Hera (en griego antiguo Ἥρα Hēra, o equivalentemente: Ἥρη Hērē en jónico y griego homérico) es la legítima esposa y una de las tres hermanas del dios Zeus en el panteón olímpico de la mitología griega clásica. Además, ocupaba el cargo de Reina de los dioses. Su equivalente en la mitología romana era Juno. Se le sacrificaban la vaca y más tarde el pavo real. Su madre se llamaba Rea y su padre Cronos.
Hera fue conocida por su naturaleza celosa y vengativa, principalmente contra las amantes y la descendencia de Zeus, pero también contra los mortales con los que se cruzaba, como Pelias. Paris, quien la ofendió al elegir a Afrodita como la diosa más bella, se ganó así su odio eterno.
En la Antigüedad se representa a Ío como una mujer con cuernos de vaca en la frente, o en forma de vaca. En época arcaica griega, hasta el siglo V, el tema más representado en relación con Ío, es el momento en que Hermes ataca a Argos para liberarla. En estos casos ella aparece en forma de vaca, y en ocasiones pueden aparecer Hera o Zeus, como los ejemplos que aparecen debajo. Hermes aparece en su forma clásica, ya que es Virgilio, en las Metamorfosis, el que narra que Hermes se disfrazó de pastor para acercarse a Argos.
Zeus es descubierto por su esposa Hera junto a la bella Io y la trasnforma en vaca para protegerla |
En la mitología griega, Argos Panoptes (‘de todos los ojos’) era un gigante con múltiples ojos. Era por tanto un guardián muy efectivo, pues sólo algunos de sus ojos dormían en cada momento, habiendo siempre varios otros aún despiertos. Era un fiel sirviente de Hera.
El último trabajo de Argos para Hera fue guardar de Zeus una ternera blanca. «Ata esta vaca con cuidado a un olivo en Nemea», le encargó. Hera sabía que la ternera era en realidad Ío, una de las muchas ninfas con las que Zeus se estaba apareando para establecer el nuevo orden. Para liberarla, Zeus mandó a Hermes que matase a Argos. Hermes lo logró disfrazándose de pastor y haciendo que todos los ojos de Argos cayesen dormidos con el sonido de su flauta de cañas y con historias. Luego lo decapitó con una espada en forma de media luna o, según una versión alternativa, arrojándole una pedrada.
Para conmemorar a su fiel guardián, Hera hizo que los mil ojos de Argos fuesen preservados para siempre en las colas de los pavos reales (Ovidio: Las metamorfosis I, 625; Apolodoro, Biblioteca mitológica II).
Peter Paul Rubens – “Juno y Argos” (1610-1611, óleo sobre lienzo, 249 x 296 cm, Wallraf-Richartz Museum, Colonia) |
EN EL RENACIMIENTO Y EL BARROCO:
En la Edad Moderna el tema será muy tratado y representado por muchos de los grandes artistas, tanto en el Renacimiento, que gusta de los temas mitológicos, como posteriormente en el Barroco, que gusta de los temas pastoriles y galantes, y de la representación de paisajes naturales, especialmente en el caso de la escuela holandesa.
En el Renacimiento va desapareciendo lo fabuloso, propio del mundo medieval, y se impone el naturalismo. Como en el mundo antiguo y en la Edad Media, el momento más representado del mito es la muerte de Argos, apareciendo Ío en forma animal, sin embargo cada vez es más frecuente la seducción de Ío, en tono erótico, siguiendo la línea de otros mitos de seducción, muy de moda en esta época, donde ella aparece desnuda o semidesnuda, en una pose sensual. En general todos los episodios del mito se representan siguiendo a Ovidio.
Se representa el ciclo completo de la seducción, la metamorfosis y la llegada a Egipto, en ocasiones en una sola obra y en otros casos en obras separadas, como vemos en los ejemplos siguientes.
Las Saturnales (en latín Saturnalia) eran unas importantes festividades romanas. La fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval que desplomaba las normas sociales. El poeta Catulo la llamó "el mejor de los días." Eran Navidad y Carnaval a un mismo tiempo y el cristianismo de la antigüedad tardía tuvo fuertes problemas para acabar con esta fiesta pagana, intentando sustituirla.
Las Saturnales se celebraban por dos motivos:
- En honor a Saturno, dios de la agricultura.
- Como homenaje al triunfo de un victorioso general (fiesta del triunfo).
Las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno).
Los Prerrafaelitas - Rossetti - Alma-Tadema (Museo Thyssen-Bornemisza), pincha aqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario