carabinieri, Carlo Alberto Dalla Chiesa, el presidente regional Piersanti Mattarella, Don Giuliani, un sacerdote que había luchado por los jóvenes que vivían en los suburbios y los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
La Catedral de Palermo |
Palazzo Butera XVII-XVIII Paseo de Bad , dominando todo el golfo de Palermo. |
Tradición no es adoración a las cenizas sino preservación del fuego. (Gustav Mahler)
Gran Hotel Piazza Borsa |
Franca florio, regina di palermo
Con este título se estrenaba el 27 de noviembre de 2007 en el Teatro Massimo de Palermo un ballet en dos actos, por Luciano Cannito.
¿Quién es esta mujer que los palermitanos la honran de esta forma?.
Relato hoy la figura de un personaje curioso, todavía presente en la memoria de los sicilianos, que mereció ser conocida como la “Reina de Palermo” y también como la “Reina de Sicilia”. Gabriele D'Annunzio la llamó “La Única” y el Kaiser Guillermo II la “Estrella de Italia”.
Franca Florio por Giovanni Boldini |
Me refiero a Franca Florio, hija del barón Pietro Jacona di San Giuliano y de Costanza Notarbartolo di Villarosa, nacida en Palermo en 1873.
Representaba la belleza siciliana con un rostro de óvalo perfecto, cabellos oscuros, ojos de un verde intenso y piel aceitunada. Ignazio Florio, joven empresario y dueño de una inmensa fortuna puso sus ojos en la hermosa Franca y en febrero de 1893 se casaron, no sin cierta reticencia del barón ante la vida desenfada de Ignazio.
Franca Florio, mujer inteligente, culta, de gran clase y de elegancia refinada, jugó un importantísimo papel en los negocios de su marido, armador, industrial, hotelero, banquero y uno de los mayores emprendedores europeos a comienzos del siglo XX.
Gracias a los Florio, Sicilia llegó a ser un punto de atracción de una élite europea que pasaba largas temporadas recorriéndola desde Palermo a Taormina.
En la plenitud de la “Belle Époque”, la pareja se dedicó a organizar en su residencia de Palermo, la “Olivuzza”, fiestas de recuerdo imperecedero, en las que Franca se adornaba con joyas de valor incalculable. Entre sus invitados destacan el Kaiser Guillermo II con la Emperatriz Augusta Victoria y el rey Eduardo VII de Inglaterra.
Franca fue admirada no sólo por miembros de las casa reinantes en Europa sino también por célebres artistas. D'Annunzio le dedicó una de sus novelas, los pintores Giovanni Boldini y Francesco Paolo Michetti la retrataron en pose de mujer fatal, el escultor Pietro Canonica esculpió un busto suyo que se asemejaba al de la Princesa Doria Pamphili, Ruggero Leoncavallo la comparó con la poetisa Vittoria Colonna inmortalizada por Miguel Ángel.
Cuando se produce el terremoto de Mesina, en diciembre de 1908, Franca y su marido parten de Palermo en su yate “Sultana” para llevar alimentos y medicinas a los siniestrados y, fondeado su barco en la rada de la ciudad destruida, suben a bordo a los heridos para curarlos ella misma. Esta disposición de entrega a los heridos se repite cuando Franca se enrola en la Cruz Roja durante la Gran Guerra.
Ahora "Grand Hotel Villa Igiea" está situado a 2 km del puerto de Palermo |
En 1925 Franca recibe en su “Villa Igieia” a los reyes de Inglaterra Jorge V y Mary. Fue esta la última gran recepción, pues pocos meses más tarde comienza el declive de toda la familia Florio. La política pro-Norte del Primer Ministro italiano Giolitti penalizó el Sur e incidió sobre la industria siciliana y causó inevitablemente la quiebra de Casa Florio. En 1934 Ignazio le envía una carta a su mujer desde un pequeño hostal en estos términos: “ He tenido que empeñar mi sujetacorbata para poder disponer de algún dinero de mano”.
En 1950, Franca Florio fallece en Roma falta de ilusiones, apenada por el advenimiento de la República y por la tragedia de la II Guerra Mundial.
En 1950, Franca Florio fallece en Roma falta de ilusiones, apenada por el advenimiento de la República y por la tragedia de la II Guerra Mundial.
El retrato pintado por Boldini en 1924 y subastado, tras la bancarrota de los Florio, en Christie's de Nueva York en 1955.
Publicado por Manuel Avendaño Gascón.
Giovanni Boldini
(Ferrara, 31 de diciembre de 1842 - París, 11 de enero de 1931) fue un pintor italiano.
En octubre de 1871 se establece en forma estable en París, abriendo un estudio en la Avenida Frochol y luego a la Plaza Pigalle, donde vive con la modelo Berthe. Trabaja para el marchante más importante de París, Goupil, para quién trabajaban ya pintores de gran éxito como Mariano Fortuny y Ernest Meissonier, además de los italianos Giuseppe Palizzi y Giuseppe De Nittis. Pinta una serie de cuadros de género al gusto dieciochesco, muy de moda en la época.
En octubre de 1871 se establece en forma estable en París, abriendo un estudio en la Avenida Frochol y luego a la Plaza Pigalle, donde vive con la modelo Berthe. Trabaja para el marchante más importante de París, Goupil, para quién trabajaban ya pintores de gran éxito como Mariano Fortuny y Ernest Meissonier, además de los italianos Giuseppe Palizzi y Giuseppe De Nittis. Pinta una serie de cuadros de género al gusto dieciochesco, muy de moda en la época.
En el inicio de la Primera Guerra Mundial, en 1914 se traslada a Niza en compañía de su modelo Lina, hasta el 1918. Ya enfermo, con la vista débil, en 1926 conoce a la joven periodista Emilia Cardona, con quien se casa el 29 de octubre de 1929.
En 1886 retrata por primera vez a Giuseppe Verdi sobre tela le regalará el retrato siete años después en Milán.
Retrato de Giuseppe Verdi con sombrero de copa, 1886, pastel, Roma, Galleria d'Arte Moderna |
En la primavera del 1900 fue huésped, en Palermo, de la familia Florio, para pintar el retrato de Donna Franca. La pintura no satisfizo a su marido, a causa del amplio escote y de las piernas descubiertas un poco debajo de las rodillas. El retrato fue modificado y vendido después (1928) por un millón de liras. Posteriormente, el cuadro fue robado por los ocupantes nazis en París, y llevado a Alemania, donde sufrió serios daños que obligaron a cortarle su parte inferior.
Murió en París, el 11 de enero de 1931.
Marthe Bibesco. - Nacida en París el 9 de septiembre de 1864 |
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