El Unicornio
El unicornio es una criatura mitológica representada habitualmente como un caballo blanco con patas de antílope, barba de chivo, y un cuerno en su frente. En las representaciones modernas, sin embargo, es idéntico a un caballo, sólo diferenciándose en la existencia del cuerno mencionado.
El unicornio es un animal fabuloso protagonista de numerosas historias y leyendas. En la Edad Media estaba considerado como un animal fabuloso capaz de derrotar a animales más fuertes físicamente, incluso elefantes.
Existen tres hipótesis que intentan explicar la aparición de la leyenda del unicornio en Europa:
- Durante la Edad Media era perseguido por su cuerno ya que brindaba protección contra todos los venenos así como enfermedades, lo cual lo hacía muy longevo a quien se lo administraba; los nobles y los hombres buscaban estos dones consumiendo ese cuerno en forma de polvo en la comida y bebida, preferiblemente en una copa hecha del mismo material. Por obtener este remedio contra la muerte, los nobles de la antigüedad pagaban cifras astronómicas. De este modo creían que jamás podrían ser envenenados.
- En realidad, la materia prima de estas milagrosas copas debía provenir de los cuernos de algún rinoceronte o del colmillo del narval, una pequeña ballena cuyos machos desarrollan tales colmillos a partir de uno de los dos únicos dientes que poseen. Se ha especulado mucho sobre la identidad del animal que pudo haber dado principio a la leyenda del unicornio. La explicación más plausible es que naciera como un intento de Ctesias y sus ayudantes de describir el rinoceronte de la India, un animal de hasta cuatro toneladas que, efectivamente posee un único cuerno sobre su hocico.
- A su vez simbolizaba la virginidad, es por ello que se creía que la peligrosa caza del unicornio se simplificaba mucho cuando los cazadores usaban una joven virgen con la que atraer a la criatura y amansarla, de forma que matarlo resultaba mucho más sencillo.
El unicornio ha sido representado por múltiples artistas a lo largo del tiempo. Dos de las representaciones más célebres son dos series de tapices: La dama y el Unicornio (Museo de Cluny), y La Caza del Unicornio (The Cloisters). También es el caso del más famoso álbum del cantautor cubano Silvio Rodríguez: Unicornio, o el libro de poesía de Carlos Alva: Unicornio. Manuel Mujica Lainez publicó en 1965 la novela "El Unicornio", donde recrea un mágico mundo medieval de la época de Las Cruzadas. Su protagonista es el hada Melusina quien por una maldición es transformada todos los sábados en una serpiente con alas de murciélago.
La dama y el unicornio (en francés: La Dame à la licorne) es el título moderno que se da a un ciclo de tapices flamencos de finales del siglo XV frecuentemente considerado como una de las grandes obras del arte medieval en Europa. Fueron tejidos con lana y seda, a partir de diseños (cartones) dibujados en París.
Se encuentran en exhibición en el Museo Nacional de la Edad Media de París (Termas de Cluny).
La iconografía de cinco de los tapices se interpreta generalmente como una representación de los cinco sentidos - vista, gusto, oído, olfato y tacto-. El sexto muestra las palabras À mon seul désir ("a mi sólo deseo"). El significado del tapiz es oscuro, pero se ha interpretado que representa el amor o la comprensión. Cada uno de los seis tapices muestra a una dama noble y a un unicornio a su izquierda y un león a su derecha; algunos incluyen en la escena a un macaco. Los banderines, así como la armadura del unicornio y el león en el tapiz lucen las armas del comitente, Jean Le Viste, un poderoso noble en la corte del rey Carlos VII.
Los tapices pertenecen al estilo de mille-fleurs (significado: "miles de flores").
Los tapices fueron redescubiertos en 1841 por Próspero Mérimée en el castillo de Boussac (que era propiedad por entonces del subprefecto de Creuse) donde habían sufrido daño debido a las condiciones de almacenamiento. La novelista George Sand atrajó la atención pública hacia los tapices en sus obras de la época. El ciclo actualmente está en el Museo de Cluny (Musée du Moyen-âge), París (Francia), donde se han guardado desde 1882.
Tacto |
Vista |
Gusto |
Olfato |
Oído |
Deseo - A mon seul désir. |
La leyenda de Santa Úrsula y las once mil vírgenes
Según una leyenda muy extendida en la Edad Media, una joven llamada Úrsula u Orsola ("pequeña osa", en latín) se convirtió al cristianismo prometiendo guardar su virginidad. Como fue pretendida por un príncipe bretón de nombre Ereo decidió realizar una peregrinación a Roma y así lograr la consagración de sus votos.
En Roma, fue recibida por el papa Ciriaco que la bendijo y consagró sus votos de virginidad perpetua para dedicarse a la predicación del evangelio de Cristo.
Al regresar a Germania, fue sorprendida en Colonia por el ataque de los hunos, en 451. Atila, rey de este pueblo, se enamoró de ella pero la joven se resistió y, junto a otras doncellas que se negaron a entregrase a los apetitos sexuales de los bárbaros, fue martirizada.
En el lugar del martirio, Clematius, un ciudadano de rango senatorial que vivía en Colonia, erigió una basílica dedicada a las "once mil vírgenes", entre ellas Úrsula. En la inscripción de dedicación de este edificio se nombra a las otras doncellas (Aurelia, Brítula, Cordola, Cunegonda, Cunera, Pinnosa, Saturnina, Paladia y Odialia de Britannia), de las cuales la última es llamada undecimilla ( "la pequeña undécima", en latín).
La leyenda de Santa Úrsula y sus compañeras vino a España de la mano de Beatriz de Suabia, esposa de Fernando III el Santo, que introdujo la devoción a la santa y a las once mil vírgenes en la península.
La parábola de las diez vírgenes
O parábola de las diez muchachas es una de las parábolas de Jesús, forma parte de sus enseñanzas. Su texto según la biblia cristiana es el siguiente:
"Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".
(Mt 25, 1-13)1 (Reina-Valera 1960).
En los tiempos de Jesús, la tradición judía en las bodas era que un grupo de amigas de la novia esperaran al novio cerca del lugar en el que se llevaría a cabo la fiesta nupcial, para iluminarle el camino con lámparas cuando este llegase, esto es lo que trata la parábola, y no, como se cree usualmente, que el novio contraerá matrimonio con las diez vírgenes, en un acto de poliginia.
En Roma, fue recibida por el papa Ciriaco que la bendijo y consagró sus votos de virginidad perpetua para dedicarse a la predicación del evangelio de Cristo.
Al regresar a Germania, fue sorprendida en Colonia por el ataque de los hunos, en 451. Atila, rey de este pueblo, se enamoró de ella pero la joven se resistió y, junto a otras doncellas que se negaron a entregrase a los apetitos sexuales de los bárbaros, fue martirizada.
En el lugar del martirio, Clematius, un ciudadano de rango senatorial que vivía en Colonia, erigió una basílica dedicada a las "once mil vírgenes", entre ellas Úrsula. En la inscripción de dedicación de este edificio se nombra a las otras doncellas (Aurelia, Brítula, Cordola, Cunegonda, Cunera, Pinnosa, Saturnina, Paladia y Odialia de Britannia), de las cuales la última es llamada undecimilla ( "la pequeña undécima", en latín).
La idea errónea de que las compañeras de martirio de Úrsula fuesen once mil surge en un documento datado en el año 922 que se conserva en un monasterio cerca de Colonia, donde se hace referencia a la historia de Santa Úrsula y sus compañeras. En el citado documento entre otras cosas se decía: "Dei et Sanctas Mariae ac ipsarum XI m virginum" donde "XI m virginum" debía leerse como "undecim martyres virginum" (once mártires virgenes) y en su lugar leyeron "undecim millia virginum" (once mil virgenes) Durante siglos esta confusión se extendió sin que nadie la pusiera en duda, dando lugar así a la leyenda de las "once mil virgenes".
La leyenda de Santa Úrsula y sus compañeras vino a España de la mano de Beatriz de Suabia, esposa de Fernando III el Santo, que introdujo la devoción a la santa y a las once mil vírgenes en la península.
Martirio de las once mil vírgenes - Rubens |
La parábola de las diez vírgenes
O parábola de las diez muchachas es una de las parábolas de Jesús, forma parte de sus enseñanzas. Su texto según la biblia cristiana es el siguiente:
"Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir".
(Mt 25, 1-13)1 (Reina-Valera 1960).
Esta parábola fue una de las parábolas más populares en la Edad Media, con una enorme influencia en el arte gótico, la escultura y la arquitectura de las catedrales en Alemania y Francia.La enseñanza encerrada en esta parábola es de estar siempre preparados para la segunda venida de Jesucristo, el cual es representado en la parábola como el novio, siendo así las diez vírgenes los creyentes que esperan a Cristo y la boda, el gozoso evento de su regreso.
En los tiempos de Jesús, la tradición judía en las bodas era que un grupo de amigas de la novia esperaran al novio cerca del lugar en el que se llevaría a cabo la fiesta nupcial, para iluminarle el camino con lámparas cuando este llegase, esto es lo que trata la parábola, y no, como se cree usualmente, que el novio contraerá matrimonio con las diez vírgenes, en un acto de poliginia.
Tres vírgenes precavidas que muestran su alegría, en la Catedral de Magdeburgo |
Tres vírgenes necias que muestran su dolor, en la Catedral de Magdeburgo |
Evangelios apócrifos
O extracanónicos es el nombre dado a escritos surgidos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret que no fueron incluidos posteriormente en el canon de la Iglesia católica, ni fueron aceptados tampoco por otras Iglesias cristianas históricas (Iglesia ortodoxa, Comunión anglicana e Iglesias protestantes). Entre esos escritos se encuentran los Manuscritos de Nag Hammadi.
En general, el término «apócrifo» deriva del verbo griego «apokrypto» (= esconder, poner aparte). Con él se califican una cantidad de libros que las Iglesias cristianas de los primeros siglos no reconocieron como parte de la Sagrada Escritura, pero que se presentan con nombres o características que los hacen aparecer como si fueran libros canónicos.Diferencias entre los evangelios canónicos y apócrifos
Papiro de Oxirrinco 1. Es un fragmento de papiro con dichos o pronunciamientos (logia) escritos en griego que el autor pone en labios de Jesús. Fue descubierto por Grenfell y Hunt en 1897 y está datado de la primera mitad del siglo III. Se considera una sección del apócrifo evangelio de Tomás.
A los evangelios apócrifos se les dio el nombre de evangelios por su aspecto, similar al de los cuatro evangelios admitidos en el canon del Nuevo Testamento. Sin embargo, difieren de los evangelios hoy llamados «canónicos» en su estilo y en su contenido, y fueron abrupta o progresivamente desconsiderados por las comunidades cristianas para el anuncio de la «buena noticia» (significado etimológico del término «evangelio»).
Imagen del códice II de Nag Hammadi, que muestra el final del evangelio apócrifo de Juan y el comienzo del evangelio de Tomás. |
Los Manuscritos de Nag Hammadi son una colección de textos gnósticos de los primeros cristianos descubiertos en el pueblo de Nag Hammadi, Egipto, en 1945. Ese año, 13 códices de papiro forrados en cuero y enterrados en vasijas selladas fueron encontrados por campesinos locales.Estos manuscritos comprenden 52 tratados gnósticos, pero también tres obras pertenecientes al Corpus Hermeticum y una traducción parcial y alterada de la La República de Platón. Se cree que los códices forman una biblioteca oculta por los monjes del cercano monasterio de San Pacomio cuando la posesión de estos escritos fue declarada una herejía.
Los códices están escritos en copto, aunque las obras eran probablemente traducciones del griego. Probablemente, la obra más famosa entre estos manuscritos es el Evangelio de Tomás, del cual, los códices de Nag Hammadi contienen la única copia completa. Después del descubrimiento, se reconoció que fragmentos de estos dichos de Jesús aparecían en manuscritos descubiertos en Oxyrhynchus en 1898, y que había citas que aparecían en fuentes cristianas primitivas. Se ha propuesto una fecha de composición de los originales griegos perdidos entre el siglo I y el siglo II aunque es un tema abierto de discusión. Los manuscritos datan del siglo III y el siglo IV.
Los códices de Nag Hammadi se encuentran en la actualidad en el Museo Copto de El Cairo, Egipto.
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