miércoles, 16 de noviembre de 2016

(2) San Jorge y el dragón - Monasterio de Azuelo. Iglesia de San Jorge (La caja-relicario que contiene el cráneo de San Jorge) - Los dragones, mitologia nórdica

Los monjes Benedictinos fueron los artífices de este monasterio. ¿De dónde vinieron estos monjes Benedictinos? Se ignora por ahora. Quizá en el futuro, si aparecen más documentos, se pueda saber. Monasterio de fundación real, ya que el rey García Sánchez, “El de Nájera”, lo donó al monasterio de Nájera en el año 1.052. Se ha dicho que los orígenes de este monasterio es del siglo XI y XII. Pero en la restauración que se llevó a efecto en el año 1.968 se encontró una piedra perfectamente labrada de arte carolingio, esto nos demuestra que es posible que ya existiera en el s. IX o X.

García Sánchez III (c.1012a – Atapuerca, 15 de septiembre de 1054) apodado el de Nájera, fue rey de Nájera-Pamplona desde 1035, Álava y gran parte del Condado de Castilla (La Bureba, Trasmiera, Montes de Oca, Las Encartaciones y Las Merindades). Hijo de Sancho III el Mayor y de Muniadona Sánchez de Castilla.
Heredero del trono según la costumbre, a la muerte de su padre Sancho Garcés III, pues el primogénito Ramiro, que heredó Aragón, era hijo ilegítimo.
Venció a su hermano Ramiro I de Aragón en Tafalla (1043), fijando la frontera oriental de su reino. Aprovechando la debilidad de los reinos de taifas, se dedicó a aumentar por el sur sus dominios con buen éxito, logrando conquistar Calahorra en el 1045.
El 12 de diciembre de 1052 consagró el Monasterio de Santa María la Real de Nájera que había mandado construir unos años antes.
A los pies de la nave central, a ambos lados de la entrada a la Cueva, se hallan los sepulcros de los reyes del reino de Nájera-Pamplona, precursor del reino de Navarra. Aquí están enterrados los reyes de las dinastías Jimena, o de los Abarca, que se mantuvo en el trono desde 918 hasta 1076, y la que prosiguió a García Ramírez que reinó desde 1135 hasta 1234. Esta dinastía proviene de la de los Abarcas.
Al lado derecho de la nave central se halla el llamado Panteón de los infantes, aquí se recogen los restos de aquellos personajes reales que no llegaron a ser reyes. Entre todas las sepulturas destaca la de Blanca Garcés, conocida como Blanca de Navarra.
El sepulcro de Blanca de Navarra, del que solo se conserva la tapa, es el único original del conjunto. Data del siglo XII y es una pieza de talla románica.
Blanca Garcés de Navarra (Laguardia, 1137 – 12 de agosto de 1156). Reina consorte de Castilla por su matrimonio con Sancho III de Castilla, rey de Castilla. Hija del rey García Ramírez de Pamplona y de Margarita de l'Aigle.
Azuelo es un municipio de la Comunidad Foral de Navarra, situado en la comarca de Estella Occidental, en la merindad de Estella y a 43 km de la capital de la comunidad, Pamplona. Su población en 2014 fue de 37 habitantes 
Su origen se remonta a la invasión árabe para salvaguardar las reliquias amenazadas por ella. Ya aparece documentado el cenobio en una donación de Sancho Abarca del 992, y en otra de García el Tembloroso cuatro años posterior, en las que se menciona a Jimeno (EXIMINUS) como su abad. Nada sabemos de este abad, excepto que firma en dos documentos. 

Monasterio de Azuelo. Iglesia de San Jorge

El monasterio de Azuelo se encuentra en el Valle de Aguilar, en la esquina suroccidental de Navarra, muy cercano al límite provincial con Álava.
Del monasterio sólo queda la perfecta iglesia románica del siglo XII.
Se trata de un románico muy noble y de buena época, influido por el estilo jaqués y de Loarre.


Tal perfección se manifiesta en las líneas perfectas y armónicas de su arquitectura y la calidad de su escultura monumental, donde las aves cobran un especial protagonismo.


Es de una nave, con bóvedas del siglo XVI, crucero con cimborrio abovedado originalmente con cúpula semiesférica sobre trompas. Actualmente, esa bóveda ha desaparecido y la actual es moderna.


La citada bóveda se apoya en último extremo sobre los arcos torales soportados por cuatro pilares de sección rectangular con columnas adosadas en sus frentes cuyos capiteles muestran hombres y leones.


El ábside, exteriormente, lleva dos contrafuertes y dos impostas horizontales, y ventanales. Interiormente presenta una pulcra y armoniosa estructura clásica de ábside de cuarto de esfera y presbiterio con medio cañón.

En el muro absidal se abren tres ventanales de arco de medio punto sobre columnas con capiteles de motivos diversos.

Al interior, su distribución se compone de cabecera (cilindro absidal y presbiterio), crucero delimitado por dos fajones en función de torales y nave de dos tramos cuadrados cubierta hoy por bóveda de crucería y quizá en principio por techumbre de madera a dos aguas.
Por último, citaremos aquí la gran portada occidental, la principal del templo y no hace muchos años descubierta pues estaba empotrada en un pórtico posterior, según nos cuentan los paisanos de Azuelo.

La magnífica portada original se halla en el muro oeste, bajo porche añadido. Se compone de seis arquivoltas de notable altura. En cada uno de los lados apean en jambas rectas las externas y las centrales, intercalándose otras dos que lucen capiteles historiados y columnas con sus basas. La columna interior de nuestra derecha luce zig-zag en su superficie.
Las arquivoltas que corresponden con los capiteles son de baquetón y el resto lucen elegante y puntillista decoración de motivos vegetales, palmetas, botones florales...
Tiene seis amplias arquivoltas de medio punto decoradas con motivos florales y geométricos. El tímpano es liso salvo por el crismón esculpido en el centro.


Las columnas son cuatro y tienen capiteles esculpidos donde, de nuevo, son las aves las protagonistas. Como curiosidad, el fuste de la columna interior derecha es estriado a base de zigzags.

La caja-relicario que contiene el cráneo de San Jorge y que sin duda es la reliquia más emblemática y desconocida de este monasterio. 
Los cuatro capiteles que coronan las semicolumnas del crucero son magníficos. Hay una notable diferencia en estilo entre los dos anteriores y los dos posteriores. Estos últimos muestran figuras más rudas, de aspecto naif. Más del estilo de lo visto en otros templos navarros.

En cambio los dos anteriores denotan la pericia de un notable escultor que conoció el buen hacer del Maestro Esteban o se formó en su taller. Las cabecitas de león del capitel septentrional, evoca el existente en la iglesia de Santiago en Jaca o las formas vistas en la Porta Speciosa de Leyre.

En el frontal de dicho capitel hay una preciosa figura de Cristo sentado sobre dos cabecitas de leones. Se halla bendiciendo y con un libro sobre la rodilla izquierda. Los pliegues y adornos del manto están cuidados con esmero.
A ambos lados, en las esquinas del capitel y bajo volutas, sendas cabezas de león devorando cada uno a un par de corderillos. En los laterales, león cabalgado por figura infantil al estilo de lo visto en un capitel del exterior del muro norte en Loarre. El ábaco tiene decoración de roleos vegetales que surgen de las fauces de cabecitas de león sitas en sus esquinas.
 Tenemos la fortuna de conocer su nombre, sin lugar a dudas. Dejó su firma "SANCIVS" en el capitel del lado norte, sobre el león cabalgado por una figura infantil
Los capiteles situados en el arco toral posterior aun manteniendo la línea general de volúmenes y de volutas en los vértices, y ábacos de similar hechura (algo menos elaborados) muestran unas figuras de mayor módulo y menor detalle, con bastantes rasgos de inferior maestría que los vistos antes. A buen seguro son de un autor "aprendiz" de Sancivs. 

Los dragones, mitologia nórdica 

Las tribus nórdicas de Europa asociaban su folclore con varios aspectos terroríficos del dragón.

La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos (los vikingos), adornaban las proas de sus barcos esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus (Landvaettir) que vigilaban las costas a las que llegaban. También los dragones aparecen en poemas germanos.

En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo.


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