Gian Lorenzo Bernini (Nápoles, 7 de diciembre de 1598 - Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano. Trabajó principalmente en Roma y es considerado el más destacado escultor de su generación, creador del estilo escultórico barroco.
Bernini poseía la habilidad de crear en sus esculturas escenas narrativas muy dramáticas, de captar unos intensos estados psicológicos y también de componer conjuntos escultóricos que transmiten una magnífica grandeza. Su habilidad para tallar el mármol llevó a que fuera considerado un digno sucesor de Miguel Ángel, muy por encima de sus coetáneos y especialmente de sus grandes rivales, Alessandro Algardi y Francesco Borromini. Su talento se extendió más allá de la escultura y fue capaz de sintetizar de manera brillante la escultura con la pintura y la arquitectura en un todo conceptual y visual coherente. Hombre profundamente religioso que puso su arte al servicio de la Contrarreforma, Bernini empleó la luz como un destacado recurso metafórico que completa sus obras, en ocasiones con puntos de iluminación invisibles que intensifican el foco de la adoración religiosa o amplifican el dramatismo de la narrativa escultórica.
Francesco Borromini, pincha aqui
Pietro da Cortona, cuyo auténtico nombre era Pietro Berettini (o Berrettini) (*Cortona, 1 de noviembre de 1596 – †Roma, 16 de mayo de 1669) fue un pintor y arquitecto italiano.
Pietro de Cortona pertenece al período inicial del Barroco. Es conocido fundamentalmente por su trabajo en el terreno de los frescos decorativos y de la pintura. Durante el pontificado de Urbano VIII (de quien hizo un retrato), fue uno de los principales artistas establecidos en Roma, junto a Bernini y Borromini. Se puede decir que representa el máximo exponente del arte decorativo del Barroco pleno.
Urbano VIII, (* Florencia, Abril de 1568 – † Roma, 29 de julio de 1644). Papa n.º 235 de la Iglesia católica entre 1623 y 1644. - Pietro da Cortona |
Re-erección del obelisco en 1586 |
Plaza de San Pedro, en el Vaticano, vista desde la cúpula de la Basílica. |
Pietro Ottoboni, el último "cardenal nepote" (oficio de la Curia, no confundirse con el "cardenal nepote"), pintado por Francesco Trevisani |
Un cardenal nepote (también conocido como valido de su tío; en latín: cardinalis nepos; en italiano: cardinale nipote; en francés: prince de fortune) es un cardenal promovido por un papa que es su tío (en italiano, nepote significa sobrino) o, de un modo más general, su pariente. La práctica de crear cardenales nepotes tuvo su origen en la Edad Media, y alcanzó su apogeo en los siglos XVI y XVII. La palabra nepotismo hace referencia a esta práctica. A partir de mediados del Papado de Aviñón (1309–1377) y hasta la bula del anti-nepotismo del papa Inocencio XII, Romanum decet pontificem (1692), un papa sin un cardenal nepote era una excepción a la regla. Todos los papas del Renacimiento que nombraban cardenales debían elegir a un pariente para el Colegio cardenalicio, y sus sobrinos eran la elección más común.La Roma de inicios del siglo XVII era una ciudad de un fervor artístico excepcional, novedoso y revolucionario, que acogía artistas de toda Europa en una continua confrontación de ideas y experiencias artísticas. En este ambiente trabajaron maestros como Caravaggio, Annibale Carracci o Peter Paul Rubens, quienes abrieron la senda del Barroco.
Recibió las primeras enseñanzas de su padre, el escultor manierista Pietro, cuya influencia se notaría en las primeras obras de Gian Lorenzo.A su lado el joven Bernini aprendería la organización de un taller colectivo (en el futuro dirigirá muchos) y la fusión interna de un proyecto arquitectónico con la iconografía, la escultura y la pintura.
Pietro Bernini, se instaló en Roma el año 1605 para trabajar en las obras de Paulo V. Realizó, entre otras, el relieve de La Asunción de la Virgen en el baptisterio de la basílica de Santa María la Mayor. También participó en la construcción de la Capilla Paulina, proyectada por Flaminio Ponzio para albergar la tumba de los papas Paulo V y Clemente VIII.
Las obras de Bernini revelaron ya desde un principio su enorme talento. En su primera fase estilística, Bernini demuestra un interés y un respeto absoluto por la escultura helenística, en obras que imitaban a la perfección el estilo antiguo.
Entre 1621 y 1625 Bernini realizaría cuatro obras que lo consagrarían como un maestro de la escultura y le darían fama. Se trata de los cuatro Grupos Borghesianos, cuatro grupos escultóricos basados en temas mitológicos y bíblicos encargados por el cardenal Borghese.
Las obras en cuestión eran Eneas, Anquises y Ascanio, basado en la Eneida, el Rapto de Proserpina, el David y Apolo y Dafne. Son obras monumentales que marcarían una nueva dirección en la carrera de Bernini. Las cuatro permanecen actualmente en la Galería Borghese de Roma.
Se trata de una escultura de mármol de 220 cm de alto, expuesta en la Galería Borghese, en Roma. Pertenece al estilo barroco.
Eneas, Anquises y Ascanio es una estatua realizada por Gian Lorenzo Bernini entre 1618 y 1619.
El grupo escultórico representa a Eneas huyendo de la ciudad de Troya llevando a su anciano padre, Anquises sobre sus hombros, y a su hijo Ascanio llevando el sagrado fuego del hogar, mientras Anquises sostiene a los dioses del hogar familiar (penates). Bernini, que tenía 21 años cuando hizo esta obra, aún sentía la influencia de su padre, Pietro, con sus composiciones en forma de torre propias de finales del siglo XVI. Muchos expertos consideran que esta obra es, principalmente, de su padre.
Actualmente se exhibe en la Galería Borghese, situada en la villa del mismo nombre al norte de Roma.
La Eneida es una epopeya latina escrita por Virgilio en el siglo I a. C. por encargo del emperador Augusto con el fin de glorificar el imperio atribuyéndole un origen mítico. Virgilio elaboró una reescritura, más que una continuación, de los poemas homéricos tomando como punto de partida la guerra de Troya y la destrucción de esa ciudad, y presentando la fundación de Roma a la manera de los mitos griegos.
El rapto de Proserpina. Es una escultura realizada por Gian Lorenzo Bernini entre los años 1621 y 1622 perteneciente, por lo tanto, al Barroco. |
Un detalle del lado derecho de la escultura que muestra como los dedos de Plutón aprietan el cuerpo de Proserpina. |
Fue encargada por Scipione Borghese, que se la cedió al Cardenal Ludovico Ludovisi en 1622, quien la llevó a su villa. Permaneció allí hasta 1908, cuando el Estado italiano la adquirió y la devolvió a la Galleria Borghese.Es una gran estatua de mármol, perteneciente a un grupo escultórico ejecutado por el artista. Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.La posición, un contraposto retorcido, es una reminiscencia del Manierismo, y permite una observación simultánea del rapto (según se mira desde la izquierda) con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta; de la llegada al Hades (mirando de frente, parece llevar en brazos a su víctima); y de la petición de Proserpina a su madre de regresar durante seis meses a la Tierra (si contemplamos desde la derecha, con las lágrimas de la mujer, el viento sobre su pelo y el Can Cerbero ladrando).Es notable la representación de los detalles: Proserpina empuja la cabeza de Plutón estirando su piel, y los dedos de este aprietan cruelmente la carne de Proserpina tratando de inmovilizarla.
En la mitología griega, Perséfone es hija de Zeus y de Deméter. La joven doncella, también llamada Kore, es raptada por Hades y se convierte en la reina del Inframundo. La forma romana del nombre Proserpina procede de la forma dialectal de este nombre en las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia.
En comparación con otras versiones pasadas del tema, como la famosa estatua el David de Miguel Ángel, se muestran cualidades paradigmáticas de la escultura del Barroco. Sobre la placidez clásica y renacentista, Bernini introduce emoción y dinamismo.
Al contrario que en obras más tempranas del artista, esta obra no presenta el mismo énfasis vertical. El cuerpo de la figura se muestra en el instante en que se dispone a tirar la piedra, los dos pies apoyados, el cuerpo medio girado. La figura está en tensión, el movimiento y la potencia están implícitos. La cara muestra concentración, con el ceño fruncido e incluso mordiéndose el labio inferior. Este David no es el guerrero perfecto e idealizado, sino uno muy humano esforzándose para lograr sus metas. Tras la figura, yacen varias armas descartadas, recordándonos que esta no es una batalla ganada a través de un armamento superior, sino de un esfuerzo físico. A sus pies, un arpa hermosamente tallada, que indica que David se convertirá en un poeta.
El David de Donatello es una representación del héroe victorioso, que se yergue con confianza. En términos políticos, se trata de una metáfora de la Florencia que se vio a sí misma como el centro del apogeo artístico Italiano del Renacimiento. El David de Miguel Ángel representa el momento de la planificación, la tensión mental de la toma de una decisión: pasividad externa, pero una gran lucha interior. La obra de Bernini, por otra parte, irradia un espíritu de batalla contrarreformista, y tal vez también la lucha de un joven artista por hacerse un hueco no sólo entre los escultores de su época, sino tratando de culminar la historia de la escultura renacentista.
Cuenta el mito de Apolo y Dafne que Apolo quiso competir con Eros en el arte de lanzar flechas. Eros, molesto por la arrogancia de Apolo, ideó vengarse de él y para ello le arrojó una flecha de oro, que causaba un amor inmediato a quien hiriere. Otro disparo hirió a la ninfa Dafne con una flecha de plata, que causaba el rechazo amoroso. Así que cuando Apolo vio un día a Dafne se sintió herido de amor y se lanzó en su persecución. Pero Dafne, que sufría el efecto contrario, huyó de él. Y la ninfa corrió y corrió hasta que agotada pidió ayuda a su padre, el río Peneo, el cual determinó convertir a Dafne en laurel. Cuando Apolo alcanzó a Dafne, ésta iniciaba la transformación: su cuerpo se cubrió de dura corteza, sus pies fueron raíces que se hincaban en el suelo y su cabello se llenó de hojas. Apolo se abrazó al árbol y se echó a llorar. Y dijo: «Puesto que no puedes ser mi mujer, serás mi árbol predilecto y tus hojas, siempre verdes, coronarán las cabezas de las personas en señal de victoria».La transformación la relata Ovidio en el poema Las metamorfosis. Este mito ilustra el origen de uno de los símbolos típicos del dios, la corona de laurel.
Bernini captura la transformación de Dafne con intensa emoción, retratando las diferentes etapas de sus cambiosEsta escultura se inspiró en el Apolo Belvedere de Leocares. La composición se realiza en plano-relieve, encontrándose llena de dinamismo y difuminación. El grito de horror de Dafne y el rostro perplejo de Apolo nos muestran un contraste de actitudes y aspectos que reflejan el interés por la representación de las esculturas. Esta preocupación por la expresividad muestra una gran utilización del pathos (capacidad del personaje de mostrar sus sentimientos). Dafne parece desconocer su transformación según mira hacia atrás por encima de su hombro, con los labios entreabiertos por el miedo. Su repentina detención, a consecuencia de su transformación, muestra el cabello de Dafne inmortalizado mientras gira. Mientras, Apolo se muestra estupefacto, no puede creer lo que ven sus ojos.
Durante su vida, Bernini gozó del favor y la protección de siete papas, para los que realizó numerosas obras. Sin embargo fueron tres los que mayores obras le encargaron.
El primer encargo de Bernini fue, en 1623, la estatua de Santa Bibiana, en la Iglesia de Santa Bibiana en Roma, que incluía el proyecto de la fachada y una estatua de la santa en un momento de éxtasis. Aquí se da un giro hacia una mayor expresividad, con efectos acentuados de claroscuro, que dialogan con la pintura de Pietro da Cortona, otro protagonista del Barroco romano.
La asociación artística de Urbano VIII con su artista predilecto, culminará en la Basílica de San Pedro: la basílica surgida sobre el lugar del martirio del apóstol San Pedro, que representaría el renacimiento de la Iglesia y su reivindicación moral y espiritual tras la crisis del siglo anterior.
En 1630 comienzan las obras del Palacio Barberini, comenzadas por Carlo Maderno. Contó con la colaboración de Francesco Borromini, que pronto se convertirá en su rival.
En 1644 comienza el papado de Inocencio X, mucho más austero por la crisis económica de los Estados Pontificios tras el tratado de Westfalia. Ese mismo año sufriría la demolición del campanario de la fachada de la basílica de San Pedro, por problemas de estabilidad. Sus detractores le acusaron de incompetencia técnica, mientras el papa le daba su apoyo. Coincidiría también con el ascenso de artistas rivales como Francesco Borromini o Carlo Rainaldi.
Carlo Rainaldi ( 4 de mayo de 1611 – 8 de febrero de 1691) fue un arquitecto italiano del período Barroco.Nacido en Roma, Rainaldi fue uno de los arquitectos más influyentes del Siglo XVII. Inicialmente trabajó junto a su padre, Girolamo Rainaldi.
Entre sus trabajos se encuentran la fachada de San Andrés della Valle (1661-1665), que realizó junto con Carlo Fontana, las iglesias gemelas de Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto en la Piazza del Popolo y también Santa María in Campitelli (1663-1667) considerada su obra maestra, que se caracteriza por su planta longitudinal con un espacio modificado por dos ejes transversales, y por las imponentes columnas exentas, tanto en el interior como en la fachada.
Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto en la Piazza del Popolo |
SANTA MARÍA IN CAMPITELLI. CARLO RAINALDI Interesado por la articulación y el uso expresivo de la luz, esta obra (gran relicario de una Madonna milagrosa) puede considerarse como su punto culminante. |
Inició junto con su padre la iglesia de Santa Agnese in Piazza Navona, pero fueron sustituidos al poco de iniciarla por Francesco Borromini que realizó la mayor parte de esta obra.
Santa Agnese in Agone es el edificio más destacado de Piazza Navona. Existente desde el siglo VIII, fue erigida para el culto a Santa Agnese directamente dónde la tradición explica que la niña santa fue expuesta desnuda en la picota cuando tuvo lugar el prodigioso crecimiento de sus cabellos de forma que la cubrieron completamente.
Monumento funerario de Inocencio X |
En estos años realizaría una de sus obras cumbres, el éxtasis de Santa Teresa. También realizaría la famosa Fuente de los Cuatro Ríos, en la Plaza Navona de Roma, y la escultura La Verdad, actualmente en la Galería Borghese.El aspecto actual, como casi el resto de Piazza Navona, se debe al Papa Inocencio X Pamphili que encargó restaurar toda la plaza, sede del antiguo circo de Domiziano, a Carlo y Girolamo Rainaldi.
Así pues, a Rainaldi le encomendó el encargo de reconstruir la iglesia en lugar de la antigua capilla de S. Agnese, pero las lentitudes y las indecisiones de los arquitectos indujeron al Papa Inocencio X, algunos aseguran que con la intervención de la muy influyente Donna Olimpia, a confiar en 1853 la realización a Borromini.
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