jueves, 3 de junio de 2021

José Clemente Orozco Flores (caricaturista,​ muralista y litógrafo mexicano)

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José Clemente Orozco Flores (Zapotlán el Grande, después Ciudad Guzmán, Jalisco, 23 de noviembre de 1883​- Ciudad de México, 7 de septiembre de 1949) fue un caricaturista,​ muralista y litógrafo mexicano. Graduado de la Escuela Nacional de Agricultura, estudió también matemáticas y dibujo arquitectónico.

En el año 2010 el MoMA presenta una gran retrospectiva de su obra, siendo la tercera a un artista mexicano y la sexta a un latinoamericano después de Diego Rivera (1931), Cándido Portanario (1940), Roberto Matta (1957), Manuel Álvarez Bravo (1997) y Armando Reverón (2007).

Retrato de José Clemente Orozco hecho por Siqueiros y expuesto en el mural público del Polyforum Cultural Siqueiros, Ciudad de México.

Cuando José Clemente tenía dos años, su familia se mudó de Zapotlán (hoy Ciudad Guzmán) a Guadalajara y después a la Ciudad de México. Cerca de su casa había una imprenta en donde se hacían los grabados de José Guadalupe Posada, ahí conoció su obra y sus grabados lo llevaron a interesarse por la pintura. 
Sus primeros trabajos consistieron en litografías de la vida indígena; interesado en la pintura mural, logró posteriormente un perfecto dominio de su técnica.

En el año 1922 se unió a Diego Rivera y a David Alfaro Siqueiros en el sindicato de pintores y escultores, intentando recuperar el arte de la pintura mural bajo el patrocinio del gobierno. En 1926 por encargo de la Secretaría de Educación, pintó en la ciudad de Orizaba, el mural Reconstrucción en el edificio que ocupa el Palacio Municipal.

La segunda etapa mural de Orozco se inicia a partir de su estancia en los Estados Unidos, en 1927. Allí realizó tres obras murales importantes. En Nueva York, ciudad que visitaba por segunda vez, se dedicó a trabajar y exhibir sus obras. Realizó dibujos sobre escenas de la Revolución y una serie de óleos; Queensboro Bridge, The Curbz, Winter y The Subway, que muestran el carácter deshumanizado y maquitrista de la gran urbe.

Después de tres años de haber abandonado México, el historiador de arte José Pijoán hizo gestionar para que Orozco fuera invitado al Pomona College en Claremont, California y decorara el Frary Hall. Aquí realizó uno de los motivos más importantes de su pintura en la figura de Prometeo, héroe mítico que valientemente se apodera del fuego divino para entregarlo a los mortales. La figura central del mural del Pomona College es un gran desnudo.

La Universidad Pomona es una universidad privada de artes liberales situada en Claremont, California, Estados Unidos. Situada en la ladera de la Sierra de San Gabriel, fue fundada en 1887 por congregacionalistas, que tenían como modelo las universidades de Nueva Inglaterra. En los años 1920's se convirtió en miembro fundador del consorcio de Universidades de Claremont.

Prometeo del Pomona College (1930)
Prometeo es un mural del pintor mexicano José Clemente Orozco, lo terminó en junio de 1930 en el refectorio del Pomona College tras tres meses de trabajo en los que Orozco vivió en el campus. En él se observa al Titán Prometeo robando el fuego a los dioses para dárselo a los humanos. El mural se sitúa sobre una chimenea en el refectorio, y tiene cuatro paneles, el mayor frente al área de comidas.
Como introductor del fuego e inventor del sacrificio, Prometeo es considerado como el Titán protector de la civilización humana.

A su regreso a México en 1934, Orozco realizó el gran tablero rectangular de Palacio de Bellas Artes titulado Katharsis, situado frente al de Rivera: El hombre en la encrucijada. Es una representación sangrienta del conflicto violento entre el hombre moderno y el caótico mundo mecanizado que lo rodea y al mismo tiempo lo oprime. 

En este recinto porfiriano, que sustituyó al Gran Teatro Nacional, los frescos y pinturas forman parte de una visita obligada de niños, jóvenes, turistas y decenas de personas que llegan para desentrañar los misterios del arte nacional, pues como es aquí donde convergen las disciplinas artísticas y la historia, es sencillo obtener un punto de partida que se enriquece con el trabajo de José Clemente.

El muralista obtuvo del Palacio de Bellas Artes un gran lienzo para explayar su imaginación y manifestar sus pensamientos, optando por un compendio de imágenes que muestran la lucha social y revolucionaria de una era de maquinas y armas.

Katharsis es un mural realizado por Jose Clemente Orozco, fue creado entre los años 1934 y 1935. Actualmente se encuentra resguardado como obra en exhibición permanente del Museo del Palacio de Bellas Artes de México.

Katharsis. (Noticieros Televisa)
Se ha mencionado que la obra tiene tintes expresionistas y gracias a su técnica -fresco sobre bastidor metálico transportable- hace más tangible la sensación helada que transmiten los hombres platinados de Orozco y el calor del fuego abrazador que lo destruye todo a su paso. 
El nombre de Katharsis fue elegido por el historiador de arte Justino Fernández, pero no por ello deja de hacer justicia al palpitar con el que el artista dio testimonio de una exaltación sin precedentes. En ella, José Clemente se maravilló por  la transformación del nuevo mundo, su industrialización y los avances de la primera mitad del siglo.

En un lienzo de 11.46 metros de largo por 4.46 metros de alto, la alegoría entre la guerra y la devastación muestra el inevitable proceso para llegar al cambio y a la transformación que pueda purificar al ser humano.

Katharsis. (Noticieros Televisa)

Como suele suceder en todas las revoluciones personales, Orozco eligió para esta pintura los motivos más recurrentes de vida: los enfrentamientos armados, las máquinas, los espectros grises, los trabajadores, las mujeres rotas y un pueblo fastiado, herido y en pie de huelga, formando una montaña donde el fuego revolucionario corona estos elementos y se abre paso entre el caos como única salvación.

De 1936 a 1939, Orozco realizó tres grandes obras murales en Guadalajara: en la Universidad, en el Palacio de Gobierno y en el Hospicio Cabañas. En 1936, en la Universidad de Guadalajara decoró la cúpula y los muros de la plataforma del anfiteatro. En la cúpula pintó una alegoría del hombre, haciendo hincapié en los beneficios de la educación y de la investigación científica.


Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo (Espronceda, Navarra, 3 de mayo de 1752 - Guadalajara, Jalisco, 28 de noviembre de 1824) fue un sacerdote católico y doctor en teología nacido en España y avecindado en América.
Fue rector del Mayor y Viejo Colegio de San Bartolomé y del Seminario de Salamanca. El rey Carlos IV promovió su episcopado.
Una vez instalado en la Catedral de Guadalajara comenzó su labor por la educación fundando varias escuelas en su diócesis. Su preocupación y su labor para ayudar a los pobres quedó reflejada con la creación y construcción de la Casa de Caridad y Misericordia de la Ciudad de Guadalajara, hoy conocida como Hospicio Cabañas, cuya finalidad era funcionar como un taller de aprendizaje albergando a la vez huérfanos, ancianos y desamparados. 

El domingo 1 de octubre del 2011, se llevo a cabo en la Ciudad de Espronceda, Navarra - España, la entrega y develacion de la escultura que es una replica de la que esta en el Hospicio Cabañas en Guadalajara, Jalisco, de su fundador Don Juan Ruiz de Cabañas y Crespo, fundida en bronce y modelada por el escultor Carlos Terres.
La Ciudad de Espronceda ya contaba con una calle que lleva el nombre del Obispo, donde se enclava su casa natal.

Hablamos del Hospicio Cabañas, una construcción de estilo neoclásico ubicada en el centro de la ciudad a solo 20 minutos  de la catedral. Se trata de un antiguo asilo para niños huérfanos, ancianos y personas desamparadas que ideó el obispo tapatío Juan Cruz Ruiz de Cabañas. Este espacio se construyó en 1810 y fue obra del arquitecto español Manuel Tolsá, responsable también de edificar el Palacio de Minería en la Ciudad de México.
Guadalajara es la capital del estado mexicano de Jalisco. Se encuentra en la región central del estado, en el Occidente de México, dentro de la zona geográfica conocida como Valle de Atemajac.

En el interior del inmueble hay 106 habitaciones, 78 pasillos, dos capillas y 23 patios interiores perfectamente alineados. Esto se debe a que Tolsá dispuso de los espacios de forma simétrica, de tal modo que el ala izquierda y derecha lucen iguales.

En cuanto a las pinturas de la capilla del Hospicio Cabañas hechas entre 1937 y 1939, se ha dicho que significan un compendio de la filosofía humanística de su autor, que parte del origen y desarrollo de América y del mundo. Esta obra monumental consta de 40 grandes frescos alojados en las distintas secciones arquitectónicas de todo el conjunto: una cúpula, un tambor de soporte, las pechinas, ocho bóvedas y catorce paneles, además de varios fragmentos menores de la antigua capilla del siglo XIX, construida según el diseño de Manuel Tolsá. El hombre envuelto en llamas, en la cúpula, resume todos los temas tratados, además de ser la apoteosis del tema de Prometeo en la obra de Orozco.

Manuel Vicente Agustín Tolsá y Sarrión (en valenciano: Manuel Tolsà Sarrion. Enguera, Valencia, 4 de mayo de 1757 - Ciudad de México, 24 de diciembre de 1816) fue un reconocido arquitecto, ingeniero y escultor español, que vivió y desarrolló su actividad en la Nueva España (hoy México) desde 1791 en donde quedó encargado, hasta su muerte, como Director de Escultura de la Academia de San Carlos.

Murales por todos lados
Otro elemento que diferencia a este espacio es la gran cantidad de murales del jalisciense José Clemente Orozco (1883-1949). Sus trazos fuertes –y a menudo violentos– se pueden apreciar sobre 1.250 metros cuadrados de superficie. Los 57 frescos que el artista pintó en el antiguo hospicio ocupan 14 tableros, ocho bóvedas y la cúpula principal. En esta última destaca la obra El hombre de fuego, realizada entre 1938 y 1939, en la que los visitantes pueden ver cierto movimiento según el lugar en el que estén parados.

“El hombre de fuego” fue realizado por el muralista entre 1938 y 1939

A menudo los murales de Orozco tratan temas complejos, entre los que destacan las luchas sociales, la identidad mexicana, el legado de las culturas prehispánicas y la condición del ser humano. Así, otras de las piezas que uno puede apreciar en el sitio son La humanidad, La conquista y El hombre en su afán de superación.


Por otro lado, además de estas pinturas que viven en los muros, el Hospicio Cabañas resguarda 340 obras del artista, las cuales se exhiben continuamente de forma rotativa.

En el Palacio de Gobierno de Jalisco, Orozco realizó un mural donde trata un tema histórico. Unificó los muros y la bóveda de la escalera, logrando una especie de tríptico dedicado a la lucha por la liberación de México. Un enorme Hidalgo es el centro mayor de interés de esta obra



Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor​ (Pénjamo, Intendencia de Guanajuato; 8 de mayo de 1753-Chihuahua, Nueva Vizcaya; 30 de julio de 1811), conocido como Miguel Hidalgo y Costilla o Miguel Hidalgo, fue un sacerdote y militar insurgente novohispano. En México, se le conoce como el Padre de la Patria.

En el año de 1941 realiza los frescos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que consta de cuatro tableros, englobando tres temas principales. En dos tableros se refiere al tema de la justicia; en ellos critica y satiriza a la práctica de la justicia, llena de errores e injusticias. La justicia y su práctica se contraponen. El verdadero derecho se abate contra los charlatanes, los demagogos y los políticos que dicen profesar los ideales de libertad y democracia pero actúan en sentido contrario. Otro tema se refiere a las riquezas nacionales; los productos de la tierra, metales preciosos y petróleo están bajo protección de la bandera mexicana y del jaguar, símbolos nacionales. Un tema más se relaciona con los movimientos sociales obreros.

Fuente: 

Basura social. (Noticieros Televisa)
Esta declaración la sostuvo el pintor contra las paredes grises de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde el artista transformó el vació en una ardua crítica hacia la implementación de códigos y leyes por parte de la justicia.
Este espacio, cercano a la calle de Moneda y a la antigua preparatoria, eligió su sede actual desde 1936 y su primera piedra fue colocada por el presidente Lázaro Cárdenas, por lo que siguiendo la corriente de los altos mandatarios, ideólogos y políticos mexicanos de llevar el arte al pueblo y a los espacios públicos, abrió sus lienzos de cemento al ya reconocido muralista.
Movimiento social del trabajo. (Noticieros Televisa)
“Somos siervos de la ley suprema, para poder ser libres”.

En la Suprema Corte habitan Las riquezas nacionales (1940, 1941),  Movimiento social del trabajo (1941), y La justicia (1940, 1941), que se divide entre los muros norte y sur como “en dos secciones: ‘La Justicia Metafísica’ que destruye a los malvados y ‘La Justicia de los Hombres’ que los castiga”.

Dentro de esta crítica hacia la impartición de equidad, la serie de murales cambió su tamaño original de casi 430 metros a solo 140 después de que Orozco fuera despedido por la representación iconográfica que hizo sobre la justicia, la labor de los abogados, ministros y autoridades, así como el movimiento obrero en un espacio que no aprobó la perspectiva del pintor.

La Justicia. (Noticieros Televisa)

Pese a que José Clemente ya había trabajado con estos temas veinte años antes -la patria, la justicia y las clases sociales-, en esta ocasión no muestra a la justicia como una mujer ultrajada por una mano de sangre, como aparecía en San Ildefonso, sino institucionalizada, vestida de azul y con una máscara en los ojos que levanta su balanza de la embrutecida mancha gris que la rodea. Arriba de esta violentada imagen aparece la diosa romana Tamis, ícono de la justicia y considerada por algunos ministros la Matrona Dormida.

La Matrona dormida. (Noticieros Televisa)
Esta deidad reposa perdida en un asiento de mármol e ignora el caos que arrastra a la institución enmascarada hacia un destino incierto, donde unos hombres toman a las leyes e inclinan la balanza a su favor valiéndose de todos sus recursos.

La Justicia, parte 2. (Noticieros Televisa)
Se ha dicho que, en este mural, José Clemente realizó un autorretrato de él y Diego Rivera como parte de una crítica hacia los Manifiestos de los muralistas y las censuras de las que eran víctimas en aquel sistema en transformación.

La Justicia, detalle. (Noticieros Televisa)
Aquí se identifican las imágenes de gorros frigios, las herramientas de trabajo, los colores rojizos, que para él simbolizaban la sangre derramada, y las estrellas de diversos picos.

Detalle del ‘autorretrato’ hecho por Orozco en La Justicia. (Noticieros Televisa)

“Lo bello, para el hombre, es solamente lo que está construido como él mismo, como su cuerpo y como su espíritu”.

“(La pintura mural) es la más alta, la más lógica, la más pura, porque es para el pueblo. Es para todos”.

A esta rebelión contrasta Omnisciencia (1925), obra posterior a la época de San Ildefonso y antecesora a la de SCJN que se encuentra en La Casa de los Azulejos, sobre la calle de Madero y casi esquina con Eje Central, a las afueras del primer cuadro de la ciudad.

Este trabajo, en específico, puede transmitirnos una paz asociada a la energía divina que tanto fluyó por las diversas pinceladas de Orozco, añadiendo que en sus ‘acciones libres’, entendidas como pensamientos pictóricos, el artista dejaba parte de un pensamiento personal, alejado de los muralistas y sus doctrinas.

En esta, a diferencia de la vorágine gris protagonizada por ladrones, fugitivos y trabajadores, las mujeres desnudas se levantan entre tonalidades rojizas para reflejar la fecundidad femenina y la sabiduría que desciende sobre estas, provocando que el mural, atravesado al centro por un arco colonial, logre sobreponerse con su fuerza, armonía y belleza a la transición del tiempo.

Fachada del patio chico del Antiguo Colegio de San Ildefonso, una de las edificaciones coloniales más importantes del Centro Histórico de la Ciudad de México y sede del Museo de la Luz, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia, de la UNAM.

En Justo Sierra, una pequeña vía que conecta con Donceles, aún se encuentra la entrada trasera al Antiguo Colegio de San Ildefonso; el hoy Museo que albergó a la Escuela Nacional Preparatoria en la que nacerían los primeros murales de José Clemente.

Maternidad. (Noticieros Televisa)
Con un manifiesto alejado de las máquinas y entintando entre cal, agua y pigmentos, José Clemente creó a un Dios bizco y a obreros descansando en colores pastel. A madres desnudas, mujeres galantes y campesinos de piel ocre caminando entre estudiantes que hacían de la visión del artista algo de su día a día, pues las gigantescas pinturas los cobijaban al salir de sus aulas hasta que, en 1982, la preparatoria fue movida del centro de la ciudad.

La madre que muestra a su hijo desnudo y rodeado de gloria, en Maternidad (1923-1924), así como la unión imponente entre Cortés y La Malinche (1926) remueven en nuestro interior una sensación similar a la de la pasión desmedida con la que el pintor comulgaba con los polos extremos en su propia revolución y los acercaba sin la más mínima discreción a la sociedad de los años veinte.


La Destrucción del viejo orden (1926) con sus hombres de blanco volteando la cabeza y sus cartuchos a la cintura, nos recuerda que la labor de llevar el arte a las masas aún no está completa, y que la revolución es parte viva de una transformación progresiva que La Trinchera (1926) lleva al extremo al enseñarnos lo hermoso que puede ser morir combatiendo por un ideal.

Para José Clemente el mundo en el que el autoritarismo gobernaba a los oprimidos era la materia prima de sus pinturas, sin embargo, en estas sus personajes avanzan ardiendo en su propio fuego hacia la construcción de su destino, como podemos verlo en La huelga (1924, 1926), un mural en el que aparecería Cristo destruyendo su propia cruz. Harto, este hombre divino nos mostraría que el fastidio no perdona, pero la obra quedó inconclusa y regresó hasta 1943 en una menor escala.

La familia

El nihilismo que en ocasiones tenía el pintor, así como la esperanza con que contrastaba un conflicto armado que podía, o no, desde su parte más humana rebasar las banderas políticas y encontrar sosiego en las temáticas universales que sanan a los seres humanos, -la unión, empatía y la lucha mano a mano por el progreso- siguieron acompañando el camino de Orozco hasta el último de sus murales, y el Dios fastidiado de San Ildefonso cambió su forma a través de los años en distintas pinceladas. 

Los aristócratas. (Noticieros Televisa)
En los veinticuatro murales que en total habitan en San Ildefonso encontramos que el fascismo de la ultraderecha y las obsesiones de la izquierda ponían, según la mirada de José Clemente, en una difícil tensión al hombre moderno y, en consecuencia, a sus instituciones.

En el lapso que va de 1941 a 1944 Orozco se dedicó a la pintura de caballete, pintó celebridades (como Dolores del Río) y a otra gran obra mural en la bóveda y los muros del coro de la antigua iglesia de Jesús Nazareno (1942-44). Las ideas que plasma ahí se relacionan con el Apocalipsis. En 1943, fue miembro fundador de El Colegio Nacional. Hacia el año 1946, integró junto con Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, la comisión de Pintura Mural del Instituto Nacional de Bellas Artes. En este año recibió el Premio Nacional de Bellas Artes de México.

Dolores del Río (Victoria de Durango, México, 3 de agosto de 1904-Newport Beach, California, Estados Unidos, 11 de abril de 1983) fue una actriz mexicana. Se le reconoce como la primera actriz latinoamericana en triunfar en Hollywood

La Iglesia de Jesús Nazareno es un templo católico ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la alcaldía Cuauhtémoc y fue construido en los siglos XVII y XVIII, con modificaciones en el siglo XIX. Está anexo al hospital del mismo nombre y se caracteriza por albergar el mural apocalipsis de José Clemente Orozco, los restos de Hernán Cortés y la portada de la primera Catedral de México la cual data de finales del siglo XVI y es uno de los pocos elementos constructivos de ese siglo que se conservan en el centro histórico de la ciudad. El templo fue declarado monumento histórico el 29 de agosto de 1932.

En el coro y parte de la nave conservan un mural realizado por José Clemente Orozco. El trabajo fue inspirado por el Apocalipsis y los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Orozco trabajo en él desde 1942 hasta 1944 pero jamás lo terminó.

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