Extracto del libro de Javier Reverte, "Un otoño romano"
La provincia de Roma es un regalo de la naturaleza. Fueron sabios los padres fundadores al escogerla. ¿Y quién se iría de aquí por propia voluntad?.
Los lagos Albano y Nemi (más grande el primero que el segundo) son de origen dos cráteres de volcanes extintos y sus empinadas paredes exhiben una vegetación casi tropical.
Un maar es un cráter volcánico ancho y bajo, producido por una erupción freático-magmática, es decir, una explosión causada por agua subterránea que entra en contacto con lava caliente o magma. Los maares suelen llenarse de agua, formando un lago de cráter o laguna cráterica de poca profundidad.Castel Gandolfo es una pequeña localidad italiana situada en la región del Lacio, a orillas del lago Albano, a 18 km al sureste de Roma. El municipio es muy conocido por encontrarse allí la residencia de verano del papa.
La Residencia Papal (Residenza Papale en italiano) es un edificio del siglo XVII que fue diseñado por Carlo Maderno para el papa Urbano VIII. El Palacio Papal y el chalet colindante de Barbarini fueron añadidos al complejo por Pío XI.
Aquí fallecieron los pontífices Pío XII en 1958 y Pablo VI en 1978. Aquí residió por un tiempo el pontífice emérito Benedicto XVI tras retirarse del papado en febrero de 2013. Posteriormente se ha trasladado al Monasterio Mater Ecclesiae, lugar en el que se retiró a servir a la iglesia y al mundo con su oración.
Hemos ido primero al lago Albano, pero la lluvia nos ha echado de Castel Gandolfo. Para secarnos, seguimos camino hasta el Nemi y a la orilla del lago visitamos el Museo de las Naves Romanas, un curioso lugar poco conocido y algo apartado de las rutas turísticas. Aquí, en dos inmensos galpones, se encuentran los restos y las maquetas de lo que fueron dos enormes barcos hechos construir para su disfrute por el vesánico emperador Calígula.
Los barcos de Nemi eran dos grandes y lujosos barcos construidos por orden del emperador romano Calígula, en el siglo I, en el lago de Nemi, un lago volcánico a unos 24 km. al sur de Roma.
En busca de los Barcos de Calígula – Prof. Manuel Lafarga, pincha aqui
De Calígula, un monarca esquizofrénico, ya sabemos sus locuras; la más llamativa de todas, su imposición al Senado del nombramiento de cónsul a su caballo Incitato, al que construyó una cuadra de mármol con un pesebre de marfil. Pero hizo cosas peores; un día soñó que los calvos eran ciudadanos malévolos y a todos los que pudieron detener sus guardias en la ciudad los echaron a las fieras del circo. Lo mismo hizo en otra ocasión con los filósofos, y Séneca se salvó solamente porque fingió estar muy enfermo. Calígula gobernó entre el 37 y el 41 d. C., y en esos cuatro años gastó en lujos y caprichos casi toda la fortuna con que había nutrido su antecesor Tiberio las arcas del Estado.
Poco después de ascender al poder, Calígula se hizo construir una villa a orillas del Nemi y ordenó armar dos imponentes naves de recreo con las que pasear en verano sobre sus aguas y disfrutar de espléndidos banquetes y bacanales. La mayor de ellas medía 73 metros de eslora por 24 de manga y la otra, 70 por 20. Aparte de los suntuosos salones, contaban con sendos templos dedicados a la diosa egipcia isis, de la que era devoto Calígula, alzados sobre solumnas de mármol. Los barcos estaban llenos de estatuas y de objetos lujosos. Valían, pues, una fortuna.
Poco después de ascender al poder, Calígula se hizo construir una villa a orillas del Nemi y ordenó armar dos imponentes naves de recreo con las que pasear en verano sobre sus aguas y disfrutar de espléndidos banquetes y bacanales. La mayor de ellas medía 73 metros de eslora por 24 de manga y la otra, 70 por 20. Aparte de los suntuosos salones, contaban con sendos templos dedicados a la diosa egipcia isis, de la que era devoto Calígula, alzados sobre solumnas de mármol. Los barcos estaban llenos de estatuas y de objetos lujosos. Valían, pues, una fortuna.
Calígula fue asesinado en palacio por sus pretorianos. Y no sólo lo mataron a él, sino también a su esposa Cesonia. Y, además, le rompieron la cabeza a su hija pequeña. Fue una manera una tanto brusca de acabar con la estirpe de aquel loco. Unos días después, sus asesinos, tras apoderarse de los objetos más ricos que contenían, hundieron los barcos.
Y en el fondo del lago, a muy poca profundidad, permanecieron veinte siglos, y durante todo ese tiempo, los pescadores de las aldeas vecinas, en los días de agua claras, podían distinguir sus armazones. Pero entre 1927 y 1932, por orden de Mussolini, el Nemi fue desecado, los cascos de las naves llevados a un gran galpón, construido en sus orillas para exhibirlos, y el lago vuelo a rellenar. Y en el museo estuvieron expuestos hasta que, en mayo de 1944, ardieron en un combate entre los alemanes que se retiraban del Lazio y las guerrillas de partisanos italianos. Tras la Segunda Guerra Mundial, el museo volvió a abrirse, con maquetas que reproducían las naves destruidas y los objetos que pudieron ser rescatados.
Hoy, domingo, noviembre de 2013 seguimos la excursión, yendo a Tívoli, unos cincuenta kilómetros al este de Roma.
Y el día ha sido delicioso. Los emperadores romanos, en el apogeo de su poder, elegían un terreno algo alejado de la ciudad como refugio para el verano, su "villa" particular, que a la postre se convertía en una suerte de territorio medio urbano y medio campestre, con arboledas..., y con sus templos, sus termas, sus diversos palacios, a veces un pequeño estadio, un gimnasio y un teatro.
Adriano __sí, ese, el de Marguerite Yourcenar__eligió construir su villa al pie del actual pueblo de Tívoli, en una zona de tierras feraces, agua en abundancia y cercana a las montañas del Preneste. Quizá hoy en día, la mejor conservada de todas las villas imperiales romanas, que, por lo general, no son otra cosa que campos de ruinas.
La antigua Tibur, o actual Tivoli, es una ciudad del Lacio, en Italia, en la provincia de Roma, con unos 55.500 habitantes. Está en la margen izquierda del río Aniene (antiguo Anio) al noreste de Roma.
Fue una localidad romana de gran belleza por su paisaje agreste, de bosques escalonados y cascadas, lo que le daba un clima más fresco que en la sucia y populosa Roma. Se convirtió en lugar favorito de veraneo en los tiempos del Imperio romano. En ella tuvieron sus villas muchos personajes romanos, entre los que cabe mencionar al emperador Adriano y al poeta Quinto Horacio Flaco (65–8 a. C.). Las modernas obras hidráulicas de captación de agua desecaron muchos de los viejos manantiales y el paisaje del lugar ha variado sensiblemente.
Canopo en Villa Adriana, que imitaba la villa egipcia de Canopus, un lugar de recreo cercano a Alejandría. Vista desde el templo de Serapis. |
Pero impresionan las enormes cúpulas de sus termas y palacios, sus estanques y, a mí en particular, ese Canopo, una piscina rectangular de agua flanqueada por columnas y por algunas estatuas de dioses, entre ellas la de un Marte bellísimo.
Tivoli - Villa Adriana - Teatro Marítimo |
Muchos historiadores de ayer y de hoy consideran a Adriano uno de los mejores, si es que no el mejor, de todos los emperadores, de la antigua Roma. Reinó entre el 117 y el 138 d.C., un largo período para aquellos tiempos de conspiraciones y crímenes. Adriano, como su antecesor y tutor Trajano, había nacido en España, en la colonia romana de Itálica, de modo que era sevillano. Su tutor lo eligió sucesor quizá por ello y a pesar de que le ponía los cuernos con su esposa Plotina. Tenía cuarenta años cuando accedió al trono.
Lo primero que hizo fue poner fin a las guerras en que andaba metido Trajano, quien, por cierto, había llevado las fronteras del Imperio más lejos que nunca antes. Y enseguida se reveló como un excelente y honrado administrador. Sus ratos de ocio los pasaba pintando, cantando y escribiendo versos. Al parecer era un ateo absoluto, pero respetaba las instituciones religiosas porque entendía que constituían uno de los fundamentos de la civilización de Roma y de su estructura social y política. Bisexual y enamoradizo, era un gran intelectual, versado en literatura y en filosofía e inclinado al estoicismo. Admiraba la arquitectura griega y ordenó reconstruir el magnífico Panteón de Agripa sobre el diseño original después de que lo destruyera un incendio. E hizo levantar un gran mausoleo al otro lado del Tíber, lo que hoy conocemos como Castel Sant'Angelo. Una de sus grandes pasiones era viajar.
Mole Adrianorum: aproximación mediante simulación digital a su posible apariencia. |
Organizó con escrúpulo una eficaz burocracia del Estado, otorgando al Senado grandes poderes de supervisión. Y ello le permitía ausentarse con frecuencia de Roma, cosa que le encantaba. Quizá usando como pretexto la necesidad de cuidar bien de su Imperio, emprendía muy largos viajes y, aunque lo suyo no era la guerra, no dudaba en ponerse al frente de sus legiones cuando era preciso combatir para defender los dominios romanos. Recorrió la Galia, Germania, cruzó el mar del Norte y desembarcó en las islas Británicas, navegó el Rin, visitó España, descendió al Magreb, recorrió las costas occidentales de Turquía y volvió a África para navegar el Nilo. Todo ese viaje duró cinco años. Y en el curso de su periplo, perdió a su joven amante, un muchacho llamado Antinoo del que estaba perdidamente enamorado, que se ahogó en el Nilo.
Enfermo en su suntuosa Villa Adriana, a las afueras de Tívoli, designó sucesor a Antonino, a quien confirió el título de "César" (el nombre del gran estadista asesinado en el Senado 182 años antes), que todos los siguientes emperadores continuaron usando para significarse como cabeza del Imperio. Y "césares" fueron también otros grandes hombres del futuro, como Napoleón.
La elección de Antonino resultó tan acertada como su propio reinado, pues demostró ser un digno sucesor del emperador romano nacido en Sevilla.
El Panteón de Agripa o Panteón de Roma |
El Panteón de Agripa o Panteón de Roma (en italiano: Il Pantheon) es un templo de planta circular erigido en Roma por Adriano, entre los años 118 y 125 d. C. completamente construido sobre las ruinas del templo erigido en el 27 a. C. por Agripa, destruido por un incendio en el año 80, dedicado a todos los dioses (la palabra panteón, de origen griego significa «templo de todos los dioses»). En la ciudad, es conocido popularmente como La Rotonda (la Rotonna), de ahí el nombre de la plaza en que se encuentra.
La cúpula, apenas perceptible desde fuera, resulta espectacular desde el interior. |
El Partenón ha ejercido una fascinación permanente en los arquitectos a lo largo de la historia del arte, especialmente en el renacimiento y en el barroco, dejando su huella como en la "Capilla Pachsi" y en la "cúpula de Santa María de Florencia", ambas de Brunelleschi y "San Carlos de la cuatro fuentes" de Borromini en Roma.
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