jueves, 24 de agosto de 2023

LXXIII - (5)Antoni Gaudí - Catedral de Mallorca - Casa Batlló - Cripta de la Colonia Güell - La Casa Milà, llamada popularmente La Pedrera

 LXXII - (4)Antoni Gaudí - Parque Güell, pincha aqui

  • Primeras obras: 1875-1883
  • Periodo orientalista 1883-1888
  • Periodo goticista 1888-1900
  • Etapa naturalista 1900-1909
  • Etapa final 1909-1926

La Catedral de Mallorca 

Empezó su construcción en el siglo XIII y se concluyó en la década de 1630. La Catedral pertenece a la tradición gótica mediterránea, pero a lo largo de los siglos, ha incorporado las formas culturales de las épocas moderna y contemporánea.

La historia de la Catedral está íntimamente ligada a la monarquía autóctona. Después de la conquista de Madina Mayurqa en 1229, Jaime I, rey de Aragón y conde de Barcelona, ordenó la consagración de la antigua mezquita mayor a la Virgen María como templo para el culto cristiano y también la construcción de nueva planta de otro templo que fuese conforme al estilo de aquella época, aprovechando parte del espacio de la antigua mezquita.

Jaime I el Conquistador --  (Montpellier, actual Francia, 1208 - Valencia, 1276) Rey de Aragón, conde de Barcelona y señor de Montpellier (1213-1276) y rey de Mallorca (1229-1276) y de Valencia (1239-1276). 


Restauración de la Catedral de Mallorca

La restauración de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca fue realizada por el arquitecto modernista Antoni Gaudí entre 1903 y 1914. Fue un proyecto ejecutado solo parcialmente de rehabilitación del interior de la seo mallorquina, con el objetivo principal de adaptarlo a las nuevas doctrinas litúrgicas de la Iglesia encaminadas a acercar los ritos a los fieles. El encargo provino del obispo de Mallorca, Pere Campins, a cuyo fallecimiento el arquitecto, que ya anteriormente tenía divergencias con el cabildo catedralicio, abandonó el proyecto.


Interior de la Catedral de Santa María de Palma de Mallorca, con el baldaquino diseñado por Gaudí

Dibujo de Gaudí para la capilla de la Santísima Trinidad

Gaudí proyectó una serie de actuaciones como desmontar el retablo barroco del altar mayor, dejando a la vista la cátedra episcopal, desplazar el coro del centro de la nave y situarlo en el presbiterio, dejar expedita la capilla de la Trinidad, colocar nuevas cantorías y púlpitos, decorar la catedral con iluminación eléctrica, abrir los ventanales góticos de la capilla Real y dotarlos de vidrieras, situar un gran baldaquino sobre el altar mayor y completar la decoración con pinturas y mosaicos.

Detalle del Calvario en el baldaquino

Las obras las dirigió Juan Rubió, ayudante de Gaudí, quien contó también con la ayuda en la decoración de otro de sus discípulos, Josep Maria Jujol.

Esta obra es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista, período en que el arquitecto perfecciona su estilo personal, inspirándose en las formas orgánicas de la naturaleza, para lo que puso en práctica toda una serie de nuevas soluciones estructurales originadas en los profundos análisis efectuados por Gaudí de la geometría reglada, a lo que añade una gran libertad creativa y una imaginativa creación ornamental.


El arquitecto compaginó los trabajos en la seo mallorquina con otros encargos: desde 1883 era el responsable de las obras del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, en cuya construcción empleó el resto de su vida, hasta el punto en que sería su obra magna y la síntesis de todos sus hallazgos arquitectónicos.


Gaudí diseñó diversos elementos de mobiliario para el templo, entre los que destacan un confesionario y una escalera plegable para la exposición del Santísimo Sacramento.


La Capilla del Santísimo es una de las tres capillas que están situadas en la cabecera de la Catedral de Mallorca (Palma de Mallorca, España) y es de estilo gótico. Dentro de la capilla se encuentra un mural creado por Miquel Barceló entre los años 2001 y 2006. Representa el fondo marino y en el centro de la pared frontal se puede ver un molde de forma humana, esta representa la resurrección de Jesucristo.


Capilla de la Santísima Trinidad, donde también descansan los reyes de Mallorca Jaime II y Jaime III

Capilla Real

Casa Batlló


La Casa Batlló es un edificio obra del arquitecto Antoni Gaudí, máximo representante del modernismo catalán. Se trata de una remodelación integral de un edificio previamente existente en el solar, obra de Emilio Sala Cortés. Está situado en el número 43 del paseo de Gracia de Barcelona, la ancha avenida que atraviesa el distrito del Ensanche (Eixample), en la llamada Manzana de la discordia, porque alberga además de este edificio otras obras de arquitectos modernistas: la Casa Amatller, que colinda con la de Gaudí, obra de Josep Puig i Cadafalch; la Casa Lleó Morera, obra de Lluís Domènech i Montaner; la Casa Mulleras, de Enric Sagnier; y la Casa Josefina Bonet, de Marceliano Coquillat. La construcción se realizó entre los años 1904 y 1906.


La Manzana de la Discordia antes y después de la transformación de la Casa Lleó Morera y la Casa Batlló

Manzana de la discordia
El apelativo popular de «manzana de la discordia» se refería principalmente a la rivalidad profesional entre Domènech i Montaner, Puig i Cadafalch y Antoni Gaudí.​ Cuando Gaudí se encargó de la Casa Batlló ya sabía lo que habían hecho los otros dos; de hecho, la presencia del arquitecto más sorprendente de todos ellos era el elemento que provocaba este nombre.


La Casa Amatller es un edificio modernista de Barcelona colindante con la Casa Batlló y cerca de la Casa Lleó Morera. Fue proyectado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch entre 1898 y 1900.


La casa Lleó Morera es un edificio modernista obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner situada en el paseo de Gracia n.º 35 de Barcelona. El proyecto fue un encargo hecho en 1902 por Francesca Morera para reformar la antigua Casa Rocamora del año 1864, que albergaba la Sociedad de Fomento del Ensanche. 


La Casa Mulleras
Según el diseño de Sagnier, la fachada utiliza el “orden colosal” que permite al edificio adquirir una escala de monumentalidad al suprimir las cornisas que separan la planta baja, la principal y la primera. Como si el edificio en sí sólo tuviera dos plantas gigantes.


Casa Josefina Bonet se localiza en el número 39 del Passeig de Gràcia, lo que significa que está situada en plena Manzana de la Discordia. Este inmueble tiene como vecinos a edificios tan célebres como Casa Batlló, Casa Lleó i Morera y Casa Amatller. 
Con planta baja y cinco pisos más, lo que más resalta de esta construcción es la tribuna central de la fachada. Las dobles columnas y los arcos de medio punto son las notas dominantes. En los laterales, destacan los balcones de piedra. También son objeto de atención los motivos ornamentales del piso superior de diseño neobarroco.

Los secretos de Casa Batlló, el monumento de Barcelona que ha sido elegido como el mejor de Europa (2021)


Casa Batlló dejó de pertenecer a la familia Batlló en la década de los 50. Josep Batlló i Casanovas fue uno de los grandes industriales del textil catalán. Tras acoger diferentes empresas y particulares, desde la década de los 90 el edificio está en manos de los actuales propietarios, la familia Bernat, fundadora de Chupa Chups quien ha restaurado íntegramente la casa.

Homenaje al agua y el mar: el exterior se muestra de forma ondulada, asemejando el agua cuando se arroja una piedra. También al mar con el movimiento de las olas. 

Rosas en la Casa Batlló: cada 23 de abril, la fachada de la Casa Batlló se decora con rosas para celebrar Sant Jordi.  


Entre otras denominaciones, Casa Batlló es conocida como “la Casa del Dragón” y el simbolismo de su fachada se relaciona con la leyenda de Sant Jordi, patrón de Cataluña. Las tejas de cerámica que coronan el edificio forman un manto colorido y ondulado que recuerda el lomo de un dragón. A su vez, la cruz de 4 brazos simbolizaría la espada que Sant Jorge clavó en el animal para matarlo.


El trencadís es un elemento fundamental en la obra de Gaudí, y especialmente de la fachada de Casa Batlló. Obtenido a través de piezas de vidrio y cerámica de deshecho, fue una de las técnicas preferidas del arquitecto debido a su sostenibilidad y valor estético. En la Casa es uno de los principales elementos decorativos responsables de la luz y el color que emana de la fachada. Gaudí, visionario, buscaba la belleza en equilibrio con la naturaleza.


Los balcones de la fachada dotan a Casa Batlló de una personalidad única. Sobre una base de piedra tallada en forma de concha, se alzan las barandillas onduladas de hierro fundido. Sus sugestivas formas han dado lugar a interpretaciones de todo tipo: algunos ven máscaras venecianas, otros ven calaveras, ¡e incluso tortugas! En cualquier caso potencian el carácter sugestivo y creativo de la Casa.


La restauración de la Planta Noble ha descubierto el revestimiento original de paredes y techos, mostrando un sorprendente estuco de diferente color según la sala en la que nos encontremos. Tonos rosáceos, azulados, terrosos o dorados, se combinan en las diferentes estancias mostrando la auténtica piel de la Casa: un secreto escondido durante años

Interior de Casa Batlló

Ventanas de la Casa Batlló: con el apodo de 'Casa de los Bostezos' si aprecias las ventanas, rápidamente reconocerás la boca abierta de un monstruo marino o un pez gordo.


Piel escamosa de un dragón en la fachada superior: se cree que el exterior de la Casa Batlló se asemeja a la figura de un dragón gigante que San Jordi apuñaló en la espalda con su lanza. La fachada superior del edificio recuerda piel escamosa del dragón. En las columnas y los balcones, se dice que están los contornos de los huesos de sus víctimas.

Gaudí concibió un original sistema de ventilación incluyendo diferentes aberturas en las ventanas de la Casa. Estas aberturas se accionan manualmente y permiten regular el aire con precisión sin necesidad de abrir completamente las ventanas. A su vez, el diseño de los patios centrales por donde entra la mayor parte del aire ayuda a conservar el calor en invierno y a ventilar en verano. El Gaudí ingeniero consiguió el máximo confort siguiendo criterios de eficiencia energética.


Numerosos elementos arquitectónicos de Casa Batlló están inspirados en el mundo marino y en el mar Mediterráneo. Pero si hay un lugar donde se explicita este peculiar ambiente es en el vidrio catedral que hay en el rellano de cada planta. Mirando a través de él, parece que estés sumergido en el mar, buceando; o mirando la superficie de un agua cristalina que esconde maravillosos tesoros en sus profundidades…


Un animal vivo (de la espina de un cetáceo al vientre de una ballena)
Si Gaudí se inspiró en la naturaleza, Casa Batlló a menudo se nos presenta como un organismo vivo. En el vestíbulo de entrada a la vivienda de la familia Batlló, uno de los primeros elementos que destacan es la barandilla de madera de una sola pieza, una maravilla artesanal que nos recuerda el espinazo de un gran cetáceo. Arriba, en el desván, los arcos catenarios nos hacen sentir dentro del vientre de una ballena. Mires donde mires, hay vida.


Este sorprendente banco doble fue diseñado por Gaudí para el salón comedor de la Casa Batlló. Si bien parece hecho de una sola pieza, está fabricado mediante el ensamblaje con cola de diversas piezas. Su diseño, con un reposabrazos divisor y dos asientos en ángulo opuesto, ofrece un aspecto único y transgresor al incumplir la clásica disposición lineal de los bancos de dos asientos. La forma ergonómica de los respaldos demuestra la constante preocupación de Gaudí por la comodidad.


Mobiliario Casa Calvet

Cripta de la Colonia Güell



Esta iglesia forma parte de un ambicioso proyecto de complejo industrial ubicado en la localidad de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona). Una gran colonia textil que Eusebi Güell, el gran mecenas de Gaudí, emprendió en 1890. El objetivo que el señor Güell quería con la Colonia Güell era alejarse de la ciudad, donde crecían los movimientos sindicales y plantear las casas de los obreros al lado de la fábrica integrándolas en la misma propiedad, resultando así un núcleo urbano con personalidad propia que aunase la vida social y económica. Como rasgo distintivo de esta colonia, Güell quiso dotarla de equipamientos culturales y deportivos.


A pesar de llamarse comúnmente “Cripta Güell” en realidad no se encuentra bajo tierra, ya que todas las ventanas de la iglesia dan a la calle.
Esta obra es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista.


El proyecto de colonia obrera ideado por Güell disponía de hospital, fonda, escuelas, comercios, teatros, cooperativa y capilla, además de las fábricas y las viviendas de los obreros, en una superficie total de unas 160 hectáreas. Gaudí se encargó de la planimetría del conjunto, para lo que contó con la colaboración de sus ayudantes Francisco Berenguer, Juan Rubió y José Canaleta.

La que habría sido iglesia de la Colonia fue proyectada por Gaudí en 1898, aunque no se colocó la primera piedra hasta el 4 de octubre de 1908.

La Casa Milà, llamada popularmente La Pedrera, la última obra civil de Gaudí


(«Cantera» en catalán), es un edificio modernista obra del arquitecto Antoni Gaudí, construido entre los años 1906 y 1910 en el distrito del Ensanche de Barcelona, en el número 92 del paseo de Gracia. La casa fue edificada por encargo del matrimonio Pedro Milá y Camps y Roser Segimon, y Gaudí contó con la colaboración de sus ayudantes Josep Maria Jujol, Domingo Sugrañes, Francesc Quintana, Jaume Bayó, Juan Rubió, Enrique Nieto y José Canaleta, así como del constructor Josep Bayó i Font, que había trabajado con Gaudí en la Casa Batlló. Desde su apertura al público en 1987 ha recibido más de 20 millones de visitas (un millón cada año aproximadamente), convirtiéndola en uno de los diez lugares más visitados de Barcelona


La Casa Milà es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: pertenece a su etapa naturalista.

El resto de viviendas, destinadas a alquiler, fueron proyectas por Gaudí con el mismo esmero, por lo que cuidó hasta el último detalle e intervino en numerosos casos en elementos decorativos y mobiliario. Por lo general, los salones y dormitorios de cada vivienda dan a la calle, mientras que las zonas de servicio se orientan a los patios interiores.

Gaudí recibió el encargo de construir una casa señorial de parte de Pedro Milá y Camps, un rico empresario cuyo padre, Pedro Milá y Pi, había forjado su fortuna en la industria textil. Milà amplió el negocio familiar y diversificó los sectores donde probó fortuna, siendo por ejemplo el promotor de la plaza de toros La Monumental. También se dedicó a la política, y fue diputado por parte de Solidaridad Catalana.

Arcos catenarios del desván
Estos arcos se unen en el techo en una especie de espina dorsal que recuerda el esqueleto de algún animal o la estructura de un barco dispuesta al revés.
La última planta es el desván, que Gaudí concibió de forma independiente al resto del edificio, con una original estructura a la vez plástica y funcional. Esta planta, de 800 m², albergaba los lavaderos y otras zonas de servicios, y actuaba a la vez como regulador térmico, aislando el edificio de las temperaturas extremas, tanto de invierno como de verano

 

La estructura de pisos de la Casa Milà arranca de un sótano destinado a garaje y trastero, al cual se accede desde los vestíbulos de entrada por unas rampas de forma helicoidal, que salvan un desnivel de 4,70 metros. Presenta una estructura de 90 columnas de piedra, hierro y ladrillo, que sostienen el edificio. Esta planta contenía además la sala de máquinas para la calefacción, así como diversas zonas de servicios comunes. Los vecinos accedían por unas escaleras auxiliares, contando cada uno con una plaza de garaje y un trastero.
El conjunto, por lo innovador, es una típica obra gaudiniana en la que las líneas geométricas son sólo rectas formando planos curvos. Toda su fachada está realizada en piedra calcárea, salvo la parte superior, que está cubierta de azulejos blancos, cuya combinación evoca una montaña nevada. 

El edificio se encuentra coronado por una azotea situada sobre el desván, donde Gaudí situó las salidas de escalera, las chimeneas y las torres de ventilación, que por sus originales formas y diseño innovador crean un auténtico jardín de esculturas al aire libre. La terraza está compuesta de varias secciones de diferentes volúmenes y niveles, cuyos desfases están comunicados por pequeños tramos de escaleras, y que crean un espacio de singular originalidad, que es a la vez funcional y estético, dos de las premisas clave del arquitecto.​ Estos desniveles de la azotea se deben a la distinta altura de los arcos del desván, lo que genera una terraza de formas sinuosas que, junto al diseño de corte fantástico de los elementos verticales que allí surgen, genera un espacio singular y original, que ha provocado multitud de interpretaciones diversas por parte de escritores, historiadores y críticos de arte: George Collins, por ejemplo, lo calificó de Wonderland («país de las maravillas»). En la azotea se encuentran un total de 30 chimeneas, dos torres de ventilación y seis salidas de escalera, diseñadas con diferentes soluciones estilísticas. 

En la azotea se encuentran grandes salidas de escalera rematadas con la cruz gaudiniana de cuatro brazos, y chimeneas recubiertas de fragmentos de cerámica, con la apariencia de cabezas de guerreros protegidas por yelmos. Cabe destacar la belleza del hierro forjado de sus balcones, que simulan plantas trepadoras, obra de los hermanos Lluís y Josep Badia i Miarnau.



De formas orgánicas, la Casa Milà evoca sin lugar a dudas la naturaleza: diversos estudiosos han percibido en la Pedrera formas que recuerdan los riscos de Fra Guerau en la sierra de Prades cerca de Reus.




La Casa Milà tiene tres fachadas, una en el paseo de Gracia, otra en la calle Provenza, y otra que hace chaflán, siguiendo el esquema habitual del Ensanche proyectado por Cerdà. Sin embargo, las tres presentan una continuidad formal y estilística que, por su forma sinuosa y ondulada, parece una roca modelada por las olas del mar. Las tres fachadas, de 30 metros de altura, contienen 150 ventanas, con diferentes soluciones estructurales, formas y tamaños, siendo más grandes las inferiores y más pequeñas las superiores, que reciben más luz. 

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