(24) ¿QUE ESTÁ PASANDO? - JORGE OTEIZA - Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu - Museo Oteiza - El Fraile franciscano - Pablo Palazuelo de la Peña, pincha aqui
El primer reconocimiento internacional a la obra de Jorge Oteiza, tiene lugar en 1951, en la ciudad italiana de Milán, en cuya IX Trienal de Arte recibe el diploma de honor.
Con la experimentación heredada del constructivismo, Oteiza se embarca en lo que denomina su Propósito Experimental (1955), título con el que se presenta en la Bienal de São Paulo (1957), donde obtiene el premio extraordinario de escultura.
En 1959, por entender que había alcanzado a su fase conclusiva, decide abandonar la actividad escultórica. En estos cinco años de actividad Oteiza realiza una operación de gran trascendencia, al situar su obra en la senda de la tradición geométrica europea, reivindicando el neoplasticismo y el constructivismo soviético. La recuperación de las estéticas geométricas europeas y su influencia en la cultura vasca generan las bases de lo que se denomina la escuela de la escultura vasca; es Eduardo Chillida su representante más preciado en el mercado del arte.
El constructivismo ruso, como bien lo dice el nombre es un movimiento artístico que tuvo lugar en Rusia durante el siglo xx. Transcurre entre los años 1921 y 1932, este tuvo un profundo desarrollo cuando los bolcheviques lograron la victoria en la Revolución de Octubre de 1917, también conocida como Gran Revolución Socialista de Octubre o Revolución bolchevique.
Durante los 60 y 70 Oteiza investiga la lengua vasca y las manifestaciones populares de su pueblo. En 1963 publica Quousque tandem…! Ensayo de interpretación del alma vasca, que se convertiría en su texto más conocido y polémico.
Oteiza es un artista puente entre el periodo de las vanguardias y la generación de la posguerra, y alcanza su influencia en sectores artísticos, culturales y políticos.
En 1992 donó su legado al pueblo de Navarra. Tras su muerte, en primavera de 2003, abrió sus puertas al público la Fundación Jorge Oteiza, en la localidad de Navarra de Alzuza, ocupando lo que fue su casa y taller.
En 1955 comienza a trabajar en el tratamiento de la luz practicando, primero en relieves y más tarde en las formas exentas, unos pequeños orificios y perforaciones, completas o incompletas, que denomina "condensadores de luz".
A mediados de los años cincuenta, Jorge Oteiza comenzó a investigar en torno al cuadrado y el cubo como unidades esenciales, influido por Mondrian, Malevich y, sobre todo, Cézanne. En sus esculturas de piedra, hierro o acero evidencia una concepción de los volúmenes cerrados que se distingue por el hecho de mostrarlos como presencias metafísicas y no como ausencias de masa sólida. Se trata, por tanto, de capturar la esencia del vacío, su capacidad para generar a un tiempo energía espiritual y física.
Los años cincuenta fueron la época más fértil de Oteiza como escultor, aunque paralelamente a su producción escultórica, su obra teórica fue adquiriendo envergadura y complejidad.
DE MI DESOCUPACIÓN DEL ESPACIO
creación de huecos de espacios vacíos
en escultura como objeto experimental
desocupación espacial del cubo
de la esfera
y el cilindro
con un abrazo a Cézanne
desocupación del poliedro
desocupación de la ciudad
en arquitectura en urbanismo vaciar la ciudad
para ver el cielo
en el cine concavidad agujeros
en el deporte sitios fuera del mundo
en el fútbol
descolocar defensas
abrir huecos
para escapar.
Jorge Oteiza, s/d
Oteiza realizó sus esculturas apoyado en las maquetas que, previamente, había elaborado a pequeña escala y en materiales diversos, sobre todo en yeso.
Estas pequeñas piezas dieron origen al laboratorio de tizas, que, según el escultor:
Mi laboratorio de Tizas, una disciplina para pensar visualmente y comportarme. Una lógica pura. Las formas están y yo soy. Ante mi obra el resultado era yo, me examinaba a mí mismo. Todas las obras que conservo, todas las que hice, han quedado vacías en el momento de realizarlas y examinarme. No era la escultura, era yo el que se realizaba.(1959)
El Peine del viento XV, llamado en euskera Haizearen orrazia y conocido simplemente como Peine del viento, es un conjunto de esculturas de Eduardo Chillida sobre una obra arquitectónica del arquitecto vasco Luis Peña Ganchegui.Se encuentra al final de la playa de Ondarreta, en el municipio de San Sebastián, en la provincia de Guipúzcoa, en el País Vasco. Está compuesto por tres esculturas de acero, de 10 toneladas de peso cada una, incrustadas en unas rocas que dan al mar Cantábrico, cuyas olas las azotan.Chillida siguió trabajando en la serie Peine del Viento, que coincide en el aspecto formal con su colección de estelas, y particularmente, con las dedicadas a Pablo Picasso, Salvador Allende y Pablo Neruda.La obra fue finalizada en 1976.
A su regreso de París, Chillida decide asentarse en Hernani (Guipúzcoa), aprende de la tradición artesanal a utilizar las herramientas que emplean los herreros de la zona y experimenta con esculturas abstractas. Investiga los utensilios agrícolas e investiga con hierro, madera, piedra, bronce, plomo, mármol, granito, acero…Mientras, Oteiza, además de su trabajo más figurativo con el Apostolado de la Basílica de Arantzazu, empieza a trabajar figuras humanas cada vez más abstractas y a experimentar con el vacío.
La forma de trabajar de cada uno era muy distinta. Mientras Oteiza elaboraba un concepto previo y la escultura era la demostración de su teoría, Chillida empezaba a trabajar con los materiales sin una idea final clara y dejándose inspirar.Oteiza es el racionalismo; Chillida, el inventor explorador.
Sus personalidades también eran diferentes: Oteiza era locuaz, Chillida más callado. A Oteiza no le preocupaban los críticos ni quiso entrar en el sistema de las galerías, pero Chillida sí atendía a los críticos y se buscó una galería en París.
El punto final de la exposición es el año 1969, otra fecha importante en sus obras. Ese año, Oteiza coloca el Apostolado y la Piedad en la Basílica de Arantzazu y Chillida exhibe su primera obra monumental en un espacio público europeo, en los jardines de la Unesco en París.
Después, permanecieron distanciados durante décadas. Hasta que en 1997 Eduardo Chillida y Jorge Oteiza se reencontraban y afirmaban: “Más allá de nuestras diferencias habrá siempre un espacio-tiempo para la paz”.
Unas puertas que están casi sumidas en la tierra tras el descenso de una empinada escalinata y que sugieren el ingreso al mundo de las regiones subterráneas. Forman un collage metálico mediante la superposición de chapas con diferente bruñido.
“Quise unir un símbolo de pobreza al trabajo hecho para una Basílica de la ordenfranciscana, para comulgar con el espíritu de San Francisco, un ser maravilloso.Y usé el círculo de simbología solar en homenaje a su Cántico del Sol”.Eduardo Chillida
Los ritmos horizontales y verticales de las láminas de hierro, unas sobre otras, crean un espacio de geometrías puras. Las puertas suponen una obra sobria, racional y abstracta cuyos únicos referentes parecen ser el sol y la luna, algún tronco de espino y algunas cruces que inesperadamente surgen y se plasman.Para realizarlas recogió chatarras y desechos industriales del puerto de Zumaia y unas láminas de la empresa metalúrgica legazpiarra de Patricio Echeverría a las que el mismo Echeverría quitó el reviro diciéndole a Chillida dónde debía golpear. Los materiales utilizados representan la pobreza y la austeridad propia de la orden franciscana.
EDUARDO CHILLIDA (SAN SEBASTIÁN, 1924-2002)Elogio de la luz XVI -- 1971Alabastro, 19 × 37 × 30 cmEn 1951, convencido de que la «luz negra» de su tierra natal iba a guiar su trabajo, Eduardo Chillida se instala definitivamente en el País Vasco, tras residir en París, donde coincide con José Guerrero y Eusebio Sempere e inicia una gran amistad con Pablo Palazuelo. Desde su fragua de Hernani, el artista acude al origen artesanal de la forja en hierro y reivindica la belleza de este material, al que convierte en portador de sus sueños e intuiciones. A través del hierro –presente en la tradición de la escultura de González, Picasso o Brancusi–, Chillida va a encontrar su propia voz y a consolidar un lenguaje abstracto radical, de una dimensión filosófica y espiritual capaz de conformar una de las grandes obras escultóricas de la segunda mitad del siglo XX.
Luis Martín-Santos Ribera (Larache, protectorado español de Marruecos, España, 11 de noviembre de 1924-Vitoria, España, 21 de enero de 1964) fue un escritor y psiquiatra español, autor de Tiempo de silencio (1961), considerada una de las mejores novelas españolas del siglo xx.En abril de 1951 ganó por oposición la plaza de Director del Psiquiátrico Provincial de Guipúzcoa, lo que supuso su definitiva reincorporación a la vida donostiarra. Su actividad clínica en el Hospital Psiquiátrico de San Sebastián se dedicó fundamentalmente al estudio del alcoholismo y su diferenciación de la esquizofrenia, las dos enfermedades más frecuentes en ese momento.
Hacia 1955, Luis Martín-Santos se pone en contacto con la Asociación Socialista Universitaria (ASU), integrada en aquellos años por Miguel Sánchez-Mazas, Javier Pradera, Juan Manuel Kindelán, Francisco Bustelo y Mariano Rubio, entre otros. Fue detenido por primera vez en Pamplona a mediados de marzo de 1956, junto con Juan Benet, Luis Peña Ganchegui, Alberto Machimbarrena y Vicente Girbau. La segunda detención tuvo lugar en el marco de una caída general de toda la estructura socialista en noviembre de 1958, con un centenar de detenidos, entre ellos Martín-Santos.Luis Peña Ganchegui (Oñate, Guipúzcoa, 29 de marzo de 1926 - San Sebastián, 2 de abril de 2009) fue un arquitecto español. Está considerado como uno de los introductores de la arquitectura contemporánea en España.
Desde 1959 ha trabajado en numerosos proyectos, la mayoría en el país vasco. Su obra más conocida fue el Peine del Viento, construido junto con Eduardo Chillida, con el que también realizó la Plaza de los Fueros de Vitoria. Entre sus últimas obras figura la reforma de plaza Pasai Donibane (Guipúzcoa), premiada por el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro en 2007.
Descubrió realmente el significado del horizonte; un espectáculo impresionante; necesario pero a su vez inalcanzable e inexistente, porque constantemente cambia de sitio. El horizonte es, en definitiva, nada más y nada menos que la patria común de toda la humanidad, puesto que el hombre al tratar de buscarlo observa que es la Tierra la que se convierte en horizonte y ésta a su vez el verdadero horizonte común de todos los hombres.Y así Chillida comienza a trabajar en un proyecto muy relevante, no sólo para él sino también parasu mujer, Pilar Belzunce, quien fue clave a la hora de inspirar al artista, animándolo a volcarse de lleno con el horizonte. Como dice el autor “entonces me convierto en un enano diminuto que anda por el boceto. He sido muy pequeño, durante el trabajo, más pequeño todavía de lo que soy” en referencia al modo de abordar el Elogio.
Eduardo Chillida. Ilarik (1951) su primera escultura en hierro. Influencia del "romanticismo alemán"
Monumento a los Fueros de Vitoria 1980
El 23 de agosto de 2019, el museo fue seleccionado por la revista estadounidense Time en su lista World’s Greatest Places 2019 como uno de los mejores lugares del mundo para visitar, tratándose de la única representación española.
Georges Braque (Argenteuil-sur-Seine, 13 de mayo de 1882-París, 31 de agosto de 1963) fue un pintor y escultor francés. Uno de los iniciadores del cubismo junto a Pablo Picasso
Un episodio controversial en la vida de Chillida fue la acusación del escultor José de Oteiza de plagio. Diatriba que se ventiló en el Grupo GAUR (1965-1967), del cual ambos fueron fundadores. El distanciamiento de ambos escultores concluyó en 2017, con un Oteiza de 89 años y un Chillida de 73, en un abrazo ejemplar de reconciliación.
“El gran espacio creado dentro de ella no sería visible desde fuera, pero los hombres que penetraran en su corazón verían la luz del sol, de la luna, dentro de una montaña volcada al mar y al horizonte inalcanzable, necesario, inexistente…”.
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