(Gante, h. 1440 – Auderghem, 1482) fue un pintor flamenco, de la pintura gótica del siglo XV, estilo flamenco.
Adoración de los Reyes, del llamado "Altar de Monforte", Berlín. |
Nacido en Gante (de ahí su apodo de Hugues de Gand) es poco lo que se sabe sobre su vida, aunque fue unos de los pintores flamencos más importantes de la segunda mitad del siglo XV después de la muerte de Jan Van Eyck.
El pecado original, Viena. |
Ya en vida gozó de amplia fama, teniendo encargos tanto de los burgueses como de la aristocracia, aunque de todos estos encargos solo podemos reconocer unos pocos como suyos, el más reconocido es "la adoración de los pastores" en el tríptico de Portinari, hecho para Tommaso Portinari.
Al sufrir enfermedad mental, se retiró como hermano lego al monasterio Rodeklooster (Claustro Rojo), cerca de Bruselas alrededor de 1478 con la esperanza de que, viviendo en un monasterio, se recobraría de su depresión. No interrumpió su actividad pues es por esta época cuando realizó su Muerte de la Virgen, donde se transparenta una tensión dramática más aguda, traducida por la irrefrenable animación expresiva de los personajes. Van der Goes intentó suicidarse por motivos de su enfermedad mental en 1480, y murió dos años más tarde.
En su obra acusa la influencia de autores como Jan Van Eyck y Rogier van der Weyden que habían logrado representar con solvencia el cuerpo humano y el acabado realista en el detalle. Posteriormente conoce sin duda algunas obras italianas contemporáneas, y este contacto influye sobre él, en el sentido de acabar en una ordenación más monumental del espacio.
El Tríptico Portinari es la obra más famosa del autor, y una de las más hermosas del arte flamenco. Es la principal representación de la escuela flamenca en los Uffizi. Es un retablo encargado por Tommaso Portinari, el representante de la familia Médici en Brujas. Es su único cuadro documentado, lo que permite la atribución y datación del resto de sus cuadros. Una vez acabado el cuadro, se envió a Florencia, pues tenía como destino la iglesia del hospital de Santa Maria Nuova. Estuvo expuesto al público en la ciudad toscana, y ejerció una enorme influencia en los pintores florentinos, quienes se fijaron en el realismo puesto en evidencia en los pastores y el paisaje. Domenico Ghirlandaio copió el grupo de pastores en su cuadro de 1485 para la capilla Sassetti de la iglesia de Santa Trinità. Filippino Lippi, incluso Botticelli y, sobre todo, Leonardo da Vinci, y otros estudiaron la obra, una de las primeras obras flamencas llegadas a Italia. Lorenzo di Credi y Mariotto Albertinelli copian el tipo de paisaje nórdico.
Uffizi. Tríptico Portinari por Hugo van der Goes. |
Uffizi. Tríptico Portinari por Hugo van der Goes. (Las donantes madre e hija) |
La representación del parto natural terminó por considerarse indigna por los teólogos, a partir del siglo XIV la iconografía optó por representar el parto milagroso, centrándose en el momento posterior, el de la Adoración del Niño. El cambio fundamental está en la posición de María, que ahora aparece arrodillada o sentada adorando a su propio hijo, una escena que ya no suele aparecer sola, sino que va acompañada de la Adoración de los Pastores, de los Magos…
La idea triunfa por influencia de las Revelaciones de Santa Brígida de Suecia, mística cuyas visiones fueron de gran importancia para la iconografía porque cambiaron la forma de representar que venía utilizándose durante siglos. En esta época son fundamentales estos textos y los del Pseudo Buenaventura.
En 1370 Santa Brígida realizó una peregrinación a los Santos Lugares y en la Basílica de la Natividad tuvo una visión sobre el nacimiento de Jesús. Relata que María se descalza, deja caer su cabello dorado sobre las espaldas, símbolo de virginidad, y cuando llega el momento, se pone de rodillas y comienza a rezar al Niño, que nace en medio de una luz. Después le corta el cordón umbilical y lo faja. Como la primera persona que adora al Niño es su propia madre este asunto también se denomina Adoración. Cuando el niño está desnudo es que se está representando el primer momento, justo el del nacimiento. San José porta una vela porque así dice Santa Brígida que lo ve. Su figura comienza a adquirir importancia y empieza a aparecer arrodillado, adorando también al Niño.
En el exterior de las puertas está representada una Anunciación pintada en grisalla. |
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