La coronación de Carlomagno Taller de Rafael, 1516-1517 |
La basílica de San Vital de Rávena fue uno de los modelos de la capilla palatina.
San Vital de Rávena |
El diseñador de los planos del Palacio fue Eudes de Metz, inscribiendo la obra dentro del programa de renovación política del reino, anhelada y estimulada por el propio emperador Carlomagno.
La mayor parte del Palacio quedó destruido a lo largo de los siglos, pero todavía subsiste la capilla palatina, que está considerada como uno de los tesoros de la arquitectura carolingia, así como un característico ejemplo de la arquitectura típica del llamado Renacimiento carolingio. La capilla, junto a la Catedral de Aquisgrán, está catalogada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad desde 1978.
Formando parte del tesoro de la Catedral de Aquisgrán, actual Aachen, podemos contemplar dos espléndidos relicarios de Carlomagno.
Busto-relicario, obra de 1349 en Aachen. La corona se hizo en el mismo año, posiblemente en la ciudad de Praga. |
Dalmática de San Carlomagno |
Relicario de San Carlomagno en Aquisgrán |
El monasterio de Saint-Gall
Afortunadamente del monasterio de Saint-Gall se conserva su planta en un pergamino de la abadía, que actualmente se encuentra en la biblioteca de esta localidad suiza.
El plano, con unas medidas de 77 x 112 cm, es considerado uno de los documentos primordiales para el estudio del que fue uno de los ejemplos más relevantes de la arquitectura carolingia. Fue dibujado poco antes del año 820, pues su construcción se fecha en esta época, en tinta roja sobre cinco hojas de pergamino, siendo encargado por el abad Gozberto. Con este documento es posible reconstruir idealmente el proyecto, que concebía el monasterio como una ciudad autosuficiente.
Gracias a la imagen del Códice se puede admirar uno de los monumentos histórico-artísticos más importantes de toda la época medieval. En él se aprecia como los monjes del siglo IX realizaron el diseño de un monasterio, indicando no sólo la topografía del conjunto sino previendo también criterios y fórmulas modulares para su construcción, según diferentes tamaños.
Se aprecia un establecimiento colosal con diferentes edificios organizados alrededor de la iglesia abacial y del claustro. Así, se ve la existencia de una enfermería, cuadras, jardines, bodegas, despensas, hospederías, etc., es decir, todo lo necesario para un abastecimiento propio.
La iglesia es una basílica de tres naves, con dos ábsides, uno en cada extremo. En uno de ellos se ven las escaleras para bajar a la cripta donde estaba el cuerpo de San Gall, fundador del monasterio. También se aprecia en el plano el sitio que debieron de ocupar dos torres, redondas como las de Saint-Riquier, con círculos concéntricos que parecen significar varios pisos, reduciéndose su diámetro con la altura. En el lado sur se ubica el claustro, que deviene el centro de la vida religiosa. En él radica prácticamente el enclave de mayor interés del edificio, ya que al datar del siglo IX, es curioso observar que la imagen es tal como podría ser visto en los siglos del románico y gótico.
En la zona este de la basílica se encuentran las diferentes habitaciones, dependencias para el descanso personal; el refectorio en el sur y en el oeste la bodega.
La zona este del monasterio está ocupada por el convento de los novicios, los que se inician a la vida de Dios, el cementerio, la huerta con su correspondiente casa, los gallineros y la casa del palafrenero. Alrededor del hospital se localizan la cocina, los baños, la enfermería, la casa del médico y el huerto con las plantas medicinales. En el norte se encuentra la biblioteca, mientras que la escuela, con diez aulas, está entre la casa del abad y la hospedería. En el ala oeste se ubican las caballerizas, la entrada principal, las viviendas de los siervos y los edificios de las granjas. En el sur se hallan la residencia de los peregrinos, un nuevo grupo de granjas, la cocina anexa a la panadería y la cervecería, y tras estas estancias los molinos. Los dormitorios de los artesanos y otra granja completan el complejo monasterial.
Todo este ambicioso proyecto nunca se llevaría a cabo, pero en cambio los monasterios erigidos en épocas avanzadas mantendrán, aunque a menor escala, la misma distribución. Esta pequeña ciudad sagrada sirvió como referencia en Cluny y el Cister, que a pesar de tener peculiaridades, recogen básicamente la idea del monasterio benedictino de Saint-Gall.
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