domingo, 15 de octubre de 2017

El ultimátum en Potsdam - La bomba atómica de Hiroshima

El ultimátum en Potsdam
El 26 de julio, Truman y otros líderes aliados emitieron la Declaración de Potsdam, la cual bosquejaba los términos de la rendición de Japón. Fue presentada como un ultimátum y se aseguraba que, sin la debida rendición, los aliados atacarían Japón, resultando en «la inevitable y completa destrucción de las fuerzas armadas japonesas e inevitablemente la devastación del suelo japonés», aunque no se mencionó nada sobre el arma atómica. El 28 de julio se hizo oficial el rechazo por parte del gobierno japonés y el primer ministro Kantarō Suzuki ofreció una conferencia de prensa en la que aseguró que la Declaración era tan sólo una copia (yakinaoshi) de la Declaración de El Cairo y que el gobierno intentaba ignorarla (mokusatsu).

Foto de grupo tras la conferencia: Detrás de izquierda a derecha: William D. Leahy, Ernest Bevin, James F. Byrnes y Viacheslav Mólotov.Delante de izquierda a derecha: Clement Attlee, Harry S. Truman y Iósif Stalin.
La conferencia de Potsdam fue una reunión llevada a cabo en Potsdam (cerca de Berlín), Alemania entre el 17 de julio y el 2 de agosto de 1945 y que tuvo lugar en el palacio Cecilienhof. Los participantes fueron la Unión Soviética, el Reino Unido y Estados Unidos, los más poderosos de los aliados que derrotaron a las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Los jefes de gobierno de estas tres naciones eran el secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética, Iósif Stalin, el primer ministro Winston Churchill1​ (posteriormente Clement Attlee)2​ y el presidente Harry S. Truman, respectivamente.
Patio regio con una estrella de flores roja, plantada por las fuerzas armadas soviéticas en 1945.
Cecilienhof fue el último palacio construido por la familia Hohenzollern. El Emperador Guillermo II de Alemania lo hizo construir para su hijo el príncipe Guillermo de Prusia y su esposa, la princesa Cecilia de Mecklemburgo-Schwerin. La edificación fue diseñada por Paul Schultze-Naumburg en un estilo similar a una casa de campo inglesa de estilo Tudor​ y fue construida entre 1914 y 1917.
El edificio incluye 6 patios reales, así como 55 chimeneas fabricadas en ladrillo, que fueron completadas en 1915; sin embargo, la construcción se retrasó debido al estallido de la Primera Guerra Mundial, de tal modo que el príncipe Guillermo y la princesa Cecilia no lo ocuparon hasta agosto de 1917. Guillermo, no obstante, siguió a su padre al exilio un año más tarde, pero la princesa Cecilia continuó residiendo en él hasta el inminente avance del Ejército Rojo en febrero de 1945.
La Casa dinástica de los Hohenzollern es una familia de gobernantes alemanes que tuvo su origen en una familia de condes de Suabia, en el siglo XI o XII y desde 1918 no ocupan ningún trono, en Alemania.
Herederos de los margraves y los caballeros teutonicos, su nombre deriva de Zollern, un castillo del siglo XIII que la familia poseía cerca de Stuttgart. El terreno común con el castillo Hohenzollern son alrededor de 30 kilómetros al sur de Tubinga en Hechingen en Baden-Wuerttemberg.
Guillermo de Prusia (Potsdam, 6 de mayo de 1882 - Hechingen (Baden-Württemberg), 20 de julio de 1951) fue el último príncipe heredero del Reino de Prusia y del Imperio alemán.
Era el hijo mayor de Guillermo II, emperador de Alemania y de su primera esposa, la princesa Augusta Victoria de Schleswig-Holstein-Sønderburg-Augustenburg (1858-1921).
Guillermo II de Alemania (en alemán: Wilhelm II; nombre completo: Friedrich Wilhelm Viktor Albrecht von Hohenzollern; Berlín, 27 de enero de 1859-Doorn, 4 de junio de 1941) fue el último emperador o káiser del Imperio alemán y el último rey de Prusia. Fue el hijo primogénito de Federico III y de la princesa del Reino Unido Victoria y gobernó entre 1888 y 1918.
De izquierda a derecha: Winston Churchill, Harry S. Truman y Iósif Stalin, líderes de los países vencedores en la Conferencia.
Winston Leonard Spencer Churchill, KG, OM, CH, TD, FRS, PC (palacio de Blenheim, 30 de noviembre de 1874 – Londres, 24 de enero de 1965) fue un político y estadista británico, conocido por su liderazgo del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Es considerado uno de los grandes líderes de tiempos de guerra y fue primer ministro del Reino Unido en dos períodos (1940-45 y 1951-55). Notable estadista y orador, Churchill fue también oficial del Ejército Británico, periodista (entre otros encargos, fue corresponsal de guerra en Cuba para el The Daily Graphic y, durante la Segunda Guerra Anglo-Bóer, del influyente diario conservador, The Morning Post), historiador, escritor y artista. Es el único primer ministro británico galardonado con el Premio Nobel de Literatura, y fue nombrado ciudadano honorario de los Estados Unidos de América.
Harry S. Truman (Lamar, Estados Unidos, 8 de mayo de 1884-Kansas City, Estados Unidos, 26 de diciembre de 1972) fue el trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos desde 1945 hasta 1953. Previamente, fue el trigésimo cuarto vicepresidente durante el breve cuarto mandato de Franklin Delano Roosevelt entre enero y abril de 1945 y llegó a la presidencia el 12 de abril de ese año, debido al fallecimiento de Roosevelt.La presidencia de Truman estuvo llena de acontecimientos internacionales, como el fin de la Segunda Guerra Mundial y su decisión de usar armas nucleares contra Japón​ —en los que murieron más de 220 000 personas​—, la fundación de las Naciones Unidas, el Plan Marshall para reconstruir Europa, la Doctrina Truman para contener el comunismo, el comienzo de la Guerra Fría, el puente aéreo de Berlín, la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Guerra Civil China y la Guerra de Corea.
Iósif Stalin (Gori,1878-Moscú, 5 de marzo de 1953), fue un dictador soviético,4​5​ secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1922 y 1952 y Presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética entre 1941 y 1953.Stalin encabezó las delegaciones soviéticas en las conferencias de Yalta y Potsdam, en las que se trazó el mapa de la Europa de posguerra.
Dicha aseveración fue tomada tanto en suelo japonés como en el extranjero como un claro rechazo a la declaración. El emperador, que estaba pendiente de noticias de los emisarios de paz enviados a la URSS, prefirió no intervenir en la posición gubernamental. Además, el 31 de julio dejó claro a su consejero Kōichi Kido que los tesoros imperiales debían ser defendidos a toda costa.
A comienzos de julio, en camino a Potsdam, Truman reexaminó la decisión de usar la bomba. Al final, Truman decidió lanzar las bombas atómicas en Japón con el objetivo de terminar rápidamente la guerra al causar destrucción con las bombas así como miedo de más destrucción, lo que obligaría a Japón a rendirse.

Rutas seguidas por los bombarderos atómicos y ubicación de las ciudades atacadas.
La bomba atómica de Hiroshima
Estamos ante uno de los hechos más relevantes del siglo XX, uno de esos puntos de inflexión que han condenado a sus protagonistas, tanto voluntarios como casuales, a un recuerdo eterno.

Nube de hongo producto de las bombas atómicas sobre Hiroshima (izquierda) y Nagasaki (derecha)
En la Segunda Guerra Mundial hubo innumerables masacres. La acontecida en Hiroshima no fue la que mayor número de muertos provocó. Tenemos, por ejemplo, el bombardeo masivo a Dresden, ciudad sin guarnición militar y llena de refugiados ante el avance soviético, de la nunca sabremos el saldo final de muertes, puesto que gran parte de esas víctimas pasaron a formar parte del ennegrecido aire de la condenada Alemania del final de la guerra. Tan sólo dejar constancia de algunas aproximaciones a la cifra total de fallecidos que rondan las 200.000 almas.

Dresde tras el bombardeo vista desde lo alto de la torre del ayuntamiento. Famosa foto de Richard Peter.
Entonces... ¿Por qué ha sido Hiroshima tan importante? A partir de 1945 la destrucción del mundo se empezó a ver como algo más real, como una realidad acechante para la que no había forma de escapar, una cuenta atrás cuyo desenlace estaba claro: la destrucción total, y de la que lo único desconocido era el momento en el que llegaría el Apocalipsis.

Japón ha sido la única nación del mundo en sufrir un ataque nuclear, y los resultados de ésta se pueden apreciar a simple vista, con monumentos, ceremonias y declaraciones de todo tipo, pero también se palpa en el sentir del pueblo japonés, en sus lamentos por los muertos de aquel fatídico día, por los que perecieron durante años por la radiación y las heridas, por los que lo perdieron todo, y por aquellos que nunca nacerán debido a ese mazazo traumático dirigido directamente a la población civil.

El principio del fin Hiroshima
A primeras horas del 6 de agosto de 1945, la ciudad industrial y portuaria de Hiroshima, en la isla de Hondo, la mayor del archipiélago japonés, comenzaba a animarse. La ciudad se había liberado hasta entonces de las calcinantes bombas incendiarias de los B-29 estadounidenses que habían devastado Tokio y otros centros urbanos, pero sus habitantes no se sentían a salvo, pues Hiroshima constituía un importante enclave militar, albergaba depósitos de armamento y plantas de investigación del ultra-secreto caza a reacción japonés (que nunca llegó a terminarse). En previsión de ataques incendiarios, la población se había reducido, mediante la evacuación de 400.000 a 245.000 personas.

Mapa de la situación de la guerra del Pacífico el 1 de agosto de 1945 en el que se señalan los territorios todavía controlados por Japón.
Poco después de las 7:00 horas sonó la alarma aérea cuando un avión meteorológico estadounidense sobrevoló la ciudad. La aparición de estos aviones era un acontecimiento habitual y la mayoría de los habitantes no se molestó en buscar refugio. A las 7:32 sonó la señal que ponía fin a la alarma. Inmediatamente después de las 8:00 los operadores de radar japoneses detectaron tres aviones más que se aproximaban a Hiroshima a gran altura, pero supusieron que eran aviones de reconocimiento y no dieron una segunda alarma.

Segundos después de las 8:15, dos de los aviones efectuaron evoluciones descendentes muy cerradas, en direcciones opuestas. Al girar, un avión dejó caer tres paracaídas de los que pendía equipo para registrar la explosión; el otro lanzó una bomba atómica preparada para detonar a 560 m de altura sobre la ciudad.


La bomba estalló en un brillante destello, seguido de una bola de fuego tan intensa que redujo a cenizas a miles de personas cerca del centro de Hiroshima y produjo quemaduras a otras situadas en un radio de hasta 4 Km. de distancia. A continuación sobrevino el estampido equivalente al impacto del viento a 800 km/h, que asoló prácticamente todo en un radio de más de 3 Km. Los fragmentos desgajados de madera, ladrillo, tejas y cristal se convirtieron en proyectiles mortales; las columnas de piedra de un hospital situado directamente debajo de la explosión quedaron hundidas en el suelo. Las conducciones de agua se hicieron añicos y los incendios provocados por los millares de estufas de carbón vegetal volcadas, todavía encendidas para la cocción del desayuno, acabaron la obra que había iniciado el calor y el estampido. Todos los edificios situados dentro de los 13 km2 del epicentro quedaron destruidos. La ciudad de Hiroshima quedó arrasada. Las consecuencias no acabarían de conocerse sino años después.

Por lo menos unas 78.000 personas, posiblemente más, resultaron muertas o fatalmente heridas en Hiroshima. Todas las viviendas quedaron dañadas o destruidas. La guarnición militar de la ciudad quedó arrasada. Sólo quedaron vivos un puñado de médicos; la mayoría de los hospitales y depósitos de medicina estaban destruidos.
Enormes gotas de humedad condensada de la nube en forma de hongo que se alzaba a 15.000 m. sobre la ciudad descendían en forma de llovizna negra y grasienta (la famosa???). Finalmente, cuantos se habían dirigido hacia los ríos y parques huyendo de las llamas se vieron atrapados por el gran "viento de fuego" que barrió el centro de la ciudad, desgajando árboles y provocando enormes olas en los ríos, que ahogaron a muchos de los que habían buscado refugio en el agua.

Los habitantes de las ciudades cercanas describieron a los quemados, vivos y muertos, como seres que no parecían humanos, que exhibían carne viva y ennegrecida, que no tenían pelo y mostraban los rasgos faciales desdibujados.
El día siguiente al bombardeo, el mando supremo japonés envió a Hiroshima al general Seizo Arisue, quien describió así las consecuencias de la bomba: "Cuando nuestro avión sobrevoló Hiroshima sólo quedaba un único árbol, negro y muerto, como si un cuervo estuviera posado sobre la ciudad. No había nada más que ese árbol. Cuando aterrizamos en el aeropuerto toda la hierba era roja, como si la hubieran tostado. Ya no había ningún incendio. Todo se había quemado simultáneamente… la ciudad misma había sido borrada en su totalidad.".


Arisue no había oído hablar de la bomba atómica, pero un físico nuclear japonés que llegó a la ciudad el 8 de agosto adivinó la causa de la destrucción. El Consejo Supremo de Guerra japonés se reunió el nueve de agosto para tratar de la rendición, pero ya era tarde para impedir otro desastre. A las 11:02 AM de ese día una segunda bomba atómica estallaba sobre la ciudad de Nagasaki.

Vista del Monumento de la Paz de Hiroshima. La Cúpula Genbaku, la cual permaneció en pie después del bombardeo, se ve claramente al centro de la imagen. El blanco original de la bomba era el puente Aioi, a la izquierda en la vista panorámica.
La responsabilidad por la decisión de usar la bomba atómica, descrita por Winston Churchill como "el segundo advenimiento con ira", ha sido discutida exhaustivamente por los historiadores. La decisión final la adoptó el presidente Truman, que había ocupado el cargo al morir Roosevelt el 12 de abril de 1945. Siendo vicepresidente, Truman no había sido informado del supersecreto Proyecto Manhattan que creó la bomba; como presidente, solo él podía autorizar su empleo.

Planta K-25, en Oak Ridge, una de las principales instalaciones del Proyecto Manhattan
El Proyecto Manhattan fue el nombre en clave de un proyecto científico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes de que la Alemania nazi la consiguiera. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional de Los Álamos.
El primer ensayo atómico exitoso ocurrió en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México el 16 de julio de 1945. El test se llamó Trinity y el dispositivo detonado se denominó con nombre en clave Gadget. Se trataba de una bomba-A de plutonio del tipo Fat Man, el mismo tipo de bomba que sería lanzada sobre Nagasaki días después, el 9 de agosto de 1945.
Julius Robert Oppenheimera​ (Nueva York, Estados Unidos, 22 de abril de 1904 - Princeton, Nueva Jersey, Estados Unidos, 18 de febrero de 1967) fue un físico teórico estadounidense de origen judío y profesor de física en la Universidad de California en Berkeley. Es una de las personas a menudo nombradas como «padre de la bomba atómica» debido a su destacada participación en el Proyecto Manhattan, el proyecto que consiguió desarrollar las primeras armas nucleares de la historia, durante la Segunda Guerra Mundial. La primera bomba nuclear fue detonada el 16 de julio de 1945 en la Prueba Trinity, en Nuevo México, Estados Unidos. 
Leslie Richard Groves (17 de agosto de 1896 - 13 de julio de 1970) fue un miembro del Ejército estadounidense que se encargó de la supervisión de la construcción del Pentágono y fue alto mando a cargo del Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica durante la Segunda Guerra Mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario