miércoles, 12 de octubre de 2022

XLIII - La Monarquía (753 a.C. - 509 a.C.) - Numa Pompilio - Vestal - El templo de Júpiter Óptimo Máximo - Lucio Tarquinio Prisco - Lucrecia - Lucio Junio Bruto - Julio César -El Templo de Venus Genetrix - PALACIO DEL MARQUÉS DE SAN ADRIÁN, TUDELA

XLII - (II) Grecia romana - El juicio de Paris - Europa según Estrabón - Casitérides - Cartago - Aníbal Barca - Eneas y Dido - El tofet de Cartago - Rapto de las sabinas , pincha aqui

La Monarquía (753 a.C. - 509 a.C.)

La fecha de la fundación de Roma en el año 753 a.C. es la más aceptada, cualquiera que fuese en esa época su denominación y estuviera organizada en forma de ciudad o fuese un conjunto de aldeas.

Que la primera forma de organización política fue de tipo monárquico nos lo confirman los restos arqueológicos y la tradición.

La tradición señala que el primer rey fue Rómulo, hijo de Marte y rey en cierto modo mítico, el cual configuró el primer ordenamiento político de la ciudad.

Su nombre, Romulo, significa Romano.

Nos dicen las fuentes que Rómulo, después de fundar la ciudad, buscó incrementar el número de sus súbditos por dos métodos: abriendo un refugio sobre la colina del Capitolio, donde se implantaron comerciantes extranjeros y gentes marginadas de otras comunidades, y raptando mujeres sabinas. El rey del pueblo sabino de Curi, Tito Tacio, atacó Roma y tomó el Capitolio. Posteriormente, ambas aldeas se unieron y se constituyeron en una sola ciudad con dos reyes hasta la muerte de Tito Tacio.

La lista canónica de los siete reyes de Roma, u ocho, si se incluye a Tito Tacio, es la siguiente: Rómulo, Numa Pompilio, Tulio Hostilio, Anco Marcio, Lucio Tarquinio Prisco, Servio Tulio y Tarquinio el Soberbio. Ningún historiador pone en duda la existencia de los tres últimos ya que la documentación arqueológica confirma los textos de los historiadores antiguos y también por las características de estos tres monarcas, similar a la de los tiranos griegos. Tampoco existen argumentos que hagan pensar que los primeros reyes sean falsos.

Hay historiadores que sostienen que ya existía la lista de los reyes cuando los primeros historiadores romanos, en el siglo III a.C., escribieron sobre los orígenes de Roma, lo que confirmaría la existencia de los mismos.

Numa Pompilio (753-674 a. C.) fue el segundo rey de Roma (716-674 a. C.), sucesor de Rómulo. Se casó con Tacia, hija del rey sabino Tito Tacio, por lo que fue concuñado de Rómulo. Se sabe muy poco de este rey. Gran parte de las noticias nos llegan a través de una biografía escrita por el autor griego Plutarco (c. 46-125).

Óleo sobre lienzo Numa Pompilio recibe de la ninfa Egeria las leyes de Roma (1806) de Felice Giani.
El Rey Numa Pompilio se desposó en dos ocasiones. La primera con Tacia, hija del rey sabino Tito Tacio, con la cual no engendraría descendencia. Posteriormente desposaría a Lucrecia, de la cual nacerían Pomponio, Pino, Capo, Mamerco, Pompilio y según algunos estudiosos Pompilia. Estos dieron a su vez origen a las Gens: Pomponia, Pinaria, Calpurnia, Aemilia, Pompilio y Pompilia.

Se le reconoce a Numa la instauración del templo de las vestales, templo sagrado donde unas sacerdotisas vírgenes mantenían el fuego sagrado, ya que la religión veía en el fuego el comienzo de la vida. Numa dedicó mucho tiempo a fortalecer la religión romana y el culto a los dioses, así como el luto y las costumbres.

Dividió el año en 12 meses

Según Plutarco, Numa Pompilio fue el primer rey que organizó una corporación de artesanos. Instituyó ocho clases: flautistas, orífices, carpinteros, tintoreros, zapateros, curtidores, broncistas, alfareros.

Vestal (del latín, Vestalis y plural, Vestales) en la religión de la Antigua Roma, era una sacerdotisa consagrada a la diosa del fuego y del hogar Vesta. Originalmente, es probable que fueran dos, cuatro en tiempos de Plutarco y posteriormente, seis. De su importancia dan prueba que el Colegio de las Vestales y su bienestar eran considerados fundamentales para la continuidad y seguridad de Roma. Eran sacerdotisas públicas Vesta publica populi Romani Quiritium y, como tales, constituían una excepción en el mundo sacerdotal romano, que estaba casi por entero compuesto de hombres.

En la actualidad
En él se custodiaba, siempre encendido, el fuego sagrado en honor de la diosa Vesta.​ Vesta es conocida como la protectora de Roma, diosa del fuego y del hogar. 

Reconstrucción del templo, con el templo de Cástor y Pólux en segundo plano
El templo existente usó arquitectura griega con columnas corintias, mármol y una cella central. La estructura que se conserva indica que había veinte columnas corintias construidas sobre un podio de quince metros de diámetro. El tejado probablemente tenía un agujero en lo alto para permitir que saliera el humo.

Finalmente, el 27 de febrero de 380, el emperador Teodosio I el Grande declaró el cristianismo en su versión ortodoxa la única religión imperial legítima, acabando con el apoyo del Estado a la religión romana tradicional y prohibiendo la adoración pública de los antiguos dioses. El templo de Vesta fue cerrado en 391 y Celia Concordia dimitió como vestalis maxima en 394. Hacia el final de su vida, se convirtió al cristianismo, doce años después.


El templo de Júpiter Óptimo Máximo, también conocido como templo de Júpiter Capitolino (en latín, Aedes Iovis Optimi Maximi Capitolini; en italiano, Tempio di Giove Ottimo Massimo), fue el templo más importante en la Antigua Roma y estaba localizado en la Colina Capitolina.

Estaba dedicado a Júpiter, junto a las otras dos integrantes de la Tríada Capitolina, Juno y Minerva.

Lucio Tarquinio Prisco (reinado, c. 616 a. C.-c. 578 a. C.), también conocido como Tarquinio el Viejo o Tarquinio I, fue el quinto rey de Roma según la tradición y el primero y fundador de la ciudad según algunos historiadores contemporáneos.

Consiguió que el Lacio le rindiera vasallaje. Más tarde luchó contra los sabinos y consiguió apoderarse de más tierras. Para sus luchas necesitó muchas armas que la industria pesada le proporcionó. Lucio Tarquinio fue el gran impulsor de la industria de Roma. Introdujo la costumbre etrusca del triunfo, tras la guerra victoriosa.
Con su afán urbanístico Roma dio un gran salto en incremento de monumentos y en planificación urbana. Se le atribuye la construcción de las alcantarillas llamadas Cloaca Maxima. Mandó trazar calles nuevas, barrios, un foro o plaza central y ordenó construir auténticas casas en sustitución de las cabañas habituales; el Circo Maximo y el templo de Júpiter en el Capitolio.
Murió asesinado en 578 a. C., víctima de la venganza de los hijos desposeídos de Anco Marcio.


Tarquinio y Lucrecia es una obra al óleo finalizada en 1571, por el pintor italiano renacentista Tiziano, cuando el artista ya contaba más de 80 años, y destinada al monarca español Felipe II. 
La historia de la Antigua Roma (o leyenda) de la violación de Lucrecia por Sexto Tarquinio, y su posterior suicidio, fue una temática popular dentro del arte renacentista. Tarquinio violó a Lucrecia luego de amenazarla de muerte si ella mostraba resistencia; la pintura muestra el momento exacto del incidente. Al día siguiente, ella lo delató y se suicidó, hecho que provocó que los romanos se rebelaran y derrocaran al padre de Tarquinio, Tarquinio el Soberbio, el último rey de Roma, y se estableciera la República romana. El hecho data tradicionalmente del 309 a.C.
La obra representa a Lucrecia muerta en las gradas de un templo y a Lucio Junio Bruto sosteniendo una mano del cadáver y exigiendo venganza contra el rey de Roma, lo que supuso el nacimiento de la República.

Casto Plasencia y Maestro (Cañizar, 17 de julio de 1846-Madrid, 18 de mayo de 1890) fue un pintor español. Practicó la pintura histórica, el retrato, la pintura de costumbres, la pintura decorativa y el gran mural, con una evolución posterior hacia la pintura del natural que le llevaría a crear la colonia artística de Muros dedicada al paisajismo plenairista.

Lucio Junio Bruto fue uno de los primeros cónsules de la República romana. Miembro de la familia de los Tarquinios, encabezó el levantamiento que condujo a la abolición de la monarquía en la Antigua Roma. En la imagen el Bruto Capitolino, un busto identificado tradicionalmente con Lucio Junio Bruto. Museos Capitolinos, Roma.
Lucio Junio Bruto a​ (m. 509 a. C.) fue un político y militar romano del siglo VI a. C., uno de los fundadores de la República y uno de los más famosos personajes de la historia tradicional de la Ciudad Eterna.

Lucio Tarquinio Colatino  fue un político romano, uno de los primeros cónsules de la República romana en el año 509 a. C. junto con Lucio Junio Bruto. Los dos hombres eran los líderes de la revolución que derrocó a la monarquía romana. Irónicamente, Colatino se vio obligado a renunciar a su cargo y exiliarse como consecuencia del odio contra la antigua casa reinante que había ayudado a engendrar tras la violación de Lucrecia.
Fenicia fue una antigua civilización compuesta por ciudades-estado independientes situadas a lo largo de la costa del mar Mediterráneo que se extendía por lo que hoy es Siria, Líbano y el norte de Israel. Los fenicios eran un gran pueblo marítimo, conocido por sus formidables barcos adornados con cabezas de caballo en honor a su dios del mar, Yamm, hermano de Mot, el dios de la muerte.

La ciudad insular de Tiro y la ciudad de Sidón eran los estados más poderosos de Fenicia


Herodoto cita a Fenicia como la cuna del alfabeto; afirma que fue llevado a Grecia por el fenicio Cadmo (en algún momento antes del siglo VIII a.C.) y que, antes de eso, los griegos no tenían alfabeto. 

Los fenicios eran conocidos sobre todo como marineros que habían desarrollado una gran habilidad en la construcción de barcos y eran capaces de navegar por las aguas a menudo turbulentas del mar Mediterráneo.
Debido a que sus productos eran tan apreciados, Fenicia se libraba a menudo de los tipos de incursiones militares que sufrían otras regiones de Oriente Próximo. 

Cuando Alejandro llegó a los muros de Tiro era ya un rey victorioso. Tras haber derrotado recientemente al rey del imperio persa, Darío III, su control del Levante Mediterráneo parecía asegurado. Pese al enorme poder militar del comandante macedonio, los habitantes de la ciudad se mostraron desafiantes, pues creían encontrase a salvo en su isla fortificada. La debilidad de la flota de Alejandro y el control persa del mar les infundieron la confianza suficiente para oponerse a este nuevo conquistador.
En el año 332 a.C., Alejandro Magno conquistó Baalbek (rebautizándola como Heliópolis) y marchó para someter a las ciudades de Biblos y Sidón ese mismo año. A su llegada a Tiro, los ciudadanos siguieron el ejemplo de Sidón y se sometieron pacíficamente a las exigencias de Alejandro. 

Se calcula que más de 30.000 ciudadanos de Tiro fueron masacrados o vendidos como esclavos y sólo aquellos lo suficientemente ricos como para sobornar adecuadamente a Alejandro pudieron escapar con vida (además de los que encontraron una forma de escapar a escondidas). Tras la caída de Tiro, las demás ciudades-estado siguieron el ejemplo de Sidón y se rindieron al dominio de Alejandro, acabando así con la civilización fenicia y dando paso a la era helenística.
La Fenicia romana
Para el año 64 a.C. las diferentes partes de Fenicia ya estaban anexionadas a Roma y, en el año 15 d.C., ya eran colonias del Imperio romano. 

Conquistas de Ciro
Ciro II el Grande (circa 600/575 – 530 a. C.) fue un rey aqueménida de Persia (circa 559-530 a. C.) y el fundador del Imperio aqueménida, primer Imperio persa, luego de vencer a Astiages, último rey medo (550 a. C.) y extendió su dominio por la meseta central de Irán y gran parte de Mesopotamia. Sus conquistas se extendieron sobre Media, Lidia y Babilonia, desde el mar Mediterráneo hasta la cordillera del Hindu Kush, con lo que creó el mayor imperio conocido hasta ese momento. Este duró más de doscientos años, hasta su conquista final por Alejandro Magno (332 a. C.).

Ciro es una figura de culto entre los iraníes modernos, y su tumba sirve de lugar de veneración para millones de personas. En la década de 1970, el último Sha de Irán, Mohammad Reza Pahlavi, identificó su famosa proclama inscrita en el Cilindro de Ciro como la declaración de derechos humanos más antigua que se conoce,​ y el Cilindro se ha popularizado desde entonces como tal.

Tumba de Ciro, en Pasargada.
Pasargada o Pasargadas  fue la primera capital del Imperio aqueménida bajo Ciro el Grande que emprendió su construcción (559-530 a. C.)

Tomiris sumerge la cabeza de Ciro en un recipiente con sangre, por Peter Paul Rubens, c.1622-1623.
Tomiris se entera de la captura de su hijo (lo mata)
Tomiris ​ reinó sobre los masagetas, pueblo iraní de la confederación de pastores nómadas escitas de Asia Central, al este del Mar Caspio, y que vivió en territorios de lo que hoy forman los estados de Turkmenistán, Afganistán, oeste de Uzbekistán, y sur de Kazajistán.​ Es conocida por haber vencido y dado muerte a Ciro el Grande​ en el verano del 530 a. C..

El decenvirato fue una institución de la República romana, que tuvo lugar en el siglo V a. C. Se trata de una magistratura extraordinaria que dispone de poder consular, creada en el cuadro de la lucha entre patricios y plebeyos, y que reemplaza al colegio de cónsules.​ Una vez acabada su misión, el segundo colegio de decenviros trató de mantenerse (ilegalmente) en el poder, pero la magistratura fue abolida, permitiendo la vuelta de los cónsules a la cabeza del Estado.

La muerte de Virginia. Francesco de Mura
Francesco de Mura (Nápoles, 1696-1782) fue un pintor italiano del último barroco.


La escena tiene como un tema fundamental el honor violado, y está inspirada en una historia de Ab Urbe condita, de Tito Livio, que sucedió en el 449 a. C.

Historias de Virginia, por Botticelli.
Alessandro di Mariano di Vanni Filipepi, apodado Sandro Botticelli (Florencia, 1 de marzo de 14451​- Florencia, 17 de mayo de 1510), fue un pintor del Quattrocento italiano. Pertenece, a su vez, a la tercera generación cuatrocentista, encabezada por Lorenzo de Médici el Magnífico y Angelo Poliziano.
Virginia era una joven hermosa, de familia plebeya, de la cual se enamoró el decemvri (juez de los tribunales) Apio Claudio Craso, durante el segundo Decemvirato.
Primero, Apio Claudio intentó seducirla con dinero y halagos, pero ella se resistió, porque estaba comprometida con el tribuno de la plebe, Lucio Icilio. Entonces Apio convenció a su cliente, Marco Claudio, para que afirmara que Virginia era una de sus esclavas, contando con que el padre de la joven estaba entonces enfrascado en una campaña militar contra los Equi, en el Monte Álgido.
Marco, cuando la joven estaba en el foro, trató de secuestrarla, sosteniendo frente a la multitud que ella era una de sus esclavas. Pero la gente, que conocían al padre de Virginia por su fama, no le creyeron y pusieron a salvo a la joven. Entonces Marco llevó el caso ante un tribunal, presidido por el mismo Apio Claudio.
Los defensores de la joven testificaron la paternidad romana de Virginia, y pidieron que cualquier decisión fuese suspendida hasta el regreso del padre, Lucio Virginio. En un primer momento, Apio Claudio decidió postergar la sentencia de Virginia hasta el retorno de su padre, por temor a la reacción de la multitud, y además, por la intervención de su prometido Icilio y del tío materno de Virginia, Publio Numitorio.
Al día siguiente, mientras la multitud se reunía para ver el proceso, llegó el padre de Virginia, y le explicó al juez Apio que la joven estaba comprometida, pero Apio Claudio ratificó la sentencia de esclavitud, y ordenó a los lictores aplacar la revuelta del foro. Cuando la multitud se dispersó, el padre de Virginia obtuvo el permiso de ir con su hija al templo de Venus Cloacina (Venus del Alcantarillado), y allí la mató, para evitar que cayera en manos de Apio.

Un regalo macabro para Julio César

Pompeyo llegó a Egipto un 28 de septiembre del año 48 a.C. huyendo de Julio César. Esperaba encontrar refugio, pero el rey Ptolomeo ordenó que lo asesinaran y decapitaran. Julio César hizo matar a los asesinos de su enemigo.


Pompeyo el Grande. Como su sobrenombre indica, fue uno de los generales más celebrados de toda la historia romana, habiendo luchado en Hispania, en África, aplastando la revuelta de Espartaco, limpiando el Mediterráneo de piratas o conquistando Siria, Palestina y Armenia.

Pero las cosas se le empezaron a torcer cuando se enfrentó a otro gran general de la época: Julio César. Se enfrentaron en una guerra civil que acabó llevando a Pompeyo a huir a Egipto, esperando que el rey Egipcio, Ptolomeo, lo ayudara en su lucha contra César.

Y así llegó Pompeyo en barco a la costa egipcia, un 28 de septiembre del año 48 antes de Cristo. Era el día después de su cumpleaños, pero no le esperaba una fiesta precisamente. Al poco de desembarcar, Pompeyo el Grande murió apuñalado por orden del rey Ptolomeo. Le cortaron la cabeza y se la mandaron a César de regalo. Pero César, a pesar de ser su enemigo, respetaba a Pompeyo, así que aquel detalle macabro del rey de Egipto no le sentó nada bien. ¿Y qué hizo para quitarse el disgusto? Pues lo que haría un general romano: hacer matar a los asesinos de Pompeyo.

Monumento al fundador de Pamplona: Pompeyo
La estatua de Pompeyo es , a estas alturas, un monumento a la dejadez, que debe avergonzarnos. A nuestros ediles se les olvida que al vicio de inaugurar le corresponde la obligacion de mantener lo inaugurado en perfecto estado, y si no, mejor estarse quietos.
José Antonio Eslava es un artista polifacético, capaz de expresarse con éxito en las más variadas disciplinas artísticas como son la pintura, el grabado, la escultura, el diseño de joyas o la ejecución de vidrieras. Dentro de su fecundo universo creador, el interés por la escultura pública se intensifica a partir de la década de 1980. En estas obras públicas, el artista trabaja con innegable magisterio en diferentes materiales como bronce, mármol, piedra o cemento y con diferentes expresiones. Eslava posee una formación clasicista y parte por tanto de unos principios figurativos, pero realiza su propia interpretación personal que aleja su producción del puro realismo

  • Autor: José Antonio Eslava
  • Material: Planchas de hierro batido de color negro, cemento blanco.
  • Instalación: 31 de diciembre de 1992
  • Ubicación: Rotonda de la plaza de Juan XXIII.
Hombres como dioses
El sitio de Alejandría fue una serie de escaramuzas y combates que se produjeron entre las fuerzas de Cayo Julio César y Cleopatra VII Filopátor y las de Arsínoe IV y Ptolomeo XIII entre finales del 48 e inicios de 47 a. C. en el contexto de las guerras civiles que vivían la República de Roma y el Reino de Egipto.

Este discurso de Cayo Julio César se ha perdido y sólo se lo conoce por ser citado por Suetonio. 
Mi tía Julia desciende de reyes por línea materna, y por la paterna, de los dioses inmortales; puesto que los Marcio Reyes, familia a la que pertenecía su madre, descienden del rey Anco Marcio, los Julios, por su parte, descienden de la diosa Venus, de cuyo linaje es nuestra familia. Coexisten, pues, en sus antepasados, los reyes, quienes, de carácter sagrado, ostentaron de entre los hombres el máximo poder, y los dioses inmortales, a quienes hasta los reyes se les encuentran sometidos.

Cayo o Gayo Julio César (12 o 13 de julio de 100 a. C.-15 de marzo de 44 a. C.) fue un político y militar romano del siglo I a. C. miembro de los patricios Julios Césares que alcanzó las más altas magistraturas del Estado romano y dominó la política de la República tras vencer en la guerra civil que le enfrentó al sector más conservador del Senado.

Denario de Eneas y Venus
Concedía mucha importancia al cuidado de su cuerpo y no contento con que le cortasen el pelo y afeitaran con frecuencia, hacíase arrancar el vello, por lo que fue censurado  y no soportaba con paciencia la calvicie. Su carácter beligerante le llevó a luchar contra la genética. El historiador y biógrafo romano Suetonio cuenta en su obra principal, Vidas de los doce césares, que “no se resignaba a ser calvo, ya que más de una vez había comprobado que esta desgracia provocaba la irrisión de sus detractores”.
El gran Julio César primero optó por disimular las entradas peinándose el pelo hacia delante, una tarea a la que le dedicaba su tiempo para obtener el mejor resultado. Pero por mucho que peinase, no podía ocultar lo evidente. Con este look aparece en muchas de las representaciones que le dedicaron en su época, desde monedas a esculturas. Incluso Rubens lo retrata así mucho tiempo después.
Columnas de un templo romano con las estatuas de Hércules y Julio César. Alameda de Hércules. Sevilla (la antigua Híspalis). Julio César llamó a la ciudad Iulia (por su nombre) Rómula (por Roma) Híspalis y, en el año 45 a. C., le dio el estatuto de colonia. También se le ha considerado el constructor de sus murallas.

El Mundo Romano tras las conquistas de César

No es posible saber con certeza qué condiciones fueron las que llevaron a un grupo de senadores a pensar en el asesinato de César. Los intentos de establecer un régimen autocrático tal vez tuvieron mucho que ver, pero no se puede descartar que hubiera otras motivaciones no tan nobles.

El Templo de Venus Genetrix en el interior del Foro de César


Relieve con putti tauroctoni de una decoración del templo. (Museo Arqueológico Nacional de Nápoles inv. 6718).

El solo hecho de que un número relativamente alto de senadores estuviera dispuesto a participar en el complot y a matar a César en el propio senado —lo que constituía un sacrilegio— da muestra del estado de cosas al que se había llegado.

PALACIO DEL MARQUÉS DE SAN ADRIÁN, TUDELA
La obra cumbre de la arquitectura civil renacentista de Navarra.


Residencia de familias ilustres como la de Magallón que da nombre a la calle y por cuyo título de Marqueses de San Adrián, se conoce a este palacio. Las estancias que un día hospedaron a insignes viajeros, son hoy las aulas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Del palacio, además de la sobria fachada de ladrillo, suelen destacarse el patio de luces y el espectacular alero de madera. Con todo, el principal reclamo del edificio son los frescos renacentistas que decoran la escalera primitiva que conduce a la zona más noble del palacio. Unos murales muy originales en los que se representan diosas de la antigüedad clásica junto a mujeres heroínas de la antigüedad grecorromana.


Monumental edificio de ladrillo de dos pisos y ático en galería. Su sobria fachada está rematada por un espectacular alero de madera muy ornamentado y atribuido a Esteban de Obray.

Todo el inmueble se articula en torno a un patio cuadrado organizado en dos alturas. Éstas se comunican mediante una colosal escalera. Y los murales que la decoran son, sin duda, lo más llamativo de este palacio. Pinturas renacentistas del siglo XVI totalmente restauradas y realizadas en un único tono, el gris. De ahí su nombre, grisallas. Excepcionales son su técnica y su temática, ya que en España son escasos los conjuntos mitológicos bien conservados.


Doce figuras femeninas de la antigüedad clásica ofreciendo pautas morales a la dueña de la casa. Mujeres castas, guerreras y divinidades clásicas. Éstas últimas son Venus (belleza), Juno (riqueza), Palas (sabiduría), y Eris (discordia). Eris parece aludir a la supuesta elección que debió hacer el marqués de Magallón al casarse con su mujer. La desnudez de los cuerpos de las 4 diosas se cubrió siglos después, coincidiendo con los usos del palacio como colegio de los austeros Hermanos del Sagrado Corazón.


Otro hecho memorable de este monumento tudelano es que entre sus paredes acogió numerosas tertulias culturales. En ello fue determinante el papel de José María Magallón y Mencos, marqués de San Adrián, a quién retrató Goya en 1804 (obra expuesta en el Museo de Navarra). Apuesto galán y muy instruido, le gustaba cultivarse y compartir sus pensamientos con otros dandys ilustrados.

Miniatura en colores y oro creada por el maestro Talbot en 1440 para el libro De Claris Mulieribus. En ella se representa a la emperatriz Julia Soemia frente a cuatro mujeres músicas. La obra se conserva en el Museo Británico.

De mulieribus claris o De claris mulieribus (en latín, significa literalmente «Acerca de las mujeres ilustres») es una colección de biografías de mujeres históricas y míticas escrita por el autor florentino Giovanni Boccaccio; fue completada entre 1361 y 1362.

Destaca por ser el primer libro de la literatura occidental dedicado exclusivamente a biografías de mujeres.
Giovanni Boccaccio (Certaldo —o Florencia—, 1313-Certaldo, 21 de diciembre de 1375) fue un escritor y humanista italiano. Es uno de los padres, junto con Dante y Petrarca, de la literatura en italiano. Compuso también varias obras en latín. Es recordado sobre todo como autor del Decamerón, libro esencial para introducir en la literatura europea el género de la novela corta o relato, y que utiliza el recurso técnico de la narración enmarcada. Con él fundó una nutrida escuela de novellieri que imitaron su obra.
Boccaccio declaró haber escrito el libro para preservar la memoria de 106 mujeres famosas, sin importar si habían sido buenas o malas.

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