domingo, 16 de marzo de 2014

Luis II de Baviera - Castillos de Linderhof, Neuschwanstein y Herrenchiemsee (Réplica exacta de Versalles)

Luis II de Baviera, pincha aqui
Volcó sus mayores energías en paraísos artificiales, diseñando y construyendo tres grandiosos castillos siguiendo el estilo historicista imperante en la época: Linderhof, Neuschwanstein y Herrenchiemsee. 
En esto perpetuaba la tradición de su familia, que había construido grandes avenidas en Múnich y castillos por toda Baviera. Contrariamente a lo que se piensa, Luis II gastó su fortuna familiar para la construcción de estos castillos, sin arruinar las arcas del Estado. En la construcción de los castillos fue asesorado por el diseñador de edificios Christian Jank.
Linderhof 
Es un palacio localizado en un valle cercano al pueblo de Oberammergau, en el estado federado de Baviera, Alemania. Es el más pequeño de los tres palacios construidos por Luis II de Baviera y el único que vio terminado.
El palacio fue construido en el lugar de un coto de caza de Maximiliano II de Baviera, el padre de Luis II. Este coto contenía una pequeña casa conocida como el Königshäuschen (casita real) que Luis II había visitado desde su niñez cuando acompañaba a su padre de cacería. Al morir su padre, Luis II heredó el Königshäuschen y desde 1869 empezó a expandirlo agregado alas adicionales bajo la dirección del arquitecto de la corte (Hofbaudirektor), Georg Dollmann. Finalmente en 1874 decidió derrumbar el Königshäuschen y reconstruirlo en el lugar donde se encuentra hoy en día, a unos 200 metros del palacio.


Si se toma el cuenta el tiempo que pasó aquí, podemos decir que Linderhof fue su palacio favorito, pues en total vivió ocho años en este lugar. Al rey le gustaba caminar por los jardines y parques del palacio, muchas veces descalzo.





Cuarto de espejos

Luis II usaba este cuarto como sala. Le gustaba sentarse en el nicho y leer, a veces toda la noche. Como el rey dormía durante el día y estaba despierto durante la noche, la luz de las candelas reflejadas miles de veces en los espejos han de haber hecho una impresión inimaginable. La colocación paralela de los espejos crea el efecto de una avenida que se extiende hasta el infinito.



Casa marroquí
La "casa marroquí" fue comprada por orden de Luis II en la exposición universal de París de 1878, donde era parte de una gran exhibición de tema oriental. El 25 de noviembre del mismo año llegaron las piezas individuales a Linderhof y para diciembre ya estaban ensambladas cerca de la "Choza de Hunding".
El interior de la "casa marroquí" fue ricamente decorado con alfombras y otros objetos. Además las ventanas fueron reforzadas y se construyó una chimenea, lo que cambió su aspecto original.
Tras la muerte del rey, la "casa marroquí" fue vendida y movida a Oberammergau, donde terminó quedando en mal estado. El edificio fue comparado nuevamente para Linderhof en 1980 y cuidadosamente restaurado. Fue edificado en un lugar más cercano al castillo en 1998, en el lugar donde está hoy en día


Kiosko morisco

Gruta de Venus
Por una orden de Luis II del 15 de diciembre de 1875, se construyó la "Gruta de Venus", que quedó terminada en 1877. La gruta fue construida con armazón de hierro y paredes de lienzo impregnado y recubierto con una mezcla de cemento. De la misma manera fueron hechas las estalactitas y estalagmitas.
La gruta está dividida en dos grutas laterales y una central, que según la iluminación recuerdan la "Gruta azul" de Capri o la "Gruta de Venus" de la ópera de Richard Wagner, Tannhäuser. El rey hizo además que se pintaran paisajes y escenas de Tannhäuser en las paredes. Para protegerlas de la humedad, las pinturas se recubrieron de cera. Una cascada y una barcaza en forma de concha fueron hechas para ser utilizadas dentro de la gruta.
Siete hornos eran necesarios para la calefacción de la gruta. Estos eran utilizados incluso en verano, ya que el interior es muy frío. Una máquina de proyección de arco iris y una máquina para hacer olas completaban la ilusión de un mar artificial cuando el rey quería ser transportado en la barcaza.
El novedoso sistema de iluminación eléctrica, con 24 motores de dínamos, fue la primera central eléctrica de Baviera. En particular resultó problemática la iluminación para el efecto de la "Gruta azul", debido a la insistencia del rey por un "azul más azul". Esta insistencia fue el impulso para que la empresa BASF más tarde obtuviera una patente para la fabricación del índigo artificial.


Templo de Venus en el jardín.

El castillo de Neuschwanstein 



(En español: Nueva Piedra del Cisne) está situado en el estado federal de Baviera cerca de Füssen, Alemania. Su construcción fue ordenada por Luis II de Baviera, el «rey loco», en 1866. Su nombre original era «Nuevo castillo de Hohenschwangau» , en honor del castillo donde el rey pasó gran parte de su infancia. El nombre fue cambiado después de la muerte del rey. Es el edificio más fotografiado en Alemania y uno de los destinos turísticos más populares en ese país con 1,4 millón de visitantes anuales.



El 15 de mayo de 1868 le escribió a Wagner diciéndole que quería construir un castillo "al estilo auténtico de los antiguos castillos alemanes" sobre el desfiladero de Pöllat y que sería "más bello y acogedor que el castillo de abajo, el de Hohenschwangau".



El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico. Nació en la imaginación Luis II como una pura fantasía romántica de un castillo medieval idealizado. El castillo es una composición de torres y muros que pretendía armonizarse con las montañas y los lagos. Está situado sobre el desfiladero de Pöllat en los Alpes Bávaros y se alza sobre el castillo de Hohenschwangau y los lagos Alpsee y Schwan.


Combina eclécticamente varios estilos arquitectónicos y su interior alberga múltiples piezas de artesanía no menos fantásticas. Su diseño no es funcional, sino estético, siendo en buena medida el producto de la mente de un escenógrafo teatral. Por dentro, además de continuas referencias a leyendas y personajes medievales como Tristán e Isolda o Fernando el Católico, contiene una completa red de luz eléctrica, el primer teléfono móvil de la historia (con una cobertura de seis metros), una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci y vistas a los paisajes de los Alpes Bávaros, incluyendo una cascada que el monarca podía contemplar desde su habitación.



El equipo de cocina incluía una estufa Rumford que movía el pincho con su propio calor y por lo tanto la velocidad de rotación se ajustaba automáticamente. El aire caliente producido era aprovechado para la calefacción central. Otras novedades para la época eran agua corriente, e inodoros con descarga automática.




Fotocromo de la Sala del trono, vista desde el trono.
Murales del ábside de la Sala del trono.
El palacio de Herrenchiemsee 



Es un palacio real erigido por Luis II de Baviera en la isla Herrenchiemsee en el lago Chiemsee, en Baviera, entre 1878 y 1886. 


Ante el palacio se despliegan a la manera del absolutismo unos bellos jardines con laberintos, enormes fuentes decoradas, setos recortados y un embarcadero privado.

El palacio, que originariamente iba a ser una réplica exacta de Versalles, consta únicamente del ala principal, ya que Luis II de Baviera se quedó sin dinero durante la construcción y falleció antes de la finalización de las obras.




En el interior se alternan las estancias amuebladas a todo lujo como la gran sala de los espejos, la escalera y el dormitorio, con las habitaciones vacías que por falta de financiación nunca podrían ser decoradas como había sido previsto. En el ala sur se alberga, en varias estancias inconclusas, el Museo de Luis II de Baviera.
El Rey Loco nunca quiso hacer el palacio accesible al público; debía estar destinado exclusivamente a él como refugio privado, donde poder escapar de la cotidianeidad y viajar a sus mundos oníricos.


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