La Columna de la Plaza Vendôme conmemorativa de las hazañas napoleónicas.
Uno de los lugares más glamurosos de París. Los escaparates de las joyerías y perfumerías que se ubican en él deslumbrarían a cualquiera por la cantidad de ceros de sus precios. Hablamos de la plaza Vendôme, ese amplio espacio octogonal (en realidad cuadrado con las esquinas truncadas) de 214 por 224 metros en el que tienen su sede Cartier, Chaumet o Chanel (quien dio a alguno de sus frascos de perfume la forma de la plaza); también el Hotel Ritz, que multiplicó aún más su fama desde que Diana de Gales y Dodi Al Fayed salieron por su puerta camino de la muerte, suficiente para que docenas de turistas se fotografíen ante él. Justo enfrente, en el primer piso de lo que antes era otro hotel, el Boudard de Saint James, también había muerto (1849) el músico Frederic Chopin.
La plaza fue obra del arquitecto Jules Hardouin-Mansart, el mismo que hizo Versalles, a raíz de un plan urbanístico trazado en 1686 en tiempos de Luis XIV. De hecho, la estatua ecuestre del Rey Sol que hizo François Girardon ocuparía el centro de aquel lugar que llevaría su nombre (Louis le Grand) pensado para albergar los edificios públicos más importantes, como el hotel de las Academias, el de los Embajadores o la Biblioteca Real. Se levantaron las exquisitas fachadas previstas para esos edificios -sólo las fachadas, para la inauguración- y fue derribado el convento des Capucines, aunque se reconstruyó al otro lado de un arco monumental que debía servir de entrada a la plaza. Pero en 1699 cambió el plan; el monarca vendió el terreno a la ciudad, demoliéndose las fachadas y sustituyéndose los edificios públicos por casas privadas uniformes, todas diseñadas por Hardouin, con lo que quedó un espacio cerrado atravesado únicamente por la calle Saint Honoré.
En 1789 los aires violentos de la Revolución Francesa derribaron la estatua y su lugar fue ocupado brevemente por el cadáver del revolucionario Louis-Michet Lepeletier, depositado desnudo y sangrante en el suelo en memoria de su asesinato en una ceremonia concebida por el pintor David. De esa época procedió la costumbre de llamar al lugar Plaza de las picas: allí se exhibían, clavadas en largas picas, las cabezas guillotinadas; no en vano Danton dirigía la justicia nacional desde el número 11, el Hotel de la Grande Chancillerie, antes de que su propia cabeza acabara igual. Curiosamente, en 1795 en la puerta del Ministerio -que aún sigue domiciliado ahí pero dos portales más allá- se clavó algo muy diferente: un metro de mármol destinado a acostumbrar a los parisinos al recién adoptado Sistema Métrico Decimal.
La plaza adoptó el nombre actual, Vendôme, bajo el gobierno de Bonaparte.
En 1805 el Emperador logró en Austerlitz una de sus victorias más aclamadas y mandó a Jacques Gondouin y Jean Baptiste Lepère erigir en el centro una gran columna de 44 metros para conmemorarla. Imitando a la Trajana, debía ir cubierta con sus glorias militares en un relieve helicoidal y realizarse con el bronce de los 1.250 cañones capturados a rusos y austríacos. Además encargó al artista Antoine-Denis Chaudet coronarla con una estatua suya a la manera clásica, vestido de víctor romano.
Tras caer Napoleón fue sustituida por una flor de lis pero toda la obra acabó derribada en 1871, durante la revuelta de la Comuna, por su connotación bonapartista (acababa de caer Napoleón III); el famoso pintor Courbet participó en el siniestro y en el renombramiento de la plaza, que pasó a llamarse Internacional. Luego la columna se restauró y Auguste Dumond hizo una nueva estatua, que allí sigue. En 1992 una restauración devolvió a la plaza Vendôme su aspecto más puro, eliminando los aparcamientos.
La Conciergerie
La Conciergerie (del francés, concierge, conserje) o también, Palais de la Cité, es un edificio histórico de París que ocupa el muelle del Reloj, en la Isla de la Cité, en el primer arrondissement. El palacio fue la residencia de los reyes de Francia de los siglos X al XIV, más tarde convertido en prisión del Estado en 1392, tras el abandono del palacio por parte de Carlos V y sus sucesores.
La prisión ocupaba la planta baja del edificio que bordea el muelle del Reloj y las dos torres: los pisos superiores estaban reservados para el Parlamento. La Conciergerie designaba, en principio, la vivienda del conserje; después, por extensión, la prisión en la cual él vigilaba a los prisioneros. El conserje estaba a cargo de las llaves del Palacio Real y de las velas y cirios del alumbrado.
La prisión de la Conciergerie estuvo considerada, durante el Terror, como la antecámara de la muerte. Muy pocos fueron los que pudieron salir libres de la misma. La reina María Antonieta estuvo encarcelada aquí en 1793.
El palacio de la Cité fue la morada de los Condes de París. Fue habitado por Odón, Conde de París. Hugo Capeto estableció en el palacio la Curia Régis (el Consejo Real) y diversos servicios de su administración. Roberto II lo reedificó.
San Luis hizo construir la Santa Capilla entre 1242 y 1248. Por el Norte, el palacio de San Luis sólo tenía un edificio a orillas del Sena llamado Sala de agua que estaba flanqueado por la torre Bombée (o Bon-bec) que debe su nombre al hecho de que, en ella, se practicaban los interrogatorios (la tortura) que obligaba a confesar a los torturados. Felipe IV hizo reconstruir el palacio. Las obras se terminaron en 1313 bajo la dirección de Enguerrand de Marigny. Hizo construir un recinto (más decorativo que útil) que bordeaba el Sena y que reforzaba las torres ya existentes llamadas la Tour d’argent (Torre de plata) (que hacía alusión al tesoro real que en ella se guardaba) y la Tour César (llamada así en recuerdo de la presencia de los romanos). Se construyeron amplios salones al Norte y al Sur del palacio de la Cité.
El pabellón de la Guardia fue edificado hacia 1310 y servía como antecámara del Gran Salón (aula) que era el lugar en el que el rey celebraba sus sesiones solemnes de las Cortes y en el que tenían lugar las recepciones. Las comidas se servían sobre una mesa de mármol negro (de la que quedan algunos vestigios en la Conciergerie).
Era un salón inmenso soportado por una hilera de pilares que lo dividían en dos naves de bóvedas artesonadas. Paredes y pilares estaban adornados con estatuas que representaban a los reyes de Francia.
El pabellón de los soldados era excepcional: 64 metros de largo por 27,5 de ancho con una altura de 8.5 metros desde la llave. Fue edificado en 1302 y 1313 por Enguerrand de Marigny. Servía de refectorio para las más de 2.000 personas que estaban al servicio del rey.
La historia de la capilla comienza en 1241 cuando fueron llevadas hasta Francia, desde Siria y Constantinopla, la corona de espinas, parte de la cruz, el hierro de la lanza, la esponja y otras reliquias del martirio de Jesucristo, que habían sido adquiridas por el rey Luis IX a Balduino II, último emperador latino de Constantinopla. El rey francés acudió a recibir estas sagradas reliquias y él mismo entró en París con ellas, descalzo, depositándolas de forma provisional en la capilla de san Nicolás de su palacio, hasta tanto se construyera una capilla digna de las reliquias. La Sainte Chapelle se inició probablemente en 1241 y fue consagrada en 1248.
Luis IX el Santo, por El Greco. Luis IX de Francia, también conocido como Ludovico, San Luis o San Luis de Francia (Poissy, 25 de abril de 1214 — Túnez, 25 de agosto de 1270), fue un rey de Francia. Hijo de Luis VIII el León y de la infanta castellana Blanca de Castilla (hija de Alfonso VIII). Fue, por tanto, primo hermano del rey castellano Fernando III el Santo. Perteneció a la Orden franciscana seglar, fundada por San Francisco de Asís. Fundó muchos monasterios y construyó la famosa Santa Capilla en París, cerca de la catedral, para albergar una gran colección de reliquias del cristianismo. Luis IX fue el último monarca europeo que emprendiera el camino de las Cruzadas contra los musulmanes. La octava Cruzada, en 1270, llevó a Luis frente a Túnez, ciudad a la que puso sitio. Si bien al rey lo impulsaban móviles religiosos, no era el caso de su hermano, el bastante más terrenal Carlos de Anjou,rey de Nápoles, cuyos intereses en Italia, que lo vincularon estrechamente al papado, lo pusieron en situación de acabar con la competencia de los mercaderes tunecinos del Mediterráneo. La expedición fue un desastre. Buena parte del ejército fue atacado por la disentería o, según el historiador Fernand Destaing, por la fiebre tifoidea, al igual que el propio Luis IX, que murió durante el sitio sin haber conseguido su objetivo, el 25 de agosto de 1270. |
Las paredes de la capilla alta fueron prácticamente suprimidas, reemplazándolas por altos ventanales que dejan pasar la luz. Las vidrieras representan escenas religiosas. Fueron diseñadas situando a los personajes reales según sus cargos, así las que representan al rey David o al rey Salomón están situados cerca del rey. |
Capilla superior |
El proyecto se debe, probablemente, a Pierre de Montreuil que la edificó en un corto período: de 1242 a 1248. Este edificio es una obra maestra del gótico radiante,1 al punto que algunos consideran que señala el apogeo de este arte. Concebida como un joyero destinado a contener reliquias debía servir, también, como capilla real construida dentro del mismo palacio, en la Isla de la Cité. Se superponen en ella dos capillas, la inferior para la gente común, y la superior para la corte del rey, como era costumbre en las construcciones de los palacios reales de la Edad Media.
Capilla inferior |
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