sábado, 29 de octubre de 2016

INFLUENCIAS ARTÍSTICAS EN LA MINIATURA MOZÁRABE - CÓDICE ALBELDENSE O VIGILANO - Las CIFRAS: Del Oriente al Occidente

La denominación de mozárabes que llevan miniaturas en la bibliografía corriente hunde sus raíces en la valoración que sus estudiosos han hecho de los elementos de tradición artística o arqueológica hispano-musulmana que aparecen representados en ellas de una manera más o menos esquematizada.
En primer lugar habría que hacer un pequeño análisis de lo tradicional en el área de desarrollo de los mismos manuscritos, es decir, en el ambiente estricto hispano-visigodo cristiano, con su tremenda carga de romanismo y de bizantinismo orientalizante, y en segundo lugar hay que comentar brevemente la importancia de las importaciones del mundo califal, que espléndidamente se manifestaron en la vieja Andalucía tal como lo demuestran dos series de manuscritos cordobeses e hispalenses anteriores a Magius y que tanto él como los demás ilustradores debieron conocer.
Nave central y detalle de los mosaicos de San Apolinar el Nuevo
La anunciación mosaico del arco triunfal basílica de Santa María la Mayor de Roma
Las arquitecturas plasmadas pictóricamente en los Beatos tienen un sentido plenamente descriptivo que llega ya a lo simbólico: están en la línea de las representaciones de la Jerusalén celeste en los mosaicos romanos de Santa María la Mayor (que muestran la ambición por representar edificios concretos); o de las representaciones de la resurrección de Lázaro en sarcófagos y en mosaicos (de gran estilización simbólica y típicas del Bajo Imperio y de tiempos algo posteriores, de las cuales una de las más típicas es la del mosaico de San Apolinario en Rávena), por citar algunos ejemplos. Es en este sentido de sintetizar formas y estructuras y de darles un valor histórico concreto en el que se han realizado las representaciones arquitectónicas de los manuscritos de los Beatos, pero la realidad plástica de tales arquitecturas ha obligado a añadirles los letreros explicativos concretos a fin de seguir la intención del iluminador. El espíritu, por lo tanto, deriva, sin apenas dudas, de una tradición claramente paleocristiana o romana.

El reino de Pamplona en el siglo X rompió con Córdoba e inició su expansión tanto militar como con alianzas selladas con matrimonios de los monarcas y nobles. De esta forma tenía lazos familiares muy próximos con el vecino reino de León. La dinastía Íñiguez terminó con Fortún Garcés (870–905) quien (según la tradición, que lo conoce como Fortún el Monje) abdicó y se retiró al monasterio de Leyre. Fue sustituida por la dinastía Jimena, que comenzó con Sancho Garcés I (905–925) y cuyo reino es denominado tanto "Reino de Pamplona" como "reino de Navarra". Sancho Garcés I y su hijo García Sánchez I desarrollaron una labor de repoblación y favorecimiento de las nuevas tierras y de los monasterios allí existentes. Sancho Garcés II y García Sánchez II el Temblón se vieron obligados a capitular ante Almanzor y a pagar tributos al Califato de Córdoba.
Con Sancho III el Mayor (1004–1035), el reino de Pamplona alcanza su mayor extensión territorial, aunque en una gran proporción no estaba adscrita al reino de Pamplona propiamente, abarcando casi todo el tercio norte peninsular. Antes de morir (1035) dividió sus territorios entre sus hijos: su primogénito, García Sánchez, reinó en Pamplona y heredó algunas tierras en Aragón y Castilla; Fernando obtuvo gran parte del condado de Castilla; Ramiro recibió tierras en Aragón y en Navarra, y Gonzalo en el Sobrarbe y otros puntos distantes de Aragón. De este reparto surge la nueva estructura política del siglo XII con los reinos de Navarra, Aragón y Castilla.

El reino de Pamplona se incorporó entre 1076 y 1134 a los territorios aragoneses, segregándose en el reinado de García Ramírez. En el de Sancho el Sabio (1150–1194) pasa a llamarse Reino de Navarra.
Una de las joyas más preciadas de El Escorial es el llamado Codex Conciliorum Albeldensis seu Vigilanus, que ingresó en la Biblioteca por generosa donación del Conde de Buendía a Felipe II. Escrito en letra visigótica, el manuscrito está compuesto por 429 folios de gran tamaño (455 x 325 mm.) y a dos columnas. Códice de verdadero lujo para los parámetros de la época. Fue terminado de escribir e iluminar en el año 976 para el Monasterio de San Martín de Albelda (Rioja) por el copista Vigila, auxiliado por sus colaboradores Sarracino y García, según consta en su colofón y en una de sus mejores miniaturas, en la que aparecen dibujados, entre otros personajes, los tres escribas iluminadores.
Última página del Códice Vigilano
Arriba: Reyes visigodos, folio 428
Centro: Reyes navarros
Abajo:  Amanuenses del Códice Albeldense
De paso en peregrinación a Santiago de Compostela, allá por los años 950-951, hace alto en Albelda de Iregua (Logroño), Gotescalco, prelado de Ánicium (hoy Le Puy) en la Aquitania, y pide a Gomesano, monje del cenobio de San Martín, una copia del libro de San Ildefonso sobre «La perpetua virginidad de María Santísima»; le promete Gomesano satisfacer sus deseos, y a la vuelta de su viaje recoge Gotescalco el códice y se lo lleva. Así, gracias a Gotescalco conocemos a Gomesano, y gracias a Gomesano, conocemos a Gotescalco.
Gomesano un auténtico monje del monasterio de S. Martín de Albelda. Se da a si mismo el nombre de Gomes en la línea 1.ª folio 69 v del manuscrito y el de Gomesano en la línea 49  folio 71. Ahora suelen transcribirlo algunos sencillamente por el castellano Gómez.
Chindasvinto (en gótico: Kinþaswinþs; ¿563?-653) fue rey de los visigodos (642-653).
Recesvinto (¿? - 672, Gerticos) fue un rey de los visigodos (653 - 672) que creó, junto con su antecesor Chindasvinto, un cuerpo de leyes común para los dos pueblos del reino, hispanorromanos y visigodos: el Liber Iudiciorum o Código de Recesvinto.
Égica o Egica (? – 702/703)1 fue rey de los visigodos (desde el año 687 – 702). Pariente del rey Wamba, Égica estuvo casado con Cixilo, hija de su antecesor, Ervigio.
Ramiro a la derecha junto a su hermano Sancho Garcés II de Pamplona, en el centro, y la mujer de éste, Urraca Fernández, a la izquierda.
Sancho Garcés II, apodado Abarca (938-994) fue hijo del rey García Sánchez I y Andregoto Galíndez, hija del conde de Aragón Galindo Aznárez II, y rey de Pamplona de 943 hasta su muerte. Aún siendo menor de edad, se le encomendó la tenencia del condado de Aragón y ya al alcanzar la mayoría de edad, gobernó el condado como regulus, «aunque siempre bajo la autoridad de su padre el rey de Pamplona».
Con motivo de la donación de la villa de Alastuey hecha por el rey de Pamplona al monasterio de San Juan de la Peña en 987, se titula rey de Navarra, siendo el primero que usó este nombre: «reinando Yo, D. Sancho, rey de Navarra, en Aragón, en Nájera y hasta Montes de Oca...». En esta época los reinos de León, Pamplona y el condado de Castilla estaban unidos por lazos familiares; la monarquía pamplonesa sostenía a Ramiro III de León, menor de edad.
Urraca Fernández (m. 1007) fue una noble castellana que se convirtió en reina consorte de León en dos ocasiones (951-956) y (958-960) y reina consorte de Pamplona en (970-994). Era hija del conde Fernán González y de Sancha de Pamplona.
Urraca había estado casada anteriormente con Ordoño III de León (antes de 950) primero y con Ordoño IV el Malo (en 956) en segundas nupcias, de quien se separó.
Ramiro Garcés (c. 9451 -m. 9 de julio de 981) fue el primer rey de Viguera, desde 970 hasta su muerte.

La Rioja es una comunidad autónoma de España situada en el norte de la península ibérica. Abarca parte del valle del Ebro en su zona septentrional y del sistema Ibérico en el sur. Geográficamente está dividida por 7 ríos que descienden desde la montaña hacia el Ebro, el cual vertebra la región, es por ello que a La Rioja le dicen: "La de los siete valles". El área norte, la de valle, presenta un clima mediterráneo y la zona sur, la montañosa, uno más húmedo y continental.
De forma tradicional se divide en tres subregiones de oeste a este, siguiendo el curso del Ebro: La Rioja alta, La Rioja media y La Rioja baja. Cada una de ellas con sus correspondientes municipios centrales y de servicios.
La comunidad es uniprovincial, por lo que no existe diputación y se encuentra organizada en 174 municipios. La capital y ciudad con mayor número de habitantes es Logroño. Su población es de 317.053 personas (INE 2015).

Ermita de San Esteban en Viguera
De época visigótica
La ermita de San Esteban, 9 m. de largo por 4,5 m. de ancho, fue la iglesia de un antiguo monasterio, cuyas dependencias se encontraban adheridas a las cuevas y cobijadas en el abrigo de la Peña de San Esteban.

Viguera es un municipio de la comunidad autónoma de La Rioja (España), situado a orillas del río Iregua.
La iglesia está cubierta con bóvedas, consta de una nave, un presbiterio compuesto de ábside y anteábside, y un iconostasis que tiene un puerta y dos nichos pasantes a los lados que separa el presbiterio de la nave.

No tiene tejado por no necesitarlo al estar ubicada bajo la enorme oquedad de la roca.

Iconostasio: Mampara o cancel que separa la nave del presbiterio en las iglesias de rito ortodoxo; suele estar decorado con iconos pintados.
 Fue construida en dos épocas:
La primera entre los siglos V y VIII y donde se construyó la nave rectangular.La segunda, alrededor del siglo XII, cuando se construyó el ábside y se realizaron las pinturas (finales S. XII o principios S. XIII).
En el interior hay pinturas que muestran una completa escenografía románica, restauradas en 1999 por el Taller Diocesano de Restauración, de Santo Domingo de la Calzada. Recuerdan a las miniaturas de los manuscritos de los monjes, como el Códice Albeldense, en cuatro colores: rojo, ocre, blanco y negro.
Albelda de Iregua es un municipio de la comunidad autónoma de La Rioja (España). Tiene una población de 3.098 habitantes
El Monasterio de San Martín de Albelda, fundado por Ordoño II con más de cien monjes en el año 921, fue a lo largo del siglo X un centro cultural de primer orden con un scriptorium de gran importancia. Sin embargo, de la gran cantidad de libros en letra gótica que pudo aún ver a comienzos del siglo XVI el conde de Aguilar en una de las cuevas del monasterio, solo nos han quedado dos manuscritos completos: el Códice Albeldense y el de Godescalco que se conserva actualmente en la Biblioteca Nacional de París.
Ordoño II según una miniatura medieval de la Catedral de León.
(c. 871-León, junio de 924) fue rey de Galicia, subordinado al rey de León, entre los años 910 y 914 y rey de León desde el año 914 hasta su muerte.
Segundo hijo de Alfonso III, fue un soberano enérgico y batallador que sometió a su autoridad única los territorios del reino leonés y combatió exitosamente contra los musulmanes, que aún dominaban la mayor parte de la península ibérica.
Leer es conversar. Del Códice Albeldense
El Monasterio de San Martín de Albelda se constituyó en el siglo X, gobernada La Rioja por los Reyes de Pamplona, en el centro cultural más importante del Reino, a superior altura, incluso, que el no menos famoso monasterio de San Millán de la Cogolla. Tuvo un activo y bien organizado scriptorium, donde los monjes de la comunidad elaboraban los Redess que eran necesarios para la liturgia, la vida espiritual e incluso jurídica. Algún códice fue escrito para el extranjero, como el ejemplar del Tratado de San Ildefonso sobre la virginidad de María que, a mediados del siglo X, se llevó personalmente a su tierra el obispo francés Godescalco del Puy.

Detalle del folio 17v del Códice Albeldense o Vigilano. A la izquierda está representado Noé con sus hijos Sem, Cam y Jafet, y a la derecha el mapamundi con los tres continentes.
Obra capital del escritorio albeldense y de la miniatura riojana
El códice, llamado por antonomasia Albeldense, es una monumental recopilación de textos de derecho canónico y civil. Contiene una colección completa de los concilios españoles y los cánones de todos los concilios generales, cuerpo principal al que se fueron añadiendo una selección de cánones y las decretales de los pontífices hasta San Gregorio Magno, contemporáneo de San Isidoro. Contiene también el Fuero Juzgo, es decir el código civil usado en España desde tiempo de los godos hasta el siglo XIII.

Ordo celebrando concilio. Detalle del Códice Albeldense o Vigiliano (folio 344).
Los primeros concilios se remontan a la época romana (397), pero fue a partir de la consolidación del Reino de Toledo cuando cobraron toda su importancia. Uno de los más relevantes fue el III Concilio de Toledo
La obra fue enriquecida por la adición de otros textos, ya no de valor jurídico, sino de historia o liturgia, todos ellos de gran interés, como la Vida de Mahoma, el Cronicón Albeldense o el Calendario, en el que por primera vez en Europa aparecen mencionados y dibujados los números árabes del 1 al 9, sin el 0.

La ciudad de Toledo en tiempos de los visigodos. Detalle del Códice Albeldense o Vigiliano (folio 142)
Sobre el término “mozárabe”
Se denominan “mozárabes” a los cristianos hispano-visigodos que a partir del año 711 permanecieron en los territorios bajo poder musulmán y conservaron su organización política, jurídica y eclesiástica a cambio del pago de impuestos. Con el transcurso del tiempo mantuvieron la denominación de “mozárabes” quienes abandonaron al-Andalus para refugiarse en el reino de León y otros territorios cristianos del norte.
Desde un punto de vista etimológico, “mozárabe” parece provenir del vocablo árabe musta’rab , que significaría “arabizado”. Así llamaban los musulmanes de al-Andalus a los habitantes autóctonos que habían asimilado parte de la lengua, las costumbres y la cultura de los árabes y bereberes con los que convivían.
Adan y Eva. La serpiente entrega un higo a Eva.
Como códice de lujo, la obra va enriquecida por 82 miniaturas de vivos colores, algunas a folio entero, con visiónes de ciudades –Toledo, por ejemplo– y retratos de personajes ilustres. A pesar de ser un Redes hispano, la técnica en el tratamiento del ropaje no es la tradicional visigótica mozárabe, sino que se inspira en las soluciones adoptadas por los miniaturistas carolingios.

Diagramas de cómputo del tiempo (detalle), folio 7v, Crónica Albeldense
Estrella de los vientos representada en el Códice Vigilano 
Las CIFRAS: Del Oriente al Occidente

Tras su conversión al Islam en el siglo VI, los árabes iniciaron una expansión hacia el Oriente que los llevó a territorio hindú. A través de esa frontera se filtró el sistema hindú de numeración, de forma que ya a finales del siglo VIII los musulmanes lo habían asimilado.
Del primer cuarto del siglo IX data una de las mejores aritméticas que los árabes compusieron. Su autor fue Al-Jwarismi o Al-Khwarizmi (780-850), el gran matemático y astrónomo árabe, uno de los padres del álgebra. Al-Jwarismi trabajó en Bagdad en la Casa de la Sabiduría. Esta institución fue creada por Al Mamún, el gobernador que aparece en las Mil y una noches, para el conocimiento y desarrollo de la filosofía, la astronomía, las matemáticas y otras ciencias. El libro de aritmética de Al-Jwarismi lo conocemos por una versión latina del siglo XIII, pues no se ha conservado en su versión árabe. En él se explica la forma de representar números usando el sistema y las cifras hindúes, y la forma de hacer las cuatro operaciones –suma, resta, multiplicación y división–.

 SAN LORENZO DEL ESCORIAL MONASTERIO-BIBLIOTECA-COLECCION CODICE ALBELDENSE O VIGILANO PROCEDENTE DEL MONASTERIO DE SAN MARTIN DE ALBELDA, CALENDARIO CON NUMERACION ARABE, Obra de MONJE VIGILIA
La forma de representar los números que los árabes aprendieron en el Oriente circuló hasta la otra punta de sus dominios; y así, a través del norte de África, el sistema de numeración hindú llegó a España en el siglo IX. Además de los musulmanes, los mercaderes y comerciantes judíos pudieron también tener un papel importante en esta trashumancia que llevó los números del Oriente al Occidente.
El diseño de las 10 cifras que los árabes nos trajeron a Occidente deriva directamente de las cifras nagari de los hindúes, aunque adaptadas a la caligrafía árabe.

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