miércoles, 3 de enero de 2024

(25) ¿QUE ESTÁ PASANDO? - (2) JORGE OTEIZA - Chillida y Oteiza y sus diferencias - EDUARDO CHILLIDA (sus obras) - Luis Martín-Santos Ribera - Luis Peña Ganchegui - Chillida-Leku

(24) ¿QUE ESTÁ PASANDO? -  JORGE OTEIZA - Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu - Museo Oteiza - El Fraile franciscano - Pablo Palazuelo de la Peña, pincha aqui

El primer reconocimiento internacional a la obra de Jorge Oteiza, tiene lugar en 1951, en la ciudad italiana de Milán, en cuya IX Trienal de Arte recibe el diploma de honor.

Con la experimentación heredada del constructivismo, Oteiza se embarca en lo que denomina su Propósito Experimental (1955), título con el que se presenta en la Bienal de São Paulo (1957), donde obtiene el premio extraordinario de escultura.

En 1959, por entender que había alcanzado a su fase conclusiva, decide abandonar la actividad escultórica. En estos cinco años de actividad Oteiza realiza una operación de gran trascendencia, al situar su obra en la senda de la tradición geométrica europea, reivindicando el neoplasticismo y el constructivismo soviético. La recuperación de las estéticas geométricas europeas y su influencia en la cultura vasca generan las bases de lo que se denomina la escuela de la escultura vasca; es Eduardo Chillida su representante más preciado en el mercado del arte.

El constructivismo ruso, como bien lo dice el nombre es un movimiento artístico que tuvo lugar en Rusia durante el siglo xx. Transcurre entre los años 1921 y 1932, este tuvo un profundo desarrollo cuando los bolcheviques lograron la victoria en la Revolución de Octubre de 1917, también conocida como Gran Revolución Socialista de Octubre o Revolución bolchevique.

Durante los 60 y 70 Oteiza investiga la lengua vasca y las manifestaciones populares de su pueblo. En 1963 publica Quousque tandem…! Ensayo de interpretación del alma vasca, que se convertiría en su texto más conocido y polémico.

Oteiza es un artista puente entre el periodo de las vanguardias y la generación de la posguerra, y alcanza su influencia en sectores artísticos, culturales y políticos. 

En 1992 donó su legado al pueblo de Navarra. Tras su muerte, en primavera de 2003, abrió sus puertas al público la Fundación Jorge Oteiza, en la localidad de Navarra de Alzuza, ocupando lo que fue su casa y taller.

En 1955 comienza a trabajar en el tratamiento de la luz practicando, primero en relieves y más tarde en las formas exentas, unos pequeños orificios y perforaciones, completas o incompletas, que denomina "condensadores de luz".

Reloj de luz

A mediados de los años cincuenta, Jorge Oteiza comenzó a investigar en torno al cuadrado y el cubo como unidades esenciales, influido por Mondrian, Malevich y, sobre todo, Cézanne. En sus esculturas de piedra, hierro o acero evidencia una concepción de los volúmenes cerrados que se distingue por el hecho de mostrarlos como presencias metafísicas y no como ausencias de masa sólida. Se trata, por tanto, de capturar la esencia del vacío, su capacidad para generar a un tiempo energía espiritual y física.

Los años cincuenta fueron la época más fértil de Oteiza como escultor, aunque paralelamente a su producción escultórica, su obra teórica fue adquiriendo envergadura y complejidad.

DE MI DESOCUPACIÓN DEL ESPACIO

creación de huecos de espacios vacíos

en escultura como objeto experimental

desocupación espacial del cubo

de la esfera

y el cilindro

con un abrazo a Cézanne

desocupación del poliedro

desocupación de la ciudad

en arquitectura en urbanismo vaciar la ciudad

para ver el cielo

en el cine concavidad agujeros

en el deporte sitios fuera del mundo

en el fútbol

descolocar defensas

abrir huecos

para escapar.

Jorge Oteiza, s/d

Oteiza realizó sus esculturas apoyado en las maquetas que, previamente, había elaborado a pequeña escala y en materiales diversos, sobre todo en yeso.

Estas pequeñas piezas dieron origen al laboratorio de tizas, que, según el escultor:

Mi laboratorio de Tizas, una disciplina para pensar visualmente y comportarme. Una lógica pura. Las formas están y yo soy. Ante mi obra el resultado era yo, me examinaba a mí mismo. Todas las obras que conservo, todas las que hice, han quedado vacías en el momento de realizarlas y examinarme. No era la escultura, era yo el que se realizaba.(1959)


CONSTRUCCIÓN VACÍA
Obra formada por planos verticales y horizontales que se articulan entre si formando un espacio.


Adquirida por el Ayuntamiento en 2001, se colocó en el Paseo Nuevo en octubre de 2002. Se trata de una de las obras de la serie presentada para la Bienal de Sao Paulo de 1957, en la que el autor recibió el Premio Internacional de Escultura. Título original: Construcción vacía con cuatro unidades planas negativo-positivo, 1957.

Autor: OTEIZA EMBIL, Jorge (Gipuzkoa, Orio 1908 - San Sebastián 2003)
Material: Acero Corten
Medidas: 600 cm. (altura)
Firmado: Sí, en la parte baja: TZA

EDUARDO CHILLIDA

Eduardo Chillida. Forma, 1948. Foto Arturo Delgado.


El Peine del viento XV, llamado en euskera Haizearen orrazia y conocido simplemente como Peine del viento, es un conjunto de esculturas de Eduardo Chillida sobre una obra arquitectónica del arquitecto vasco Luis Peña Ganchegui.
Se encuentra al final de la playa de Ondarreta, en el municipio de San Sebastián, en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco. Está compuesto por tres esculturas de acero, de 10 toneladas de peso cada una, incrustadas en unas rocas que dan al mar Cantábrico, cuyas olas las azotan.
Chillida siguió trabajando en la serie Peine del Viento, que coincide en el aspecto formal con su colección de estelas, y particularmente, con las dedicadas a Pablo Picasso, Salvador Allende y Pablo Neruda.​
La obra fue finalizada en 1976. 
Chillida y Oteiza dialogan en el espacio, el tiempo y la paz

En el inicio de la exposición, ‘Laocoonte’ (1954-55), de Oteiza (a la izquierda), y ‘Oyarak I’ (1954), de Eduardo Chillida. Foto: Museo de San Telmo.

Exposición en el año 2022 museo de San Telmo
Se cumplían 20 años del fallecimiento de Chillida y 19 del de Oteiza, y sus obras siguen hablando por ellos. Conversan juntas en una exposición que reúne por primera vez sus obras de forma conjunta. Eduardo Chillida (1924/2002) y Jorge Oteiza (1908 /2003) vivieron dos décadas de amistad y de influencia y enriquecimiento mutuos.

Eduardo Chillida Juantegui fue un escultor y grabador español conocido por sus trabajos en hierro y en hormigón, destacado continuador de la tradición de Julio González y Pablo Picasso. A principios de los años 1940 fue jugador de la Real Sociedad de Fútbol, disputando 14 partidos.

La exposición comienza en 1948, un año clave en la vida de los dos escultores. Oteiza, con 40 años, decide regresar de Latinoamérica, donde ha pasado los últimos 13 años dedicado a la docencia universitaria y a la escultura. Chillida tiene 24 años y decide hacerse escultor y viajar a París, donde permanecerá tres años en contacto con las vanguardias. 1948 fue un año de inflexión que marcó el rumbo de cada uno y su obra.
A su regreso de París, Chillida decide asentarse en Hernani (Guipúzcoa), aprende de la tradición artesanal a utilizar las herramientas que emplean los herreros de la zona y experimenta con esculturas abstractas. Investiga los utensilios agrícolas e investiga con hierro, madera, piedra, bronce, plomo, mármol, granito, acero…

Mientras, Oteiza, además de su trabajo más figurativo con el Apostolado de la Basílica de Arantzazu, empieza a trabajar figuras humanas cada vez más abstractas y a experimentar con el vacío. 
A partir del año 1955, ambos escultores convergen en formas y en propósitos.
Ya no se preocupan tanto por la representación de la naturaleza humana, sino la representación de las ideas abstractas.
La forma de trabajar de cada uno era muy distinta. Mientras Oteiza elaboraba un concepto previo y la escultura era la demostración de su teoría, Chillida empezaba a trabajar con los materiales sin una idea final clara y dejándose inspirar.

Oteiza es el racionalismo; Chillida, el inventor explorador.

Sus personalidades también eran diferentes: Oteiza era locuaz, Chillida más callado. A Oteiza no le preocupaban los críticos ni quiso entrar en el sistema de las galerías, pero Chillida sí atendía a los críticos y se buscó una galería en París.

El punto final de la exposición es el año 1969, otra fecha importante en sus obras. Ese año, Oteiza coloca el Apostolado y la Piedad en la Basílica de Arantzazu y Chillida exhibe su primera obra monumental en un espacio público europeo, en los jardines de la Unesco en París.

Después, permanecieron distanciados durante décadas. Hasta que en 1997 Eduardo Chillida y Jorge Oteiza se reencontraban y afirmaban: “Más allá de nuestras diferencias habrá siempre un espacio-tiempo para la paz”.

Fuente: María García de la Fuente
Unas puertas que están casi sumidas en la tierra tras el descenso de una empinada escalinata y que sugieren el ingreso al mundo de las regiones subterráneas. Forman un collage metálico mediante la superposición de chapas con diferente bruñido.
“Quise unir un símbolo de pobreza al trabajo hecho para una Basílica de la orden
franciscana, para comulgar con el espíritu de San Francisco, un ser maravilloso.
Y usé el círculo de simbología solar en homenaje a su Cántico del Sol”.
Eduardo Chillida
En 1954 los directores de la Basílica de Arantzazu encargaron al escultor Eduardo Chillida la realización de las puertas de acceso a la misma. El artista vasco estaba empezando a ser reconocido internacionalmente, como lo demuestra el Diploma de Honor de la Trienal de Milán que recibió aquel mismo año.

Los ritmos horizontales y verticales de las láminas de hierro, unas sobre otras, crean un espacio de geometrías puras. Las puertas suponen una obra sobria, racional y abstracta cuyos únicos referentes parecen ser el sol y la luna, algún tronco de espino y algunas cruces que inesperadamente surgen y se plasman.

Para realizarlas recogió chatarras y desechos industriales del puerto de Zumaia y unas láminas de la empresa metalúrgica legazpiarra de Patricio Echeverría a las que el mismo Echeverría quitó el reviro diciéndole a Chillida dónde debía golpear. Los materiales utilizados representan la pobreza y la austeridad propia de la orden franciscana.
Como consecuencia de su viaje y atraído por el concepto paralelo de “luz y arquitectura” de la Grecia preclásica, Chillida escoge el alabastro, un material de cualidades traslúcidas, para crear Homenaje a Kandinsky (1965) y una serie de relieves y elogios a la luz y a la arquitectura.

'Estudio homenaje a Kandinsky', de Eduardo Chillida.
EDUARDO CHILLIDA (SAN SEBASTIÁN, 1924-2002)
Elogio de la luz XVI -- 1971
Alabastro, 19 × 37 × 30 cm

En 1951, convencido de que la «luz negra» de su tierra natal iba a guiar su trabajo, Eduardo Chillida se instala definitivamente en el País Vasco, tras residir en París, donde coincide con José Guerrero y Eusebio Sempere e inicia una gran amistad con Pablo Palazuelo. Desde su fragua de Hernani, el artista acude al origen artesanal de la forja en hierro y reivindica la belleza de este material, al que convierte en portador de sus sueños e intuiciones. A través del hierro –presente en la tradición de la escultura de González, Picasso o Brancusi–, Chillida va a encontrar su propia voz y a consolidar un lenguaje abstracto radical, de una dimensión filosófica y espiritual capaz de conformar una de las grandes obras escultóricas de la segunda mitad del siglo XX.

'Abesti gogorra III. Homenaje a Luis Martín Santos', de Eduardo Chillida. Propiedad de The Art Institute of Chicago.
Luis Martín-Santos Ribera (Larache, protectorado español de Marruecos, España, 11 de noviembre de 1924-Vitoria, España, 21 de enero de 1964) fue un escritor y psiquiatra español, autor de Tiempo de silencio (1961), considerada una de las mejores novelas españolas del siglo xx.
En abril de 1951 ganó por oposición la plaza de Director del Psiquiátrico Provincial de Guipúzcoa, lo que supuso su definitiva reincorporación a la vida donostiarra. Su actividad clínica en el Hospital Psiquiátrico de San Sebastián se dedicó fundamentalmente al estudio del alcoholismo y su diferenciación de la esquizofrenia, las dos enfermedades más frecuentes en ese momento.

Hacia 1955, Luis Martín-Santos se pone en contacto con la Asociación Socialista Universitaria (ASU), integrada en aquellos años por Miguel Sánchez-Mazas, Javier Pradera, Juan Manuel Kindelán, Francisco Bustelo y Mariano Rubio, entre otros. Fue detenido por primera vez en Pamplona a mediados de marzo de 1956, junto con Juan Benet, Luis Peña Ganchegui, Alberto Machimbarrena y Vicente Girbau. La segunda detención tuvo lugar en el marco de una caída general de toda la estructura socialista en noviembre de 1958, con un centenar de detenidos, entre ellos Martín-Santos.
Luis Peña Ganchegui (Oñate, Guipúzcoa, 29 de marzo de 1926 - San Sebastián, 2 de abril de 2009) fue un arquitecto español. Está considerado como uno de los introductores de la arquitectura contemporánea en España.

La Plaza de los Fueros abarca una superficie de 8000 metros cuadrados sobre un área triangular. Está construida en granito rosa de Porriño, y toma su coloración rosácea de los feldespatos en su composición. Consta de un anfiteatro con graderío, un frontón, bolera alavesa y probadero para el arrastre de bueyes, creando un entorno arquitectónico de plaza-monumento en homenaje a los deportes y juegos populares vascos.

Desde 1959 ha trabajado en numerosos proyectos, la mayoría en el país vasco. Su obra más conocida fue el Peine del Viento, construido junto con Eduardo Chillida, con el que también realizó la Plaza de los Fueros de Vitoria. Entre sus últimas obras figura la reforma de plaza Pasai Donibane (Guipúzcoa), premiada por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro en 2007.


La primera fue Forma , inspirada en la escultura griega del Louvre, hasta llegar a las 1.360 obras con las que completó uno de los legados artísticos más valiosos del mundo del arte


Elogio del horizonte es el nombre de una escultura de hormigón situada en la ciudad de Gijón (Principado de Asturias, España), realizada por el escultor vasco Eduardo Chillida.​ Se trata de una obra de grandes proporciones erigida en el año 1990 en el Cerro de Santa Catalina.​ Es considerada un símbolo de la ciudad y se la conoce popularmente como "el váter de King Kong".
Está elaborada con hormigón armado, cuenta con 10 metros de altura y, por si fuera poco, pesa 500 toneladas.

Descubrió realmente el significado del horizonte; un espectáculo impresionante; necesario pero a su vez inalcanzable e inexistente, porque constantemente cambia de sitio. El horizonte es, en definitiva, nada más y nada menos que la patria común de toda la humanidad, puesto que el hombre al tratar de buscarlo observa que es la Tierra la que se convierte en horizonte y ésta a su vez el verdadero horizonte común de todos los hombres.
Y así Chillida comienza a trabajar en un proyecto muy relevante, no sólo para él sino también parasu mujer, Pilar Belzunce, quien fue clave a la hora de inspirar al artista, animándolo a volcarse de lleno con el horizonte. Como dice el autor “entonces me convierto en un enano diminuto que anda por el boceto. He sido muy pequeño, durante el trabajo, más pequeño todavía de lo que soy” en referencia al modo de abordar el Elogio. 

Eduardo Chillida. Ilarik (1951) su primera escultura en hierro. Influencia del "romanticismo alemán"

Monumento a los Fueros de Vitoria 1980

En 1968, Chillida realizó siete litografías para ilustrar el libro “Meditation in Kastilien” del poeta austriaco Max Holzer. También en 1968, Chillida creó siete litocollages y una litografía de doble página para el libro “Die Kunst und der Raum” del filósofo alemán Martin Heidegger. Estas obras son algunas de las muchas ilustraciones que Chillida ha creado para obras literarias y filosóficas a lo largo de su carrera 



Chillida-Leku

En 1984, Eduardo Chillida compra el caserío Zabalaga del siglo XVI en Hernani (Gipuzkoa-España) desde cuya cima se puede observar Peine del Viento, con la intención de incorporar sus esculturas a la naturaleza. Su galerista Aimé Maeght ya había fallecido y el artista no quiso iniciar una nueva relación con otra galería para ser representado en exclusividad. En el año 2000 inaugura el Museo Chillida Leku, con 42 esculturas de gran tamaño en hierro y granito distribuidas en las 12 hectáreas de terreno y unas 120 obras menores y dibujos en su interior. Años después de morir Eduardo Chillida, el 19 de agosto de 2002, el museo queda clasurado (en 2011) por falta de acuerdo entre la sucesión familiar e instituciones culturales. Sin embargo, tras la negociación con la galería suiza Hauser & Wirth, que a partir de 2017 comenzó a representar sus obras para la exposición y venta en el mercado mundial, el museo vuelve a estar encaminado.


El 23 de agosto de 2019, el museo fue seleccionado por la revista estadounidense Time en su lista World’s Greatest Places 2019 como uno de los mejores lugares del mundo para visitar, tratándose de la única representación española.
Este antiguo caserío fue utilizado como fondo para grabar el videoclip Cuéntame al oído del famoso grupo donostiarra La Oreja de Van Gogh, incluido en su disco Nuestra casa a la izquierda del tiempo de grandes éxitos cantados por Leire Martínez, la actual vocalista, acompañados de la Orquesta Filarmónica Eslovaca.

Homenaje a Braque (1990)
Georges Braque (Argenteuil-sur-Seine, 13 de mayo de 1882-París, 31 de agosto de 1963) fue un pintor y escultor francés. Uno de los iniciadores del cubismo junto a Pablo Picasso

Homenaje a Balenciaga (1990)
Cristóbal Balenciaga Eizaguirre (Guetaria, Guipúzcoa; 21 de enero de 1895-Jávea, Alicante;​ 23 de marzo de 1972), conocido simplemente como Balenciaga, fue un prestigioso diseñador de moda español, considerado uno de los creadores más importantes de la alta costura, que desempeñó su trabajo principalmente en la ciudad de París durante más de tres décadas. Anteriormente tuvo una formación de sastre y diversas marcas propias en España.​ Contemporáneo de Coco Chanel y Christian Dior, es el modista de alta costura español más importante de la historia junto a Manuel Pertegaz y Elio Berhanyer.

Arco de la Libertad (1993)
Un episodio controversial en la vida de Chillida fue la acusación del escultor José de Oteiza de plagio. Diatriba que se ventiló en el Grupo GAUR (1965-1967), del cual ambos fueron fundadores. El distanciamiento de ambos escultores concluyó en 2017, con un Oteiza de 89 años y un Chillida de 73, en un abrazo ejemplar de reconciliación.
La obra de Eduardo Chillida está presente en más de veinte museos de todo el mundo, incluyendo a Venezuela, pero además de su museo en San Sebastián, Eduardo Chillida quiso construir un espacio nunca antes logrado por otro artista. La idea provino de uno de sus alabastros, Mendi Huts (1984), que significa montaña vacía. El artista diseñó una utopía, que podría considerarse el epílogo de la nada. Pero no tardaron en despertarse las alertas de los ecologistas. Chillida quería vaciar el interior de una montaña, para dejar entrar hombres de todas las razas y credos, como otra de sus grandes esculturas para la tolerancia. Tindaya fue la montaña que eligió, en Fuerteventura, y si bien en su inicio tuvo un apoyo político, pronto el proyecto se congelaría, por falta de presupuesto y la reacción adversa de la opinión pública. Chillida pensaba que la escultura, lejos de dañar el ecosistema protegería la montaña, y las personas al descender, no sólo podían estudiar las capas de la tierra:
“El gran espacio creado dentro de ella no sería visible desde fuera, pero los hombres que penetraran en su corazón verían la luz del sol, de la luna, dentro de una montaña volcada al mar y al horizonte inalcanzable, necesario, inexistente…”.

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