martes, 27 de agosto de 2013

Jacobo II y Jacobo III de Inglaterra y VIII de Escocia

Jacobo II





Rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda, perteneciente a la dinastía Estuardo (Londres, 1633 - Saint-Germain-en-Laye, 1701). Era el segundo hijo de Carlos I. Durante la revolución parlamentaria de 1642, que terminaría con la ejecución de su padre, Jacobo fue hecho prisionero; pero consiguió huir al extranjero en 1648.

Tras la restauración de la monarquía en la persona de su hermano, Carlos II (1660), fue nombrado almirante y se distinguió en las guerras navales contra Holanda. En 1671 se convirtió al catolicismo, por lo que fue destituido de sus cargos públicos en virtud de la Ley del Test, que excluía a los que no fueran anglicanos del servicio de la Monarquía (1673); incluso tuvo que huir de Inglaterra a raíz del descubrimiento de una conspiración católica en 1678.


Sin embargo, su hermano impidió que el Parlamento le apartara de la sucesión, de modo que, al morir éste en 1685, Jacobo accedió al Trono. En 1687 eliminó las discriminaciones legales contra los católicos, implantando una amplia tolerancia religiosa. Ello le enfrentó con la Iglesia anglicana y con el partido tory, que vinieron a unirse a la oposición radical de los whigs contra las tendencias absolutistas de los Estuardo; estas posturas se endurecieron cuando el nacimiento de un príncipe heredero (Jacobo III) pareció asegurar la continuidad de una dinastía católica. 

Algunos de sus súbditos sintieron gran desconfianza por sus políticas religiosas y alegaron que había caído en el despotismo, liderando a un grupo de ellos que lo acabaría deponiendo en la Revolución Gloriosa. No fue sustituido por su hijo católico, Jacobo Francisco Eduardo, sino por su hija mayor y yerno protestantes, María II y Guillermo III, que fueron proclamados reyes en conjunto. Jacobo II, además, fue el último soberano de Escocia en utilizar el título de Rey de los Escoceses, que había sido utilizado desde la unificación del reino en el año 843 por Kenneth I MacAlpin. Sus herederos pretendientes al trono tomaron el nombre de Jacobitas y durante muchos años pelearon sin lograrlo por la restauración dinástica. 

Ana Hyde 



Nació en Cranbourne Lodge, en Windsor, Berkshire, el 12 de marzo de 1637

El padre de Ana fue el consejero principal del rey Carlos II durante el exilio de los Estuardo luego de la Guerra Civil Inglesa; fue entonces que la joven conoce al duque de York -el futuro rey Jacobo II-. La pareja contrae matrimonio secretamente en la ciudad de Breda (Países Bajos) el 24 de noviembre de 1659.

La ceremonia formal de matrimonio se llevó a cabo en Worcester House, el 3 de septiembre de 1660. Ana estaba con 8 meses de embarazo del primero de los 8 hijos que nacerían de su matrimonio; lamentablemente, solo llegaron a la edad adulta dos hijas: María y Ana, las cuales serían reinas de Inglaterra más adelante.
Algunos años más tarde, la duquesa de York abraza la fe católica, para horror de sus familiares protestantes. Su esposo Jacobo sigue su ejemplo poco después. El rey Carlos II les permite profesar libremente el catolicismo, pero exige que sus hijas sean educadas como protestantes.
El 9 de febrero de 1671 da a luz a su octavo y último hijo, una niña que recibe el nombre de Catalina. Un mes más tarde, el 31 de marzo, Ana muere víctima de cáncer, en el palacio de St. James, a los 34 años de edad, siendo sepultada en la abadía de Westminster.


María de Módena 



(En italiano: Maria Beatrice Eleonora Anna Margareta Elisabeta d'Este) (Módena, 5 de octubre de 1658 — París, 7 de mayo de 1718). Reina de Inglaterra, Escocia e Irlanda, fue la consorte del rey Jaime II de Inglaterra. Era la segunda de los 3 hijos de Alfonso IV d’Este, duque de Módena y de Reggio, y de Laura Martinozzi (sobrina del célebre cardenal Julio Mazarino).

Las consideraciones dinásticas exigían un hijo de manera apremiante. Su primer embarazo terminó en un aborto (1674), y los 10 siguientes también fueron también abortos o, si llegaban a lograrse, fueron hijos fallecidos en la infancia. Después de la accensión de Jacobo al trono en 1685, la cuestión de si María lograría concebir un hijo llegó a ser más significativa, porque éste, criado en la fe católica, sería el futuro rey de Inglaterra.


En 1688, María finalmente dio a luz a un hijo vivo, Jacobo Francisco Eduardo. El acontecimiento causó mucha especulación. Se llegó a sugerir que el niño había nacido muerto y que fue cambiado por otro, mientras sacaban el cadáver en una cacerola para disimular. Por razones políticas, un nacimiento real era un acontecimiento muy público, al menos: mucha gente habría tenido que ser cómplice en esta inverosímil conspiración. Sin embargo los rumores fueron lo bastante inquietantes que Jacobo tuvo que llamar dos sesiones extraordinarias de su Consejo Privado para oír testimonios probatorios de que el príncipe de Gales era sin lugar a dudas hijo de la reina.

La influencia que tuvo María en Jacobo -cuya atención se concentraba en una serie de amantes- favoreció a los Jesuitas y al Absolutismo según el modelo francés.

Las consideraciones dinásticas exigían un hijo de manera apremiante. Su primer embarazo terminó en un aborto (1674), y los 10 siguientes también fueron también abortos o, si llegaban a lograrse, fueron hijos fallecidos en la infancia. Después de la accensión de Jacobo al trono en 1685, la cuestión de si María lograría concebir un hijo llegó a ser más significativa, porque éste, criado en la fe católica, sería el futuro rey de Inglaterra.

Cuando Jacobo murió (6 de septiembre de 1701), María logra convencer a Luis XIV de que reconozca a su hijo como rey de Inglaterra y de Escocia, hecho que aceleró la participación inglesa en la Guerra de Sucesión Española. Ella apoyó a los jacobitas exiliados con lo mejor de sus habilidades.

Jacobo Francisco Eduardo Estuardo


(En inglés James Francis Edward Stuart) (10 de junio de 1688 – 1 de enero de 1766), también conocido como el Caballero de San Jorge, y como Viejo Pretendiente, era hijo de Jacobo II de Inglaterra y de María de Módena y ostentó la pretensión jacobita al trono de Inglaterra con el nombre de Jacobo III de Inglaterra y VIII de Escocia. 

A partir del momento de su nacimiento, en el Palacio de Saint James (Londres), el Príncipe era el sujeto de controversia. Era el hijo de Rey Jacobo II y de su segunda esposa (católica), María de Módena. De su primer matrimonio, el Rey tenía dos hijas, ya adultas, que habían sido criadas en la fe Protestante, y mientras había una posibilidad de que uno de ellos le sucediera como Rey, los Británicos estuvieron preparados para tolerar sus simpatías católicas. Cuando la gente comenzó a temer que María tuviera un hijo, que seria el heredero, un movimiento creció para sustituir a Jacobo II por la fuerza con su yerno, Guillermo de Orange (Estatúder de las Provincias Unidas).

El Príncipe fue criado en Francia, donde, reconocido por el Rey Luis XIV de Francia como el heredero legítimo de los tronos ingleses y escoceses, él se hizo el foco para el movimiento Jacobita. Sobre la muerte de su padre en 1701, él fue declarado Rey, con el título de Jacobo III de Inglaterra y VIII de Escocia y reconocido como tal por Francia; España; los Estados Pontificios y Módena. Todos estos estados rechazaron reconocer al Rey Guillermo III, la Reina María II y también a la Reina Ana como los soberanos británicos.

Estuvo casado con la Princesa Clémentina Sobieska (1702–1735), nieta del Rey Juan III de Polonia. Tuvo dos hijos


Princesa Clémentina Sobieska

La Revolución Gloriosa de 1688





La Declaración de Derechos de 1689, el Acta de exclusión de los católicos romanos partidarios de los Estuardo de 1701 y el Acta de Unión de Inglaterra y Escocia de 1707 aseguraron el triunfo de una monarquía moderada y protestante en el nuevo Reino Unido de Gran Bretaña.

El nuevo Parlamento redacta una Declaración de derechos que recuerda las obligaciones y los deberes respectivos del Rey y el Parlamento. 

1) El Rey no puede crear o eliminar leyes o impuestos sin la aprobación del Parlamento. 

2) El Rey no puede cobrar dinero para su uso personal, sin la aprobación del Parlamento. 

3) Es ilegal reclutar y mantener un ejército en tiempos de paz, sin aprobación del Parlamento.

4) Las elecciones de los miembros del Parlamento deben ser libres.

5) Las palabras del Parlamento no pueden obstaculizarse o negarse en ningún otro lugar. 

6) El Parlamento debe reunirse con frecuencia.

La Declaración de derechos se completa con la Toleration Act en mayo de 1689, que concede libertad religiosa a los anglicanos (no a católicos y otros protestantes), la libertad de culto público, el derecho a abrir escuelas y el acceso a todas las funciones públicas.

La verdadera reina legítima debía ser la hija de Jacobo II Estuardo, María (1662–1694), que está casada con Guillermo III de Orange, de modo que son proclamados conjuntamente Rey y Reina desde febrero de 1689, a condición de que reconozcan el Bill Of Rights, la monarquía constitucional, basada en la soberanía de la nación y la idea de contrato social. Estas ideas sustituyen a la monarquía hereditaria y absoluta de derecho divino.

Libertad religiosa y equilibrio de poderes entre el Rey y el Parlamento

  • La Triennal Act es una ley dictada por el Parlamento largo durante la Revolución inglesa, que estableció dos hechos relevantes para la evolución de la institución parlamentaria en Inglaterra:
  • El rey no podía disolver por sí sólo el parlamento, siendo preciso que éste diera su consentimiento
  • El Parlamento debe convocarse cada tres años.
  • Se aseguraba de esta manera la estabilidad del Parlamento, independiente de la voluntad del monarca, después de la experiencia del Parlamento corto, disuelto por el rey al poco de su convocatoria por no acceder a sus pretensiones económicas y presentarle, en cambio, una serie de agravios a reparar.
  • Durante el verano de 1640 estalló una guerra de los obispos, y el rey se vio forzado a convocar de nuevo al Parlamento, que fue conocido como Parlamento largo. Es éste quien aprobó la Triennal Act.
  • En 1695 el Parlamento vota la libertad de expresión para periódicos y libelos, ampliando así la participación de la opinión pública en la vida política.
  • La siguiente reina, Ana (1702–1714), es muy popular, inglesa y anglicana. Los tories quieren abolir la Tolerancy Act y separarse de Escocia, pero los whigs tienen la mayoría en las elecciones de 1705, de modo que aprueban la Union Act (1707) que supone la unión política de ambos reinos escocés e inglés, bajo el nombre de Reino Unido de Gran Bretaña.
  • La creación de un Banco de Inglaterra (1694) y de un ministerio de comercio (Board of Trade), que consiguiera ventajas comerciales, aseguran una época de desarrollo del capitalismo.
  • La intelectualidad refleja estos cambios (Newton, Pope, Leibniz, Swift). Finalmente, John Locke, con su Ensayo sobre el poder civil (1690), da a la experiencia inglesa una repercusión que sacudirá a Europa en el siglo siguiente. 

La Carta de derechos o Declaración de derechos (en inglés Bill of Rights)
Es un documento redactado en Inglaterra en 1689, que impuso el Parlamento inglés al príncipe Guillermo de Orange para poder suceder al rey Jacobo.

El propósito principal de este texto era recuperar y fortalecer ciertas facultades parlamentarias ya desaparecidas o notoriamente mermadas durante el reinado absolutista de los Estuardo (Carlos II y Jacobo II). Constituye uno de los precedentes inmediatos de las modernas «Declaraciones de Derechos», incluyendo:

  • El preámbulo de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos (1776),
  • La revolucionaria Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) 
  • La internacional Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948)
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario